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29 de enero de 2019

Tan presentes

La abundante nieve que estos días cubre gran parte de pueblos y de ciudades españolas, me ha evocado las canas que desde hace años cubren tu cabello. Las carreteras me recuerdan las dilatadas venas de tus trabajadas manos, henchidas por la bondad que desprende tu corazón.

Supongo que estas fechas estaréis solos, mujeres y hombres del campo, que habéis criado a vuestros hijos con el sudor de vuestra frente, y los callos de vuestras manos. Los visteis un día irse, y aunque la vida os dio tiempo suficiente para haceros a la idea, aun os seguís acordando de ellos, y ahora que hace unos días estuvieron con vosotros, más que nunca.

Cada vez que suena el teléfono, sentís dentro de vosotros ese calor tan necesario, que logra meceros una vez terminada la conversación, en un estado de retrospección, de nostalgia y de alegría momentáneos con la que soléis rememorar los días siguientes. Gracias a ellos los sentimientos de soledad se desvanecen y el día se hace más corto.

Es posible que no escuchéis ni veáis como antes, pero el calor de la lumbre, y las imágenes de la televisión que os acompañan a diario en la cocina, son más que suficientes para ahuyentar ese sentimiento de soledad que os asalta cuando entráis en el dormitorio, y echáis en falta el calor de él o de ella.

Hoy he sentido la necesidad de estar al lado vuestro. Deseaba salir de esa absurda monotonía y frialdad de las ciudades que padecemos todos. De todos esos tipos de vanidades y estupideces con las que solemos soportar el día. Hoy quiero ser tú. He venido a verme en ti. A preguntarme que sentiré yo cuando tenga (si es que llego a cumplir) tus años.

Te miro y me observas. Recuerdas por unos momentos aquellos años en los que tenías mi edad, mientras aprovecho para respirar este aire sano. Esta noche podré dormir en ese cuarto oscuro en el que podré ver la luz de mis sueños. En esta casa tan silenciosa en la que hasta el propio lenguaje se vuelve vulgar. En esa cama tan sola en la que pueda encontrarme, y aprenda a darme compañía.

Intentaré a partir de hoy aprovechar más la vida. Me esforzaré por llenarla de momentos sencillos, gratuitos y enriquecedores. Lo hago para cuando tenga tu edad, y no tenga la capacidad de escucha y de visión que ahora tengo, al menos pueda rememorar ausente de todo y de todos, algo parecido a lo que tú sientes de manera especial en estos duros días de invierno.

Tal vez ahora comprendas el motivo de esta improvisada visita a tu cocina. Me solidarizo gracias a ella con todos los que se sienten hoy como tú. En estos duros días de invierno en los que los campos y los pueblos nevados, me hacen sentiros tan cerca; tan presentes…

José Luis Meléndez. Madrid, 15 de enero del 2018
Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

21 de enero de 2019

A mis vecinos

Estimados vecinos:

Hace unos días sentí la imperiosa necesidad de dirigirme a vosotros para comunicaros algo especial, como es el nacimiento de una criatura: una obra que ha sido escrita en el barrio de Manoteras, y que una vez publicada nos pertenece un poco a todos. Por este motivo habréis visto algunos carteles por las calles del barrio informando de dicho acontecimiento.

He de deciros que cada día estoy más orgulloso de vivir entre gente tan cercana como son los vecinos del barrio de Hortaleza. Habéis sido tan respetuosos con la publicidad que he puesto en vuestras fachadas, que me dirijo a vosotros para daros las gracias por este gesto de cariño que habéis manifestado hacia mi persona. Un gesto que sin duda me hace sentirme más cerca de todos vosotros.

Quiero agradecer también su colaboración y su calurosa acogida a los siguientes establecimientos y entidades del barrio. Espero no dejarme ninguna en el tintero: Bar Katanga, Bar Select, Bar Ojos de Mar, Bar Óscar, Cafetería Piccolo, Veterinaria Manoteras, Veterinaria El Refugio, Galería Comercial Manoteras, y Asociación de Vecinos de Manoteras (La Soci). Muchas gracias a todos.

Agradezco también de una manera especial su colaboración a la Papelería Sánchez, y la a la Librería El Bosque por permitir que la obra esté a disposición de todos los vecinos y lectores (ver teléfonos y dirección en la sección “Libros del autor”). Y por supuesto la amabilidad y acogida de otros comercios y vecinos de la Urbanización El Bosque.

Es difícil, por no decir imposible, escribir un libro, si uno no se siente a gusto en el lugar en el cual lo hace, y alrededor de su gente. Como vecino algunos me conocéis personalmente y otros tan solo de vista. Pero lo más importante, pienso es que todos formamos parte de este precioso barrio que es el poblado de Manoteras, en donde se mezcla lo rural con lo urbano. La tierra es algo que marca y condiciona a sus gentes, y la mayoría de nosotros compartimos los mismos servicios, pisamos las mismas calles, bebemos la misma agua, y respiramos su mismo aire.

Pues bien, el hecho de vivir en el barrio, es algo que queda reflejado en el contenido de la obra, ya que siempre he considerado a las plantas, a los árboles y a los animales como vecinos adoptivos, y seres especiales que hacen de nuestro barrio un lugar especial, tranquilo, verde, y lleno de vida, por el que da gusto pasear. El libro que os presento tiene por supuesto algo de mí, pero también algo de Manoteras. Siento una enorme satisfacción y un gran orgullo al compartir esta obra y hacer de ella también algo vuestro. Espero que disfrutéis leyendo estos poemas y que os sintáis identificados con estos versos.

Aprovecho la ocasión para informaros que en el transcurso de esta semana este blog procederá a realizar una donación pública de tres ejemplares a las siguientes bibliotecas del distrito para que todos los vecinos del barrio y de Madrid, puedan reservar su ejemplar desde cualquier biblioteca pública de Madrid, y puedan de esta forma leer la presente obra, una vez que éstas sean catalogadas. Estas bibliotecas son: Biblioteca Municipal Huerta de la Salud, Biblioteca Municipal Dámaso Alonso, y Biblioteca Municipal María Lejárraga, bibliotecas con las cuales me une una estrecha relación desde hace años, y gracias a las cuales ha sido posible la publicación de la presente obra.

Asimismo la Biblioteca Nacional de España posee un ejemplar a disposición de todos los madrileños y madrileñas.

Muchas gracias por vuestra atención

Un abrazo:

José Luis Meléndez.

José Luis Meléndez. Madrid, 21 de enero del 2019

El otro viaje

La sociedad prioriza más estar con alguien que con uno mismo

Llega otro puente. Hay gente que hace días ha empezado sus preparativos, con unos días de antelación. Otros por el contrario se quedarán este fin de semana en sus lugares de residencia, y aprovecharán para realizar otro tipo de viajes aéreos, mentales e imaginativos, quizás más emocionantes. Se ahorrarán así las retenciones, los controles, los preparativos, los accidentes de tráfico, la operación retorno, y cuando regresen, no lo harán con la cara de pena y de cansancio, con la que regresa la mayoría. Serán tal vez mucho más felices los que se quedaron y no partieron, y aún lo serán más, cuando compartan esos viajes con los demás. No habrán estado en ningún sitio, pero es posible que haciéndolo se hayan transformado durante un tiempo en otros muchos, bien por medio de la lectura, creando, improvisando, o manteniendo un encuentro con sus otros yos.

La gente que se queda da la sensación que son personas aburridas, retraídas, y antisociales. Parece que el ser humano, tiene que estar rodeado de personas constantemente. Nadie nos anima e invita a quedarnos, y a ser nosotros mismos. A experimentar ese estado de aceptación interior y de profunda calma. Estar solo es malo. Estar mal acompañado, no lo es tanto.

La sociedad prioriza más estar con alguien que con uno mismo. En lugar de equilibrar las fuerzas internas y externas del individuo, la sociedad le empuja por medio de sus estereotipos sociales, a vivir de espaldas a sí mismo, lo cual constituye un grave atentado a la libertad y a la intimidad personal del individuo. Resulta cuanto menos curioso y a la vez sorprendente, que no salir esté tipificado en los manuales de psiquiatría como enfermedad, y que no parar en casa, sea un síntoma de salud mental. Da la sensación que a alguien le interesa que la gente se mueva y no piense. Al que se desplaza se le premia, y al que piensa y no sigue las normas se le castiga y se le mira, como a un ser de otro planeta. Qué raro es el que piensa, y qué normal el que se deja llevar.

Qué fácil es huir, y qué difícil es encontrarse a uno mismo. Lo importante es que el hombre esté entretenido. Un hombre entretenido, que se deja llevar es bueno para la sociedad. Porque gracias a sus salidas consume y contribuye a la economía de su país. Al sistema social, le interesa más el hombre fácil y nómada, que el individuo sedentario. Lo importante es mover el cuerpo. Encender el cuerpo y apagar la mente. Mantenerse en forma, es tener un cuerpo diez, bien proporcionado. No importa que esté más alimentado que nutrido. Una imagen vale más que mil palabras. La forma se prioriza sobre el contenido.

No se recomienda de la misma forma, mantener en forma la mente, ni nutrirla con la misma importancia que al cuerpo. Lo realmente llamativo, es que luego sorprendan las estadísticas, cuando estas anuncian el creciente número de personas deprimidas, que no han tenido siquiera tiempo de reflexionar sobre sus metas en la vida. Poco, más bien nada, se habla sobre los efectos de los estereotipos sociales, sobre las libertades intrínsecas del individuo.

El sistema ha acostumbrado al individuo a mover más el cuerpo que la cabeza, y a hablar más en términos superficiales, geográficos y situacionales que realistas. A la gente que regresa de su viaje, se le pregunta dónde ha estado, qué ha visto, o que tal se lo ha pasado, en lugar de qué es lo que han hecho. El lenguaje se convierte así en un verdadero cómplice, a la hora de identificar y modificar nuestra conducta. Un ejemplo de ello, es el empleo de los verbos. Las personas que salen suelen utilizar verbos extrovertidos y superficiales, como ir, venir, salir, divertir. Por el contrario las personas que deciden quedarse utilizan verbos más profundos como aprovechar, hacer, descansar, desconectar.

Existen incluso frases excusatorias e irracionales, creadas para la ocasión (“si salgo no le doy vueltas a la cabeza”), que repetidas y generalizadas, empujan inconscientemente a la gente a abandonar ese estado de quietud, y de enriquecimiento personal. En ellas se presenta la soledad como un estado de sufrimiento más que de placer, y de transformación íntima, en donde la cabeza, y no las ideas dan vueltas, y terminan por marearle a uno. Pero si hay una frase célebre del club de los extrovertidos, es aquella que dirigen en su retorno a los que han decidido quedarse y encontrarse consigo mismos: “Te lo perdiste”.

Los introvertidos piensan por el contrario que no hace falta salir para romper con la monotonía. En su actividad diaria suelen cambiar de actividad y potenciar las distintas aficiones personales. Piensan que la diversión es un estado mental, más que un movimiento del cuerpo. Que se puede aprender más viajando con la mente.

De pequeños nos enseñaron a mover más el cuerpo que la cabeza. Las vacaciones no se inventaron para descansar, leer, crear, o imaginar. Se inventaron para salir. Para huir de uno, más que para encontrarse a sí mismo. Los dos biotipos siguen sin entenderse cuando llegan estos días festivos. Hay gente que ha recorrido mundo, pero que aún no ha realizado el viaje más importante de su vida: ese viaje en el cual uno es conductor, pasajero y protagonista de su propia vida.

José Luis Meléndez. Madrid, 29 de abril del 2017
Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

11 de enero de 2019

El pack

Bienvenidos a la nueva era de los penes erectos y de los culos perfectos

No me gustan los packs. Prefiero que me vendan la mercancía por separado, con objeto de respetar su idiosincrasia, saborear su esencia, y de no caer en la adulteración. Ahora resulta que lo más importante en una relación de pareja es el sexo. Desde hace tiempo en esta sociedad, poco se oye hablar de valores, aficiones, proyectos y sentimientos. La relación genital o instintiva, prevalece sobre la emocional o sentimental.

Hoy vende más un polvo de media hora, que una tarde noche romántica en compañía de tu amado/a. Bienvenidos a la nueva era de los penes erectos y de los culos perfectos. Adiós a los principios morales y al trasfondo humano de la persona. Si tu pareja es buena en la cama, lo demás sobra. Con este panorama, no es de extrañar que la mayoría de parejas suspendan los test de estrés. Lo realmente contradictorio, sorprendente e inaudito es escuchar a la gente que se casa y se separa por amor, cuando el sexo es lo más importante.

Durante años nos han empaquetado el sexo y el amor, como si uno estuviera incluido en el otro, hasta el punto que muchas parejas dicen hacer el amor, cuando en realidad practican sexo. Una de las grandezas del amor, es que no se puede hacer. Ha de demostrarse y debe sentirse. Lo más parecido a hacer el amor sería imagino, escribir un poema.

La gente que asegura de forma indirecta que es más importante el sexo que el amor, y antepone los instintos a los sentimientos, no necesitan sentirse más vivos y enamorados, antes de ofrecer (que no entregar) su cuerpo. Y suelen anteponer las relaciones corporales a las espirituales. Hasta ahí todo bien, pero reconozcamos que en el sexo, a diferencia del amor, no existe un amante ni un amado.

Respeto como no puede ser de otra forma, cualquier tipo de relación, independientemente de su carácter sexual o emocional. Pero reniego de todos aquellos que pretenden magnificar los instintos por encima de los sentimientos.

José Luis Meléndez. Madrid, 15 de agosto del 2017
Fuente de la immagen: wikimedia.commons.org

4 de enero de 2019

Farcismo

El Farcismo ha llegado para hacer del amor un prototipo social a su antojo

No hay mayor gesto de intolerancia que la intromisión en la vida íntima de los demás, y el ataque indiscriminado contra los sentimientos ajenos. Razón de más si se hace de forma premeditada, en términos generales y con falta de argumentos. Los enemigos del amor ya se han pertrechado sus uniformes de destrucción masiva, han ensayado e improvisado su discurso falaz, y han empezado a disparar sus primeras balas ideológicas, al órgano más sensible y débil del ser humano: el corazón.

Esgrimen los guerrilleros (la guerra siempre ha despreciado el amor) de las FARC (Fuerzas antirománticas del corazón), en sus homilías campestres, que el amor romántico es posesivo, motivo por el cual hay que acabar con él sea como sea. En lugar de criticar la falta de amor y de solidaridad reinante en la sociedad, en vez de arrimar el hombro y aportar su granito de arena, el Farcismo resentido, hijo de una de las generaciones más románticas como fue la de los años sesenta, ha optado como bien malnacido ensañarse con la víscera más sagrada: el corazón.

Muchos se preguntan qué clase de amor es aquel en el cual el ser amante no posee el alma y el cuerpo del ser amado. Los límites de la posesión son muy particulares dentro de cada pareja. El problema está cuando la dignidad y los derechos de la persona de uno de los cónyuges, se ve vulnerada por el otro miembro de la pareja. Eso disculpen, ni es romántico, ni es amor. Porque en el momento en que uno falta o invade de forma reiterada a la otra parte, deja de ser amor.

El amor romántico, aquel sentimiento puesto a prueba, que sabía esperar meses, e incluso años, aquel que cimentaba las relaciones a fuego lento, es hoy despreciado por los farcistas. Adiós a todos los autores románticos, escritores y músicos como Bécquer o Strauss, que enriquecieron con sus obras la cultura. Pronto sus detractores les acusarán de practicar un amor posesivo, por entregarse más a su arte, en lugar de hacerlo a su pueblo (sic). Adiós a todo ese inagotable caudal literario y musical, creado, interpretado y respetado durante siglos.

Curiosamente no es posesivo para los seguidores y practicantes de esta doctrina casarse varias veces. Ni hacerlo en régimen de gananciales. Ni existe posesión fuera de las relaciones amorosas en las cuales existe tan solo deseo. El amor posesivo, es el amor romántico, el de los sentimientos puros y no el de los intereses ocultos. No son posesivas las relaciones extramatrimoniales, ni las bacanales en las cuales uno puede poseer los cuerpos las veces que quiera. Tampoco los matrimonios de conveniencia establecidas por intereses exclusivos de posesión material, ni las relaciones “poliamorosas”, abiertas y consentidas entre sus miembros. La culpa de todo lo tiene el amor romántico.

Se acabaron las muestras de afecto y de amor con los ramos de flores. Las cartas pergeñadas y perfumadas, escritas a la luz de las velas. Los gestos de galantería y de educación. Los besos en la mano. La tradición posesiva de los regalos. Los poemas de amor. Las rosas rojas. Las copas de champán. Las veladas desnudos al lado de la hoguera. Se acabó San Valentín. Los paseos descalzos y abrazados por la orilla del mar, a la luz de la luna.

Queda prohibida la utilización de los adjetivos posesivos, y la de los sustantivos ñoños y melindrosos como: “mi amor”, “mi vida”, o “mi cielo”. El Farcismo ha llegado para hacer del amor un prototipo social a su antojo. Es el nuevo dictador social de los sentimientos. Es tan tolerante, que desprecia los afectos íntimos entre las personas. Tan poco posesivo que se cree poseedor de la verdad. Y teme tanto al amor, que no puede desposeerse de sí mismo.

José Luis Meléndez. Madrid, 15 de agosto del 2017
Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org