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26 de junio de 2017

Hugo, el médium

Los espectros han contribuido con su aportación a la cultura

La inspiración es la materia prima, y la fuente de todo escritor. La semilla que fecunda la imaginación, y la hace brotar, por medio de un proceso creativo. Si bien existen temas centrales que han inspirado a los escritores a lo largo de la Historia, como son la vida, el amor y la muerte, no menos cierto es que cuando se pregunta a un escritor cuál es su fuente de inspiración, las expresiones suelen ser de lo más variadas. Los hay que presumen de musas. Otros se inspiran en sus temas favoritos, y otros que recurren a las teorías psicoanalíticas, y reconocen sus obras, como un resultado de su inconsciente. Todos los escritores suelen acordarse, y echar en falta a las musas en su fase creativa, pero muy pocos agradecen a sus inspiraciones espirituales, su participación en la obra. Una actitud un tanto injusta e inmoral.

¿Nos imaginamos por un momento la cantidad de obras que actualmente llevarían un nombre femenino, si los escritores, las hubiesen reconocido como coautoras? Como vemos, en el mundo editorial, como en otros sectores de la vida, la egolatría, siempre ha marcado tendencia. Las frases del tipo “Yo he venido a hablar de mi libro”, las tapas de los libros, con las imágenes de los autores, así como su pequeña biografía y su prólogo, son muestras evidentes de ello.

Pero además de las musas, y de las hipotéticas divinidades, existen otra serie de entes que también han contribuido con su aportación a la cultura. Me refiero a los espectros, más conocidos con el nombre de fantasmas. James Merril, sin ir más lejos, escribió a lo largo de años, su extenso poema The changing light at sandover, a través de consultas con la ouija, hecho que le otorga la más que merecida categoría de espiritista. Pues bien, no menos asombroso es el caso del poeta Víctor Hugo. El año pasado, la editorial Wunderkammer, publicó el libro Lo que dicen las mesas parlantes. La obra recoge las conversaciones que al parecer mantuvo el escritor con los espíritus. La obra es una traducción de un libro de Jacques Pauvert, llevada a cabo por Cloe Masotta, publicado en el año 1964, e incluye el contenido de uno de los cuatro cuadernos que Víctor Hugo escribió, con mensajes del más allá.

No se trata por lo tanto de una obra literaria, sino de una crónica dictada, en donde algunos personajes se transforman en elementos parlantes de la naturaleza, como el océano. Muy significativa y reveladora, es la advertencia e instrucción que la muerte le dirige a Hugo, a la hora de abordar el proceso creativo. Según la muerte, los artistas llevan a cabo dos obras en su vida: la vital y la fantasmagórica. Y no se olvida de recriminarle su descuido con esta última. Entre los interlocutores destacan figuras relevantes de la cultura, la ciencia, la filosofía y la espiritualidad, como Shakespeare, Moliere, Galileo, Platón, o el mismísimo Jesucristo, quien afirma que “la verdadera cuestión no es amar a los corderos, sino hacerse amar por los tigres”.

Las revelaciones causan tanto asombro y admiración en el escritor, que llega a considerar la posibilidad de abandonar la pluma, para convertirse en un profeta que diese testimonio de ese mundo espiritual.

José Luis Meléndez. Madrid, 14 de abril del 2017
Fuente de la imagen: Flickr.com



15 de junio de 2017

Espíritu deportivo

El espíritu deportivo de los jugadores de la Selección, contrasta con la acritud y la escasa deportividad, con la que algunos políticos defienden sus propios intereses

Los que esperaban que la moción de censura que Unidos Podemos ha presentado al gobierno de Rajoy, no iba a tener ninguna consecuencia, se han equivocado. La sesión parlamentaria ha servido en primer lugar para erosionar la imagen del Partido Popular y del Presidente. Por otro lado para reforzar la imagen institucional del líder de Podemos, y en última instancia para escenificar y hacer público el inicio de un posible entendimiento de la izquierda española.

El clima de enfrentamiento y de discordia ha imperado una vez más entre los parlamentarios. El espectáculo, los tonos, los reproches, las frases hechas, las descalificaciones, y la ironía, han sido los protagonistas una vez más en este tipo de actos, en donde las acusaciones partidistas y personales, se han impuesto una vez más frente a la unión de los partidos, en los asuntos de Estado.

Sus señorías han intentado salir triunfantes y ganadores, a través de titulares que en los días sucesivos les sitúen por encima de sus adversarios. Los españoles han vuelto a perder el tiempo, sus energías, y el debate. Cada partido ha llevado sus propuestas, y muchas de las promesas electorales contraídas con los electores, por medio de un contrato social, han quedado en el baúl de los recuerdos.

El espíritu deportivo de los jugadores de la selección española, entrenando, haciendo equipo, y defendiendo los intereses del País, contrasta con la acritud y la escasa deportividad con la que algunos políticos han defendido sus propios intereses. La pasión que hacen sentir a los aficionados nuestros deportistas, antes y después de sus encuentros, y la emoción que proporcionan durante y después de sus encuentros, siguen eclipsando el protagonismo de los equipos políticos.

Cabría preguntarse, si las causas de este lamentable espectáculo, son la falta de copas, o más bien otro tipo de incentivos económicos. Es cierto que muchos deportistas cobran mucho más que sus señorías, pero lo hacen gracias a sus méritos, y a la disciplina de las normas y de las faltas imperantes durante el juego, las cuales inhabilitan a los mismos a jugar durante un tiempo en su equipo.

A la primera división del Partido Popular, y a la segunda división del partido socialista, se han sumado recientemente nuevos equipos. Nadie se imagina en esta liga, un Real Madrid, jugando contra el Fútbol Club Barcelona con jugadores de otros equipos. El nuevo mapa parlamentario sin embargo, obliga a los distintos partidos a pactar y a ponerse de acuerdo. El fútbol español por el contrario, sigue conservando su pureza original.

La música es capaz de unir más a las personas. Sorprende que se toque el himno nacional en los eventos deportivos internacionales, y que no suene en los actos nacionales e institucionales de marcada relevancia, cuando sus señorías van a ponerse y a sudar la camiseta nacional. De manera especial, en los debates de la nación y en las mociones de censura.

¿Son más españoles nuestros deportistas, que nuestros políticos? Más unidos, a la hora de defender nuestros intereses, al menos, sí que parecen...

José Luis Meléndez. Madrid, 14 de junio del 2017
Fuente de la imagen: Flickr.com

12 de junio de 2017

Principios democráticos

11/06/17. 08:15H

Ayer por la mañana me encontré una cría de mirlo en la acera, en el exterior de un jardín. El animal permaneció impasible, hasta que lo cogí con mi mano. En ese momento, empezó a piar y a mover las alas, pidiendo auxilio, pretendiendo así liberarse.

Pensé en ir a casa y hacer una foto, pero los padres se aproximaron al escuchar a su bebé, y empezaron a gritarme. En ese momento desistí de mi intención, metí mi mano por el jardín de una vecina, e introduje a la cría debajo de un aligustre, en un lugar fresco y protegido, a escasos metros de sus padres.

El animal estaba nutrido, fuerte y en perfecto estado, por lo que no hizo falta llamar a la Unidad de Medio Ambiente del Ayuntamiento. Los padres se calmaron, y yo también. Hubiera preferido sacar una instantánea, pero había tres criaturas estresadas. Un motivo más que suficiente para poner en práctica los principios democráticos, y desistir de mis intentos.

He buscado en su lugar una foto y la cría era calcada a esta. Nunca se me olvidará la ternura de ese animal en mi mano…

José Luis Meléndez. Madrid, 12 de junio del 2017
Fuente de la imagen: milanuncios.com

5 de junio de 2017

Humanistas y animalistas

El animalismo es humanista, porque trasciende los valores morales de la especie humana

Ha elegido una imagen blanca y de algodón para la ocasión. Lo ha hecho por su propia voluntad. No le ha presionado ninguna cuadrilla de toros. Ha tenido derecho a quejarse de sus dolores, y ha sido escuchado. Ha salido con vida, ileso, pero aun así, se siente inerme. Es Sebastián Castella, el humanista; el matador ha preferido no hablar de la pasión, ni de los sentimientos que experimenta en la plaza. Una ocasión de oro, para haber rebatido, a todas las personas, que según él, le acusan de no tener corazón.

El humanista, ha hecho gala de su condición, arremetiendo desde el inicio contra un amplio sector de su misma especie, como son todas las personas que sienten un gran amor y respeto por los animales. El matador se ha presentado como única víctima que sufre cuando escucha calificativos que no son de su agrado. Ni el toro, ni los animalistas sufren por la tortura y la muerte cruel del animal, cuando el maestro torea.

Los animalistas (todos: antitaurinos y no antitaurinos), dice, son personas cargadas de odio, y los animales seres inferiores no sujetos a derechos. Aun así, se considera una persona tolerante (no especifica si con los toros también). De la exposición del señor Castella, es fácil inferir que los animalistas no sienten amor ni respeto por los animales: sienten odio por los toreros. Otra tergiversación: los animalistas dice: “fuerzan que la ley se ponga de su parte, para acorralarnos y dejarnos fuera del marco legal”. Don Sebatián, ignora que los animalistas luchan por los derechos de los animales, y no por los propios, como hace la tauromaquia. Una actitud comprensible al no reconocer los derechos del animal, y una prueba más que evidente, de amor y respeto inmenso por ellos.

Al humanista, le molesta que le equiparen con el resto de animales no racionales, incapaces de hacer daño sin ningún motivo, y mucho menos, que le sitúen por debajo de ellos. Castella es incapaz de reconocer el “humanismo” de una lechuga, incapaz de causar daño, y menos de matar a nadie. Habla de aislados y contados casos de delitos de odio de algunos animalistas, pero generaliza, e incluye a todos en el mismo saco. Se pregunta si son delitos de odio las injurias verbales que recibe por parte de algunas personas, pero no psicoanaliza los sentimientos que le llevan a cometer semejante crueldad.

En otro descuido (se desconoce si interesado), omite las agresiones físicas y verbales que reciben algunos animalistas, como los que sufrió Aida Gascón, Presidenta de la asociación animalista AnimaNaturalis, por aficionados taurinos, mientras grababa pacíficamente un correbou, en la localidad de Mas Barberans, en la provincia de Tarragona. La piel del humanista es muy fina y sensible a la hora de escuchar “prejuicios que acaban dejando heridas”, pero no en el momento de clavar su estocada en la piel del toro. Le odian (dice), por ser diferente (a él, a la persona), y no al matador. Esa es la interpretación, y el daño que de manera inconsciente se causa a sí mismo y a los demás.

Los animalistas son conscientes de que la tauromaquia se lucra del espectáculo de la muerte. Ya no se trata de matar para vivir, como lo hacen los animales, ahora se mata para deleitarse contemplando el sufrimiento de un animal inocente. El toreo es un espectáculo que algunos han convertido en su negocio, y la tortura y la muerte, una actividad legal, convertida en profesión, que le permite a muchos lucrarse a costa de los más débiles. Es la religión en la que algunos humanistas se refugian para honrar de una manera irrespetuosa a su Virgen y a su Dios, en el altar de la inmoralidad, antes de atentar contra el quinto mandamiento.

El maestro se vanagloria de formar parte de una “cultura” en la quién más y mejor mata, es más culto. Mientras los animalistas trascienden cada día el humanismo de su especie, fieles al movimiento renacentista que propugnaba el retorno a la cultura grecolatina, como medio de restaurar los valores perdidos, como la empatía, la moralidad, la tolerancia, y el respeto a la vida de cualquier ser vivo.

Los amantes de la vida, no odian: sienten la muerte inhumana e injusta de cualquier inocente. Incluso la del propio matador. En eso consiste el verdadero humanismo. El animalismo es humanista, porque trasciende los valores morales de la especie humana. Los animalistas defienden la vida de todas las especies, no solo la del toro. Lo hacen con amor, de una forma desinteresada. Sin recibir ningún beneficio económico por ello. Pagando de su bolsillo los gastos, y dedicando tiempo de su ocio (no de su trabajo) a defender los derechos de los seres más débiles e indefensos.

Flaco favor hace el señor Castella a la tauromaquia, si esta no sabe morir, con la misma dignidad con la que lo hace un toro: solo, en defensa propia, sin derechos, y en contra de su propia voluntad. Toros y hombres tristes, que se preguntan cuántos animales inocentes más, necesita torturar y matar este falso humanismo. Cuántos lances y estoques. Cuántas banderillas, y puñaladas, para que acabe imponiéndose el amor a la muerte, y el sentido común, a esta barbarie incivilizada.

José Luis Meléndez. Madrid, 3 de junio del 2017.
Fuente de la imagen: Flickr.com

Césped alto C/Cuevas Almanzora. Nº:2930693. Cerrada.

04/06/17. 07:15H. En el día de ayer, se procedió a dar aviso al Ayuntamiento de Madrid, para que venga a cortar el césped de la calle Cuevas de Almanzora, avenida principal del barrio de Manoteras. Al parecer los vecinos llaman, pero el Consistorio no se persona. Desde hace tiempo, los vecinos tienen que llamar para que los jardineros vengan y el Ayuntamiento cumpla sus obligaciones.
La superficie es de aproximadamente 800 metros. En la imagen se puede ver el estado de algunos jardines. El césped no se ve. Los matorrales han crecido tanto, que los perros no pueden entrar.

06/06/17. 08:30H. El Ayuntamiento ha pasado en el día de ayer por la zona, y ha marcado el lugar con un corte de césped, señal de que van a pasar en breve. Una vecina me comentó ayer que ha llevado dos veces a su perro al veterinario, porque se le clavan las espigas en las patas.

07/06/17. 17:00H. Las máquinas han pasado y han cortado el césped. Falta por recoger la hierba cortada, que aún permanece encima de los jardines.

08/06/17. El personal de limpieza ha pasado a recoger la hierba cortada, y las hojas de pino, que desde hace meses invadian las aceras del parque. Se cierra incidencia.










José Luis Meléndez. Madrid, 5 de junio del 2017