Colorín, colorado, esta historia ya ha empezado
“Cuenta la leyenda que durante los siglos XX y XXI, una princesa habitaba el reino de Germania, a la cual todos llamaban Merkel. El nombre compuesto por las sílabas Mer, abreviatura del término mercado, debido a la afición que desde su más tierna infancia la niña demostraba con su atracción hacia el poder monetario, y la silaba kel, en alusión a sus desdenes que en forma de “keles den” la dama profería a sus socios, ante cualquier propuesta de ayuda que estos solicitaban a tan sobria y áspera dama.
Merced a su ambición financiera y atraída por la música angelical del tintineo de las monedas, decidió capitalizar dicho sonido, y bautizó según sus principios luteranos bajo el nombre de Rin (onomatopeya que emite la caja registradora al recaudar dinero), el río que serpenteaba su acaudalada fortaleza. Los habitantes del castillo, harto cansados de las desigualdades del ala este y oeste del recinto medieval, optaron por sublevarse y derribar el muro que separaba dicha hacienda. Los monarcas que reinaron durante los años venideros, se vieron en la necesidad de solicitar ayuda económica a sus hermanos europeos para la reconstrucción y unificación de dicho feudo.
Años más tarde, los germanos proclamaron reina a la princesa Merkel, que en solo diez años hizo de su tierra el feudo más importante e influyente de Europa. Pero una epidemia económica, en forma de sequía financiera asoló el viejo continente. Los europeos que en su día auxiliaron a Germania, a petición previa de esta, hicieron lo propio. Más dieronse cuenta que la reina les cobraba abusivos intereses, y les pedía a cambio cada vez más y más recortes a sus vecinos.
Viendo estos su escaso espíritu europeo,decidieron unir sus banderas bajo las siglas de Europa, se escindieron del castillo, y procedieron a denominar Eurolandia, a tan maléfico edificio en alusión a la felicidad espiritual y luterana que demostraba la malvada reina,ante las desgracias de sus hermanos colindantes. Los eurolandeses, viéndo acorralada su economía, y sintiéndose cada día más solos, optaron por solicitar la paz a los europeos, y fundaron los Estados Unidos de Europa. Colorín, colorado, esta historia ya ha empezado”.
José Luis Meléndez. Madrid, 24 de Julio del 2012.
*Fuente de la imagen: flickr.com
“Cuenta la leyenda que durante los siglos XX y XXI, una princesa habitaba el reino de Germania, a la cual todos llamaban Merkel. El nombre compuesto por las sílabas Mer, abreviatura del término mercado, debido a la afición que desde su más tierna infancia la niña demostraba con su atracción hacia el poder monetario, y la silaba kel, en alusión a sus desdenes que en forma de “keles den” la dama profería a sus socios, ante cualquier propuesta de ayuda que estos solicitaban a tan sobria y áspera dama.
Merced a su ambición financiera y atraída por la música angelical del tintineo de las monedas, decidió capitalizar dicho sonido, y bautizó según sus principios luteranos bajo el nombre de Rin (onomatopeya que emite la caja registradora al recaudar dinero), el río que serpenteaba su acaudalada fortaleza. Los habitantes del castillo, harto cansados de las desigualdades del ala este y oeste del recinto medieval, optaron por sublevarse y derribar el muro que separaba dicha hacienda. Los monarcas que reinaron durante los años venideros, se vieron en la necesidad de solicitar ayuda económica a sus hermanos europeos para la reconstrucción y unificación de dicho feudo.
Años más tarde, los germanos proclamaron reina a la princesa Merkel, que en solo diez años hizo de su tierra el feudo más importante e influyente de Europa. Pero una epidemia económica, en forma de sequía financiera asoló el viejo continente. Los europeos que en su día auxiliaron a Germania, a petición previa de esta, hicieron lo propio. Más dieronse cuenta que la reina les cobraba abusivos intereses, y les pedía a cambio cada vez más y más recortes a sus vecinos.
Viendo estos su escaso espíritu europeo,decidieron unir sus banderas bajo las siglas de Europa, se escindieron del castillo, y procedieron a denominar Eurolandia, a tan maléfico edificio en alusión a la felicidad espiritual y luterana que demostraba la malvada reina,ante las desgracias de sus hermanos colindantes. Los eurolandeses, viéndo acorralada su economía, y sintiéndose cada día más solos, optaron por solicitar la paz a los europeos, y fundaron los Estados Unidos de Europa. Colorín, colorado, esta historia ya ha empezado”.
José Luis Meléndez. Madrid, 24 de Julio del 2012.
*Fuente de la imagen: flickr.com
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