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28 de noviembre de 2024

Russia first

Trump va a hacer una Rusia más grande a costa de dejar una Europa y una OTAN más pequeñas

Una cosa es ser rico y otra, multimillonario. El fin del rico es ser multimillonario. El problema de los multimillonarios es que al tener colmadas todas sus aspiraciones y todos sus caprichos, necesitan recurrir a nuevas distracciones que para el resto de los mortales son excéntricas, cuando no, peligrosas.

El rico suele sorprenderse a sí mismo de haber llegado a ese estatus. El multimillonario, por el contrario, necesita sorprender a los demás, a través del personalismo. Ahí tenemos el caso de Elon Musk. Con su flota de Tesla o su red social X, Musk, al parecer, no se sentía lo suficientemente realizado. Sin embargo, gracias a sus cohetes espaciales y a su candidatura como asesor político, Musk ha logrado que Trump levantase la cabeza hacia el cielo y abriese los ojos, impresionado por el poder de su nuevo colaborador. Un nuevo deporte al que muy pocos, gracias a Dios, tenemos acceso.

El exhibicionismo es uno de los rasgos que distingue a los ricos de los supermillonarios. Gracias a él intentan compensar sus complejos de inferioridad. Y gracias a él logran sentirse grandes. Cuando Trump dice que quiere hacerse un MAGA (una América más grande), lo que realmente busca es sentirse un ser más poderoso.

Para Trump, Estados Unidos es como una empresa. Por eso, en su confusión mental, ha elegido a socios solventes como él, y ha incorporado a unos cuantos multimillonarios para hacer una EEUU,S.A., es decir, una firma, más grande. Y al decir más grande, se refiere a que los Estados Unidos sean una empresa nacional con mayor solvencia económica. De la misma forma, Elon Musk será un poco más grande defendiendo sus empresas desde el interior de la Casa Blanca que desde el espacio exterior.

Los multimillonarios, como nueva clase social, y, a diferencia de los ricos, tienen extrañas formas de relacionarse. Por ejemplo, en el mes de junio, Kim Jong-un le regaló a Putin dos perros blancos de caza de la raza coreana Pungsan. Como se sabe el presidente ruso es más amante de los perros que de las personas, si se tienen en cuenta sus miles de víctimas humanas. Como respuesta, Putin le obsequió a Kim con una lujosa limusina AURUS.

Recientemente Putin ha intercambiado 1 león africano, dos osos pardos, 2 yaks domésticos, 5 cacatúas blancas, 25 faisanes de varias especies, 40 patos mandarines, 1 millón de barriles de petróleo y sistemas de defensa, por 10.000 soldados coreanos, lo cual denota la ingenuidad de Kim Jong-un . Los animales han sido trasladados del zoológico de Moscú al zoológico de Pyongyang. Anteriormente obsequió a Kim Jong-un, con 24 caballos de raza pura, la raza preferida del norcoreano.

El ministro de Recursos Naturales y Ecología de Rusia, Alexandr Kozlov, en el momento de la entrega, explicó en la capital norcoreana, que los animales han ocupado históricamente un lugar importante en las relaciones interestatales y que se regalan como señal de apoyo, bondad y preocupación.

Las afirmaciones del señor Kozlov es muy posible que hayan causado gran expectación, no solo ante los asistentes a la entrega del acto, sino también antes los millones de ucranianos, europeos, americanos y rusos que aún padecen los efectos de la dictadura rusa, y, que afirman, en contra de lo que se creía, y por la cuenta que les trae, que Putin es un hombre solidario, bueno y preocupado.

Pero hay un regalo más exótico, por no decir macabro, que todos los anteriores. Y es el que Trump piensa hacerle a su amigo multimillonario, Putin. Y son, nada más y nada menos, que las cuatro provincias ucranianas que su amigo solidario, bueno y preocupado, ha conquistado a mano armada, en la cual aún viven familiares de sus víctimas masacradas cobarde e inocentemente, por medio de sus armas, de sus venenos o de sus sicarios.

Según recientes filtraciones del diario The Wall Street Journal, el plan de paz que tendría en sus manos Trump, es que Kiev (ojo, no incluye Ucrania), no entrará a formar parte de la OTAN en 20 años. Rusia mantendría el control del este de Dniéper, mientras que soldados europeos (¿americanos no?), garantizarán la integridad de Ucrania occidental, bajo paraguas USA. La misma teoría que hace meses expuso Musk.

Es posible que Trump acabe con la guerra, pero no lo hará con la batalla que libra Putin con Europa. Trump va a darle un descanso a su amigo para que cuando se rearme y lo estime oportuno, retome sus invasiones con más fuerza y astucia, si cabe. Entretanto Trump le retoma el relevo y abre una nueva guerra mundial. Una guerra comercial y arancelaria a países como Canadá, México, China o Europa. España ya paga un 35% de aranceles por la exportación de sus aceitunas, aranceles que no logró retrotraer Biden. Y es muy seguro que a este producto, se sumen otros tantos.

La amistad de Putin es más importante para Trump que los intereses estratégicos de sus socios. Primero están los amigos y luego los socios. Lo malo es que los amigos de Trump, son los enemigos íntimos de Europa. Trump ha elegido ser enemigo del Viejo Continente, primero cediendo parte de su territorio. En segundo lugar, amenazando su integridad al reservarse a cumplir el artículo 5 de la OTAN, en la cual los estados miembros, tienen el deber de defenderse. Y, en tercer lugar, estableciendo aranceles a Europa.

Más que amistad con Putin, Trump, ha demostrado tener bastante respeto a su héroe. El miedo que siente es muy posible que le haga replegar sus fuerzas de la OTAN, en la que según parece Europa aportaría sus propios recursos básicos de defensa, como maquinaria y personal, mientras que Estados Unidos ejercería una aparente disuasión nuclear, que según los movimientos de Trump, aún está por ver.

Las mujeres atractivas, los yates, los aviones privados y las mansiones no logran llenar el vacío material de los multimillonarios. Gracias a la nueva espiritualidad de sus cohetes, los magnates buscan elevarse al cielo y sentirse semidioses, mientras enfrentan a sus subditos, que no seguidores, con soflamas y algoritmos demoniacos. La bulocracia tecnológica ha sido la verdadera aliada que permite a los magnates intervenir democracias a través de los procesos electorales. El caso más reciente lo tenemos en Rumanía. La influencia de China a través de la red social TikTok, la de Rusia a través de Facebook, que dio como vencedor a Trump en su primera legislatura, y la de X de Musk, que ha contribuido recientemente a elevar en su segunda legislatura a Trump, son una buena prueba de ello.

Trump con la excusa de hacerse un MAGA (volver a hacer una América más grande), lo primero que va a hacer nada más llegar al poder es justamente lo contrario, es decir, hacer una Rusia más grande a costa de dejar una Europa y una OTAN más pequeñas.

Trump está dispuesto a entregar a su amigo, parte de Europa. Con este gesto de reconocer su victoria, reconocerá también la debilidad y el respeto que le tiene a su héroe. Con ello la seguridad de Europa queda gravemente comprometida. Es momento de buscar aliados más fiables más allá de Europa.

Ucrania en su día criticó a Merkel y al francés Nicolás Sarkozy porque en la cumbre del 2008, se opusieron a conceder a Ucrania y a Georgia un estatus preparatorio para un eventual ingreso en la OTAN. De aquellos polvos estos lodos. Queda una Europa más débil y tocada y lo que es más grave aún, sin un liderazgo fuerte como el que en su día ejerció la canciller Merkel. Esta vez será Estados Unidos, un país supuestamente aliado, el que entregará parte de Europa a Rusia, sin que esta haya sentido apenas las bombas en su territorio.

Primero fue Crimea, ahora el Donbas. Trump está a punto de entregar la democracia europea a la autocracia rusa. Putin tiene motivos de sobra para seguir avanzando en su conquista europea. Trump se lo ha puesto en bandeja. Putin no se detiene. A diferencia de Trump, Putin seguirá atacando instituciones democráticas, comprando políticos europeos, ejecutando a sus oponentes o dando golpes militares en África.

Trump está decidido a arrebatar a los ucranios y a los europeos su territorio y su derecho a elegir su futuro y sus representantes. Falta poco para que el mundo, gracias a Trump, sea un lugar más autocrático y menos democrático. Este será su primer logro antes de comenzar su mandato, rendirse en lugar de plantar cara a los problemas.

Como dice Joan Busquets, exguerrillero antifranquista, “La derecha ha aprendido la palabra libertad, pero no la entiende”.

José Luis Melendez. Madrid, 27 de noviembre del 2024. Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

23 de noviembre de 2024

La cuestión

La cuestión no es si Trump va a acabar con la guerra, es si está dispuesto a frenar el ingreso de Ucrania en la OTAN

Las posiciones permanecen a ambos lados del frente enquistadas e inamovibles. Rusia no está dispuesta a ceder ninguna de las cuatro provincias conquistadas, como son Luhansk, Donetsk, Zaporiyia y Jerson. Y ni Ucrania ni la OTAN (de Biden), están dispuestas a renunciar a su futura adhesión.

Según fuentes extraoficiales, no confirmadas por ambos gobiernos, Trump, después de ganar las elecciones, se puso en contacto telefónico con Putin para manifestarle que fuera bajando la intensidad de sus ataques. La reacción del mandatario ruso horas después, fue lanzar uno de sus ataques más feroces, circunstancia que, unida a la pérdida de terreno ucranio, y a la escalada de Rusia, alistando a sus filas 10.000 coreanos, provocó un primer ataque con un misil de fabricación norteamericana, ATACSM (de medio y no de largo alcance, como manifestó Moscú), seguido de otro misil británico Storn Shadow.

La respuesta histriónica y desproporcionada del Kremlin ha sido, en primer lugar, la de actualizar de forma retroactiva su protocolo de disuasión nuclear, mediante el cual se reserva la potestad de responder con armas nucleares a ante el ataque de armas convencionales.

El ataque ha provocado una escalada de Rusia, que ha lanzado un misil KH-47M2 kinzhal, traducido al español como "Daga" y otros misiles RS-26 Rubehz de larga distancia, todos sin ojivas nucleares, este último con un peso de 50 toneladas.

El Kremlin ha aprovechado la situación para de una forma irónica y sarcástica, arrojarse para sí "derechos" y "responsabilidades" que infringe de manera unilateral. "Tenemos derecho a utilizar armas contra instalaciones militares de países que permiten que sus armas sean utilizadas contra Rusia". De igual modo considera "irresponsable" el ataque (curiosa forma de llamarle a la defensa), autorizado por la Administración Biden con misiles de "largo alcance" (sic), según palabras de Dimitri Pescov, secretario de prensa del presidente ruso.

En una entrevista concedida a el diario español El Mundo, el Vicesecretario de la OTAN, Boris Ruge, afirma que: "el futuro de Ucrania está en la OTAN". Una afirmación con la que coincide ex ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dimitro Kuleba, cuando afirma que: "si Ucrania sigue fuera de la OTAN, habrá una guerra mundial".

La anexión de Crimea por parte de Rusia fue la primera ilegalidad internacional que cometió Putin el 18 de marzo del 2014. Ocho años después, el 24 de febrero de 2022, con la excusa de una "operación especial", invadió las cuatro provincias ucranianas mencionadas, vulnerando de nuevo el derecho internacional, que, como es sabido, solo se arroga a sí mismo.

Putin invade territorios y después de rearmarse vuelve a las andadas. "Rusia ha comenzado a prepararse para la guerra. En 4 o 5 años estará dispuesta y será capaz de atacar más al oeste, por eso debemos de estar preparados". Son palabras del teniente coronel y jefe del comando regional de Hamburgo. Y añade: "Rusia produce actualmente 25 tanques de batalla principales por mes, Alemania 3 por año". Asimismo, la DUMA o cámara de diputados de Rusia, acaba de aumentar en un 24,4% su gasto en Defensa para el próximo trienio 2025-2027. Si esto no es una escalada y una declaración de intenciones a corto y medio plazo, que salgan y nos lo expliquen las veces que quieran.

Rusia acusa injusta e irracionalmente a Reino Unido, Francia y Estados Unidos de internacionalizar el conflicto, ya que Rusia ha hecho lo propio con anterioridad, colaborando con países como Irán o Corea y Trump, en su ingenuidad, dice que va a acabar con la guerra no de Ucrania, sino contra Ucrania, pero Putin ha manifestado que no le interesa acabarla por varios motivos. En primer lugar, porque no ha logrado sus objetivos. Uno de ellos es el de desactivar el ingreso de Ucrania a la OTAN. El segundo, porque eso le permitiría al enemigo rearmarse y acelerar dicha incorporación.

La cuestión no es si Trump va a acabar con la guerra, es si está dispuesto a frenar el ingreso de Ucrania en la OTAN con todos los riesgos y consecuencias que ello conlleva. Y si como buen negociador, logra que Rusia renuncie a las cuatro provincias robadas a mano armada.

¿Tendría que actuar de la misma forma Europa, en caso de que los EE.UU necesitasen la ayuda de Europa?, es decir, retirar su apoyo y dejar solo a su socio, como ha manifestado el presidente entrante, además de cobrarle aranceles, según el mencionado precedente…?

Queda por ver si la llegada del nuevo presidente norteamericano a la Casa Blanca, supondrá un antes y un después, esto es, una reorganización de la OTAN, en la que una parte pase a ser americana y la otra europea.

El 20 de enero, cuando Donald Trump acceda al poder, se encontrará con un regalo que no esperaba. El arsenal de Zelenski estará lleno gracias a la carta que Biden escribió a los Reyes Magos pensando en Occidente. Veremos entonces, si el señor Trump, además de regalar aranceles a sus socios europeos, invita y anima a su amigo a recorrer con sus tropas los pasillos de Europa.

José Luis Meléndez. Madrid, 23 de noviembre del 2024. Fuente de la imagen: pixabay.com

13 de noviembre de 2024

Roces y besos

Si no hay roces o besos, al menos que no haya cobras y si un emocionante concierto

Acabo de terminar de leer, por respeto a mis lectores, la prensa escrita en papel de los cinco diarios más leídos, y, me he encontrado con esta curiosa foto del fotógrafo de la Agencia Efe, Mohammed Badra. Vayan por delante mis felicitaciones.

En ella se puede ver como el Secretario General de la OTAN, Marc Rutte, felicita a Macron juntando la parte izquierda de su barbilla con el moflete izquierdo del máximo mandatario galo, no se sabe si culminando en un efusivo beso, por el 2% del PIB que este último ha destinado a Defensa. Apuesto a que una instantánea de similares características, protagonizada por Feijóo y Sánchez sería una de las fotos más deseadas por todos los españoles. No digamos ya una de Sinwar, actual líder de Gaza y Netanyahu o de Putin y Trump por el resto del planeta.

Me vienen a la mente, aquellos versos de Gustavo Adolfo Bécquer: “Por una mirada un mundo/ por una sonrisa, un cielo/ por un beso…/ yo no sé qué te diera por un beso/. Según la RAE, besar es “tocar u oprimir con un movimiento de labios a alguien o algo como expresión de amor, deseo o reverencia, o como saludo”. Una definición demasiado física y muy poco espiritual, porque todo beso empieza con el intercambio de dos miradas cómplices.

¿Qué es un apretón de manos comparado con un acercamiento facial en el que el roce íntimo de dos epidermis sensibles intercambian su tacto, y sus fragancias, después de una mirada emocionada? Las sensaciones y emociones que despierta un roce de estas características no tienen nada que ver con las que proporciona un apretujón de manos.

Aun así, estoy seguro que debido a la susceptibilidad (etapa posterior a la polarización), y anterior a la indignación e indiferencia que produce dicha desafección, les parecerá una provocación. Teníamos poco debate con los protocolos en España, y ahora desde Francia nos llega esta imagen en la cual podemos observar cómo los protocolos sociales de saludo también han saltado por los aires.

Rutte no ha solicitado su consentimiento a Macron. No es de extrañar, por tanto, que, de haberse producido esta escena en España, hubiera levantado más de alguna suspicacia. Otros se estarán cuestionando al paso que vamos si al final no tendremos que salir de España para perder el miedo a besarnos o rozarnos. Y otros estarán haciendo recuento de cuántas parejas se habrán dado el primer beso sin consentimiento a pesar de haberse besado con todo el amor del mundo.

Ayer, sin ir más lejos, escuchando un concierto de la genial y atractiva trompetista Alison Balson en YouTube, no pude por menos que imaginarme a todos los diputados de la Cámara Baja interpretando el mismo tema con un instrumento musical, bajo la Dirección inestimable de S.M. el Rey.

¿Se imaginan a todos los políticos de la Cámara Baja, homenajeando a sus sufridos ciudadanos por medio de un concierto solidario navideño, retransmitido en directo, cuyos ingresos fuesen destinados a los damnificados por la DANA? Un acto en el que la acritud de las palabras diera paso a un silencio verbal y a una partitura de sonidos agradables al menos para los oídos ya destrozados de una inmensa mayoría de españoles?

La música, dicen que amansa los ánimos más fieros. Las notas musicales estoy convencido que ayudarían a sus señorías a recuperar el habla sosegado de antaño y el sentido de Estado y de colaboración mutua que este país necesita. Juan Pardo, en uno de sus temas, “Bravo por la música”, asegura de forma muy acertada que una de la magia que posee este arte, es el de conectar a la gente por medio de las emociones que esta genera. No hablamos de un efecto menor.

Por este motivo, ante la urgencia de dicho cometido, me dispongo en estos mismos momentos a escribir mi carta a los Reyes Magos. Si no hay roces o besos, al menos que no haya cobras y si un emocionante concierto. Por el bien de todos. Aunque sea sin su consentimiento, el Pueblo se los merece.

José Luis Meléndez. Madrid, 13 de noviembre del 2024. Fuente de la imagen: Agencia Efe, Mohammed Badra.

11 de noviembre de 2024

Trump: impuestos y concesiones

A los "socios" europeos les reclamará más impuestos, mientras que a sus adversarios más directos les hará algún tipo de concesiones

Primera ironía medioambiental para entrar en calor: se inicia hoy, día 11, la Cop29 en medio de la resaca emocional producida recientemente por la DANA en nuestro país. Segunda e inoportuna casualidad: Trump regresa a la Casa Blanca. El expresidente, para más inri, llega si cabe con más fuerza que en su primera legislatura. Los años no han cambiado ni su mentalidad ni su programa electoral. Sigue dispuesto a atender las necesidades (económicas) de su país aislándolo comercialmente del resto, por medio de aranceles. Las encuestas han fallado y la estrategia de Obama como director de la campaña no ha estado a la altura de las circunstancias.

Trump ha sabido situar la economía en el centro del debate para hacerles creer a los americanos que va a acabar con la inflación. El concepto de solidaridad es algo inasumible para una mentalidad empresarial como la del magnate. Para él todo en la vida tiene un precio económico, menos las catástrofes climáticas, y las vidas extranjeras que, según él, valen menos que las nacionales. Excepto a la hora de votar, ¡claro está!

El aislacionismo nacionalista sigue siendo su mejor receta y los aranceles la mejor medicina en la que espera encontrar protección para rebajar la galopante inflación en la cual se encuentra inmerso el país (un café cuesta cinco dólares y un kilo de naranjas 10 dólares). Cabe preguntarse si ante una catástrofe mayor que la que han sufrido sus paisanos, el expresidente sería capaz de cobrar algún tipo de arancel a algún Estado por salvar la vida de algún nacional suyo en su querida América.

Trump cree que va a acabar con la guerra de Ucrania dejando de financiar a este país. Da la impresión de que su legislatura está radicalmente centrada en la economía y en materia de Defensa. Con un ministro de economía y un General, Trump está dispuesto a hacer lo indecible por su patria. Para ello cuenta con la fuerza del dinero y la de las armas.

Europa por su parte no ha sabido aprovechar la era Biden para intentar ser más autosuficiente y menos dependiente de los Estados Unidos. La guerra de Ucrania le ha impedido centrarse al menos al cien por cien en dicho asunto. Dentro de poco será el señor Trump se encargará de recordarnos que será hora de apoquinar aranceles y aumentos a la contribución de una OTAN que no sabremos de quien dependerá ni a quién defenderá, hasta que no llegue la hora de la verdad.

Entretanto Trump parece no haber caído en la cuenta de que un armisticio supondría en primer lugar, una victoria para Rusia por todo el territorio conquistado. Una victoria que ineludiblemente proporcionaría a Putin la fuerza suficiente para volver a invadir Letonia, Lituania o Estonia, aprovechando la crisis política de Alemania y la fragilidad del gobierno francés, lo cual desembocaría en otra guerra de mayor envergadura, ya que dichas repúblicas bálticas son países miembros de la OTAN. En tal caso, ¿defendería la OTAN de Trump a alguno de estos países, llevando a su país esta vez a un enfrentamiento directo con Rusia?

Lo que si están claras son las marchas atrás que está dispuesto a llevar a cabo el presidente entrante y la apuesta que ha manifestado de manera pública por el petróleo y la vuelta a los combustibles fósiles, ante lo cual buscará una alianza con Arabia Saudí y Rusia, arma que permitirá, permítase la ironía, utilizarse para negociar la paz con este segundo país, a la hora de hablar del fin de la guerra de Ucrania.

Falta por ver si Trump negociará o cederá en su totalidad a las pretensiones rusas. Como es de esperar la Eurofobia es muy posible que vuelva a instalarse en la Casa Blanca. A los "socios" europeos les reclamará más impuestos, mientras que a sus adversarios más directos les hará algún tipo de concesiones.

Es difícil en estos tiempos dilucidar que tiene más peligro, si el cambio climático o las políticas que nos depara la nueva era Trump. Prometió que devolvería la estabilidad económica a su país. Lo que ha obviado él y todos los electores que le han votado, es que en caso de que logre conseguirla, será a costa de una incierta e imprevisible inestabilidad mundial.

Parafraseando al escritor Mircea Cartarescu, "Los dictadores hoy son elegidos con las premisas de la democracia". Trump ha sabido servirse de la democracia para imponer a los suyos y al mundo su autocracia. El empresario metido a político prefiere las guerras comerciales a los acuerdos, la economía nacional a la global, el negacionismo a las políticas de respeto por la naturaleza y la propaganda a la información. Por no hablar del desprecio a la Constitución.

De nada sirve estar encausado por treinta y cuatro delitos para dirigir los designios de lo que algunos consideran la primera potencia mundial. Como si la economía o las Fuerzas Armadas de un país fuesen los únicos baremos con los que se puede medir un país con respecto a los demás.

José Luis Meléndez. Madrid, 11 de noviembre del 2024. Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

4 de noviembre de 2024

Disculpas

Por favor, antes de pedir su voto, pidan disculpas

He llegado a considerar, pensando en el bien común, la conveniencia de decretar algún día de silencio a la semana. Estoy seguro que ayudaría en primer lugar a rebajar la tensión. En segundo lugar, contribuiría a que las autoridades, voluntarios, políticos y demás Fuerzas del Estado se pudiesen centrar mejor en sus funciones y ser, si cabe, más eficaces. En tercer lugar, por respeto a las víctimas y sus familiares, en señal de duelo.

Ha quedado demostrado por la visita de las autoridades a Paiporta, que lo último que quieren y necesitan los afectados son palabras. Las palabras en momentos como estos, después de seis días, son necesarias como bien reconocen los psicólogos, para canalizar esa indignación y la impotencia de la situación, pero el silencio es también necesario en medio de tanto bombardeo informativo. Ayuda a sobrellevar el duelo, a conectar con uno mismo, a reflexionar, a calmarse, y a asumir poco a poco a su ritmo el acontecimiento de los hechos.

En momentos sociales tan susceptibles como estos, las palabras pueden llegar a ser más hirientes de lo normal. Un abrazo, una visita inesperada, una mirada, una sonrisa pueden ser igual o más sanadores que unas palabras pronunciadas en momentos inoportunos. Los miles de voluntarios se dieron cuenta de ello el primer día. Enseguida detectaron que sobraban las palabras y que faltaban hechos. Creo que una forma de acercarnos todos, es dejando a un lado las palabras y utilizando el lenguaje de los gestos.

Hemos caído en la trampa de las imágenes, y, estos días, muchos han convertido a determinadas autoridades en héroes y a otras en villanos, olvidándose de los verdaderos héroes que son los afectados y los voluntarios que han ayudado estos días a las personas más necesitadas con pocas palabras, sin preguntarles ni indagar si son de una u otra ideología. Los villanos no merecen ser nombrados, entre otras cosas porque todos sabemos quiénes son, que se dicen y lo que es peor, cómo actúan en los momentos críticos.

Llevamos años intoxicados por la polarización, por el lenguaje partidista. Nadie nos anima a unirnos ni siquiera en momentos como estos, sencillamente porque después de todos estos años tirándose los trastos a la cabeza, no tienen autoridad moral para hacerlo. Y no la tienen, porque son incapaces de unirse entre ellos en los acontecimientos más duros que hemos sufrido los españoles, como es la Pandemia y ahora con la DANA.

Se ha perdido el decoro, la dialéctica, las réplicas constructivas. El fondo, las formas. El respeto. Se sigue prostituyendo en la Cámara Baja el concepto de política. Se echan en falta propuestas y se echan de más los improperios.

Los buenos son los de mi partido y los malos los de la otra bancada. Tendemos a reclamar la objetividad de la cual carecemos. Las palabras han terminado por convertirlas en armas. Y con las armas en la boca es muy difícil llegar a acuerdos. Armas que nos dividen, que nos hieren.

¿Cómo van a hablarse a partir de ahora sus señorías? ¿Va a seguir siendo la Cámara Baja el mismo salón del Farwest de estos últimos años? ¿Estarán dispuestas a ennoblecer el uso de la lengua española en aras de los problemas más acuciantes de los ciudadanos, o va a seguir siendo el hemiciclo representativo de todos los españoles, la misma sala de acusaciones de unos años a esta parte? Son preguntas que muchos españoles se hacen en estos momentos.

No hace falta decir que los ciudadanos afectados por la DANA, acaban de sufrir los efectos secundarios de toda esta desafección, como es la mala comunicación que existe entre ambos líderes y por ende entre ambos partidos. El hecho es tan preocupante que hasta algún político europeo ha tenido que actuar como intermediario a la hora de renovar el Consejo del Poder Judicial. Sin embargo,  los ciudadanos, nos vemos desprovistos de ese intermediario, de esa figura a la cual poder recurrir para pedir explicaciones o formular al hemiciclo las preguntas que la ciudadanía, ante este tipo de irregularidades se merece. ¿No les bastaron las 7.291 víctimas fallecidas en las residencias madrileñas como consecuencia de negligencias durante el covid? ¿Cuántos muertos más necesitan para recuperar la compostura?

Me quedo con la imagen del Rey, pidiendo disculpas al pueblo de Paiporta, antes de abandonar dicha localidad. Los ciudadanos en general y muy especialmente los afectados por la DANA, nos merecemos una disculpa de toda la clase política. Los españoles ya les hemos dado demasiadas lecciones de ejemplaridad. Lo menos que nos merecemos es la misma reciprocidad. La clase política, después de infaustos años, sigue en deuda con la ciudadanía. Por favor, antes de pedir su voto, pidan disculpas.

José Luis Meléndez. Madrid, 4 de noviembre del 2024. Fuente de la imagen: Freepik.com

3 de noviembre de 2024

Con las ganas

Nos hemos vuelto a quedar con las ganas

Las cosas no suceden porque sí, lo hacen como consecuencia de unos efectos, de unas determinadas causas. Hace escasas horas, la sociedad española ha sido testigo de la mayor catástrofe ecológica. Los protocolos se han activado tarde y la población civil, aún sigue, cinco días después de la tragedia, padeciendo sus consecuencias.

Los señalamientos de algunos responsables públicos a la AEMET, fruto de su impotencia, han sido además de falsos, inoportunos, pueriles y faltos del más mínimo sentido de Estado.

Señalar los problemas antes que las soluciones y/o buscar la confrontación para sacudirse las responsabilidades propias sin ofrecer, sino una alternativa, una mínima disposición o ayuda, refleja el nivel de miseria moral y la escasa vocación política de quien las pronuncia.

Anteponer los intereses propios, en medio de tanto sufrimiento, delante de tantos muertos, de tantas familias encerradas en sus casas, sin luz, agua ni comida. De personas que acaban de perder sus negocios, sus casas, y lo que es peor a los suyos, cuando no su propia vida, es algo que trasciende el terreno político y que pone de manifiesto el nivel de humanidad en determinados sectores de la sociedad.

Es triste y desolador ver a tus paisanos en esas circunstancias, pero mucho más ver como determinados responsables políticos hace tiempo perdieron el respeto a los ciudadanos. Ahora han llegado más lejos y han perdido el respeto a los centenares de fallecidos, a sus familiares y a todos los afectados, en estas primeras horas de la tragedia.

Su protocolo ha sido sacudirse las responsabilidades, antes que pisar el barro y ofrecer sino alguna solución (tarea primordial de todo político que honre considerarse a sí mismo como tal), al menos algo de humanidad en los momentos en que la sociedad más la necesita.

Nos hemos vuelto a quedar con las ganas, queridos paisanos. La política de la solidaridad ha sido la vuestra, la de todos aquellos que recogedor y cubo en mano, os habéis acercado a demostrar con vuestros actos a sus familiares, afectados y por extensión a todo el país que no están, que no estamos ni estaremos solos.

No olvidaremos la parálisis y la verborrea en la que algunos continúan instalados desde hace años, cuando sea la hora de activar el protocolo del voto. Vuestra impotencia es también la nuestra, la de vuestros compatriotas, esa palabra que tanto pronuncian en tiempos de gloria y de la cual se olvidan en momentos como estos.

Teníais poco barro encima, por lo que se ve, y algunos, ante la falta de propuestas han decidido, embarrar más la situación con palabras acusatorias en medio de tanta desgracia. Sabremos distinguir quien ha estado parapetándose detrás de las palabras y quien ha estado al lado vuestro con los hechos.

Dentro de todo lo malo, vais, vamos a salir juntos más fuertes. Sabiendo distinguir esa clase política teórica que lo ve todo mal, que vive anclada en la parálisis, de la política pragmática de los hechos, formada por aquellos que a pesar de sus errores (quien no trabaja no se equivoca), saben estar al lado del que más sufre, no solo en estas circunstancias, sino a lo largo de todo el año.

Lo importante no son las preguntas iniciales, sino las cuestiones finales. Más importante de saber por qué se activaron tarde y mal los protocolos, es determinar las causas que han ocasionado esta tragedia. Esto es, por qué el mediterráneo está cada año más caliente que el anterior.

Como decía al principio, las cosas no suceden porque sí. De nada servirá tanta solidaridad si después de todo dejamos de lado, más que nuestra conciencia, nuestras medidas sostenibles. Entonces si que estaremos faltando a la memoria de todos los afectados y de todas las víctimas.

No existe mejor protocolo que el preventivo. Ojalá esta vez aprendamos a tomarnos un poco más en serio los avisos cada vez más contundentes que nos devuelve el planeta, consecuencia de los efectos que provoca el hombre. Porque estos avisos, como hemos visto, son muchos más serios que los de la propia AEMET. El clima cambia, ¿por qué nosotros no?

José Luis Meléndez. Madrid, 3 de noviembre del 2024. Fuente de la imagen: freeepik