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19 de diciembre de 2018

Como los buenos padres

Autoeditar es acompañar al embrión hasta el lector o el distribuidor sin venderlo a ninguna madrastra

Cada vez estoy más contento de no haber hecho caso a los que me desaconsejaban la autoedición. No saben lo que se pierden. No dependo de presentaciones, de políticas impuestas, ni de directrices. Puedo cambiar de forma de distribución en cualquier momento, de editorial, reeditar cuando quiera, y los derechos de autor y de diseño siguen siendo míos. A las emociones que te proporciona la escritura y la satisfacción de hacer un libro que tenga algo de ti, se suma las que desde hace unos días estoy sintiendo. Me refiero a la distribución de la obra.

Que gran satisfacción es pararse a hablar con los vecinos en la calle, explicarles los detalles del embarazo, del parto, dedicarles el libro y recabar sus impresiones. Decía hace poco que una de las virtudes de esta forma de edición es acompañar a la criatura en el parto. Hoy me retracto y digo que es acompañar al embrión desde que es fecundado hasta que es entregado directamente al lector o al distribuidor para que cuide de él y nunca esté solo. Como hacen los buenos padres, sin desentenderse de él, ni venderlo a ninguna madrastra.

En definitiva las diferencias entre una edición tradicional y una autoedición vienen a ser las mismas que existen entre querer mucho o querer mejor a un hijo.

Posdata:

Este texto no lo he escrito yo. Ha sido Amanda, que como buena madre y como sabrán los lectores, es muy celosa de los suyos. De ahí el poema "Celosa", dedicado a ella. Aunque si se le pregunta a ella, lo más seguro es que diga que no ha sido ni ella ni yo, sino mi mano derecha. La misma que a los dos años se resistía a seguir las directrices impuestas. ¿Para qué abrir la mano, si con el puño se escribe con más pasión...?😉😂

José Luis Meléndez. Madrid, 19 de diciembre del 2018
Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

18 de diciembre de 2018

A Navarra

Te llevo dentro Navarra. Aun inspiro tu aire limpio. Respiro hondo cuando te recuerdo y te pienso. Paseo por tus viñas igual que aquel niño al cual invitaste a comer en tu huerta, y me recreo desde lo alto del Monte de San Martín, con sus valles y pueblos circundantes.

Has entrado en mí por todos los sentidos: por el manjar de tu gastronomía, por la belleza de tus pueblos. Por el contacto con los animales de tu granja, por el olor a estiércol de tus campos, y el aroma a pino de tus montes. Por el acento de sus gentes en sus jotas.

Mi primer paseo en burro fue en Añorbe, un pueblo de tu ribera. Ya no está entre nosotros aquel animal tan tierno y manso que me acogió en su lomo, siendo niño. Aún recuerdo el cariño de su mirada y la delicadeza y sensibilidad que se desprendía del movimiento de su cuerpo. Y de aquellos coches tan grandes conducidos por hombres afectuosos, que eran capaces de circular por tus tierras y empaquetar la cosecha.

¡Ay, Navarra!, piedra noble y robusta como tu gente. Hoy vuelvo a entrar en el pórtico empedrado de tu caserón húmedo y aldeano. Y vuelvo a subir por las escaleras de tu patio, y a tocar la aldaba de tu puerta, antes de entrar jubiloso como antaño, hasta el balcón de tu casa.

He venido a ti porque no he encontrado mejor lugar donde posar mi vuelo. Me asomo a tus calles empinadas para susurrarte al oído que soy yo, aquel sobrino perdido, que apenas viene a verte, pero que como ves, siempre se acuerda de ti. ¿Recuerdas…?

José Luis Meléndez. Madrid, 16 de julio del 2017
Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

4 de diciembre de 2018

¡Suerte amiga!

🐍😰😌 Hoy mientras venía como de costumbre andando a la biblioteca, me he encontrado delante de mí a una lombriz en apuros. Estaba totalmente rebozada de arena blanca y seca, y la estaba dando de pleno el sol. Al cogerla he comprobado que aún tenía vida.

Como no había ninguna fuente a mano, se me ha ocurrido restregarla con el rocío de la hierba, con objeto de quitarle la arena. Al hacerlo ha empezado a moverse más rápido, como alegrándose de ello. A continuación la he escondido a la sombra debajo de un matorral de hierba, con objeto que pase desapercibida y pueda volver bajo tierra cuando se recupere.

No es la primera vez que le hecho una mano a esta especie. Cuando hay mucha humedad en la tierra o llueve tienen por costumbre salir. Pero las pobres no tienen posibilidad de pensar en su regreso.

Lástima de cámara de fotos.

¡Suerte amiga! 😉


José Luis Meléndez. Madrid, 4 de noviembre del 2018
Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

26 de noviembre de 2018

Indefensión

La única defensa de la que disponen los ciudadanos para efectuar su voto libre, es considerar el voto de aquellos partidos que invadan sin su consentimiento, su intimidad personal

Hasta ahora los distintos partidos políticos tenían acceso a determinados datos personales de los ciudadanos a través del censo electoral, como son el DNI, o la dirección de su domicilio. Pues bien, desde la semana pasada las distintas fuerzas, pueden acceder a nuestras redes sociales, a nuestros números de móvil, y a nuestros correos electrónicos, sin el previo consentimiento de los ciudadanos, ya que el día 21 de noviembre El Senado ha aprobado, después de ser ratificado por el Congreso, la Ley Orgánica de Protección de Datos Personales y Garantía de los Derechos Digitales (Sic).

A través de estas medidas los partidos políticos podrán utilizar dichos datos para crear ficheros con el perfil ideológico de los ciudadanos, con objeto de llevar a cabo una campaña electoral más individualizada y efectiva. Algo que prohibía hasta fecha de hoy el Reglamento General de Protección de Datos, que en su artículo 7, expone que quedan “prohibidos los ficheros creados con la finalidad exclusiva de almacenar datos de carácter personal que revelen la ideología, afiliación sindical, religión…”

La aprobación de dichas leyes por sus señorías ponen de relieve la capacidad de llegar a acuerdos que tienen, cuando se trata de llegar a medidas que benefician a todos los partidos,  que perjudican al ciudadano, y que entran  en contradicción con la mismísima Carta Magna: “La ley limitará el uso de la informática para garantizar la intimidad personal y familiar”.

Resulta cuanto menos extraño la falta de crítica, sobre todo  por parte de aquellas fuerzas que critican los golpes de estado y los regímenes bolivarianos, y que no solo no reprueban, sino que avalan con sus medidas, la indefensión de la intimidad de sus ciudadanos en su propio país, más propia de estados totalitarios, al menos una alusión a tan grave asunto.

Queda asimismo por ver si las distintas fuerzas utilizarán dichos datos para los mencionados fines,  o se extralimitarán y se reservarán el derecho de utilizarlos para otras gestiones, ya que los partidos pueden ceder la utilización de estos datos terceros, a empresas comerciales con objeto de elaborar dichos perfiles, y con el riesgo añadido de ser hackeados. Y si no provocará el efecto contrario y acabará por desincentivar el voto y la participación democrática de los españoles.

Ante esta indefensión, la única defensa de la que disponen los ciudadanos para efectuar su voto libre, es considerar el voto de aquellos partidos que invadan sin su consentimiento su intimidad personal. Las filtraciones del señor Mark Zuckerberg y del señor Trump para influir en las elecciones son para sentarlas en el banquillo; las demás no. ¡Vergüenza!

José Luis Meléndez. Madrid, 26 de noviembre del 2018
Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

23 de noviembre de 2018

Versos arrimados



SINOPSIS


La obra es un compendio de poemas de temática variada abordada desde un punto de vista emocional. El amor, la vida, y la muerte, son temas predominantes en la obra. Sin embargo en Versos arrimados se pueden encontrar también poemas dirigidos a personajes públicos, como Antonio Fraguas (Forges), padrino del blog La pluma en ristre, perteneciente al autor,  o a instituciones como la Unidad de Medio Ambiente de la Policía Municipal de Madrid, con la cual el autor colabora puntualmente de una forma desinteresada.

En otros la musa y el autor se intercambian poemas como muestras de amor hacia la escritura, única relación que los une.  José Luis Meléndez dedica  poemas a su mascota, e incluye los primeros versos de la adolescencia. La angustia existencial del tiempo queda reflejada en poemas como El tiempo o en su epitafio La hora,  estrofas con la cuales el autor intenta calmar su estado interior y de paso dejar su impronta. Se trata por tanto de una antología, en la cual se puede constatar la evolución de su poesía desde sus orígenes, hasta la fecha actual.

A través de su lectura el poeta pretende despertar la emotividad del lector por medio de la  poesía, con temas que emanan de una forma directa del corazón. Según palabras del autor, el objetivo del presente libro es que el lector se sienta identificado con los sentimientos que han inspirado la creación de dichos poemas. Que logre abandonarse a los sentimientos de la misma forma que él lo hace cuando escribe, sin renunciar a la reflexión como forma de autoconocimiento
.
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José Luis Meléndez. Madrid, 23 de noviembre del 2018

22 de noviembre de 2018

Buenos políticos


Si existieran buenos políticos, no existirían los ejércitos ni las guerras

Disparar en nombre de la paz. ¡Qué contradicción! Qué manera de ensuciar, de manipular, y de encubrir una palabra tan repleta de significado. Hay que detener las guerras con las palabras, con la diplomacia. La fuerza militar es el fracaso de la política. Si existieran buenos políticos, no existirían los ejércitos ni las guerras. Costa Rica es un país ejemplar porque es una nación que carece de Fuerzas armadas.

No se puede exigir a los ciudadanos que paguen con sus vidas lo que sus representantes no han sabido defender con sus palabras. Vivimos un alto riesgo como ciudadanos. Algo tan real como enormemente injusto.

PD: reflexión inspirada por el tema musical "Por bandera" de Alejandro Sanz

José Luis Meléndez. Madrid, 22 de noviembre del 2018
Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

19 de noviembre de 2018

Mar adentro

A la pintora Molina

Me pregunto cuál fue el motivo que me llevó a abandonar la sala de lectura, y a entablar la conversación de hoy contigo: si fue la obra escultural de tu cuerpo o la colección de cuadros pintada por ti. Tal vez fueron las ventanas que abriste, las que hicieron que penetrara en mi pecho el primer efluvio primaveral y embriagador que provocó nuestro acercamiento. La tarde soleada iluminaba por igual la belleza natural de tu rostro, y los colores de tus pinturas.

Tú y yo solos. Como Adán y Eva en la sala de exposiciones; en medio del hábitat  natural de tu casa y de tu mundo fantástico. Rodeados de bosques frondosos, de riberas otoñales, y de campos nevados. Tu chaqueta militar hacía que tu presencia pasase desapercibida en medio de la maleza, llegándose a integrar por momentos dentro de ella.

Después de recorrer con la vista tu paisaje colorido; de respirar sus fragancias naturales, me detuve detrás de ti, mientras contemplaba como retocabas una de tus creaciones. De repente el pincel que sostenía tu mano, hizo que de aquel mar en calma surgiese la bruma de tu oleaje interior, la cual llegaba con una inusitada bravura a la playa. Como si el mismo aire que entraba por la ventana fuera el espíritu que impulsase tu mano y tu pincel cubierto de blanco.

Ahora sé que fuiste tú la diosa creadora de aquella bruma que me empujó y arrastró mar adentro. Tan dentro que no he logrado salir de ti. Por eso ahora permanezco sumergido en tu boca. Y recuerdo mojado los besos de despedida que aun inundan aquel grato encuentro…

José Luis Meléndez. Madrid, 14 de abril del 2018

16 de noviembre de 2018

Doble vuelta

La señorita May sigue siendo europea, y el Big Ben sigue marcando la cuenta atrás. No hay excusas ni tiempo que esperar.

La idea de unas segundas elecciones en Reino Unido han estado encima de la mesa como una posible solución a la salida de este país de la Unión Europea. Pero convendría manejar otras opciones como sería la de hacerlas con una segunda vuelta, teniendo en cuenta que ahora hay ciudadanos que entonces no votaron, y que existe una mayoría de británicos que se inclinan por esta opción. De esta forma se lograría la salida a un posible empate y no se pondría en cuestión el sistema democrático.

Da pena ver a Theresa May en esta tesitura, pero más pena da que por tan pocos votos se tomen decisiones tan drásticas, que afectarán a millones de europeos. La decisión no solo incumbe a Inglaterra, motivo por el cual no estaría de más algún gesto de acercamiento de algún mandatario europeo (gestos que se echan en falta, y siempre son de agradecer), si es posible acompañada de una invitación a escuchar en directo la novena sinfonía de Beethoven, más conocido como "El himno de la alegría", que durante tanto tiempo ha cohesionado a las naciones europeas.

Seguro que tendría más efectos que la canción del grupo ABBA, con coreografía incluida. ¿O es que el parentesco de hermanos se pierde, así, de la noche a la mañana...? La señorita May sigue siendo europea, y el Big Ben sigue marcando la cuenta atrás. No hay excusas ni tiempo que esperar.

José Luis Meléndez. Madrid, 16 de noviembre del 2018
Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

15 de noviembre de 2018

Silos no es La Cartuja

Un hogar puede transformarse en un taller, en un gimnasio o en una biblioteca. Incluso en una abadía de La Cartuja…

Es posible que el hogar sea un paraíso. "Hawai y Bombay" creo que representan para José María Cano, compositor de este tema musical, y ex componente del grupo Mecano, dos planos, como son el físico y el espiritual.

Recuerdo en una entrevista que decía que tenía la casa dividida en dos partes, es decir, en cuerpo y en alma. En una se supone que se recreaba intelectualmente y en la otra físicamente (salta a la vista por su cuerpo escultural, que cultivaba su físico).

Coincido con esta perspectiva, aunque creo que no hace falta delimitar físicamente el recinto. Un hogar puede transformarse en un taller, en un gimnasio o en una biblioteca. Incluso en una abadía de La Cartuja...

Algunas veces para justificar la paz que puede llegarte a proporcionar el silencio y la soledad, suelo decir que "en Silos de vez en cuando cantan...". Vamos que Silos no es La Cartuja, ni que un benedictino tiene mucho que envidiarle a un cartujo.

José Luis Meléndez. Madrid, 15 de noviembre del 2018
Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

13 de noviembre de 2018

¿Imitadores o limitadores?


La parodia nos aleja de uno de los objetivos primordiales del humor, como es el aprender a reírnos de nosotros mismos

Algunos días como hoy suelo escuchar y compartir algún tema musical a través de las redes sociales. Hoy he escuchado "Perdóname" de Camilo Sesto, el cual me ha llevado a preguntarme: ¿Cuántas personas se habrán reconciliado con este tema, sin saber lo que un día llegó a separarles...?

He leído la trayectoria de Camilo en Wikipedia y es impresionante. Me parece uno de los mejores compositores. Tiene una sensibilidad envidiable. Ha compuesto temas para músicos de primera línea. Su voz además es un prodigio. Es un artista integral.

Me parece una injusticia que se hayan parodiado sus dotes interpretativas. Aunque sea con su consentimiento. Lo considero una falta de respeto a la libertad de expresión  del individuo, y una forma de coacción e intimidación personal en la que los telespectadores no debemos entrar. Porque nos aleja de uno de los objetivos primordiales del humor, como es el aprender a reírnos de nosotros mismos.

No se lo merece una persona que ha aportado tanto a la cultura, y que nos ha hecho sentir más humanos, y mejores personas. Por eso, cada día, me gustan menos los imitadores. O mejor dicho los "limitadores" de la libertad invividual.

José Luis Meléndez. Madrid, 13 de noviembre del 2018
Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

11 de noviembre de 2018

Perriwoman

Ser musa de tu padre, de tu amigo, y de tu gran amor, es una sensación que muy pocas mujeres de hoy en día pueden experimentar

Estoy indignada. Mi cara lo debe decir todo. No hay derecho: ser perra es más complicado que ser mujer. Por varios motivos. En primer lugar vivimos menos, no tenemos opción a contraer matrimonio, nuestro periodo dura veinte días, y con frecuencia nos vemos obligadas a soportar el machismo de los perros de cuatro y de dos patas. El hecho de vivir menos no me importa, porque al final lo que cuenta es la calidad y la intensidad con la que una vive su vida (valga la redundancia). Además que yo sepa los animales no nos morimos: nos vamos con nuestra manada, nuestra cultura, y nuestro aprendizaje a otro parque. Eso es al menos lo que me han contado mis amigas que han estado a punto de irse.

Soy consciente de que he ejercido una gran influencia en mi padre, cosa que aún no ha conseguido ninguna pretty woman de dos piernas. Incluso me ha escrito y leído cuatro poemas dedicados a mi persona, y que saldrán publicados con una foto mía en un libro que está en la imprenta a punto de salir publicado. Y digo persona porque los animales también tenemos nuestra personalidad. Ser musa de tu padre, de tu amigo, y de tu gran amor, es una sensación que muy pocas mujeres de hoy en día pueden experimentar. Muchas de ellas siguen pensando que lo más importante es el sexo. Así les va. Se quedaron dormidas en la adolescencia, en la cama de los instintos, y necesitan a su lado un hombre para sentirse mujeres, cosa que no entiendo.

A mí por el contrario para sentirme perra me es suficiente con ver a mi Toby o  algún que otro pura sangre, porque considero que antes de sentirse mujer o perra, es mucho más importante sentirse querida. Así que mientras ellas buscan sexo, a mi me sobra todo el cariño del mundo. El matrimonio no forma parte de nuestros planes porque somos seres grupales. No nos conformamos con el cariño de una sola persona. Quizás sea porque tenemos el corazón más grande. De ahí que el amor humano sea mucho más efímero, interesado y primario que el que nosotras podemos dar de una forma constante, hasta el final de nuestros días. Sin separarnos, divorciarnos, ni todas esas excusas (a veces el olfato es más fiable que los instintos).

Aún recuerdo mi adolescencia. El periodo me vino un día en la cama de mi padre, cuando estaba ausente. Cuando vino y se percató en lugar de regañarme me dijo: “tranquila, no pasa nada. Enhorabuena, ya eres una mujercita”. A partir de entonces creía que las cosas iban a ir a mejor, pero los primeros celos, supusieron un auténtico trauma. De repente los machos se olvidaron de mi cara y cogieron la costumbre de venirme a saludar por detrás. Hasta que un día le dije a mi padre: “papá, quiero ser lesbiana”.

No me da vergüenza reconocerlo. A mis dieciséis años sigo siendo virgen, pero estoy segura que he recibido  mucho más amor que muchas mujeres, y que mi vida ha sido más plena que todas esas perritas de dos piernas, que podrían construirse una urbanización con todos los dormitorios en los que han pernoctado. Demasiados gemidos y muy pocos latidos. En la relación con los hombres de mi especie, siempre he buscado las relaciones estables, aunque como he dejado bien claro, nunca me han faltado pretendientes ocasionales. Mi primer amor fue Copito (que en paz descanse), y hoy en día mi corazoncito lo ocupa Toby. Como consecuencia del acoso que sufrí en mi adolescencia, actualmente presumo de tener más y mejores amistades de mi sexo.

Aun así, hace un año sufrí una agresión machista por parte del energúmeno de mi vecino. Un sharpei sin castrar y dopado hasta las trancas de testosterona de un tamaño tres veces superior al mío. El muy valiente se tiró a por mí y me abrió en canal con su dentadura una raja limpia de unos ocho centímetros. Mi familia logró llevarme viva a Torrejón en donde mi prima que es veterinaria me cosió la herida. La operación fue costeada por la mamá irresponsable del acosador.

Eso sí, a diferencia de una fémina de dos piernas, yo no he tenido juicio; ni le han impuesto al agresor una orden de alejamiento. Así que cada vez que su domadora (más que tutora), entra en mi casa y huelo el hedor del maltratador, no paro de ladrarla y recordarla aquel acto que a punto estuvo de separarme para siempre de los míos, y la pésima educación que como mala madre imparte a su “cara arrugada”.

Como víctima de la violencia de género hoy llevo este chándal de color rosa. No me considero feminista, sino una mujer perruna o perriwoman que merece el mismo respeto y los mismos derechos que cualquier miembro con miembro de mi especie. Aun así estoy esperando la ocasión para salir a la calle y sumarme al próximo acto público, que el movimiento feminista #Me Too celebre. ¿Vendrán ustedes...?

José Luis Meléndez. Madrid, 10 de noviembre del 2018

5 de noviembre de 2018

Simbología de La Pluma en Ristre


Estimadas lectoras/es:

Como habrán podido comprobar hace unos días la portada del blog ha cambiado su imagen. Se ha elegido la imagen actual porque en primer lugar simboliza la libertad, la observación, y por tanto el análisis del terreno.

Las tres plumas o almas de las que consta el blog, son la pluma roja o social, la pluma verde o ecológica y la pluma azul o genérica.

El ave en vuelo, espíritu del autor, escribe en el cielo el nombre de la pluma, ayudándose de las nubes como tintero.

El vuelo del ave simboliza la imaginación del escritor.

El logo de la mano del autor empuñando la pluma simboliza la pasión por la escritura, como elemento femenino.

La pluma además proviene de las aves. Gracias a ellas empezamos a escribir, y a leer con artes como la cetrería. A ellas les debemos por tanto parte de nuestra cultura.

Al tratarse de un blog amante de los animales, no podía faltar la imagen representativa de uno de ellos, como es el de un ave en movimiento,  que con el aleteo de sus alas escribe, valiéndose de las nubes el nombre del blog en el cielo.

Muchas gracias por seguir La pluma en ristre

José Luis Meléndez. Madrid, 5 de noviembre del 2018

La España nacionalista

El independentismo no puede neutralizarse con más nacionalismo

La excusa tardía e inoportuna de homenajear a los guardias civiles agredidos en la localidad navarra de Alsasua, se ha convertido para España ciudadana, convocante de dicho acto, en una nueva oportunidad para reavivar el agravio entre españoles, atacar al gobierno sin hacer una sola propuesta (salvo el piloto automático y judicial del artículo 155), y utilizar la bandera de todos los españoles en un acto que se suponía cívico y exento de ideología (más fácil es mover la mano que ofrecer una propuesta digna y patriótica al país, lo cual levanta ciertas sospechas sobre el verdadero plan de las tres derechas unidas hoy por primera vez en dicha localidad).

La minoría independentista de catalanes y no los problemas que padecen millones de españoles en su vida diaria, ha sido una vez más, el punto de vista democrático que la marca blanca de Ciudadanos, ha utilizado contra el gobierno y el Estado.

La España nacionalista más que ciudadana, representada por las tres derechas, ha encontrado su filón electoral en el independentismo catalán. O se han equivocado de país, o se han olvidado de nosotros. Porque al ciudadano de a pie, desde hace años, le sigue dando la sensación de vivir en una eterna y  monotemática campaña electoral en clave catalana.

Nadie se imagina el precio electoral y el enfrentamiento social, en caso de convocar nuevas elecciones, que puede suponer para la derecha, pero sobre todo para España, el hecho de no apoyar unos presupuestos sociales pensados y elaborados en beneficio de una mayoría de españoles. Porque el independentismo no ha hecho más que crecer con un gobierno de derechas como el Partido Popular, motivo por el cual, el independentismo no puede neutralizarse con más nacionalismo, sino con más diálogo.

El acto de hoy ha sido un fracaso que ha estado al borde del enfrentamiento civil. Esta no es la unidad ciudadana que los españoles desean. Todas las banderas son separatistas y dividen a las personas, aunque persigan o pretendan lo contrario. Porque la verdadera España ciudadana está formada por múltiples sensibilidades que no caben en unas determinadas siglas y en unos determinados colores.

Hurgar en las heridas por ventura ya cicatrizadas de la sociedad española como el terrorismo, no es sano para la reconciliación del país, ni  para la convivencia entre españoles. Quien siembra vientos, recoge tempestades.

José Luis Meléndez. Madrid, 4 de noviembre del 2018
Fuente de la imagen: Escudo de Alsasua. wikimedia.commons.org

2 de noviembre de 2018

A un vecino

Hoy en lugar de aportarme aquellas emociones de la adolescencia, me ha robado a mí (con todo su derecho), a un pobre vecino, un trocito de su corazón

A los vecinos hay una fuerza oculta que nos une. Lo desconocía en su justa medida hasta el día de hoy. A las tres de la tarde la televisión me ha dado la noticia: Álvaro de Luna se nos ha ido. No he tenido la suerte de conocerle personalmente, ni de cruzármele por la calle, pero si el orgullo de dejarle varias veces en su buzón su periódico.

Todo lo contrario que a José Sancho (El estudiante), o a Sancho Gracia (Curro Jiménez), antaño vecinos de Álvaro y mío. Los tres eran personas sencillas. A Sancho he tenido la oportunidad de encontrármele en el autobús de la línea 70 en chándal, y paseando de frente por la calle Añastro. No me perdía un capítulo de la serie “Curro Jiménez”.

¿Cómo puede uno asumir así, de golpe que cualquiera de los tres se haya ido, habiéndolos visto en más de cincuenta capítulos? Me queda la cara de bonachón de este humilde actor secundario, que supo encarnar el papel de "El Algarrobo". La fuerza bruta que supo aportar en la serie en favor de la gente humilde, robando a la clase pudiente de entonces para repartir la riqueza entre los pobres.

Hoy en lugar de aportarme aquellas emociones de la adolescencia, me ha robado a mí (con todo su derecho), a un pobre vecino, un trocito de su corazón. No me lo esperaba. Siento quizás egoístamente su marcha. Ha preferido luchar como él solo sabía y esperar, para no irse el día de los difuntos, y entristecernos aún más con su partida.

La lección que me dejas, querido Álvaro, es que no hace falta tener un papel de protagonista para ser un buen actor. Supongo que a partir de ahora os pondréis a preparar juntos los capítulos de la próxima serie. Siento de momento no estar invitado. Ni que sepas dónde vivo, para que esta vez fueras tú, el que dejara en mi buzón dicha invitación.

Muchas gracias por tu ejemplo.

Hasta siempre.

Descansa en paz.

José Luis Meléndez. Madrid, 2 de noviembre del 2018
Fuente de la imagen: 20minutos.es

29 de octubre de 2018

La España moderada

A las próximas elecciones concurrirán muchas fuerzas, pero solo habrá dos opciones: la España moderada, democrática y constructiva, o la oposición crispada, insolidaria e inmovilista.

Han quedado escritas y grabadas en el diario de sesiones de la Cámara Baja, para mayor gloria de los autores, las palabras que los aspirantes conservadores y no conversadores a hacer oposición, han dirigido al Presidente Sánchez. Un Presidente elegido y proclamado democráticamente por una mayoría de fuerzas que representan a los españoles en el Congreso.

El día 24 de octubre pasará de esta forma a la Historia como un día eufórico y exultante para los candidatos opositores, pero muy triste para la mayoría de españoles de izquierdas y de derechas (el centro ideológico desde la brillante y corta legislatura de don Adolfo Suárez, es un espacio político que no existe, y al que todos aspiran a ocupar en campaña electoral, para arañar unas cuantas voluntades).

La obligación de todo político es buscar el diálogo en aras del bien común, y la moderación una virtud que un político jamás debiera abandonar. Les ha resultado fácil a los conservadores sin conversación, pero nada rentable desde el punto de vista electoral, llamar golpista desde la Cámara democrática, al representante de todos los españoles, pero les ha faltado clase y dignidad democrática a la hora de rectificar, a pesar de haberle concedido el destinatario y representante de los ciudadanos demócratas ofendidos, la oportunidad de hacerlo.

No hay mayor golpe de Estado que claudicar del papel que a uno le otorgan democráticamente y no cumplirlo. Después de tres meses los adversarios de los resultados democráticos surgidos de la moción de censura, siguen sin asumir su derrota, y sin entender la naturaleza democrática de este procedimiento. Han optado por el inmovilsmo y por intoxicar con la crispación la sociedad española, para evitar hablar de los problemas del Estado que tiene España, y ocultar de paso la falta de proyecto que tienen hacia un país al que tanto dicen querer.

Es bochornoso para el ciudadano de a pie desencantado, de ideología desteñida e incolora, contemplar la falta de acción política, de propuestas por parte de la oposición, y de estadistas como los de antaño, que anteponían los intereses de los españoles a los suyos propios.

Es muy fácil hablar desde la ideología pendular y oscilante, abstencionista e inmovilista, antes de centro, más tarde socialdemócrata, ayer liberal, hoy de derechas, y mañana no se sabe qué, hablar de golpismo en democracia, y faltar a la mayoría de ciudadanos que representa el Presidente de Gobierno. Más difícil es hablar de democracia dentro de dichas organizaciones, provistas de cúpulas piramidales. O ir de partido constitucionalista cuando no se respeta en su seno la libertad de expresión recogida en la Carta Magna, ni el derecho a la intimidad personal: “te espían tal cual hacen los agentes de la KGB” (Carolina Punset)´, como recoge en un artículo el diario El País. O cuando se cuestiona de una forma totalitaria con el uso de la palabra desde la tribuna de oradores, la permanencia en el escaño de una ministra como Margarita Robles, por no pensar como el Presidente de su grupo parlamentario.

Ha vuelto la España de blanco y negro. La “aznarización” de la derecha teledirigida como consecuencia de la falta de experiencia, de equipo, de ideas de los respectivos candidatos a hacer oposición a la hora de buscar soluciones a los problemas de España. Andan preocupados en Génova por los últimos sondeos. Por la falta de equipo, por el desvarío y las ofensas de algunos de sus miembros a los niños españoles de Andalucía, por la deriva emprendida, la incertidumbre sobre la trayectoria del partido, y el abandono del centro moderado que representaba el anterior equipo.

Se echan en falta perfiles más moderados de gestión y de peso como los de la ex Vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Perfiles abiertos y dialogantes sin escrúpulos a la hora de dialogar, tender puentes y llegar a acuerdos, y que desde la “aznarización casadiana”, han provocado y propiciado una nueva alternativa en Vox.

Ha empezado el NO-DO. El azul y el naranja han dado paso al blanco y al negro. A las próximas elecciones concurrirán muchas fuerzas, pero solo habrá dos opciones: la España moderada, democrática y constructiva, o la oposición crispada, insolidaria e inmovilista. Como dijo el día 8 de octubre la ex diputada y portavoz de Podemos en la Asamblea de Madrid, Lorena Ruiz-Huerta, en su discurso de despedida del grupo parlamentario: “cuando dos elefantes se pelean, quien más sufre, es la hierba, la mujer”. En este caso la hierba es España, y los elefantes, los aspirantes conservadores y no conversadores a hacer oposición.

José Luis Meléndez. Madrid, 28 de octubre del 2018
Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

23 de octubre de 2018

Seiscientas veces sí


Aquella habitación ambulante con ruedas, tenía un espacio lo suficientemente reducido para facilitar las relaciones y el intercambio de feromonas

Hace sesenta años que comenzó a rodar por las carreteras españolas. Pocas marcas y modelos automovilísticos pueden presumir hoy de haber contribuido de una manera tan directa y dilatada en el tiempo al desarrollo económico social y demográfico de su propio país, como lo hizo este prototipo de escarabajo español.

El primer Seat 600, conocido coloquialmente como “el seiscientos”, salió de la Zona Franca de Barcelona, en el mes de junio del año 1957. De sus cuatro versiones, llegaron a venderse cerca de 800.000 unidades, hasta que en el año 1973, dejó de producirse. Su precio asequible (378,64 euros), y el bajo coste de su mantenimiento, fueron factores que contribuyeron a que el modelo se popularizara, hasta llegar a transformarse en uno de los iconos de los años sesenta.

El vehículo de forma semicircular, constaba de un maletero delantero reducido, lo cual hizo ser a las familias de la época más prácticas, a la hora de viajar. Las bacas de los coches y los toros Osborne, campaban a sus anchas por las nacionales de España. A pesar de su lentitud en subir algunos puertos de cierta dificultad, el boliche compensaba sus limitaciones con velocidades que alcanzaban en las autovías, los ciento veinte kilómetros hora.

El seiscientos no tenía aire acondicionado, pero gracias a las ventanillas de sus dos únicas puertas delanteras, muchos ciudadanos pudieron sentir en la cara los aires de la libertad, que años más tarde trajo la democracia. Aquella habitación ambulante con ruedas, tenía un espacio lo suficientemente reducido para facilitar las relaciones y el intercambio de feromonas. Más si se tiene en cuenta que aquellos viajes limitados por la velocidad, duraban más de lo habitual, lo cual suponía una ventaja, a la hora de conocerse.

Durante varias décadas y generaciones, el seiscientos ha sabido aportarnos más momentos felices que desdichados. Nos ha acompañado a los guateques, a los picnics, a la playa, al pueblo, y ha sido el nido de amor de los padres de la generación del baby boom. Tener entonces un seiscientos, era sinónimo de tener novia. A pesar de sus limitaciones, a la hora de consumar los momentos íntimos, nuestro amigo y compañero, supo estimular y excitar la imaginación de los amantes.

En esta sociedad actual, fragmentada ideológicamente, desolada como consecuencia de su baja natalidad, y deprimida por su alto índice de separaciones, se echa en falta un modelo que inspire al conductor y a sus acompañantes, la misma ternura que nos supo dar el seiscientos. Un modelo de coche no apto para todos los públicos. Porque el seiscientos era un coche exclusivo para románticos. Nunca un coche tan pequeño como el seiscientos, podrá aportar tantos valores como en aquella época lo hizo el seiscientos.

Ahora los coches vienen equipados con todo, pero no le enseñan a uno nada. Sus altas prestaciones, y su aire acondicionado, enfrían los valores y ahuyentan las feromonas. Sin embargo aquel amigo cómplice y práctico, nos enseñó a relacionarnos, a conocernos, a amarnos, y nos reconcilió en la democracia a los españoles.

Le faltan palabras a uno para homenajear con seiscientas palabras a este motor y a esta carrocería curvilínea y progresista, que supo dar a la sociedad de su tiempo lo mejor de sí. Lo que no me faltarán serán respuestas, si un día me preguntan si me acuerdo del Seat 600. Entonces responderé seiscientas veces sí.

José Luis Meléndez. Madrid, 10 de agosto del 2017
Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

22 de octubre de 2018

Una de espías

Es indignante y vergonzoso que algunos medios mercadeen y hagan públicas las intimidades de cualquier ciudadano

😎 (gafas de espía). Hace unos años repartiendo publicidad para un proyecto personal (cuando entonces tenía coche), entre Pozuelo y  Boadilla del Monte, me perdí, y al seguir una calle, fui a dar con un edificio blanco y alargado. Cuál es mi sorpresa, cuando al llegar al final de la misma, veo una puerta metálica, a un metro escaso de donde me encontraba, que a su izquierda tenía un escudo circular de un metro y medio de metal, que ponía: "CESID", antiguo acrónimo del actual CNI (Centro Nacional de Inteligencia).

Nunca me he sentido tan intimidado. Entonces pensé: "me deben de estar haciendo en estos momentos, una radiografía de todo el aparato digestivo". Aunque durante el viaje de vuelta tampoco descarté que se olvidaran de escanear la matrícula, hacer una resonancia al coche, y una radiografía de cara y perfil a su dueño.

Ignoro la velocidad a la que salí de allí. El caso es que logré maniobrar, en medio de todo el subidón, dar la vuelta, y salir de allí, lo más rápido que pude. Fueron unos minutos angustiosos y eternos. Todavía no me han llegado los resultados de las pruebas...😉

Algunos periodistas, han manifestado su indignación, porque el CESID, grabó al rey emérito. Creo que el organismo ha cumplido con su labor, porque el rey es un ciudadano más, igual que el FBI, debiera controlar al señor Trump. Los servicios de inteligencia están para velar por la seguridad nacional, y ahí estamos todos los ciudadanos incluidos.

Lo que resulta verdaderamente indignante y vergonzoso, es que algunos medios  mercadeen y hagan públicas las intimidades del Jefe del Estado, o de cualquier ciudadano. El monarca también tiene derecho a su intimidad personal. Y su intimidad personal, creo que muy poco le interesa a la mayoría de los españoles, mientras ésta no afecte a la sociedad a la cual representa.

José Luis Meléndez. Madrid, 21 de marzo del 2017
Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

13 de octubre de 2018

El bien común

Los soberanistas pretenden separarse de España, mientras la oposición se ha independizado y desentendido de los demás problemas de los españoles

Decepción. Pena. Impotencia, y rabia contenida. Apuesto a todas luces a que son sentimientos que comparten millones de españoles, al ver como la clase política de su país, es incapaz de remar en la misma dirección, de llegar a alcanzar acuerdos de Estado desde hace años. La misma que se puede llegar a sentir cuando uno ve ciertos concursos. Esos programas televisivos que llegan a conceder más de un millón de euros a un solo concursante por el mero hecho de ganar, mientras millones de españoles carecen de dinero y de recursos suficientes para cubrir sus necesidades básicas.

Leo el titular en una conocida revista de salud antes de que el gélido invierno haga su entrada, dentro de escasos días en la península y de que afecte de forma directa a la inmensa mayoría de ciudadanos: “El frío aumenta un 30% el riesgo de sufrir un infarto”. Una conclusión a la que ha llegado un estudio realizado por un equipo de investigación del Hospital alemán Universitario Jena, y que a su vez ha sido respaldado por otro trabajo llevado a cabo por la London School of Hygiene & Tropical Medicine, según la cual, por cada grado inferior a los 18ºC, el riesgo de sufrir un infarto crece un 2%.

Esto según dichos especialistas esto es debido a que el organismo como medio de protección contra el frío, tiende a espesar la densidad de la sangre,  a aumentar por tanto su presión, facilitando de esta forma la aparición de dicha dolencia. Las noticias cuando uno vuelve a España tampoco son muy halagüeñas. Un informe de Cáritas basado en un estudio social entre los años 2007-2017, advierte que seis millones de personas en el país, se encuentran al borde de la exclusión, además de los 4 millones de personas que la ONG sitúa en exclusión severa.

Además el total de personas en situación de exclusión social no severa ascienden según dicha organización, a 8,6 millones de personas, un 1,2 de millones de personas más que en el año 2017. La conclusión a la que llega Cáritas, es por un lado que la recuperación económica se produce de una forma desigual, ya que avanza a dos velocidades, y por otro, que un empleo no asegura la integración social.

Uno de los colectivos con mayores dificultades de inserción lo forman los adultos comprendidos entre los 45 y los 64 años, que ha pasado de un nivel de exclusión del 13,1% en 2007 al 18,4%. Entretanto en la capital de España, la Comunidad de Madrid, en lugar de ayudar a los mendigos a mejorar su situación, como señala Ángel Hernández, coordinador de la Red Madrileña de Lucha contra la Pobreza a la hora de solicitar la Renta Mínima de Inserción (RMI) de 400 euros, se les exige una declaración jurada de sus beneficios en la calle.

España atraviesa por un momento histórico desde hace diez años. El gobierno ha aprobado los primeros presupuestos sociales que pueden permitir dignificar la vida de muchos ciudadanos que se han quedado en el camino, y que han contribuido con sacrificio a levantar el país y llegar hasta aquí. Muchos de estos españoles exigen hoy a sus representantes la altura de miras y el mismo apoyo que ellos recibirán dentro de unos meses en las urnas. No se trata de una rivalidad entre partidos, sino de un acuerdo de Estado que recupere y premie la ejemplaridad de los esfuerzos llevados a cabo por esos ciudadanos a lo largo de una década.

Faltan ideas brillantes y sentimientos nobles en la política. Los soberanistas pretenden separarse de España, mientras la oposición se ha independizado y desentendido de los demás problemas de los españoles. Ha olvidado el espíritu conciliador de la Transición, y ha recurrido al de la confrontación. No son difíciles las cuentas del presupuesto, sino las ganas de querer llegar a acuerdos. La convocatoria de unas nuevas elecciones, con la obtención de similares resultados, no va a resolver los problemas de la sociedad. Querer mejor y no tanto a España, es pensar en todos los españoles, no solo en Cataluña, con fines partidistas. No es portar una bandera en la mano y unas gafas para ver solo Cataluña. Eso es solo postureo, españolear sin resolver los problemas del país, y no hacer patria.

Los españoles en general, pero de manera particular las fuerzas opositoras al bien común, han recibido una lección esta semana de los ciudadanos isleños de las Baleares, que de forma voluntaria han sabido unirse hasta llegar a colapsar el servicio de emergencias 112. Se han unido todos: ciudadanos de izquierda, de derecha, independentistas y nacionalistas. Juntos han sacado lo mejor de sí mismos, y se han remangado con una única meta: el bien común. Sin portar ninguna bandera.

Hoy es 12 de octubre, día de la Hispanidad. Día de todos los españoles. No solo de los que llevan la bandera española y miran hacia otro lado mientras entonan el Himno. También de todos aquellos ciudadanos que durante este próximo invierno, mientras vean un concurso de televisión, tiritarán de frío este invierno, debajo de sus mantas.

José Luis Meléndez. Madrid, 12 de octubre del 2018.
Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

8 de octubre de 2018

"Versos al paso"

No se puede pisar la cultura, las reflexiones, ni los sentimientos

Hace aproximadamente un mes el Ayuntamiento me propuso ceder alguno de mis versos, con objeto de escribirlos en algún paso de cebra de la ciudad. Al principio la idea de "Versos al paso", sonaba bien, pero luego lo pensé. El caso es que he hecho caso omiso a la propuesta, porque no me gusta que pisen mis versos los peatones, las ruedas de las bicicletas, de los cochecitos, de los carros, y menos que le cayera a alguno de ellos, alguna mancha o escupitajo.

Hoy he visto por primera vez una de esas inscripciones. Me he tenido que apartar dentro del paso de cebra, para no pisar los versos de uno de mis compañeros, ya que vengo a la biblioteca con un carrito. Amanda piensa igual que yo, es decir, que la cultura tiene que estar en las bibliotecas. Creo que mejor hubiera sido llevar esa misma idea a las bibliotecas, de forma que los lectores hubieran podido hablar con los autores, e incluso firmarles algún ejemplar que ya tuvieran.

No existe ningún otro motivo. Agradezco al Consistorio que se haya acordado de mí. Me siento mejor habiéndole entregado a una Unidad suya como es la UMA (Unidad de Medio Ambiente de la Policía Municipal de Madrid), un poema sincero, íntegro, espontáneo y sin ningún tipo de publicidad por mi parte.

Respeto la iniciativa, y siento como vecino de Madrid enormemente no poder participar en el evento, ni corresponder al ofrecimiento, pero pienso que los poetas además de escribir con el corazón, hemos de ser consecuentes y de actuar de acuerdo a sus principios y directrices: no se puede pisar la cultura, las reflexiones, ni los sentimientos.

José Luis Meléndez. Madrid, 8 de octubre del 2018

1 de octubre de 2018

¡Pffsss...!

Es inmoral, injusto y mezquino, exigir a un animal el mismo comportamiento social, que le corresponde a un humano

Al señor Ángel Antonio Herrera no le parece bien que los perros orinen donde les dé “gana de la urgencia”. Al cronista del famoseo le parece poco lo que aguardan pacientemente en sus casas las mascotas a sus tutores, y propone algunos espacios destinados a ello, ya que constituye según él un problema estético y de salud pública.

En resumidas cuentas, lo que viene a decir el señor Herrera es que el hombre por el mero hecho de serlo, puede orinar cuando quiera, pero el perro además de esperar a que llegue su tutor, ha de esperar a que este encuentre un lugar adecuado (si es que lo encuentra), independientemente de si llueve, hace frío, o está mala la  mascota. El animal ha de hacer sus necesidades cuando su “amo” (sic), lo diga.

Para solicitar y proponer una solución, Herrera se dirige por carta a la Alcaldesa desde el periódico ABC (de fecha 26 de septiembre y que lleva por título "El perro"), que a todas luces es un medio poco probable de que lo lea Dª Carmena, y que viene a ser lo mismo que dirigirse al Papa desde MUNDO OBRERO. Lo hace para exigir una normativa que comprometa al “dueño” y perjudique aún más al perro (aunque según él no tiene nada en contra de los perros).

El amigo de los perros y el vecino solidario propone incluso que el tutor de la mascota lleve un “agua de jabón”, o “similar”, como ocurre en otras ciudades por si no hubiera sitio para que los animales alivien su extrema necesidad. Una medida exótica, como él mismo reconoce, ya que, si se tiene en cuenta que Madrid tiene 300.000 perros, y cada uno desagua tres veces al día, se evitarían según él al mes seis millones de meadas.

De las peticiones del quejumbroso y afectado ciudadano se deduce que nunca ha estado descompuesto, estreñido, ni se ha visto en la imperiosa tesitura de hacer sus necesidades en un lugar público. Ni siquiera en su más tierna infancia, cosa está sí, verdaderamente exótica. Incluso es posible, según su propuesta que lleve entre sus enseres diarios algún “agua de jabón”, ya que las cisternas que utiliza como ciudadano no llevan incluidas dicho detergente.

El orín de los perros, y no las insolidarias acciones perjudiciales del hombre con respecto a sus semejantes y a las demás especies, merecen para el periodista del corazón una obsesiva y sospechosa cuestión a tener en cuenta por parte del Consistorio. Bañarse con protectores solares en las piscinas sin ducharse, hacer las respectivas micciones por cada uno de los baños, los escupitajos y los vómitos de su especie, la contaminación atmosférica, las basuras fuera de los contenedores, las pipas y los chicles en el suelo, los adoquines levantados o las hojas resbaladizas, son asuntos menores y más llevaderos para el ciudadano Herrera.

Es importante y a la vez urgente según su misiva consistorial que los animales cumplan y hagan lo que los humanos con lustros de normas distadas son incapaces de cumplir. De ahí la brillante idea de proponer nuevas medidas. Mientras algunos urinarios públicos, en vista del buen ejemplo que algunos humanos dan a los animales, seguirán cerrando sus aseos con llave debido a la lamentable situación en al que lo dejan algunos clientes.

Los estornudos en la cara, la halitosis, la sudoración axial, la ducha diaria, el tirar de la cadena o el levantar la tapa de la taza, tirar las servilletas y los huesos de las aceitunas al suelo del bar, o lavarse las manos después de orinar y la boca después de hacer propuestas exóticas, no son asuntos de salud pública según el solicitante.

El grado de exigencia del ciudadano Herrera denota una falta de empatía y de objetividad hacía todos los vecinos de la ciudad. Señalar solo a los ciudadanos que tienen mascota constituye un auténtico derroche de civismo sectario. Madrid tiene seis millones de habitantes, pero el columnista ha ido a responsabilizar de la salud pública a los tutores de los trecientos mil canes que tiene la capital. Si multiplica los seis millones por las tres veces que cada uno de ellos deja de cumplir como ciudadano con sus obligaciones, le salen al señor Herrera un montante de doce millones de cagadas humanas.

Es inmoral, injusto y mezquino, exigir a un animal el mismo comportamiento social, que le corresponde a un humano debido a sus diferencias biológicas y sociales. Más económico para las arcas públicas y para la salud de los ciudadanos sería que la Alcaldesa dictara una norma que obligara a ladrar dos veces antes de hablar sin fundamento. Los perros escriben en el suelo sus obras, y el señor Herrera sus columnas donde le da “gana de la urgencia”. Yo como lector de dicha columna, por si acaso se han visto contaminadas sus líneas, y para rendirle mi pleitesía, voy a rociarlas con su permiso, con “agua de jabón”. ¡Pffsss…!

José Luis Meléndez. Madrid, 30 de septiembre del 2018
Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

24 de septiembre de 2018

Ética productiva

Hay que empezar a tratar a los animales por lo que son, y no por lo que dan

El concepto de Bienestar Animal mal entendido, pero sobretodo utilizado con fines comerciales, provoca como puede verse en esa parte de la sociedad que son las redes sociales, un gran Malestar Humano (también con mayúsculas...).

El trato que dan los empleados de Leche Pascual a sus vacas, se nota en la leche. Ese es el mensaje que la empresa pretende con más o menos acierto trasladar a sus actuales y potenciales clientes. Otra cosa es el trato que  otorga a dicho concepto, a su producto, a su marca, a la competencia, y a la utilización de los animales en sus intentos de fortalecer su marca.

Recientemente la firma ha obtenido el sello de “Bienestar” Animal por parte de AENOR en sus granjas. Dicho certificado tan solo considera el cumplimiento de cuatro estándares: una buena alimentación, un alojamiento adecuado, el cuidado de su salud, y un comportamiento del animal propio de su especie.

Es muy probable que la noticia haya causado cierta perplejidad, de manera muy especial en aquellas personas que poseen mascotas, y que desde hace lustros, cumplen con similares muestras de trato con sus animales. Un trato que dispensan al animal sin vanagloriarse como lo hace la firma de una forma reiterativa, esta vez por medio de la prensa escrita, ya que se sobreentiende que forma parte de toda relación habida y por haber entre la mascota y su tutor. No es extraño por tanto que muchas personas se pregunten, qué es lo que ha estado haciendo hasta ahora Leche Pascual, para que les haya dado este repentino subidón comercial.

Cuatro requisitos que poco tienen que ver cuando uno consulta varios diccionarios de la Lengua Española, con objeto de hacer un uso correcto y etimológico de dicho término. Entiende la Lengua Española por “bienestar”: ”vida holgada o abastecida de cuanto conduce a pasarlo bien y con tranquilidad”. ”Estado de la persona (en este caso el animal), cuyas condiciones físicas y mentales le proporcionan un sentimiento de satisfacción y tranquilidad”, y ”sensación que tenemos cuando nos sentimos bien y estamos cómodos”.

Ni las vacas se lo pasan bien cuando pasa el ganadero a ordeñarlas cada día, ni dicho sello puede garantizar las condiciones mentales, ni detectar la satisfacción de las vacas encerradas en un establo en régimen de explotación. Entristece y produce  a la vez cierto malestar humano imaginarse a 90.000 vacas como la del spot bajo una tenue luz artificial, a diferencia de otras granjas gallegas y asturianas en donde se ve a los animales que pastan en libertad en los verdes prados.

¿Tanto “bienestar” psicológico tienen las vacas que en lugar de bramar de alegría, han de ser los granjeros los que las deprimen con canciones tristes y melancólicas como la del anuncio, que no han sido compuestas por ellos, y les son cantadas con una artificialidad emocional que lo único que persigue son fines productivos y comerciales? ¿Tanta satisfacción les da a los animales ver a su patrono, que es éste el que tiene que acercarse a la vaca, porque el animal bien sabe cuál es el verdadero motivo de su visita?

Aprovecha la empresa el sello recién concedido y el inoportuno spot para afirmar en su titular (“Cómo sé que bebo la mejor leche”), que su marca es la mejor leche. Asunto que conviene dejar en entredicho, porque el poseer un sello de Bienestar Animal no implica que la leche sea la mejor que existe en el mercado, ya que como reconoce Félix Díez Fariza, veterinario y responsable de Bienestar Animal de  Calidad Pascual, es el consumidor el que en última instancia ha de valorar y percibir el producto: “Las calidades del producto mejoran cuanto mejor está el animal, pero es complicado que el consumidor lo perciba directamente, por ejemplo en algunos parámetros de valor nutricional”.

Da la sensación leyendo el contenido comercial patrocinado de la marca, y del flamante sello recién otorgado, que las vacas pierden todo protagonismo y no ponen nada de su parte, además de la leche. La marca no hace gala de la paciencia de estos animales que no pueden elegir libremente su comida, ni de su tiempo. Y que se ven en la obligación de escuchar música en lugar de escuchar sonidos más naturales, como el de los pájaros, o los bramidos de su parentela. En vista de las técnicas poco éticas de sobreexplotación, no es de extrañar que dentro de poco, los establos se decoren con cuadros en los cuales aparecen prados verdes, para que las vacas se imaginen que están en libertad, den todavía una mejor leche, y de paso se crean que están en la república independiente de su casa. Me atrevo incluso a pensar que muchos telespectadores hubieran preferido el bramido sincero, libre y alegre de una vaca en libertad, al playback impostado y quejumbroso de un ganadero en mitad del establo.

Tan importante para la marca y la leche es la alimentación que come una vaca, como la publicidad que ingieren sus telespectadores. Lo malo es cuando ésta posee demasiado ácido graso, y le deja a uno “saturado”. La ética (del latín aéthica), es la parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre. No se le puede por tanto otorgar una calidad ética a la leche como la atribuye Isabelle Veissier, doctora responsable de la Unidad de Investigación de Herbíboros del INRA (Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas Francés), cuando se manipula emocionalmente por medio de la música con fines productivos a los animales, y se les utiliza para promocionar el producto y la marca de la empresa.

El objeto de la ética es la moralidad, y por moralidad se entiende el carácter de bondad o malicia de las acciones humanas. La ética no se demuestra con un sello, igual que la formación no se demuestra con un título. Hay que empezar a tratar a los animales por lo que son, y no por lo que dan, como proclama la "ética" productiva de Leche Pascual.

José Luis Meléndez. Madrid, 23 de septiembre del 2018
Fuente de la imagen: Wikimedia.commons.org

20 de septiembre de 2018

Otras guerras

Existen sin duda otras guerras, además de las que mantiene el hombre consigo mismo, y con los demás miembros de su especie

Escuchaba ayer en RNE al naturalista Joaquín Araujo. Hacía alusión a los datos publicados en la revista Science, según la cual, desaparecen al día (cada 24 horas), unos quince millones de árboles (15.000.000 de ejemplares) en el planeta. Las catástrofes, las guerras, los planes urbanísticos, las plantaciones de palma, el cambio climático, y la industria maderera, entre otros, son los culpables de esta barbarie.

Es cierto, decía, que se plantan en la actualidad la mitad de esa cifra, pero aun así es una cifra vergonzosa,  lo suficientemente preocupante y deficitaria. Más si se tiene en cuenta que los árboles que se plantan son de dos años. Lo que parece paradójico es que el hombre, ese mono que proviene de un árbol, hoy sea el causante de esto, apuntaba Araujo.

Me conmueve la imagen de esta macaca que parece reírse, y  que viene a mostrarnos lo felices que vivían antes todos nuestros antepasados en sus respectivos ecosistemas. Nada parecido a las evidencias de hoy. Existen sin duda otras guerras, además de las que mantiene el hombre consigo mismo y con los demás miembros de su especie: las que mantiene  con otras especies, con sus propios antepasados, y que no salen por vergüenza en los telediarios.

¿Cuál de los dos es el verdadero primate: el mono, o el hombre...?

José Luis Meléndez. Madrid, 20 de septiembre del 2018
Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

14 de septiembre de 2018

UMA: acto de entrega

Señor Jefe Inspector, estimadas y estimados agentes:

Muchas gracias por vuestra calurosa acogida. Hoy es un día especial. Lo es desde que hace años un miembro de vuestra Unidad, acudió a mi domicilio a prestar auxilio a un ave que no podía volar, y que curiosamente se encontraba en el jardín. Se trataba de un vencejo común. Como sabéis estos animales se pasan la mayor parte de su vida volando. Incluso duermen por espacios cortos de tiempo mientras realizan esta actividad.

Antes de tener conocimiento de vuestra Unidad, La pluma verde - sección de Medio Ambiente del blog de La Pluma en Ristre - participó con GREFA (Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona), en idénticas labores de rescate animal en vez de BRINZAL (Centro de Recuperación de Rapaces nocturnas), y protectora a la cual vuestra honorable Unidad entregó aquella criatura. Semanas después recibí una carta de dicha asociación, informándome que el animal había sido alimentado con pasta insectívora, y puesto en libertad en el Parque de El Retiro. Se pueden imaginar la ilusión que me hizo semejante noticia.

Han pasado muchos años desde entonces y nuestra relación se ha estrechado gracias a estos adorables e inocentes seres, que son los animales. Juntos hemos participado en el rescate de vencejos, de palomas urbanas, torcaces, tórtolas e incluso algún polluelo de urraca. Pues bien, la emoción sigue siendo la misma que aquel primer día.

Hoy soy yo el que viene a vuestra casa. Lo hago para haceros entrega de un poema. No se trata solo de un regalo, sino de una deuda pendiente que mi corazón (repito: mi corazón) aún tiene y tendrá con todos y cada uno de los miembros de vuestra Agrupación.

Son tantos los momentos estresantes pero en último término gratificantes que hemos pasado juntos, que he pensado que sería bueno que hoy nos viésemos de una forma más tranquila para recordar alguno de esos momentos, y enorgullecernos de todos y cada uno de ellos.

Quiero agradecerles a todas y todos, aquí, personalmente la inmensa labor que realizan. Un agradecimiento que no hago solo a título personal, sino en nombre de todas y cada una de las criaturas que no pueden hacerlo, y que habéis atendido y atenderéis a partir de ahora.

Siento un enorme orgullo al hacer hoy entrega a la Unidad de Medio Ambiente de la Policía Municipal de Madrid de este poema, que hoy gustosamente he venido a recitaros, que en unos días saldrá publicado, y que nace de un gesto de agradecimiento hacia vuestra labor. En él quedan reflejados los valores de vuestra Unidad, como son el auxilio y la igualdad profesada en la defensa de la vida de todas las especies.

Sois una Unidad adscrita a la Policía Municipal del Ayuntamiento de Madrid, pero sois además por extensión una Unidad sanitaria que desplaza a seres enfermos y heridos. Policías, sí, pero también sanitarios. Porque vuestros coches patrullas se transforman en ambulancias. No es de extrañar por tanto el creciente cariño que os muestra y demuestra la sociedad.

Sabéis que no estáis solos. Sois y seréis una Agrupación vanguardista que cuenta y que contará con muchos más efectivos que piensan y sienten como esta sociedad cada día más sensibilizada con el mundo animal. Una familia de hombres buenos que velan por otra sociedad “más desprotegida y necesitada”.

Sois una semilla ya enraizada en una comunidad que se siente satisfecha y correspondida, al recibir los frutos de vuestro trabajo y de vuestro servicio, a través de una entrega solidaria, generosa y fraternal. Que se enorgullece de contar con hombres y mujeres con una vocación tan especial, como la que demuestra cada miembro de vuestro equipo día a día.

Una entrega, la vuestra, más que evidente, la cual puede constatarse por la constante simpatía y el creciente apoyo que vuestra Institución recibe en las redes sociales. Entrega que anhela y agradece la sociedad moderna y civilizada del siglo XXI. Hombres y mujeres que os quieren y admiran. Porque saben que sois algo más que una Unidad de Policía. Saben que sois el vivo ejemplo de una verdadera hermandad.

¡Viva la Unidad de Medio Ambiente de la Policía Municipal de Madrid!


José Luis Meléndez. Madrid, 6 de septiembre del 2018

10 de septiembre de 2018

Carta especial

Estimadas lectoras/es:

Esta es una carta especial. Lo es entre otras cosas debido a mi edad avanzada. Como saben la vida y el tiempo pasan de una forma más rápida e injusta en algunas especies, entre las cuales me incluyo. No es fácil escribir a los ciento doce años, o lo que es lo mismo a los 16 años que tengo actualmente. Aun así me he decidido a hacerlo con el beneplácito de mi padre, más ocupado en otros menesteres de los cuales les iré dando cuenta.

Les escribo recién llegada de  vacaciones de tierras segovianas, lugar  dónde mi  familia actual, siendo cachorra, me adoptó ante las fatales perspectivas que me deparaban. Lo hago para acallar posibles rumores acerca de mi imagen en este blog. Muchas personas quizás piensen que se trata de un gesto simpático y comercial. Nada más lejos de la realidad.

Hace unos meses se cumplieron 28 años de mi vida dedicada a este proyecto del cual formo parte llamado La pluma en ristre. He preferido mantenerme alejada durante este tiempo, con objeto de implicarme de una forma más discreta y comprometida con él. Tampoco me ha gustado nunca sentirme una perra objeto, razón por la cual he intentado salvaguardar mi intimidad y mi propia imagen.

No comparto por tanto la idea de que una imagen vale más que mil palabras. Porque todo depende del valor que le da uno a las cosas. Mi vida ha transcurrido en un ambiente bilingüe y literario. Desde pequeña mi padre intentó estimularme intelectualmente. Muchas personas aún desconocen que los perros somos grandes lectores. Es más, leemos al día más que nuestros tutores, por medio de nuestro olfato.

Los perros también tenemos nuestros escritores favoritos. Mi escritor favorito es mi ex Tobi. Todos los días cuando salgo, le llevo a mi padre al parque para leer en el césped los poemas que aún me sigue dedicando. Somos lectores pero también escritores cuando contestamos los mensajes que nuestros amigos publican en el suelo con la tinta biológica con la que la naturaleza nos ha dotado.

En mi corta vida he tenido muchos pretendientes. Demasiados diría yo. Mis grandes amores han sido Copito, que en paz descanse, y Tobi, con el cual suelo verme algunas noches en el parque. Digo amores porque cada vez que nos vemos se producen las mismas chispas que el primer día. Copito murió siendo joven y Tobi es un perro de mi edad. Es muy cariñoso conmigo, pero sobre todo un caballero.

Como digo, en mi corta pero intensa vida, no me ha dado tiempo a hacer algunas cosas horrendas que he visto en los humanos, y las pocas que he hecho (no recuerdo ninguna), ha sido sin lugar a dudas de manera inconsciente. Y eso que los humanos presumen de tener cinco sentidos, cuando de lo que se trata es de utilizarlos lo mejor que uno puede.

Comienza el mes de septiembre y con él el nuevo curso laboral y académico, aunque durante el tiempo estival, como habrán comprobado, he participado en varias publicaciones de La pluma verde, sección que como saben inauguré hace años. Una sección que con el tiempo ha contribuido a abrir otras secciones y trabajar otros géneros. Entretanto y durante el verano, mi padre se ha ocupado de actualizar la imagen del blog y de las redes sociales.

El próximo día 14 de septiembre, la pluma verde va a tener el honor y el placer de entregar un poema a la Unidad de Medio Ambiente de la Policía Municipal del Ayuntamiento de Madrid. Antes dirigirá unas breves palabras a los hombres que forman parte de dicha agrupación, palabras que se harán públicas el próximo lunes. Se trata de un poema institucional, y de una contribución familiar, que gracias a mi sección, a mi padre y a mi madre, Amanda, hemos escrito con cariño a dicha Institución, en reconocimiento a las tareas de rescate animal que hemos llevado a cabo de forma conjunta.

Un poema que será leído y entregado al Jefe de la Unidad, y que saldrá publicado en un libro de cincuenta y dos poemas dentro de unos días (aproximadamente un mes),  en el que mi padre se ha implicado en la dirección editorial, en la producción, en las imágenes, en los tipos de letra, y en la cubierta. Se informará al respecto. En la escritura del libro han participado dos periodistas. Como prologuista Luis Eduardo Siles, actual columnista de cultura de la revista "El siglo", y como epiloguista, Nacho Ramos, autor de varios libros, y profesor de mi padre, al cual ha ayudado en las tareas de corrección de dicha obra. 

Me siento muy orgullosa de haber contribuido con mi compañía en este proyecto. Nunca imaginé que llegaría a ser leída por otros perros de dos piernas y de cuatro patas, que viven a lo largo y ancho de este planeta. Ni que llegase a ser la musa de mi padre, ni aparecer en una foto y en cuatro poemas del primer libro de mi progenitor. Poemas que he tenido la oportunidad de leer olfateando los movimientos de su mano sobre el papel, y que en su día me fueron recitados en su almohada con un gran cariño.

Mucho menos que mi sección donase un poema a una Unidad del Ayuntamiento de Madrid. Mujeres y hombres buenos a los cuales conozco bien, he olido, y que han venido a casa muchas veces a rescatar animales heridos o enfermos. Pero ante todo estoy muy agradecida a mi familia, la cual ha sabido darme el cariño necesario para hacerme sentir lo que realmente soy: una niña que no pudo crecer más debido a las limitaciones que el tiempo y la naturaleza le otorgaron.

Muchas gracias

Firmado:

Kutxi Meléndez

José Luis Meléndez. Madrid, 10 de septiembre del 2018

2 de septiembre de 2018

No tan bonita

La mejor leche es la que producen las vacas en libertad y la que proporcionan por voluntad propia a sus terneros

Hace unos días una conocida empresa láctea ha empezado a comercializar a través de un anuncio el concepto de "bienestar animal" para promocionar su marca, con objeto de incentivar el "bienestar económico" de la empresa.

Define la RAE (acrónimo de la Real Academia de la Lengua), el término "bienestar", con tres acepciones: "conjunto de cosas necesarias para vivir bien", "vida holgada o abastecida de cuanto conduce a pasarlo bien y con tranquilidad", y "estado de la persona en que se le hace sensible el buen funcionamiento de su actividad somática y psíquica".

Ni las vacas de Leche Pascual poseen el conjunto de cosas necesarias para vivir bien, pues no se encuentran en libertad, ni deben pasarlo bien cuando sus ganaderos con malas artes y antes de tocarlas sus zonas íntimas se ven en la necesidad de cantarlas antes de ordeñarlas, robándolas de esta forma sin el consentimiento de su propietaria, la leche de sus ubres. Antecedentes que unidos a la tercera acepción tampoco deben contribuir al buen estado emocional, ni psíquico del animal, cuando este se da cuenta que el ganadero convertido en artista interesado, viene a sobornarle a él y a su familia, la leche que con tanto cariño ha producido su organismo para consumo exclusivo de los suyos.

Ni Leche Pascual es una ONG, una protectora, ni un santuario, ni el ganadero un artista, asunto que puede contribuir de forma negativa a producir una peor calidad de la leche, ni los animales que viven en cautividad y que son explotados pueden gozar por definición de lo que la empresa entiende por “bienestar animal”. Es más, en las imágenes del spot se aprecia un mayor “bienestar” en los ganaderos que las cantan y las piropean llamándolas hermosas, “You are so beautiful” (canción de Joe Cocker), y que utilizan no solo para incrementar el supuesto “bienestar”, sino para aumentar la productividad del animal, manipular comercialmente al consumidor y de paso para incrementar el bienestar económico la firma. Un tema  que de entender las vacas  contestarían en coral a la empresa interpretando al unísono el tema de Morat: “Cómo te atreves”.

De todo lo anterior, se deduce que la mejor leche es la que producen las vacas en libertad y la que proporcionan por voluntad propia a sus terneros. Una actitud no tan bonita ("not so beautiful") y muy poco ética la de este anuncio que debería reconsiderar la empresa por respeto a la dignidad de los animales, a la inteligencia de los consumidores y a la imagen de la propia firma.

José Luis Meléndez. Madrid, 2 de septiembre del 2018
Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

27 de agosto de 2018

Vitiincultura

Cuando la viticultura prescinde del cultivo de la ética se convierte en vitiincultura

La vitiincultura suele justificar y esconder la esclavitud animal bajo un eufemismo: “trabajos a la antigua usanza”. La viticultura o arte de cultivar las vides se ha convertido por extensión en el arte de someter, dominar y subyugar al mundo animal con fines productivos. Una mala praxis que intentan justificar en un artículo del suplemento Expansión, Fuera de serie, los viticultores de las bodegas minoritarias que recurren a la tracción animal con objeto de incrementar según ellos, la calidad de sus vinos y de paso deteriorar la imagen de sus marcas. Porque cuando la viticultura prescinde del cultivo de la ética se convierte en vitiincultura.

Tratar bien a la uva a costa de tratar mal a un mulo es un contrasentido imposible de argumentar y de vender como un “valor añadido” cuando de lo que se trata es de lo contrario, es decir, de la pérdida de valores y derechos que la sociedad ha ido reconociendo y conquistando a lo largo de la Historia como son los que contemplan y velan por la dignidad y el bienestar animal. Un amor gracias al cual los vitiincultores se vanaglorian de haber salvado de su exterminio al mulo como consecuencia de la irrupción del tractor (más vale una mala vida que la gloria eterna). Un falso amor utilizado con fines egoístas cuando lo que “desea” es un animal que reúna ciertas condiciones para “usarlo” (sic) para beneficio empresarial, y en donde la relación emocional con el animal deja mucho que desear.

Un amor que refiriéndose a uno de los vitiincultores lo resume con estas palabras el articulista: “se entusiasma como los arados que arrastran los animales van surcando los suelos entre las líneas de vides” (sic). Mientras el animal, al contrario que su amo, dueño y señor, camina bajo un sol justiciero desprovisto de sombrero, ropa o crema que le proteja de las sangrantes picaduras de los tábanos y demás insectos. Castigado sin poder mirar a sus lados por los cueros que con gran empatía y amor su señor le ha dispuesto para beneficio suyo. Sometido a una jornada que no entiende de horarios ni de condiciones. Cargado con su horcate siempre de pie, y atado en corto sin libertad a las órdenes de su patrono. Un “componente romántico” que queda más que evidente por el inmenso cariño que el agricultor profesa a la tierra y el incomprensible desprecio que demuestra hacia el animal cuando lo explota en contra de su voluntad. ¿Se entusiasma también con las lesiones que padecen  los animales al trabajar en suelo rocoso, o por la carga que llevan? Una práctica ésta de la tracción animal muy recomendable según sus escasos defensores ya que el suelo al ser pisado por caballería sufre menos (que el animal y que el dueño), volviéndose de esta forma más esponjoso, facilitando de esta forma la existencia de hongos.

Actitud ecológica la del caballo que contrasta con la falta de respeto de su patrono hacia su súbdito su subordinado y hacia el medioambiente, pues en lugar de ir ataviado de igual forma que el animal, con sandalias y a la romana, o incluso descalzo (para hacer sufrir aún menos a la tierra), lo hace con una indumentaria inapropiada que contradice su teoría y sus propias palabras. El señor “ecológico”, dueño de la tierra y amo de su animal en lugar de cavar la tierra con el azadón y sus propias manos (actitud realmente ecológica) para evitar que los animales pisen la tierra, el suelo sea más esponjoso y sus palabras más coherentes, se contradice cuando piensa, cuando habla, y cuando pisa la tierra.

Nadie se atreve a poner en cuestión que los excrementos de caballo le confieren al vino un sabor y un aroma dignos de rememorar en el momento de la cata. Ni que incluso el sudor de las sandalias del viticultor pudiera aportar un poco más de cuerpo y de calidad al vino, motivo por el cual la verdadera viticultura ecológica estaría perdiendo según esta teoría una nada despreciable calidad en sus caldos. Hecho que agradecerían sin lugar a dudas los consumidores a los verdaderos viticultores artesanos que trabajan la tierra de forma digna, respetuosa y ecológica.

Es imposible respetar el medioambiente cuando se falta al respeto y a la dignidad de los animales, de la misma forma que no es posible empatizar con la filosofía cosmo - ecológica que preconizó Rudolf Steiner y que aboga por la armonía entre el mundo animal, el vegetal y el mineral con este tipo de prácticas. En primer lugar porque se confunde el concepto de “armonía” con el de sometimiento a la especie humana, y en segundo lugar porque toda filosofía por el simple hecho de serlo, lleva implícita un código moral.

Es comprensible que existan tantas variedades de hombres como de uva y de vinos. Hombres generosos, secos, menos suaves y aterciopelados. Lo que es preocupante es que la tracción animal goce de algún tipo de atracción humana. Y que una falsa ecología justifique la esclavitud en pleno siglo XXI.

José Luis Meléndez. Madrid, 26 de agosto del 2018
Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

20 de agosto de 2018

La vocación

La vocación es un factor determinante a la hora de elegir una profesión

La vocación (del latín vocatio-onis, acción de llamar) es un factor determinante a la hora de elegir una profesión, pero esta no garantiza por sí sola el éxito de una elección. Una persona puede sentir la llamada o la inclinación hacia una determinada actividad pero si ésta entra en contradicción con los valores que se presupone posee toda persona humana, se verá inexorablemente abocada al fracaso. Es decir, es necesario y primordial antes de tomar dicha decisión conocerse a sí mismo.

Un torero puede amar su profesión pero no ama al toro cuando lo tortura, lo mata y hace de ello un espectáculo a costa del sufrimiento y de la vida del animal. De igual forma un veterinario no siente amor por los animales cuando coge la escopeta y sale al campo a divertirse y a practicar la afición de matar animales. Máxime si existen en ambos casos intereses económicos y festivos. Existen por tanto prácticas que se contradicen entre sí y que merecen ser explicadas por aquellos que las ejercitan. Porque cuando el ejercicio de una profesión se contradice con la práctica de una afición, los distintos yos que defienden dichas posturas, y que forman parte del individuo entran en conflicto.

Esto es lo que ha intentado el pasado 15 de abril (no se sabe si con éxito), a través de unas declaraciones ofrecidas al diario ABC, una representación de cinco veterinarios aficionados a la caza, a través de concentraciones que tuvieron lugar en distintas provincias de España, si bien el motivo principal de dichas manifestaciones era el de denunciar y solicitar al Gobierno que pusiese fin a la “escalada de insultos, agresiones, y ataques”, que padece dicho colectivo en las redes sociales. Unas agresiones que merecen toda repulsa pero que no guardan sintonía con determinadas prácticas, que dicho colectivo lleva a la práctica a través del ejercicio legal pero inmoral, como es el de recurrir al sufrimiento y a la muerte animal para el divertimento humano.

A través de dichas exposiciones dicho colectivo ha intentado explicar no sin grandes esfuerzos (lo irracional es algo que por definición no tiene explicación), con su cara más amable, y sus frases menos acertadas, que ser cazador es compatible desde el punto de vista moral, racional e incluso deontológico, con ser veterinario. Como ser pirómano podría ser acorde con ser bombero, y ser médico en los Estados Unidos con ser miembro de la Asociación del Rifle, por los enormes beneficios que dicho sector y dichas personas aportan a la sociedad...

De la lectura de dicho artículo se desprenden varias conclusiones. La primera de ellas es que los veterinarios cazadores son mucho más felices cuando cazan que los animalistas cuando luchan por el derecho a la vida que todo veterinario con una mínima vocación debería defender y respetar. Más sorprendente resulta la motivación ideológica y vocacional que exponen los veterinarios cazadores (en adelante VC), entre las cuales se encuentran: la práctica ancestral, la vinculación económica  con el medio rural, la limpieza de los montes, la realización de estudios genéticos post mortem (los animales parece ser que no se los comen), o la defensa a cañonazo limpio de la superpoblación del medioambiente. Ni la diversión como afición, ni el amor por los animales a la hora de elegir y ejercer la profesión figuran entre sus trending topics (tópicos más recurrentes).

Que son los animalistas los que confunden bienestar animal con humanización, y no los VC los que recurriendo a sus bajos instintos se bestializan cuando matan para divertirse. Curiosa tergiversación. Que los que cazan y agreden son los animalistas a los cazadores con sus descalificaciones, y que el cazador es poco menos que un guarda forestal cuando acude un medio de comunicación, y que si se habla de matar, ni siquiera saben "matar el tiempo" que de manera tan altruista y desinteresada entregan a los demás, al medio ambiente, y a las galaxias circundantes.

Que el cazador en realidad no sale a matar (suele dejarse la escopeta en casa): “el fin no es matar, es disfrutar de la naturaleza y ver como cazan los perros…”. Que la forma más humana, profesional y  moral para combatir las enfermedades y las plagas es por medio de la escopeta, y no de las medicinas ni los anticonceptivos. Que la educación puede ser más peligrosa y dañina que la afición letal, despiadada y exterminadora que los VC practican, y que las muestras de afecto continuadas hacia un animal que nos demuestra su cariño, denotan cierto comportamiento violento, motivo por el cual lo califican de maltrato: “Maltrato es tratar a un perro como a un bebé”. A lo que nuestro amigo el lobo y  sus descendientes que son nuestras mascotas le contestarían si no es maltrato, demostrar amor incondicional a un humano que pone en peligro la vida de sus perros en lugar de enfrentarse él directamente a “la pieza”.

Que el que los VC no estén “obligados” a cazar, no quiere decir por ello que no tengan “derecho” a comerse los animales que cazan sus mascotas: “Los animales no deben tener los mismos derechos que las personas porque no tienen las mismas obligaciones” (sic). Como el planeta no tiene obligaciones con el hombre, éste tampoco debería tener ningún derecho sobre la tierra. De esta forma un animalista que defienda el “derecho” a la vida no debe poner en cuestión la “obligación” moral que supone el cumplimiento deontológico de toda profesión que por antonomasia defiende la vida, como es la veterinaria. Curioso.

Que los VC son las auténticas víctimas, y los animalistas y los animales son los auténticos depredadores. Que una palabra causa más daño que un cartuchazo y la pérdida de una vida. Que no debe tener razón alguna D. Miguel Ángel Hernández, y que por eso es Responsable de Conservación de Especies de Ecologistas en acción, cuando asegura que la caza lejos de regular la población de las especies, ocasiona graves desequilibrios en los ecosistemas, desplazando, hiriendo y dañando a las poblaciones autóctonas.

Que los animalistas, esta vez sí, demuestran con su actitud gratuita, desinteresada, y su inmenso amor una mayor vocación que los VC, cuando defienden la vida de los animales dedicando parte de su tiempo no como una afición, sino como una “obligación” moral que defiende el “derecho” a la vida. Una vida de la cual deberían alegrarse todos aquellos que utilizan la naturaleza para defender sus propios intereses.

José Luis Meléndez. Madrid, 18 de agosto del 2018
Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org