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10 de agosto de 2021

Tres para nueve

Tan solo tres meses para amarse y nueve para esperarse

Escribí este poema que he releído hoy, a los veintiocho años. Como podrán ver se trata de mi primera metamorfosis o reencarnación literaria en animal. El poema se lo dedica un animal a una flor: la flor del amor. Se puede decir por tanto que es una composición cien por cien ecológica basada en un hecho real. Lo extraigo de mi primer poemario, “Versos arrimados”.

En él quedan expresados los designios de una pobre mariposa, que además de vivir pocos días va y se enamora de una Rosa. Así que todos los años se produce el mismo ritual. Supongo que a estas alturas habrá aprendido a amar no intensa, sino profundamente. Es decir, además de con el corazón, con el alma. Una elegía a los valores que encarna el amor verdadero y eterno, a pesar de las circunstancias adversas, como es el fin de una estación meteorológica.

Tan solo tres meses para amarse y nueve para esperarse. ¿Quién es hoy en día capaz de someterse y de superar dicha prueba? ¿Cuánto han cambiado los tiempos? No, ¡cuánto hemos cambiado nosotros! Ya ven lo perjudicial y lo falto de valores que es el amor romántico para toda la vida. Ahora lo ideal es el amor temporal, light o asintomático, es decir las relaciones sin compromiso emocional. Ahí tienen los resultados de separaciones, divorcios, etc. Porque supongo que cuando se compara habrá que comparar todo, las cosas buenas y las cosas malas.

Los detractores del amor romántico dicen que es posesivo, pero no ven posesión o una instrumentalización de los cuerpos en las orgías o en el poliamor, que curiosamente se practica, entre más miembros, lo cual constituye un claro ejemplo de manipulación, cuando no de hipocresía. Y tampoco son capaces de ver los valores del amor romántico como son la fidelidad, el compromiso, la utilización de la comunicación para la resolución de los conflictos, la paciencia, la espera o la empatía. Por supuesto dentro de unos límites racionales, pero sin negar su existencia y sus resultados. En definitiva, el perjudicado termina siendo el individuo que es incapaz de proyectarse más allá del tiempo y de sus instintos. Y la gran beneficiada la sociedad que ve como se firman cada día más separaciones y más hipotecas.

No se dejan ver estos defensores del "amor libre" y por añadidura detractores del amor tradicional y romántico de toda la vida. Es más, curiosamente y de forma contradictoria vienen a cuestionar las relaciones emocionales de los demás. Este es su concepto de amor y de libertad. Hasta ahora se creía que el amor era una cuestión privada de dos personas, pero algunos han preferido aumentar la cantidad de sus relaciones, creyendo que así van a encontrar más calidad en sus escarceos sociales.

Los practicantes de este pseudoamor suelen tener por costumbre hablar mal del amor tradicional pero muy poco de la esencia de su doctrina. No es por tanto raro que muchas personas entre las cuales me incluyo, tengamos aún nuestras propias dudas con respecto al poliamor. Por ejemplo:

¿Soy poliamor si amo a mi perra y amo a mi novia de formas diferentes? ¿Se pueden compatibilizar sentimientos? Dicho de otra forma ¿puedo acostarme simultáneamente con una novia que con una amiga?

¿Cuándo es infiel un poliamor? ¿Existe algún código moral dentro de estos grupos, o la moralidad va por barrios, tríos o grupos? ¿Existe algún Tinder para los poliamorosos de un solo corazón?

¿Es necesario estar enamorado hasta las trancas o con solo un poquito de amor ya puedo compartirlo con los demás miembros (y miembras) del grupo? ¿Hasta cuantas novias o novios se pueden tener dentro de un grupo?

¿Tiene más consideración una amiga que una novia en el grupo o rige el principio de "igual da..."? ¿Existen orgías polisexuales, o como su nombre indica solo comparten nobles sentimientos de amor?

¿Están permitidas las relaciones incestuosas dentro del poliamor? En caso afirmativo, ¿hasta qué grado de consanguinidad? ¿Cuál es el mínimo número de miembros y miembras que ha de tener un grupo para que pueda hablarse de poliamor?

En el caso de múltiples rupturas, ¿existe algún comité de crisis? ¿Se pueden tomar acciones legales con respecto a los miembros del grupo, o existe alguna clausula de salvaguarda?

¿Qué principio de jerarquía impera en el grupo? ¿Qué diferencia existe entre el poliamor, los tríos, las relaciones abiertas, o el amor libre que ya creó en los años sesenta el movimiento hippie?

¿Qué acciones toma el grupo si un miembro se enamora de otro teniendo pareja? En caso de un embarazo deseado o no, ¿quiénes serían los verdaderos padres de la criatura?

¿Es posible mantener una única relación o es obligatorio mantener varias relaciones de  poliamor dentro del grupo?

No dudo que los poliamores sean capaces de amar a muchas personas, según el concepto que tienen del amor, claro está. De lo que de si estoy seguro es que nunca se enamorarán de un amor romántico. Es más sencillo cambiar la definición del amor para hacer después con él y en su nombre, cada uno lo que quiera.

Rosa

Ha llegado la primavera/, y en mi jardín/, no has florido, tú, Rosa/, solo pienso, en volver hoy contigo/, porque no me dio tiempo/, a otra cosa/. Perdona mi timidez/, te fuiste y no te llamé /, volar y no verte, es sufrir/. Dejamos la estación/, muriendo los dos/, sufrí un letargo de amor/. ¡Rosa!, vuelo hacia ti/, abre tus hojas de nuevo/, que no hay mariposa, tan ansiosa en su vuelo/. ¡Adiós!, se acaba la estación/, te prometo mi pasión/, mi vuelo, mi corazón/.

Madrid, 6 de julio de 1991.

José Luis Meléndez. Madrid, 9 de agosto del 2021. Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

2 de agosto de 2021

Caperucita y el lobo

A día de hoy, no sé que me sorprende más, si la capacidad de creer en alguna explicación, que a pesar de no estar constatada y contrastada tranquiliza al ser humano, o la superinteligencia genética que posee el pangolín o el murciélago a la hora de crear mutaciones...

El caso es que Biden ha dado tres meses a sus propios servicios de inteligencia, para que aclaren el origen de la Covid. Una forma de preparar a la humanidad ante los verdaderos orígenes y responsables de dicha pandemia.

Contarle a la humanidad, sin pruebas, que los orígenes de un virus tan sofisticado, proviene de animales, es igual de creíble que si se echara la culpa al lobo feroz por haber infectado en el bosque a Caperucita Roja. Lo raro es que la abuelita al ser población de riesgo no terminara como ella, contagiada.

Pues en este caso, la abuelita sería la humanidad que se ha dejado contagiar por la versión pangoliana, lo cual nos viene a indicar que la información no contrastada, tiende a mutar con la misma conveniencia que los virus del lobo o de la loba feroz, según sea el país originario del cual se trate.

Colorín, colorado...

José Luis Meléndez. Madrid, 2 de agosto del 2021. Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org