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20 de septiembre de 2018

Otras guerras

Existen sin duda otras guerras, además de las que mantiene el hombre consigo mismo, y con los demás miembros de su especie

Escuchaba ayer en RNE al naturalista Joaquín Araujo. Hacía alusión a los datos publicados en la revista Science, según la cual, desaparecen al día (cada 24 horas), unos quince millones de árboles (15.000.000 de ejemplares) en el planeta. Las catástrofes, las guerras, los planes urbanísticos, las plantaciones de palma, el cambio climático, y la industria maderera, entre otros, son los culpables de esta barbarie.

Es cierto, decía, que se plantan en la actualidad la mitad de esa cifra, pero aun así es una cifra vergonzosa,  lo suficientemente preocupante y deficitaria. Más si se tiene en cuenta que los árboles que se plantan son de dos años. Lo que parece paradójico es que el hombre, ese mono que proviene de un árbol, hoy sea el causante de esto, apuntaba Araujo.

Me conmueve la imagen de esta macaca que parece reírse, y  que viene a mostrarnos lo felices que vivían antes todos nuestros antepasados en sus respectivos ecosistemas. Nada parecido a las evidencias de hoy. Existen sin duda otras guerras, además de las que mantiene el hombre consigo mismo y con los demás miembros de su especie: las que mantiene  con otras especies, con sus propios antepasados, y que no salen por vergüenza en los telediarios.

¿Cuál de los dos es el verdadero primate: el mono, o el hombre...?

José Luis Meléndez. Madrid, 20 de septiembre del 2018
Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

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