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26 de mayo de 2021

Antisistemas

La política de Vox es sencilla y puede definirse en un lema: Dame una solución para negarla y un problema para agravarlo

Votar no solo sirve para ejercer un derecho. También lo es para darse cuenta que existen tres tipos de formaciones. Por un lado existen las formaciones útiles que aportan soluciones a los problemas de los ciudadanos. Por otro las inútiles que no presentan ningún tipo de propuestas u obstaculizan los intereses generales, y en tercer lugar están las formaciones peligrosas que además de no hacer ni la una ni la otra por los ciudadanos y su tierra, aprovechan la debilidad de los colectivos más vulnerables o de alguna situación comprometedora del país, para criminalizar a los primeros y para acudir a los lugares donde reina el conflicto y comprometer la seguridad y la convivencia social de "su" entrañable patria. Su debilidad, ante su falta de propuestas, consiste en hacerse fuertes, atacando a los demás, ya sea restringiendo derechos individuales o comprometiendo la seguridad, y la convivencia colectiva de las instituciones en momentos de debilidad. Así "revoxa" de patriotismo partidista la estrategia bélica que se refleja en sus mascarillas.

El líder de Vox ha vuelto a acudir a Ceuta a fomentar como se preveía la discordia en lugar del encuentro, pero no ha estado hoy presente en la Cámara Baja para dar explicaciones, presentar alguna medida o mostrar algún apoyo encaminado a solucionar la crisis diplomática que atraviesa nuestro país. Es lo que se conoce como ausencia patriótica en los momentos difíciles. Para su formación es más importante la unión territorial que la unión de sus patriotas ante los momentos difíciles que atraviesa España. Así lo vienen demostrando.

El señor Abascal ha optado una vez más por hacer oposición al gobierno español en momentos de crisis internacional; eso sí lo ha hecho llevando “su” bandera de España, una bandera, la suya, que no representa a pesar de llevar los mismos colores, los intereses y los derechos de todos los españoles. El resultado de su visita ya es conocido: dos detenidos y siete policías heridos.

Este es no ya el patriotismo particular de Vox, sino el sentido de Estado de una formación que ha preferido situarse a la altura de los desafíos de nuestro vecino alauita, para intentar sacar, ante la falta de medidas, algún provecho de la situación. Esta no es la foto de Colón sino la de Ceuta, instantánea  que recordarán a partir de hoy todos los españoles, ya que marca un punto de inflexión en la esencia de la formación.

En lugar de tender su mano, de proponer acuerdos, de presentar medidas, el líder de la formación propone realizar un mitin a escasos metros del lugar del conflicto en la campaña electoral en la cual aún se encuentra inmerso desde los resultados de las últimas elecciones en Madrid, para en lugar de paz, sembrar discordia ante el respectivo cabreo de sus resultados en las recientes elecciones de Madrid.

La mayoría de los partidos políticos con representación en la Asamblea de Ceuta (Psoe, Movimiento por laDignidad y la Ciudadanía, Caballes, e incluso su socio de gobierno como es el PP), a excepción de Vox han condenado los incidentes provocados por una minoría y han apelado a la convivencia.

La política de Vox es sencilla y puede definirse en un lema: Dame una solución para negarla y un problema para agravarlo. Casado ha escenificado y retirado públicamente su trato con Vox, pero sigue proporcionándole por medio de sus actuales acuerdos, la leche materna que un día mamó de los senos de su formación. El hijo rebelde del PP se llama Vox y desde que le da cobijo la formación de Génova se ha convertido en su “altavox”, es decir, su alter ego.

El señor Casado ha hecho alusión hoy en el Congreso a los previsibles indultos de los socios soberanistas del gobierno. Pero ha omitido una obviedad: su formación da apoyo a Vox en más provincias que el gobierno de Sánchez proporciona a los independentistas. Y otro dato que quizás convenga recordar: los líderes independentistas fueron encarcelados y cumplieron su condena al poner en su  día en peligro a las instituciones.

Otras fuerzas apoyadas por el PP sin embargo, a pesar de intentar saltarse las leyes y poner en riesgo la estabilidad en una crisis diplomática e internacional con nuestro vecino, se permiten la licencia de la reincidencia, y hoy campan a sus anchas, mientras se aprovechan del Estado de derecho en el cual no creen, pero gracias al cual viven.

El 20 de mayo la Comisión de Justicia aprobó en el Congreso una reforma de la legislación civil y procesal gracias a la cual podrán beneficiarse aquellas personas con discapacidad. Personas que hasta hoy estaban tuteladas contarán con personas de apoyo y de su confianza que les aconsejarán pero no decidirán por ellas como hasta ahora. De esta forma verán aumentados uno de sus derechos como es el derecho de autonomía gracias a todos los partidos a excepción de Vox, que al igual que hace unos días, en lugar de sumarse al minuto de silencio con motivo de las seis mujeres asesinadas en apenas una semana, decidieron dedicarlo a todas las víctimas. Una forma de quitar importancia a semejante problema.

Tres ejemplos  recientes que muestran su verdadero rostro y sus ocultos intereses: ser implacable con los débiles y cómplices y condescendientes con los poderosos que no lo necesitan. Acciones que llevan a cabo victimizándose más que las víctimas que no cuentan con su voz no su apoyo, gracias a ley del mínimo esfuerzo.

Vox ha dejado estos días de ser un partido nacional y ha pasado a convertirse en una formación antisistema y populista en los brazos de un Partido Popular que lo alimenta por el cordón umbilical del cual nació y del cual aún no se ha desprendido. Es lo que tiene la paternidad

José Luis Meléndez. Madrid, 26 de mayo de 2021. Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

20 de mayo de 2021

Invadidos

Hoy muchos patriotas se sienten "invadidos" por el bochorno y la perplejidad ante las palabras y la falta de propuestas serias de algunos

El nuevo y reciente desencuentro con nuestro vecino alauíta, ha puesto en evidencia varios aspectos que merecen la pena destacar, como es el estilo de monarquía marroquí. Una realeza piramidal con una indudable influencia política, económica, así como un modelo de Estado muy alejado de lo que en occidente se considera un Estado de derecho. En definitiva, un Estado alejado de lo que se puede considerar como un respeto íntegro a los derechos humanos y fundamentales del individuo.

Cabe preguntarse si de este conflicto no han sido víctimas ambos países como consecuencia de la falta de criterio y de unanimidad entre la diplomacia europea y estadounidense, respectivamente. Por  no decir de la ambigüedad de este último país, a la hora de primar ciertas relaciones sobre socios estratégicos como Marruecos en lugar de hacerlo sobre sus socios naturales y occidentales de la Unión Europea y la OTAN, como es el caso de España.

Como es sabido Trump reconoció a Marruecos su soberanía sobre el Sáhara occidental, situándose de esta forma al margen de la ONU, de la Unión Europea, primando de esta forma sus relaciones comerciales y de defensa con un socio estratégico, descuidando así los derechos territoriales de su socio natural. Es más, al hacerlo, lo ha realizado con cierto agravio al no reconocer o al menos considerar, la soberanía española sobre el peñón de Gibraltar.

El espectáculo que ha dado el país vecino no ha ayudado a fomentar ni siquiera a mantener su imagen internacional. Por el contrario España ha salido fortalecida y ha sabido dar muestras de ser un país con una gran sensibilidad humanitaria, gracias una vez más a las Fuerzas de Seguridad del Estado, a nuestras Fuerzas Armadas y a los voluntarios de la sociedad pertenecientes a las distintas Organizaciones no gubernamentales, como es el caso de Cruz Roja.

Hoy muchos patriotas se sienten orgullosos de la reacción que ha tenido España en este desafío. Otros por el contrario, intuyo que una gran mayoría, tienen razones de sobra para sentirse defraudados por las declaraciones de algunos líderes, al referirse a semejante hecho como una invasión, en lugar de una crisis diplomática.

La primera acepción que la RAE atribuye al término de invasión es breve y conciso: “Irrumpir, entrar por la fuerza”.  Partiendo de esta definición se puede uno hacer a la idea con qué fuerza han irrumpido los menores que llegaban a la costa española exhaustos y exangües; engañados y utilizados, cuya vida ha sido puesta en riesgo por su propio país. Pero lo que más escarnece es escuchar las declaraciones realizadas por un mayor acompañado por su escolta a escasos metros del lugar, en una posición de superioridad, que en lugar de manifestar pena y compasión por las víctimas, manifiesta sentirse intimidado e invadido por semejantes criaturas.

Una formación que pone en cuestión Europa, la configuración constitucional de las comunidades autónomas, el cambio climático, la inmigración, el origen del virus, el machismo, y que ahora reniega de sus funciones políticas, de su capacidad diplomática y de interlocución ante una patria que dice amar. ¿Cómo puede uno defenderse de unos seres tan indefensos y desvalidos, si no es por medio de la armas y delegando sus funciones al ejército...? Normal...

Decir públicamente que España ha sido invadida por unos menores desarmados en lugar de declarar que el país vecino está permitiendo que se cuelen, es poner a tu propio país a los pies de los caballos. Si el monarca alauíta no ha dudado en utilizar a los ciudadanos más desprotegidos como son los menores, el líder de la formación verde no ha dudado en utilizar a estos menores como arma política ante sus socios en la Junta de Andalucía. Si acogen a un solo menor procedente de Marruecos dejarán de apoyar a sus socios en dicha Comunidad autónoma. Pero como la coherencia de la formación es la que es, en Comunidades que van a acoger menores como la madrileña, no se plantean considerar retirar el apoyo que acaban de negar al gobierno andaluz.

No hay diplomacia ni diálogo que valga con la Unión Europea. La devolución  de estos menores, “en caliente, frío o templado” (se refieren a ellos como si fuesen mercancía), es la única medida que España debe aplicar y el corredor militar son las soluciones ideales para recuperar las relaciones con nuestro vecino. Da lo mismo que tengan hipotermia o necesiten algún auxilio o que se vulneren los tratados internacionales suscritos e incluso los principios religiosos y humanitarios de los que algunos de sus miembros hacen gala.

Dichas acciones tomadas en caliente de una forma unilateral, suponen además un desprecio con respecto a nuestros socios europeos, esas potencias extranjeras a las cuales suelen criticar cuando no es para recibir las ayudas o “paguitas” que muy gustosos firman cuando se ven en la necesidad. Esta es la doble o triple moral que conviene tener según sean unas u otras circunstancias. Afortunadamente España pertenece a un club de socios europeos que han sabido reaccionar y defender la nación española. Pero, ¿que hubiera sucedido si en lugar de pertenecer a la Unión nos hubiéramos vistos solos y con esta formación en el gobierno? Mejor no dar cabida a la imaginación…

Negar la crisis diplomática y la realidad de los hechos y delegar las funciones políticas y de intermediación y resolución de conflictos a las Fuerzas Armadas constituye una palmaria dejación de funciones y constituye una grave irresponsabilidad. La visita de urgencia realizada con un día de posterioridad no ha servido para hablar con las organizaciones humanitarias ni para interesarse por el estado de salud o las condiciones en las que han llegado engañadas las victimas menores de edad. Tampoco para hablar con el guardia civil que rescató de las espaldas de su padre a un bebé, ni a interesarse por su estado. O por el estado de Luna, la voluntaria de la Cruz Roja que se fundió en un brazo con un Abdoud, un joven migrante de 27 años que acababa de perder a su hermano intentó quitarse la vida, y que se vio obligada a abandonar las redes sociales ante las críticas y ataques recibidos por determinados sectores afines. Este es el nivel.

No aluden los miembros de esta formación a cómo les gustaría que tratasen a los españoles que un día se vieran en similares o parecidas circunstancias. ¿Deberían atendernos o devolvernos en “caliente, frío o templado” a nuestro lugar de origen sin atender nuestras necesidades básicas? El PP conmina al Psoe a abandonar toda relación con Podemos, pero el partido de la oposición no se aplica la misma receta a la hora de considerar su relación con un partido xenófobo, machista y eurófobo, contrario al avance de las sociedades avanzadas que abogan por el respeto de los derechos humanos.

Hoy muchos patriotas se sienten "invadidos" por el bochorno y la perplejidad ante las palabras y la falta de propuestas serias de algunos, más que por las acciones execrables llevadas a cabo por el rey Mohamed VI. Es injusto y deplorable que algunos intenten asociar inmigración con delincuencia. España siempre ha sido un país de acogida y ha demostrado a lo largo de los siglos ser una tierra que ha sabido convivir con otras culturas. No son los inmigrantes; ¿está el enemigo en casa...?

José Luis Meléndez. Madrid, 20 de mayo del 2021. Fuente de la imagen: Redes sociales.

13 de mayo de 2021

Negacionistas

No son negacionistas, ya que para negar algo, es necesario demostrar su inexistencia

Define la RAE el negacionismo no como un movimiento, sino como una actitud que consiste en la negación de determinadas realidades y hechos históricos o naturales relevantes. Existen tres grados o niveles de negacionistas. Mientras unos rechazan la existencia de la Covid, otros aceptan que la enfermedad existe, pero  niegan su gravedad, a pesar de ser conscientes de las cifras de millones de fallecidos y de las imágenes saturadas de las Unidades de Cuidados Intensivos.

Un tercer grupo de negacionistas lo forman los adeptos próximos a las tesis conspiranoicas. Sostienen sin pruebas que el virus fue creado en el laboratorio chino de Wuhan con la intervención de primeras potencias mundiales, como China, EE.UU, y la complicidad de empresas farmaceúticas.

Detrás de este complot estaría la figura del multimillonario Bill Gates y entre los supuestos motivos de todos estos agentes maléficos (recordemos que el magnate es uno de los pocos que destina parte de su fortuna a proyectos filantrópicos en bien del planeta y de la humanidad), van desde el inicio de una guerra biológica, hasta una estrategia de publicidad.

De estos movimientos han surgido con posterioridad otros grupos como el movimiento anticuarentena,  contra el toque de queda y el confinamiento, así como el movimiento antivacunas. Sus seguidores cuestionan asuntos como la moralidad o la efectividad de la vacunación.

Los oponentes a las vacunas mantienen que sus inoculaciones no funcionan y que son y pueden ser peligrosas. También que violan sus derechos individuales o principios religiosos, y, en su lugar, sostienen que debería hacerse mayor énfasis en la higiene personal.

Hace unos días decayó en España el Estado de Alarma, un instrumento jurídico con el que cuenta el Estado, que no hubiera hecho falta aplicar si todos los ciudadanos fuéramos responsables. No es el caso. Hace unos días hemos sido testigos, después de un año de restricciones, de cómo otros ciudadanos amparándose en su libertad, han puesto en riesgo el valor más preciado al que tiene derecho una persona: el derecho de todo ser humano a la vida. En apenas unas horas hemos visto impotentes cómo se echaba por la borda el esfuerzo que los españoles responsables hemos llevado a cabo durante meses y duros días de confinamiento, sin poder ver a los nuestros.

Los negacionistas apelan a “sus” derechos individuales, pero como miembros de la sociedad no están dispuestos a respetar los derechos colectivos de la sociedad a la que pertenecen. Y ser negacionista no es motivo para poner en riesgo la vida de los demás. De este modo ponen así no solo ponen en cuestión la enfermedad evidente y palmaria de sus amigos y familiares, sino que ponen en riesgo sus vidas, aunque sea de un modo inconsciente.

Así logran negar la enfermedad y los valores de pertenencia al grupo en los que se asienta la familia y la amistad. Un sanitario negacionista es lo mismo que un policía que apoya a un asesino, en lugar de a su víctima; y que en lugar de reconocer el crimen, se limita afirmar sin pruebas que ha sido un accidente. Una actitud con la cual se sitúa más cerca del virus y más lejos de su paciente.

Para confirmar algo es necesaria al menos una prueba fehaciente, como por ejemplo a través de una visita a las UCIS. Sin embargo para negar su existencia, los negacionistas se amparan en excusas vagas y sin fundamento, para eludir la necesidad de demostrar sus tesis. No son por tanto negacionistas, son inconscientes incrédulos, ya que para negar algo es necesario demostrar su inexistencia. Son personas que viven de espaldas a sí mismos y a la sociedad a la que pertenecen y a la realidad que les rodea.

Los negacionistas apelan como hemos visto a “sus” derechos éticos y fundamentales. ¿Es ético y justo otorgar el mismo derecho, ante una saturación de las UCIS, y un previsible triaje, a un negacionista que juega con la vida de los demás, antes que una persona que se ha vacunado y que ha cumplido sus obligaciones? ¿Deben tener los negacionistas menos obligaciones y los mismos derechos que un ciudadano que demuestra sus valores cívicos? ¿No sería más eficaz que multar, crear un registro de negacionistas para ante semejante circunstancia, para preservar así su libertad de conciencia?

José Luis Meléndez. Madrid, 13 de mayo del 2021. Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

9 de mayo de 2021

Artista y bohemio

Ser artista no es sinónimo de ser bohemio

Hace meses que no le veo; tal vez un año. La última vez que me crucé con él recuerdo que fue una mañana temprana de un día frío, mientras paseaba a mi mascota. Vestía vaqueros y un abrigo oscuro que cubría todo su cuerpo. Me llamó la atención su calzado cómodo, pero a la vez austero para esas fechas: unas sandalias que protegían sus pies enfundados a su vez en unas medias deportivas y oscuras que acolchaban su andar.

No eran aún las nueve de la mañana, pero el pintor, el artista y el vecino, o al menos, asiduo al barrio de Manoteras, portaba entre sus manos un tetra brik de vino tinto. Por el color rojizo de su cara, y por su andar en zig zag, se intuía su estado de embriaguez. Impresionaba ver a aquel hombre alto y erguido, pero mucho más cruzarse de frente con él. Su  barba poblada y su cabellera blanquecina le dotaban de una imagen mística, bohemia y a la vez respetuosa, imposible de olvidar.

Aquel día fue tal el efecto que produjo en mí, que me pareció la figura del mismísimo Jesucristo personificado. Si además tenemos en cuenta que dicho encuentro se produjo en una de las aceras exteriores de la iglesia del barrio, que para más inri, se llama “Jesús de Nazaret”. Se puede uno imaginar la impresión que pudo provocar en mí aquel encuentro, que hizo por unos unos instantes que me olvidase por completo, de mi dudoso agnosticismo.

Algunas mañanas se le podía ver portando su caballete y su material de pintura atado a unas ruedas. Otras muy bien acompañado de alguna que otra amiga o compañera de buen ver. Pero el día que le vi vendiendo sus cuadros en el Retiro, junto al lago, me llevé una gran sorpresa y supe que me encontraba además de ante un artista, ante un bohemio.

Y ser artista no es sinónimo de ser bohemio. Hay artistas que nunca han sido bohemios y otros que en su día lo fueron y que con el paso del tiempo se han terminado aburguesando. El bohemio, a diferencia del artista es una persona de costumbres libres y de vida regular y desordenada. Tal vez por eso cada vez que veía a Jesús me sentía en parte identificado con su forma de vida.

Porque los poetas y los pintores solemos usar las mismas herramientas como son la inspiración, la imaginación y la paz, y las mismas compañías como la soledad o el silencio. De ahí que desde que no le vea me asalte un sentimiento de soledad, y que el barrio tenga un contraste más apagado, más triste y con menos colores. Los colores que un día se llevó para compartirlos con otros vecinos y otros clientes.

Hoy ojeando la prensa he reconocido su imagen y me he llevado, supongo que al igual que muchos vecinos y personas que conozcan a Jesús, una grata sorpresa, ya que gracias a dicho artículo, he logrado ponerle nombre y saber algo más de él y de su nueva vida. Según he podido constatar,  no anduve muy desencaminado. Aquel día, en efecto, me encontré con un hombre que se llamaba Jesús; Jesús Cosío.

Jesús estudió Bellas Artes y ha logrado sobrevivir haciendo retratos en la Plaza Mayor y el Museo del Prado. Afición que ha logrado compaginar con algún que otro oficio. Hoy Jesús es uno de los setenta y cinco inquilinos agraciados del proyecto “Housing First”, respaldado por el Ayuntamiento de Madrid. El programa ofrece una vivienda a personas sin hogar para lo cual cuenta con un apoyo social y educativo que trabaja en la inserción laboral y social de cada persona.

La buena noticia ha llenado de ánimos a Jesús. Ahora es capaz de celebrar dicho acontecimiento sin necesidad de recurrir al alcohol. Y de ello estoy seguro que se alegrarán los clientes y las personas que conocen a este bohemio y a este artista. ¡Enhorabuena, Jesús!

José Luis Meléndez. Madrid 09 de mayo del 2021. Fuente de la imagen: Guillermo Navarro (Diario ABC).

1 de mayo de 2021

Mi hermano mayor

Ante la falta de humanidad y la crisis de valores por los que atraviesa la sociedad, las mascotas han sabido ganarse y ocupar mejor que nadie dicho espacio

El hallazgo de restos restos animales en un asentamiento en la Edad de Piedra, el descubrimiento de tumbas caninas con ofrendas funerarias en Berenice (Egipto), o la tumba de un perro con un hueso en la boca en Predmostí (Chequia), como muestra del cariño que su dueño sentía por él, hace 30.000 años, evidencia la profunda admiración y complicidad que ha existido entre los cánidos y la especie humana.

Sin embargo los resultados de algunos estudios contradicen de plano la tesis antropocéntrica: fue el lobo y no el hombre (como sigue ocurriendo en la actualidad) el que ha demostrado mayor interés por acercarse al hombre y estudiar sus códigos de conducta.

Según el artículo publicado por dichos investigadores el momento mágico y trascendental en el que un Homo sapiens y un Canis lupus decidieron abandonar sus diferencias, sus distancias y sus nombres científicos, fue el día en el que un cachorro de lobo y un niño se miraron por primera vez a los ojos. En ese preciso momento, y debido a su complicidad, ambas especies formaron un primer acuerdo: el Homo sapiens pasó a ser humano y se hizo hombre, y el Canis lupus pasó a ser un perro, es decir, un miembro de la familia.

Me mueve a escribir estas líneas el hecho de haber sido criado entre uno de sus ejemplares. Fue el primer animal con el cual llegué a establecer un contacto directo. Debido a la edad que tenía (dos años), no recuerdo ninguna anécdota de nuestra relación, lo cual dice mucho de él. Tarzán era un lobo que llegó a casa siendo adulto. Hizo por tanto las funciones de hermano mayor. Nunca llegó a morderme ni a gruñirme a pesar de las travesuras propias de un niño. Nos aceptamos desde el primer día y estoy seguro que también hizo con esta cría las funciones de padre mientras este se ausentaba durante las horas de trabajo. Hoy siento la rabia y la pena de no haber atendido y mirado más a este ser que me dio lo que solo podía y sabía: su protección y su cariño como miembro de la manada.

Hasta hoy se creía que fue el hombre el que capturó al lobo con objeto de domesticarlo. Sin embargo según estudios recientes llevados a cabo por Even Mc Lean y Brian Hare investigadores de la Universidad de Duke, a lo largo de esta relación fiel y milenaria, ambas especies hemos ido conociéndonos. Ambos hemos aprendido nuestro lenguaje corporal y nuestra relación se ha vuelto tan cómplice y necesaria, que hoy a juzgar por su número creciente de ejemplares en las casas, y ante la falta de humanidad y la crisis de valores por los que atraviesa la sociedad, las mascotas han sabido ganarse y ocupar mejor que nadie dicho espacio.

Las mascotas aportan valores como la empatía, nos demuestran su fidelidad y su afecto diario. Con su paciencia soportan nuestros estados de ánimo, y con su actitud nos aportan lecciones de resiliencia. Nuestros compañeros retienen sus necesidades y nos demuestran que saben controlar sus estados de ánimo, en muchas ocasiones, mejor que los humanos. Los animales al contrario que muchos familiares y amigos, nos acompañan hasta el final de sus días. Y como nos vienen demostrando desde hace miles de años, es incuestionable el beneficio físico y psicológico que nos aportan estos adorables seres gracias a su compañía.

Esta es la fantástica historia de una alianza de amistad y de supervivencia que se fraguó hace miles de años y que hoy queda patente por medio de escenas como la reflejada en la pintura rupestre de caza aparecida en Tassili (Argelia), en la cual se ve a dos cazadores disparando con sus flechas a un buey, mientras dos perros atacan al animal. Por eso,  cuando contemplo la foto junto a mi hermano mayor y recuerdo la paciencia que me demostró durante el transcurso de mi infancia, y cuando recorro las habitaciones y los rincones en los que con sus lametones me ofreció de una forma desinteresada su cariño, me entran unas ganas irrefrenables de reencontrame con él.

José Luis Meléndez. Madrid, 1 de diciembre del 2018.