Hoy contemplaba el campo,
veía cantidad de flores,
que cubrían el suelo
como una alfombra,
de alegres y tristes colores.
Y enseguida vino a mi recuerdo,
la historia de la flor,
que brotó de sus lágrimas,
cuando dañé su corazón.
Sólo pienso y recuerdo
en esa flor perdida,
que fue creciendo por las heridas,
que en ella hice sin querer.
¡Ojalá pudiera encontrarla!,
para trasplantarla
del recuerdo al olvido;
¡que aquí muriera
y no volviera a nacer!,
pues una vez más sonreiría,
como lo hice en el ayer.
José Luis Meléndez. Madrid, Octubre de 1981
Fuente de la imagen: flickr.com
veía cantidad de flores,
que cubrían el suelo
como una alfombra,
de alegres y tristes colores.
Y enseguida vino a mi recuerdo,
la historia de la flor,
que brotó de sus lágrimas,
cuando dañé su corazón.
Sólo pienso y recuerdo
en esa flor perdida,
que fue creciendo por las heridas,
que en ella hice sin querer.
¡Ojalá pudiera encontrarla!,
para trasplantarla
del recuerdo al olvido;
¡que aquí muriera
y no volviera a nacer!,
pues una vez más sonreiría,
como lo hice en el ayer.
José Luis Meléndez. Madrid, Octubre de 1981
Fuente de la imagen: flickr.com
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