Ayer cerraste mis ojos
para soñarte despierto,
hoy esta triste realidad,
me obliga como entonces
a abrirlos de nuevo.
Te vas, y con ella
me hiciste ver,
que aquello que nace,
envejece y muere,
incluso el propio amor
al que más de quiere.
Por eso nunca
te podré olvidar,
por todo lo que fuiste
y lo que serás,
un sueño, un recuerdo
que nació en la eternidad.
Hoy te vas,
y jamás podrás perdonarme
todo el daño que te he causado.
Yo no sabré agradecerte,
los ratos tan preciosos
que perdiste a mi lado.
Me dejas recuerdos
amenos e inolvidables,
yo dolor, amargura,
y nunca, nunca
podrás perdonarme.
José Luis Meléndez. Madrid, Noviembre de 1981
*Fuente de la imagen: flickr.com
para soñarte despierto,
hoy esta triste realidad,
me obliga como entonces
a abrirlos de nuevo.
Te vas, y con ella
me hiciste ver,
que aquello que nace,
envejece y muere,
incluso el propio amor
al que más de quiere.
Por eso nunca
te podré olvidar,
por todo lo que fuiste
y lo que serás,
un sueño, un recuerdo
que nació en la eternidad.
Hoy te vas,
y jamás podrás perdonarme
todo el daño que te he causado.
Yo no sabré agradecerte,
los ratos tan preciosos
que perdiste a mi lado.
Me dejas recuerdos
amenos e inolvidables,
yo dolor, amargura,
y nunca, nunca
podrás perdonarme.
José Luis Meléndez. Madrid, Noviembre de 1981
*Fuente de la imagen: flickr.com
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