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18 de noviembre de 2014

El último abrazo

El árbol reclama su abrazo antes de la tala

Aún adorna el pino el parque, con su frondosa copa, como un vecino discreto y generoso. Le gusta cobijar bajo sus ramas la vida humana y de las aves, con un abrazo invisible, para no ahuyentar a sus huéspedes, mientras purifica el aire con su aroma silvestre. La indiferencia humana, le ha hecho inclinarse hacia la acera, por la que transitan los viandantes, como queriendo llamar la atención, y despedirse de su vida medio centenaria.

La fatídica señal de tala, inscrita en el vestido de su corteza, le hace vivir cada instante, como si fuera el último. ¡Quién pudiera librarle de este inminente, doloroso, y tajante final! La eutanasia es un privilegio del reino animal. Ya no quedan piñas que entregar a la tierra, con las cuales reclamar al universo el último abrazo.

José Luis Meléndez. Madrid, 18 de Noviembre del 2014.

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