Han sido veinte años de diagnóstico erróneo, soterrado y silencioso. El ave fénix, ha resurgido de las cenizas de sus daños colaterales
En el año sesenta y tres, un recién nacido aquejado de doble hernia inguinal, hacía su ingreso en las dependencias que la Cruz Roja todavía posee en la avenida Reina Victoria de Madrid. En ningún otro centro médico, se realizaba este tipo de intervenciones. El doctor Agra Cadarso, me devolvió a la vida, en una arriesgada operación a vida o muerte.
He sido donante de sangre habitual, hasta que en los años noventa, en una unidad móvil ubicada en mi barrio, me empezó a faltar el aire, sufrí una insuficiencia respiratoria y un mareo ascendente. La enfermera inclinó la camilla, para que la sangre oxigenara mi cerebro. Mi doctora, desde entonces, me recomendó donar en hospitales. La última donación la realicé en el hospital Ramón y Cajal, en el año noventa y tres, según los sistemas informáticos del Centro de Transfusión de Sangre, en adelante CTS. Hace unos meses, el CTS, me remitió una tarjeta de cartón, a modo de carnet de donante, con el número 64.521.
La institución humanitaria, en colaboración con el CTS de la Comunidad de Madrid, ha iniciado una campaña de donación. El personal solidario y altruista, puede hacer entrega desinteresada de parte de su cuerpo, por medio de su sangre. Hoy me he personado en el centro de campaña que la Cruz Roja ha instalado en la estación de metro de Nuevos Ministerios, para realizar esta pequeña, pero valiosa aportación, gracias a este doctor. Sangre de su propia sangre. La acogida del personal ha sido inmejorable. Un protocolo avalado por la experiencia de una organización centenaria.
Después de tomar un zumo, recibir unos obsequios prácticos, y cumplimentar un test médico, he confirmado y ampliado datos con la doctora:
- "Entonces, José Luis, ¿no has sido rechazado en ninguna donación?"
- No. No recuerdo, le contesto, y le pongo en antecedentes de la extracción de la camilla.
- "¡Qué raro! El caso, es que figuran en el sistema informático del CTS unas siglas, pero no te preocupes..."
Suspense: la doctora hace una foto del pantallazo, para consultarlo con una superiora. Mientras obtiene contestación, me invita a salir, a la sala de espera unos instantes:
- "¡Pasa José Luis! Bueno mira, como no estamos seguros, vamos a hacer una cosa: de momento lo vamos a dejar. LLama al CTS, y pregúntales que significa: Exclusión definitiva por E.I.T.".
Nada más llegar a casa, llamo al CTS. Atiende amablemente mi exposición el Dr. Fulanito, y me descifra las siglas E.I.T.: Enfermedad Infecciosa Transmisible. Tranfiere mis datos al responsable de atención al donante, señor Menganito. Llama el señor Menganito, y le pregunto como es posible que el CTS, me haya enviado un carnet de donante siendo un "enfermo infeccioso", desde el año noventa y tres, nada más, y nada menos.
Le hago saber la gravedad del asunto. Reconoce el error. Todos los años me hago análisis de sangre, ¿se imaginan sino el subidón? Le manifiesto mi profundo malestar. El protagonista, le digo, no es ni usted, ni yo, sino dos personas anónimas: la que en el año noventa y tres tecleó dichas siglas, y el enfermo que hoy no ha recibido mi sangre. Me pregunta como puede resarcirme de este daño moral. Le insto a que me escriba la directora del centro pidiendo disculpas, y reconociendo el error, para que no vuelva a ocurrir. Confirma mi dirección, y me asegura que recibiré la carta. Le manifiesto mi excepticismo al respecto, y me perplejidad por lo ocurrido. Soy el primer caso, según dice...
Hoy me he acordado del consejero de sanidad madrileño, porque ni "he mentido", ni me he "tocado la cara", ni sé, ni me ha dado tiempo para "ponerme el uniforme", y aún así, ironías de la vida, llevo veintiún años infectado. Me gustaría celebrar con ustedes esta buena noticia: ¡al fin estoy recuperado!. Han sido veinte años de diagnóstico erróneo, soterrado y silencioso. El ave fénix, ha resurgido de las cenizas de sus daños colaterales.
José Luis Meléndez. Madrid, 4 de Noviembre del 2014.
PD: La directora gerente del Centro de Transfusión de Sangre, ha tenido la gentileza de remitir carta de disculpas, reconociendo dichos errores.
Fuente de la imagen: Flickr.com
En el año sesenta y tres, un recién nacido aquejado de doble hernia inguinal, hacía su ingreso en las dependencias que la Cruz Roja todavía posee en la avenida Reina Victoria de Madrid. En ningún otro centro médico, se realizaba este tipo de intervenciones. El doctor Agra Cadarso, me devolvió a la vida, en una arriesgada operación a vida o muerte.
He sido donante de sangre habitual, hasta que en los años noventa, en una unidad móvil ubicada en mi barrio, me empezó a faltar el aire, sufrí una insuficiencia respiratoria y un mareo ascendente. La enfermera inclinó la camilla, para que la sangre oxigenara mi cerebro. Mi doctora, desde entonces, me recomendó donar en hospitales. La última donación la realicé en el hospital Ramón y Cajal, en el año noventa y tres, según los sistemas informáticos del Centro de Transfusión de Sangre, en adelante CTS. Hace unos meses, el CTS, me remitió una tarjeta de cartón, a modo de carnet de donante, con el número 64.521.
La institución humanitaria, en colaboración con el CTS de la Comunidad de Madrid, ha iniciado una campaña de donación. El personal solidario y altruista, puede hacer entrega desinteresada de parte de su cuerpo, por medio de su sangre. Hoy me he personado en el centro de campaña que la Cruz Roja ha instalado en la estación de metro de Nuevos Ministerios, para realizar esta pequeña, pero valiosa aportación, gracias a este doctor. Sangre de su propia sangre. La acogida del personal ha sido inmejorable. Un protocolo avalado por la experiencia de una organización centenaria.
Después de tomar un zumo, recibir unos obsequios prácticos, y cumplimentar un test médico, he confirmado y ampliado datos con la doctora:
- "Entonces, José Luis, ¿no has sido rechazado en ninguna donación?"
- No. No recuerdo, le contesto, y le pongo en antecedentes de la extracción de la camilla.
- "¡Qué raro! El caso, es que figuran en el sistema informático del CTS unas siglas, pero no te preocupes..."
Suspense: la doctora hace una foto del pantallazo, para consultarlo con una superiora. Mientras obtiene contestación, me invita a salir, a la sala de espera unos instantes:
- "¡Pasa José Luis! Bueno mira, como no estamos seguros, vamos a hacer una cosa: de momento lo vamos a dejar. LLama al CTS, y pregúntales que significa: Exclusión definitiva por E.I.T.".
Nada más llegar a casa, llamo al CTS. Atiende amablemente mi exposición el Dr. Fulanito, y me descifra las siglas E.I.T.: Enfermedad Infecciosa Transmisible. Tranfiere mis datos al responsable de atención al donante, señor Menganito. Llama el señor Menganito, y le pregunto como es posible que el CTS, me haya enviado un carnet de donante siendo un "enfermo infeccioso", desde el año noventa y tres, nada más, y nada menos.
Le hago saber la gravedad del asunto. Reconoce el error. Todos los años me hago análisis de sangre, ¿se imaginan sino el subidón? Le manifiesto mi profundo malestar. El protagonista, le digo, no es ni usted, ni yo, sino dos personas anónimas: la que en el año noventa y tres tecleó dichas siglas, y el enfermo que hoy no ha recibido mi sangre. Me pregunta como puede resarcirme de este daño moral. Le insto a que me escriba la directora del centro pidiendo disculpas, y reconociendo el error, para que no vuelva a ocurrir. Confirma mi dirección, y me asegura que recibiré la carta. Le manifiesto mi excepticismo al respecto, y me perplejidad por lo ocurrido. Soy el primer caso, según dice...
Hoy me he acordado del consejero de sanidad madrileño, porque ni "he mentido", ni me he "tocado la cara", ni sé, ni me ha dado tiempo para "ponerme el uniforme", y aún así, ironías de la vida, llevo veintiún años infectado. Me gustaría celebrar con ustedes esta buena noticia: ¡al fin estoy recuperado!. Han sido veinte años de diagnóstico erróneo, soterrado y silencioso. El ave fénix, ha resurgido de las cenizas de sus daños colaterales.
José Luis Meléndez. Madrid, 4 de Noviembre del 2014.
PD: La directora gerente del Centro de Transfusión de Sangre, ha tenido la gentileza de remitir carta de disculpas, reconociendo dichos errores.
Fuente de la imagen: Flickr.com
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