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1 de abril de 2021

Animología

Ha nacido la animología, rama de la ciencia que pretende infundir ánimos en los demás, sin que sus precursores sean capaces de ponerlos en práctica

AstraZeneca se ha visto en la necesidad de cambiar el nombre de su medicamento ya que al parecer, la marca, ha visto un claro descenso de ventas en el resto de sus medicamentos. No es para menos. A partir de ahora se llamará Vaxzevria. Algún partido político va a hacer algo parecido cambiando de sede, para limpiar su imagen. Supongo que por esa misma razón, dicho partido no increpará a partir de ahora a los descendientes de ETA, que ahora forman la marca Bildu, y que con anterioridad hicieron lo propio.

Yo estoy pensando si Astrazenecarme. ¿Razones? Es curioso que todos los epidemiólogos estén de acuerdo en que se inocule la vacuna. ¿No sería mejor que se llevasen sus viales a sus tertulias y se pusiesen las dos dosis? No son los políticos los que están animando a ponérsela, son los científicos. Sean pues coherentes, prediquen con el ejemplo y no esperen a que se la pongan los políticos ni los ciudadanos. Estoy seguro que ese gesto contribuirá en mayor medida que sus palabras a disipar las dudas de por qué las personas que se han muerto o que han sufrido trombosis, no se han ido ni los han padecido como consecuencia de tan fantástica vacuna.

Ya puestos, y para resolver las dudas sería conveniente que aclarasen cuales son los motivos por los cuales se criban por edades en lugar de por historiales médicos. Es decir que aún se desconoce por una gran parte de la población si existen algún tipo de reacciones de la vacuna con ciertos medicamentos, tratamientos o patologías. Comentarios que han sido omitidos hasta la fecha curiosamente por virólogos, científicos y epidemiólogos.

Alemania ha cancelado la vacuna para menores de sesenta años. Y si uno lee los casos que salen en la prensa se le quitan a uno las ganas de ir y de esperar a que le ofrezcan a uno otra vacuna con mayores garantías. Si además hablamos de problemas en la distribución, cabría considerar la falta de existencias ante la segunda dosis, ante lo cual, y para más inri, quedaría Astrazenicado, pero no llegaría a estar Vaxzevricado.

Así que, según nos cuentan, no hay que darle demasiada importancia al asunto, ya que los beneficios dicen ser superiores a los riesgos que conlleva el pinchacito indoloro. Pues nada, ¡ánimo!, ya que lo peor que pueda pasarnos es que nos llevemos un pequeño "susto" o una muerte anticipada ante una hipotética infección. Ha nacido la animología, rama de la ciencia que pretende infundir ánimos en los demás, sin que sus precursores sean capaces de ponerlos en práctica.

¿Saldrán a defender los mismos virólogos, científicos y epidemiólogos Astrazenecales o Vaxzevriales, los hipotéticos efectos nocivos que puedan derivarse de dicha inoculación...? Yo desde aquí, también animo a todos sus animólogos a que se vacunen públicamente. Pero a diferencia de ellos y ante el respeto que me merecen sus vidas, prefiero hacerlo desde la transparencia y desde la prudencia.

José Luis Meléndez. Madrid, 01 de abril del 2021. Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org