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13 de enero de 2015

La boina negra

¿Saltarán las pulgas a la cabeza dormida de algún político?

Hoy nos hemos levantado con una buena noticia: los madrileños somos los ciudadanos más solidarios en donación de órganos para trasplantes. Mientras, al Partido Popular, parece importarle poco la salud de los españoles. Que sonrojo más azul, valga la redundancia, para sus frías señorías. Lo importante es que la prima de riesgo ha bajado su colesterol económico de los ciento cincuenta puntos. Los recortes a los dependientes, la falta de medicación a los enfermos de hepatitis, y la falta de medidas contra los efectos tan nocivos para la salud, como los de la contaminación, están tipificados en la orden del día como otras “cosas”, dentro de la carpeta de asuntos varios. La flecha que marca que vamos “en la buena dirección”, lleva impresa como una señal de tráfico dos palabras: programa electoral (disculpen las molestias. Estamos trabajando. Enseguida vamos).

Pero ¿qué es esta nube negra, quién sabe si tóxica (nadie nos lo ha dicho), que cubre desde principios de años los cielos de Madrid y de Barcelona? ¿Será la boina negra del tío de la vara? No tiene pinta. ¿Será la depresión o el cabreo generalizado de los ciudadanos con sus gobernantes? Podría ser, pero no, es una acumulación tóxica para la salud, provocada por el dióxido de nitrógeno, de los vehículos con motores diesel que circulan por la ciudad. Generada también por las emisiones químicas de las empresas y de sus actividades productivas, y por el funcionamiento de las calefacciones de los madrileños y de los barceloneses.

Y eso que estamos en plena pobreza energética, en la cual muchas familias, no pueden encender la calefacción, y otras se han visto obligadas a reducir su uso, ante la falta de recursos económicos. El fenómeno se produce por un proceso llamado de inversión térmica. Al ser la temperatura del suelo menor, el aire frío, que pesa más, se sitúa en la capa inferior de la atmósfera. Al no existir aire o lluvia, este permanece aprisionado, y el aire no se regenera, y pierde calidad. En Madrid y Barcelona, se han alcanzado picos de 200 microgramos, más de lo permitido por la normativa europea.

La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, prometió en Julio, un protocolo para acometer episodios de alta contaminación, y que verá la luz en febrero, mes más cercano a las elecciones municipales. Las medidas, al parecer, van a consistir en la restricción de la circulación de vehículos, durante un tiempo determinado, según estos tengan matrícula par o impar. Una idea muy antigua, que llega mal y tarde. Ante las críticas de la oposición, la señora Botella, ex concejal de Ayuntamiento de Madrid, en el área de Medio ambiente, desbordada por su creatividad, en lugar de tomar medidas, e informar a los ciudadanos, sobre las recomendaciones a seguir, ha optado por echar balones fuera, y decir a Bruselas que se pongan en contacto con los fabricantes de vehículos, para que estos rebajen sus emisiones contaminantes. ¡Bravo!.

Ecologistas en Acción, ha interpuesto denuncia contra la alcaldesa, y el delegado del Área de Gobierno de Medio ambiente, D. Diego Sanjuanbenito. Entre los motivos están el no haber adoptado las medidas necesarias para garantizar que el aire de Madrid, cumpla los límites legales. Asimismo, amparándose en el artículo 325 del Código Penal, considera al Consistorio culpable de un delito contra el Medio ambiente. Por otra parte, le acusa de haber incumplido durante estos cinco años, la legislación europea. Recordemos que el Ayuntamiento intentó poner sin éxito a la Comisión Europea una prórroga de cinco años, para evitar las sanciones recogidas en la normativa comunitaria. El propio Ayuntamiento reconoce en sus planes, que más del 65% de las emisiones de óxido de nitrógeno, provienen de la circulación de vehículos de motor, sobre todo de diesel, como asegura Francisco Segura, portavoz de Ecologistas en Acción.

Mientras tanto, las visitas a urgencias, han aumentado en los últimos años más de un 30%, debido a problemas respiratorios. En España se calcula que más de un 80% de los españoles, respira un aire más insano del recomendado, según los índices establecidos por la Organización Mundial de la Salud. (OMS). Las consecuencias, según diversos estudios más de 16.000 muertes prematuras anuales en nuestro país. La Asociación Americana del Corazón (AHA), considera la contaminación, como un factor de riesgo para la muerte súbita cardiaca, tan importante como el tabaquismo, la dieta o la obesidad.

La Pluma Verde, ante la insuficiente información por parte de las autoridades públicas, traslada a sus lectores unas determinadas recomendaciones elaboradas por la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), como son: evitar permanecer en las zonas de mayor contaminación, no practicar actividades al aire público, utilizar el transporte público, y aumentar la atención en los colectivos de riesgo como personas con asma, patologías respiratorias y cardiovasculares, así como embarazadas. Entre otras recomendaciones más personales están: reducir la velocidad, si se utiliza vehículo privado, informar a los ciudadanos (familiares, amigos, y demás allegados) de medidas preventivas, restringir el tráfico y aumentar el transporte público, fomentar las rutas compartidas, y que el Consorcio de Transportes realice campañas preventivas y puntuales en estas situaciones, con tarifas super reducidas, para fomentar el uso del transporte público, y recuperar también de esta forma viajeros perdidos por causa de la crisis.

Las ideas, reza una sentencia, son como las pulgas: saltan de una cabeza a otra, pero no pican a todo el mundo. ¿Llegarán estas pulgas al corazón y a la cabeza dormida de algún político? Esa es la intención, además de informar a los ciudadanos. Chasquemos los dedos, a ver si de esta forma se despiertan de esta larga siesta.

José Luis Meléndez. Madrid, 13 de Enero del 2015.
Fuente de la imagen: ecologistasenaccion.org

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