Define la RAE el nudismo, como la práctica de mostrarse completamente desnudo en público, especialmente por considerar que la desnudez completa es conveniente para un perfecto equilibrio físico y moral. Existe sin embargo una definición más ajustada que define el nudismo como una concepción filosófica e higiénica de la desnudez, que considera que el cuerpo humano es noble en su totalidad y que el desnudo integral y colectivo, practicado con una ética, esto es, en lugares y circunstancias apropiados, no es nunca obsceno, vergonzante, excitante, penoso o ridículo, sino siempre natural.
Este domingo 4 de septiembre, tendrá lugar como todos los años, en la ciudad de Madrid, concretamente en la piscina de verano del distrito madrileño de Hortaleza, el tercer Día Sin Bañador en lo que va de año, que organiza La Asociación para el Desarrollo del Naturismo (ADN), durante su sesión matinal.
La primera pregunta que le asalta a uno es por qué se presenta el acto como un evento “nudista” y no desnudista. Y la segunda curiosidad es cómo es posible que una asociación naturista, promueva un evento nudista, hecho que ha preferido omitir su Presidente, Ismael Rodrigo. ¿Es la mejor forma de promover el nudismo ocupando piscinas, en lugar de hacerlo por medio de charlas y de encuentros en entornos naturales…?
Expliquemos por tanto las diferencias entre nudismo y naturismo. Entendemos el nudismo como la aceptación del desnudo en colectividad, mientras que el naturismo es una forma de vida en armonía con la naturaleza caracterizada por la práctica de la desnudez en común, ¿Debería por tanto haberse organizado el acto en un lugar natural para de esta forma haber sido fiel a sus orígenes y esencia de ambos movimientos?
Escuchemos las razones que el señor Rodrigo alega para celebrar el acto en una piscina urbana, municipal y pública: “En las piscinas la gente está obligada a ducharse antes de meterse al agua, pero se duchan (más que ducharse se mojan) con el bañador puesto. El bañador impide que el agua llegue a las partes que tapa el bañador”.
No sé a ustedes pero a mi si me preguntaran ¿se considera usted contestado?, muy amablemente respondería: contestado, si, pero no respondido. Pero sigamos escuchando las recientes declaraciones públicas del señor Rodrigo: “el bañador no sirve para nada, no sirve para lo que su nombre indica (no te baña), el bañador es una prenda absolutamente inútil. No es ropa y no tiene función. Tiene una función de censura e ideológica”.
Después de escuchar semejantes palabras me asalta una curiosidad más: ¿utilizará ropa interior el señor Rodrigo? Y en tal caso: ¿de qué ideología textil estará formada dicha prenda? Yo sin embargo pensaba que el bañador, además de “no bañarme”, ni tener ideología, tenía una función bastante importante, como es la de respetar no solo la libertad, sino la intimidad personal de cada uno.
En sus intentos de justificar sus ocupaciones públicas y desnudistas en recintos o instalaciones deportivas no naturales, don Ismael responde: “para que vean que no hay ningún problema porque se mezcle gente desnuda y vestida” y añade que “vestirse obligatoriamente en todo momento es dañino para el ser humano: la ropa es un buen invento, pero hay veces que es un estorbo”.
Si consideramos que por cada desnudista asisten tres mirones, la resultante es que con ello se contribuye a crear un espectáculo morboso y a prostituir la esencia del nudismo, que en sus orígenes fomentaba la igualdad pero sin mezclas con otros colectivos como son los topless, los mirones, el personal vestido de las instalaciones y los bañistas provistos de sus prendas civilizadas, entre otros.
Cabe recordar que las condiciones para entrar en un campo nudista eran bastante estrictas para evitar así todo visita comercial y pornográfica que se pudiera infiltrar, además de atentar contra la intimidad. Pero como se ve, el señor Rodrigo no es un desnudista integral cuando considera que la ropa es un buen invento, pero a la vez tiene connotaciones ideológicas (sic).
Por no mencionar al personal municipal que trabaja en dichas instalaciones al cual dudo se les haya ofrecido la posibilidad de desempeñar ese día sus funciones de manera voluntaria como nudistas, lo cual constituiría, por añadidura una hipocresía, una discriminación y una falta de consideración y de igualdad según los principios nudistas.
En vista de lo que antecede, me imagino a los nudistas íntegros y consecuentes con sus principios, nada exhibicionistas, que se abstendrán de pagar una entrada, teniendo a su disposición piscinas nudistas tanto públicas como privadas, totalmente exclusivas, en donde pueden ejercer dicha práctica durante todo el año, sin verse posiblemente sometidos a la realización de fotos o vídeos por parte de los mirones, problema que tampoco contempla el Presidente de dicha asociación a la hora de mezclar nudistas, bañistas de topless, trabajadores vestidos, mirones y usuarios con bañador.
Yo particularmente me siento, si no ofendido, si en cierta forma discriminado. Porque antes de ofrecerme el nudismo, no se me ha ofrecido antes la posibilidad de hacer topless masculino, o lo que es lo mismo, la de enseñar solo mis testículos, en lugar de todos mis genitales de golpe, lo cual resta bastante seducción a dicho evento. Aunque me hubiese conformado en su lugar con un concurso para todos los públicos como podría haber sido del bañador más sexy o la toalla más veraniega con algún obsequio o material que fomentase el deporte de la natación más que el postureo de glúteos, pechos y vergas andantes.
Aún así he de reconocer que he llegado a realizar naturismo en la montaña, como ha de ser ser, y que todos los días, antes de la ducha, realizo mi sesión desnudista, todo ello sin necesidad de mezclarme con naturistas que alteran “la naturaleza” del nudismo, algo que parece un tanto contradictorio.
Es posible que el señor Rodrigo “nude” (que no desnude) su cuerpo sin ningún tipo de reparos, pero a la hora de desnudar su alma o lo que es lo mismo, de consumar su desnudo integral, ha incurrido en ciertas contradicciones.
Pero ahora, en estos expectantes momentos, lo único que siento y lo que más me aflige, es que la gente, después de todo el espectáculo, salga el domingo de dichas instalaciones, sin conocer los respectivos nombres de Míster pene y Miss vagina...
José Luis Meléndez. Madrid, 3 de deptiembre del 2022. Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org
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