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28 de agosto de 2017

Terrorismo ecológico

El terrorismo ecológico, causa cada año más víctimas mortales que el terrorismo armado

Se acaba el verano, y antes de iniciar el curso, y de que la vida cotidiana difumine los preocupantes datos medioambientales, conviene hacer balance de los efectos producidos por el cambio climático, y de la actitud irresponsable del hombre. La paciencia del planeta es inmensa, pero no infinita. Por eso la tierra le sigue hablando al hombre. Le llora y le advierte de su dolor, y de su maltrato físico y psicológico, porque la naturaleza tiene su propia alma. A pesar de su prolongada agonía, y de su delicada salud, el equipo médico formado por los mandatarios de algunos países más contaminantes, como Estados Unidos, han optado por quitarse la bata, y dar el alta al planeta enfermo.

Poco preocupado debe de estar el Presidente Trump, en vista de su interés por el cambio climático, ante el creciente número de catástrofes naturales, y ante la llegada inminente a su país del huracán Harvey (uno de los más devastadores desde hace doce años, según las previsiones), en contraposición al resto de ciudadanos americanos. En España la situación no es menos caótica y preocupante. Los datos hablan por sí solos. Hasta el mes de julio de este año, los incendios forestales han quemado cinco veces más superficie que en el mismo periodo de 2016: 55.918 hectáreas de bosque. Una cifra que guarda cierta sintonía con el incremento de personas investigadas por delitos contra el medio ambiente: un 30% en comparación con los datos del año anterior.

Pero no solo los incendios arrasan y asolan la península. La reserva hídrica de los embalses españoles, se sitúa en el 45% de su capacidad. Las escasas lluvias, las altas temperaturas (este año se han batido cifras récord, desde que se tienen registros), y el aumento de algunas poblaciones durante el verano, van camino de convertir a 2017, como el año más seco de la década. Como consecuencia de este dramático panorama, muchos municipios españoles (de manera especial Castilla y León), han tenido que ser abastecidos con camiones cisterna, y más de sesenta núcleos de población, han sufrido restricciones de agua. En Navarra, la cosecha del cereal ha sufrido pérdidas que van del cincuenta al setenta por ciento, según las zonas, y en otros destinos turísticos, como en el caso de Costa Blanca, en la provincia de Alicante, se ha podido garantizar el suministro de agua potable, a fuerza de sacrificar el riego en la zona.

El verano toca a su fin, y la clase política ha adelantado unos días su vuelta. La primera medida que ha tomado, ha sido ponerse de acuerdo para que el presidente español comparezca en el Congreso, para dar explicaciones en materia de corrupción. Según el CIS, entre los problemas que más preocupan a los españoles, se encuentran el paro y la corrupción. Unos datos que no por ciertos, son más reales. Porque un ciudadano que se encuentra en paro, y sufre los efectos de la corrupción, se sigue viendo en la necesidad de comer, de beber y de respirar.

Las políticas medioambientales, afectan de forma directa a la salud y a la calidad de vida de las personas. Motivos más que suficientes para que el cambio climático, se aborde por todas las naciones como un asunto de Estado. Son por lo tanto necesarias políticas de sensibilización por parte de las distintas Administraciones, para que los recursos naturales se utilicen de una manera sostenible. Por otro lado, es necesario incentivar a las empresas y a los ciudadanos para que hagan un consumo responsable, por medio de descuentos en sus facturas, o de tarifas especiales, así como establecer alertas de los recursos naturales disponibles, que vayan acompañadas de protocolos de actuación, antes de rebasar los límites críticos como los actuales.

El hombre ha alterado la climatología. No se sabe si en los próximos meses se podrá recuperar el nivel de agua desembalsada. Ni si en los próximos años, habrá crecido lo suficiente la masa vegetal, como para que podamos respirar un aire más sano, y mantener a la vez nuestras cosechas. Una buena opción, antes de abrir el grifo, es la de solidarizarse con los ciudadanos que sufren restricciones, y seguir su ejemplo, para evitar un ciclo de escasez extrema.

Existe desde hace años otro terrorismo que atenta contra la vida humana, animal y vegetal. El terrorismo ecológico, con sus desastres naturales, causa cada año más víctimas mortales que el terrorismo armado (1,35 millones en los últimos veinte años, según la ONU). La pregunta es: ¿dónde están los culpables…?

José Luis Meléndez. Madrid, 27 de agosto del 2017
Fuente de la imagen: Flickr.com

23 de agosto de 2017

Guiomar


Hola:

Me llamo Guiomar. Soy una paloma torcaz. Hace escasas horas caminaba preocupada por el césped del Parque que al parecer lleva el mismo nombre que yo. De repente me di cuenta que no podía volar. Si supieran que angustioso es encontrarse en esa situación, sin saber el motivo que me impide hacerlo. Nunca me he sentido tan indefensa. De repente ves a los humanos acercarse, a las urracas, a los gatos. No sabes que hacer.

En mi impotencia, decidí acercarme por los exteriores que limitan el recinto, para comprobar la reacción de la gente. A las ocho y veinte de la mañana, he tenido la suerte de que el director de este blog se ha percatado de la situación. Se ha dado cuenta de que la distancia de seguridad que había establecido era demasiado pequeña con respecto a mí especie, lo cual le ha debido resultar extraño.

Entonces ha decidido acercarse y ha comprobado mi dramática situación. No ha tardado en cogerme. La verdad es que me he sentido muy tranquila en sus manos. Es como si hubiera repetido esta misma acción en anteriores ocasiones. He ido contemplando muy atenta por donde me llevaba, hasta que me ha introducido en su casa. Luego me ha depositado en un cubo, y ha efectuado una llamada.

En el transcurso de la conversación, he podido escuchar que se presentaba como director de un blog que lleva por nombre La Pluma en Ristre. El nombre que hace alusión a las aves me ha encantado, y me ha hecho sentir más tranquila. Mucho más cuando he comprobado que la llamada había sido efectuada a la UMA (Unidad de Medio Ambiente).

Durante unos minutos me han dejado sola y a oscuras. Al parecer la ausencia ha sido debida a que han ido en busca de una caja de cartón, en la cual me han depositado con mucho cuidado. Luego, a la media hora me han entregado a los agentes de dicha unidad, para que me llevasen a Brinzal, un Hospital al parecer de aves rapaces.

Soy una paloma, como tal, amante de la libertad A pesar de los sobresaltos, me siento enormemente querida. No entiendo a los miembros de mi especie porqué tienen tanto miedo de la especie humana. Ahora lo que deseo es recuperar mi libertad y volver a mi parque de resonancias libertarias. Entonces podré hablar a los míos de las bondades humanas.

Fdo: Guiomar

21 de agosto de 2017

Unidos

Nos han dado la fuerza necesaria para estar más unidos

Les conocemos bien. No creen en la democracia. Pretenden imponer a las sociedades civilizadas su estado autocrático. Algunos de sus Imanes, se aprovechan de la fe de sus súbditos para cometer sus crímenes, y acaban siendo sus primeras víctimas. No tienen escrúpulos ni sentimientos. Su corazón está tan adiestrado y radicalizado, que no encuentra espacio para el odio.

Los españoles hemos vivido de cerca durante décadas las amenazas, las extorsiones, y los tiros en la nuca de los terroristas. Al contrario que ellos, y a pesar de sus asesinatos, les dejamos vivir en una sociedad que no era digna de ellos. Les concedimos la oportunidad de rehabilitarse. Abusaron de nuestro Estado de derecho, y de los sentimientos de dolor, impotencia e indignación de sus víctimas, de sus amigos, y de sus familiares. Muchos de ellos viven hoy en cárceles españolas, y reclaman derechos que nunca podrán ejercer sus víctimas.

Hace unos días, el terrorismo yihadista, ha teñido de sangre las Ramblas de Barcelona, dejando más de una decena de muertos, heridos graves, y más de un centenar de personas, que han tenido que ser atendidas en hospitales. Han actuado una vez más sin cabeza y sin corazón. Dirigidos por el control remoto del fanatismo despiadado e irracional de sus líderes.

Han sido igual de cobardes que en anteriores ocasiones, y han cargado y se han ensañado con personas inocentes. No ha sido un ataque contra la coalición de países aliados que intervenían en Siria. Con una sola furgoneta, han atentado contra treinta y cuatro ciudades de países diferentes. Se han vuelto a equivocar en las formas y en el fondo. Porque cada vez están más solos. Los adiestradores del fanatismo les enseñan a despreciarse tanto a sí mismos, que llegan a autoinmolarse. Su falta de respeto hacia sí mismos, les incapacita para amar y respetar a los suyos.

Utilizan su falsa pseudoreligión y su yihad (guerra santa), para atentar contra los que no piensan como ellos, lo cual les impide encontrar la paz en su mente. El mundo sabe que esta masacre no ha sido obra del Islam, sino del integrismo resentido que no ha asumido su propia historia. No han podido cumplir ni cumplirán su objetivo. Porque aunque nos han herido el corazón y el alma, nos han dado la fuerza necesaria para abrazarnos (musulmanes y no musulmanes), y para acompañar a las víctimas y a sus allegados en el dolor, en un momento en el que los españoles necesitábamos más que nunca estar unidos.

Esperaban ver una ciudad caótica y un pueblo paralizado y acobardado por el miedo. No conocían la solidaridad ni la bondad del pueblo español. La de los comerciantes dando cobijo a los transeúntes anónimos. La de los taxistas desconectando sus taxímetros y ofreciendo su tiempo para transportar a las personas de forma gratuita. La de las Fuerzas de Seguridad y las Fuerzas Armadas (despreciadas por algunos sectores de la sociedad), defendiendo los derechos y la vida de los ciudadanos, y la democracia lejos de nuestras fronteras respectivamente.

Los europeos como ciudadanos civilizados seguirán defendiendo sus valores y su modelo avanzado de convivencia. Continuarán acogiendo a los refugiados y respetando los derechos humanos, mientras ellos escriben su propia historia. La democracia terminará venciendo al terrorismo. El mundo lo derrotará igual que lo hicieron los españoles hace años: unidos, de forma pacífica, con la palabra en la boca, y la ley en la mano.

En Homenaje a las víctimas.

José Luis Meléndez. Madrid, 19 de agosto del 2017
Fuente de la imagen: Flickr.com

4 de agosto de 2017

El otro separatismo

Para avanzar, no hace falta ir hacia atrás, sino encarar unidos los retos más importantes que tiene la sociedad

Dice un dicho popular, que no hay mal que cien años dure. La dictadura duró cuarenta años. El pueblo español logró curarse de aquella larga y grave enfermedad social, inyectándose libertad, gracias al plasma de la democracia. Han transcurrido otros cuarenta años desde entonces. Algo no funciona bien, cuando determinados sectores de la sociedad, instalan sus espejos retrovisores a una sociedad que desde hace tiempo mira hacia delante, creyendo haber superado, las diferencias existentes en aquellos tiempos.

Basta cambiar de canal para salir de dudas, y observar como algunas parrillas televisivas polarizan a la sociedad con películas de la guerra civil, o con documentales anteriores a la Transición. Encender a la sociedad las luces de marcha atrás, en lugar de las luces largas, levanta cierta sospecha, y resulta cuanto menos pretencioso. Ha costado años, décadas, llegar hasta aquí. Para avanzar, no hace falta ir hacia atrás, sino encarar unidos los retos futuros más importantes que tiene la sociedad.

Poner a un enfermo de cáncer las escenas de su quimioterapia, y hacérselas revivir de nuevo, no es actuar de buena fe. El mejor favor que se le puede hacer a un enfermo, es ayudarle a sobrellevar su enfermedad, para que esta no la somatice. Por encima de las ideologías, están los principios democráticos. En aquella guerra no hubo vencedores. Todos los españoles fueron vencidos, porque en última instancia, nadie contó con su voto. No se trataba tanto de republicanos o de dictadores, sino de demócratas o no demócratas.

Los ciudadanos han sabido ir siempre por delante de la sociedad que creía representarles. Son tiempos de reconciliación, pero existe otro separatismo endémico dentro de la sociedad española. ¿Con qué derecho moral se puede exigir a una región del Estado, que no se separe de España, cuando desde determinados sectores de la misma, se incita a la confrontación y al separatismo entre los españoles?

Separar y romper, es más fácil que unir y pegar. La democracia resentida y revanchista no es sana. Faltan veinte años escasos, para que se cumpla el centenario de aquella trágica fecha. ¿Nos habremos reconciliado para entonces los españoles...?

José Luis Meléndez. Madrid, 25 de julio del 2017
Fuente de la imagen: Flickr.com