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27 de agosto de 2014

Citas 21 a 25

Madrid, 2 se septiembre del 2014:
25.-El amor vuelve a los hombres más tontos de lo que son, y a las mujeres más inteligentes de lo que parecen.

Madrid, 1 se septiembre del 2014:
24.- Los árboles mueren de pie.

Madrid, 29 de agosto del 2014:
23.-El amor es el curso más completo, porque consta de física, química, lengua, historia, educación física...

Madrid, 28 de agosto del 2014:
22.-Fumar, es darle un beso a la muerte en cada calada.

Madrid, 27 de agosto del 2014:
21.-La información está en los periódicos, el conocimiento en los libros.

Autor: José Luis Meléndez

22 de agosto de 2014

Mercadotecnia

La demora excesiva, que sufren los clientes en las colas, bien se merecería un descuento proporcional a las mismas

Cuando los problemas acucian la mente, la lista de la compra, suele ser la terapia y la excusa perfecta, para desconectar y cambiar nuestra actividad. El resultado final, puede variar en función de la compañía elegida. No es lo mismo hacer la lista de la compra, que ir a comprar un vestido, o un regalo de cumpleaños. El efecto de inducción, a la hora de preguntar a nuestro acompañante, sobre determinado producto, puede pasarnos la factura económica y personal de la enemistad.

Una vez dentro del establecimiento, las primeras sensaciones empiezan a surtir efecto, al desembotarse los sentidos. La persona que llevamos dentro, empieza a transformarse en cliente. El centro comercial de atracciones emocionales, abre cada día su circuito, con la intención de que los clientes conduzcamos nuestras cestas, por la mayor parte de los recovecos de las secciones existentes, con el fin de provocar en el consumidor que llevamos dentro, el tan deseado impacto visual.

La Mercadotecnia, es el conjunto de principios y prácticas, que buscan el aumento del comercio, especialmente de la demanda. Primero se exponen los productos con mayor valor adquisitivo, como los electrodomésticos, el hogar, la ropa, los libros, los accesorios, la ferretería, la papelería, la librería, y la música, entre otros, para terminar en la sección de los productos de verdadera necesidad, es decir en la de los perecederos.

Una de las carencias de esta ciencia, y que más de una vez padecemos, es la del temido momento a la hora de pagar nuestra compra. El pago personalizado, en la sección de cajas, en la cual podemos encontrarnos situaciones tan paradójicas como: que la caja sea rápida, la cajera sea lenta, y el cliente también sea lento. O que la caja sea normal, la cajera sea rápida, pero el cliente sea lento.

La solución a estas incidencias, van adaptándose a los nuevos tiempos, pero convendría que las grandes superficies “culturizasen” a los diversos perfiles de clientes, por medio de avisos y balizajes informativos, a la hora de efectuar su pago. De manera muy especial los fines de semana, vuelta al colegio, fechas navideñas, puentes festivos, y horas punta.

La demora excesiva, que por motivos organizativos y ajenos, sufrimos los clientes en las colas, perjudicando nuestra salud y produciéndonos el consiguiente estrés, bien se merece un descuento proporcional a las mismas.

José Luis Meléndez. Madrid, 22 de Agosto del 2014.
Fuente de la imagen: Flickr.com

17 de agosto de 2014

El desliz

El caudal de pasión, como un río húmedo e incontenido, había arrastrado como olas a los náufragos, hacia el mar de las caricias, y de los besos profundos

Las feromonas flotaban en el aire, como estrellitas intermitentes, que una vez inhaladas, te transportaban por instantes a ese universo feliz e intemporal. Daniel tenía el sex-appeal ideal para las mujeres. Físicamente rondaba el metro ochenta. Su complexión era normal. El pelo negro, con raya al lado, y su cara aseada, despierta y cordial, le confería una imagen de hombre de buenas costumbres. A sus treinta y cinco años, su look diario era el clásico: pantalones de vestir, camisa y zapatos negros.

Vanesa, era una chica de belleza facial pero fría, que pasaba desapercibida, hasta que ya en la cercanía, te miraba y sonreía. Entonces te desarmaba. No se le conocía relación de pareja como a Daniel, casado desde hace unos años con Nerea. La atracción era mutua. Aquella tarde en la oficina, Vanesa bajó a hacer su visita diaria a Daniel. El cierre de contabilidad, era la excusa perfecta para quedarse unas horas más. No le hacía falta pintarse. El brillo en sus ojos, y su sonrisa permanente, era el reclamo más intenso, perfecto, e intimidatorio.

Era media tarde. La puerta de la oficina estaba cerrada con llave. Los empleados, recién acabada su jornada laboral, ya se habían ausentado. La conversación verbal entre ambos, no tardó en pasar a un segundo plano. La fuerza irresistible del deseo, estaba lo suficientemente erotizada. Las palabras se quedaron pequeñas, y el sentido del tacto requería su protagonismo.

Después de meses de cortejo, el flirteo parecía llegar a su etapa final. Llevada por el éxtasis del momento, Vanesa se acercó a Daniel, y después de dirigirle una frase provocadora, huyó con la intención y el deseo de ser perseguida. Entre las onomatopeyas de sus carcajadas, y con la cara enrojecida, como consecuencia de las pulsaciones de su frecuencia cardiaca, abandonó la sala. Mientras, subía las escaleras que conducían a la primera planta. Al cabo del rato, Daniel desapareció de mi lado.

Pasada la media hora, empecé a extrañar su presencia, pero los acontecimientos precedentes, me hicieron suponer, que aquel encuentro íntimo y fogoso, había tenido lugar. El caudal de pasión, como un río húmedo e incontenido, había arrastrado como olas a los náufragos, hacia el mar de las caricias, y de los besos profundos.

PD: Historia basada en hechos reales. Los nombres de los protagonistas, han sido cambiados, para salvaguardar la intimidad de las personas.

José Luis Meléndez. Madrid, 16 de Agosto del 2014.
Fuente de la imagen: Flickr.com

12 de agosto de 2014

El tiempo

El dinero se puede recuperar, pero no así el tiempo vital

El tiempo es esa magnitud física, que nos permite ordenar la secuencia de los sucesos, estableciendo un pasado, un presente y un futuro. Pero ¿existe realmente el tiempo, o es una invención humana? El tiempo es un concepto virtual que creó el hombre, y del que podemos prescindir mentalmente, a través de su representación física. Todos hemos podido constatar cómo durante los fines de semana, o las vacaciones, al relegar el tiempo y su representación física o reloj a un segundo plano, el día, a pesar de tener el mismo número de horas que un día laboral, pasa más rápido y placentero.

Quizás la fecha en la cual somos más conscientes del transcurso del tiempo, es el día de nuestro cumpleaños, o el día de Año Nuevo. En medio de sonrisas y felicitaciones recibimos a través de nuestros allegados el agradecimiento por permanecer un año más a su lado. Llegados a la edad madura, acogemos con alegría, y cierto asombro la llamada o la presencia de los nuestros, mientras sostenemos la copa de cava en nuestra mano, y pensamos: ¿Un año más, o un año menos? ¿La copa medio llena o medio vacía…?

Los siglos, los años, los meses, los días, las horas, los segundos. Pero ¿dura lo mismo una hora de placer, que una hora de sufrimiento? La respuesta es afirmativa, aunque esta última se nos haga eterna. De esta forma podemos ver como en función de la naturaleza emocional del momento, el tiempo adquiere mayor o menor duración psicológica. El tiempo emocional lo formamos con imágenes mentales de actos, cosas, animales o personas, y es por lo tanto relativo al tiempo físico.

En líneas generales podemos hablar de tiempo personal y tiempo social. Dentro del primero podríamos incluir el dedicado al ocio, el tiempo de reflexión, y al enriquecimiento personal. En el tiempo social entrarían las relaciones de amistad, familiares, y laborales. El concepto de tiempo personal ha pasado a revalorizarse en los últimos tiempos, y muchos de los empleados y ejecutivos han optado por rebajar sus expectativas salariales, en favor de un mayor enriquecimiento personal, y de una mayor calidad de vida.

Desde pequeños nos educan con conceptos tan intangibles e incomprensibles como la eternidad, y somos nosotros, los que con el paso del tiempo, y de algún que otro golpe, terminamos por darnos cuenta de la temporalidad de las cosas. Esto supone a su vez otra pérdida de tiempo, ya que el concepto de eternidad, nos invita a relajarnos y aplazar proyectos para una hipotética y futura vida.

Aprovechar el tiempo ha sido una de las más importantes ocupaciones y preocupaciones del hombre, a lo largo de su existencia. Vida no hay más que una, por lo menos aquí en la tierra. Ya Teophrastrus (300-287 a. de C) decía: “el tiempo es la cosa más valiosa que una persona puede gastar”. El reloj nos ha ayudado a organizar y diversificar nuestra vida diaria. Los días el mes, el mes los años.¡Qué es el trabajo, sino una compra de nuestro tiempo…! Imprescindible para sobrevivir en la civilización moderna, pero innecesario para vivir en sociedades según algunos, menos avanzadas.

Como elemento clarificador, el tic- tac del reloj, nos ayuda a tomar una mayor perspectiva de los acontecimientos del pasado y reformularlos y hacerlos más consistentes desde el presente hacía el futuro. El dinero, nos ha comprado el tiempo. ¿Se trata entonces de aprovechar el tiempo, o de aprovechar la vida? Cuando el Profesor José Luis Sampedro escuchaba la frase típica “el tiempo es oro”, enseguida se dirigía a su interlocutor para razonar y corregir la frase: “el tiempo no es oro, el tiempo, es vida”. Y Benjamín Franklin, nos lo recuerda en similares términos con la siguiente interpelación: “¿amas la vida? Entonces no malgastes el tiempo, porque es el material de que está hecha la vida”.

El dinero se puede recuperar, pero no así el tiempo vital. Se trataría de tomar conciencia de este concepto, y aplicarlo en la medida de nuestras posibilidades, a través del mantra oriental del aquí y ahora. Vivimos en una permanente nostalgia del pasado, estrés del presente, y ansiedad por el futuro. Existimos, pero no vivimos. En una sociedad acelerada, en la cual prevalecen los acontecimientos externos, y en donde nuestro protagonismo interior y personal, intenta aflorar en un campo estéril, el cual podemos abonar con unos minutos diarios por medio de nuestra conciencia. Solo entonces, al prescindir y parar el tiempo, y, desconectar nuestro reloj interno, es cuando podemos sentirnos eternos. Fuera del tiempo.

José Luis Meléndez. Madrid, 12 de Agosto del 2014.
Fuente de la imagen: Flickr.com

7 de agosto de 2014

Riserías 41 a 45

Madrid, 08 de Agosto del 2014:
45.- Tengo los ojos como arrobas, de estar delante del ordenador.

Madrid, 07 de Agosto del 2014:
44.- A que me archivo y me guardo, y no sabes nada más de mí.

Madrid, 31 de Julio del 2014:
43.- No me gustan los fumadores, porque tienen muy “malos humos”.

Madrid, 30 de Julio del 2014:
42.- ¿Dor-mimos juntos...?

Madrid, 29 de Julio del 2014:
41.- Yo ya lo sé todo, pero gracias por recordármelo.

Madrid. Autor: José Luis Meléndez.
Fuente de la imagen: Flickr.com