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23 de enero de 2014

Celia

Adiós amor,
no supe corresponderte,
sino causarte dolor.

Las lágrimas del pasado,
que por mi culpa derramaste,
no se secaron entonces,
pues de mi hoy forman parte.

La mirada como un rayo,
el corazón como un trueno,
y las lágrimas como lluvia,
endulzaron tu pañuelo.

José Luis Meléndez. Madrid, Junio de 1981
Fuente de la imagen: flickr.com

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