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9 de marzo de 2019

Vetos y dopajes

Provoca cierto estupor ver a la derecha de hoy votando en unas elecciones que antes negaba

No es lo mismo hablar de la Constitución que morir por ella defendiendo sus ideales. En los años treinta los actuales barrios madrileños de Hortaleza y de Canillas eran localidades que tenían sus propias alcaldías, hasta que fueron absorbidas en la época por decreto franquista. Entonces no existía el Partido Popular, ni Ciudadanos, ni Vox, pero si vecinos y alcaldes del Psoe que murieron por defender la legalidad de la Constitución de 1931. Españoles que fueron fusilados por defender la libertad y la democracia con las cuales pretendian edificar un país más libre y democrático como del que disfruta hoy la derecha nostálgica.

Provoca cierto estupor ver a la derecha de hoy votando en unas elecciones que antes negaba. Se entiende por tanto que aún conserven algunos tics de la época como es el de vetar a formaciones centenarias que gracias a sus hombres han contribuido a hacer un país más moderno en sintonía con las democracias más avanzadas del mundo. Un tic que bien podría calificarse como el “síndrome del teleclub”.

Con motivo de homenajear la contribución de estos españoles a su país, el 10 de febrero tuvo lugar un acto en la Plaza de Chabuca Granda, en el caso antiguo del barrio de Hortaleza. Ese día quedaron inscritos en un monolito los nombres de dieciséis víctimas de la dictadura, junto a dos placas que recuerdan los nombres de dos de sus alcaldes republicanos: Tomás Aragoneses Molpeceres y Victoriano Elipe, fundador de la Agrupación Socialista de Hortaleza.

La propuesta ha contado con el rechazo del Partido Popular, y la abstención de Ciudadanos, un partido que actualmente vive su fase liberal y “Constitucionalista”, que decidió abstenerse de aquel constitucionalismo republicano, pero que sin embargo si ha decidido valerse de la figura republicana y constitucionalista de Doña Clara Campoamor, para celebrar a su manera el día Internacional de la mujer. Una Clara Campoamor que de vivir hoy le diría a los miembros de Ciudadanos por apoyar a la derecha en la anterior legislatura y la actual en la Junta de Andalucía de manera indirecta, lo que le dijo en su día a Alejandro Lerroux, fundador del Partido Republicano Radical al presentar su dimisión: “Más que colaborador, el partido radical (en este caso Ciudadanos) ha descendido a ser el servidor de esas derechas (...)".

Los ciudadanos entienden el estrés y la pereza que sufre la derecha a la hora de pisar la calle, y de ponerse al lado de los ciudadanos y ciudadanas que reclaman igualdad. O que dé más importancia al manifiesto que a la causa general como es la de unir en un día como hoy a hombres y mujeres por una causa constitucional como es la igualdad entre todos los españoles, por encima de partidos, ideales y manifiestos.

Las derechas de la Plaza de Colón han sabido pedir a los ciudadanos su participación en la manifestación para conseguir sus propios intereses, como fue la convocatoria de unas elecciones, pero han decidido quedarse en casa y justificar con excusas su veto y su desplante cuando la sociedad les ha pedido lo mismo. La misma derecha que está dispuesta a gobernar como ya lo hizo priorizando la economía por encima de los derechos básicos y elementales de las personas.

Ciudadanos por su parte ha optado por llevar su propia bandera e ideologizar el concepto internacional de feminismo, después de vetar durante la anterior legislatura medidas destinadas a mejorar la vida de las mujeres. El efecto que ha conseguido con esta marca propia es la de desunir y dividir más a las mujeres en su causa. De esta forma ahora se puede hablar de varios tipos de feminismo: para Vox existe el feminismo radical al que llaman feminazis, y las mujeres de Ciudadanos (todas) son feministas liberales. Una gran contribución a la causa.

Las derechas han denunciado al Psoe ante la Junta Electoral por utilizar los decretos sociales como electoralistas. No se ve sin embargo en el transfuguismo de Ciudadanos una competencia desleal, una falta de ética hacia los principios políticos de los representantes, o una falta de consideración hacia los ciudadanos. Ir dopado con plasma sanguíneo y RH de las distintas fuerzas es algo normal dentro de unas elecciones generales en pleno siglo XXI. Es la nueva forma de hacer política.

“Ser liberal” es fichar a gente de derechas y de izquierda bajo el concepto de “talento”, cuando lo que se está fomentando es el transfuguismo. Ciudadanos no va a pactar con el Psoe, pero estrecha su mano a los miembros que provienen de su formación. Que el señor Rivera no vaya a comerse la ensalada, no implica que no pueda probar la lechuga; porque una verdad a medias, nunca es una mentira.

El señor Casado ha optado por vetar el manifiesto, quedarse en casa y no ponerse enfrente de aquellos que “se portan mal” con las mujeres. Pero es posible que después de reconsiderar su ausencia, una gran mayoría de mujeres ya sepan a estas horas “lo que llevan dentro de sí”, y lo manifiesten el día 28 de abril en las urnas.

José Luis Meléndez. Madrid, 9 de marzo del 2019

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