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2 de marzo de 2019

Romper España

A la derecha no le ha importado pactar con Vox, un partido que propone romper y liquidar la España Constitucionalista de las autonomías

Si se tienen en cuenta los datos del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), publicados esta semana y se contrastan con los de antes de la convocatoria de elecciones, se puede concluir lo siguiente. Por un lado que los españoles, al contrario de lo que decía la derecha, no deseaban elecciones, como quedó patente en la escasa participación de la Plaza de Colón. Y segundo, que los españoles han penalizado a la derecha por su oposición de política crispada, de enfrentamiento y descalificación, y por su radicalización hacia la extrema derecha.

La estrategia del tripartito ultraliberal adolece y ha adolecido de los mismos errores en los que incurrió el independentismo, como fueron los de animar a sus bases a manifestarse en las calles con el fin de forzar un proceso electoral, sin el respaldo de un programa de gobierno.

Según dichos datos el Psoe sería la fuerza más votada con un 33,3% (+3,39 % según el último CIS). Una cifra con una doble lectura que demuestra la fuerza electoral, pero que puede desincentivar la movilización que necesita la izquierda. Le seguiría el Partido Popular con un 16,7% (+1,79 %), subiendo a la segunda posición. Ciudadanos desciende al tercer puesto situándose en un 15,3% (-2,39%). Podemos ocuparía la cuarta posición con un 14,5% (-0,90 %). En quinta posición aparecería Vox con un 5,9% (-0,59), y por último Ezquerra Republicana conseguiría una representación del 3,3% (-1,40%).

El tripartito ultraconservador no se esperaba estos resultados. De haberlo sabido no hubieran forzado la convocatoria de elecciones. He aquí su nerviosismo y su crispación. Rivera ha optado por reforzar su posición recuperando fichajes “azules” y “rojos”, como Bauzá o el exministro socialista Corbacho para llevar a cabo su “nueva política”. Y para ello no ha dudado en recurrir al transfuguismo, una práctica poco ética y más propia de la vieja política.

Utilizar los símbolos nacionales que representan a todos los españoles en la movilización auspiciada por el tripartito ultraconservador a la Plaza de Colón, hacer de la Lengua Española un uso partidario para atacar al adversario, hasta reducirla a la descalificación en la Cámara Baja (templo donde reside la soberanía nacional), y llevar a cabo una oposición de bloqueo y de obstruccionismo, son posibles factores que los españoles han podido tener en cuenta a la hora de interpretar estos datos.

Ante los graves infundios que Ciudadanos ha dirigido en los últimos meses al Psoe, la Presidenta del Partido Socialista, Cristina Narbona ha dirigido una carta de mano tendida al señor Rivera en la cual le invita a recapacitar sobre su alianza con la extrema derecha y sobre su estrategia electoral de "cinismo y falsedades”. “La desesperación nunca es buena consejera en política", o "Tengo la certeza de que muchos votantes y afiliados de Ciudadanos no comparten sus decisiones recientes”, son reflexiones que la Presidenta de los socialistas le dirige a su líder. Una crítica a la que se ha sumado el semanario londinense "The economist", que llega a censurar "el sectarismo" de Rivera por vetar un pacto con Sánchez.

Ciudadanos que como se sabe hace unos días decidió ir de la mano de la extrema derecha de Vox, en lugar de la socialdemocracia española, ha llegado a calificar al Psoe como una fuerza anticonstitucional. El señor Rivera ha preferido interpretar de manera torticera e interesada los verbos “pactar” y “negociar”, con el fin de rentabilizar su posición electoral. Porque el Psoe no pactó en ningún momento con los independentistas. Lo único que hizo fue recepcionar un borrador de veintiún puntos para su estudio. No existe por lo tanto ninguna firma ni documento que acredite dicha falsedad. Más bien, por el contrario, ha dialogado e intentado llegar a una salida dentro del marco constitucional.

Por el contrario a esa derecha española que no le gusta sentarse a hablar con los “enemigos de España” (independentistas), no les ha importado pactar con Vox, un partido que propone romper y liquidar la España Constitucionalista de las autonomías, ni más ni menos que un documento de sesenta medidas, que han rubricado de manera directa e indirecta. Un proyecto unitario y trasnochado para una España plural como la actual. Curiosamente tampoco les va a importar al señor Casado y al señor Rivera, sentarse a hablar, intercambiar opiniones, y solicitar un debate a dos o a cinco, las veces que sean necesarias, con un presidente al que han llamado y considerado “golpista”, “ilegitimo”, y “anticonstitucionalista”, del cual el Presidente aún espera sus respectivas disculpas, con el único fin de lavar su imagen ante su electorado.

El señor Rivera ha optado por el no diálogo, por la no política, y por la aplicación de la justicia, a través del artículo 155. El único artículo a través del cual se atribuye le atribuye a su partido la potestad de ser un partido más constitucionalista que el Psoe de Sánchez, partido que con sus medidas sociales no solo protege los derechos de los ciudadanos que recoge la Carta Magna, sino la unidad territorial como en su día demostró respaldando la aplicación del artículo 155.

La carta dirigida a Ciudadanos Narbona, ha sido contestada con cierto desprecio por la formación naranja: "Tengo una mala noticia para usted, señora Narbona. Ciudadanos es incompatible con quienes se alían con aquellos que dan golpes de Estado", y a la cual el señor Rivera ha contestado en los siguientes términos en una entrevista en la COPE: “Para mí no merece ningún respeto una persona que ha sido capaz de pactar (ojo) con los que quieren liquidar mi país».

“Españolito”, prototipo de robot que la derecha española diseñó hace cinco años y al cual se le puede escuchar desde hace años en cada una de sus intervenciones, ya se ha aprendido de memoria las tres palabras más utilizadas de sus diseñadores, como son “Cataluña”, “155”, y “golpe”, aunque a juzgar por la repetición y la insistencia, el golpe parece más bien que se lo han debido de dar algunos de sus cerebros en la cabeza.

Se avecina una campaña electoral en la que la derecha recurrirá al conflicto más que a la formulación de propuestas encaminadas a resolver los numerosos problemas de los españoles. A la aplicación de la ley más que la práctica del diálogo; al enfrentamiento personal más que al ideológico, y al cambio de guión en un escenario en donde la derecha, ante una falta de estrategia, continuará en modo autonómico en unas elecciones de ámbito nacional.

José Luis Meléndez. Madrid, 1 de marzo del 2019
Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

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