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20 de marzo de 2022

Nos equivocamos

Nos equivocamos los ciudadanos que pensábamos que el Consistorio era una Administración Pública puesta al servicio de los ciudadanos

La evolución del polluelo José, llamado así, en honor al día que fue rescatado, no ha sido todo lo satisfactorio que se esperaba. Después de permanecer más de tres horas inmóvil en el mismo lugar, en la rama en la cual fue situado, ante la falta de ayuda de sus padres, la llegada de la noche y la amenaza de lluvias, se decidió recoger al animal para que pasase la noche al abrigaño.

Una vez puesto a salvo el animal, este blog se puso como de costumbre en contacto con la UMA (Unidad de Medioambiente de la Policía Municipal de Madrid), con objeto de solicitar un rescate que trasladase al pequeño a las dependencias de Brinzal, ONG especializada en la atención de aves.

El agente que atendió la llamada comunicó a este medio que el servicio que la Unidad ha llevado a cabo desde su creación, hace décadas, no pueden realizarlo ante la falta de personal que padece la Unidad por parte del Alcalde de la Villa y Corte. Hablamos del mismo alcalde cuyo equipo consistorial canceló avisos de mejora de la ciudad que cursó este blog y que si fueron atendidos por todos los equipos que antecedieron al actual equipo.

Un progresivo desmantelamiento del servicio que ha realizado a dicha Unidad y que comenzó hace unos meses por parte del actual regidor municipal a través de la centralización del servicio al 092, en lugar del contacto directo que tenía el ciudadano con la Unidad, y que se ha ido materializando con el paso del tiempo con la no ampliación de su personal.

Podemos imaginarnos la cantidad de animales que han muerto y morirán desasistidos como consecuencia de la falta de atención por parte del Consistorio, haciendo con ello de Madrid una ciudad con menos animales, menos cantos y más triste. Y el respectivo estrés que el señor alcalde traslada a nuestras jornadas diarias y de descanso, ciudadanos entre los cuales también se encuentran los mismísimos agentes de la UMA, desbordados ante la falta de personal.

Hablamos del mismo alcalde que dicta normas a los ciudadanos que él mismo incumple, como es el uso de la mascarilla en lugares públicos. El que recomienda el uso del transporte público desde su moto privada. El que tala árboles en época de cría. El Portavoz que abandona los menesteres que le encomienda su capitán en pleno naufragio. El que barre sus errores a los demás cada vez que se mete en los propios jardines que tan mal, dicho sea de paso, atiende.

Pues bien, ese mismo ciudadano nos anima a todos los madrileños y madrileñas a realizar las tareas hasta hace poco de competencia medioambiental como son el auxilio a los animales heridos, indefensos y/o desvalidos. En otras palabras, el señor alcalde quiere que el trabajo que antes realizaba de una manera íntegra y encomiable la UMA, lo realice la ciudadanía, sin contar con su anuencia, disponiendo de su tiempo, de su dinero y de sus energías, por no decir de su impotencia.

Nos equivocamos los ciudadanos que pensábamos que el Consistorio era una Administración Pública puesta al servicio de los ciudadanos. Según el señor alcalde es el ciudadano el que debe prestar los servicios al ayuntamiento, bien sea festivo, fin de semana y por supuesto de una manera gratuita que reconozca la labor que realiza el ciudadano. Este es el concepto que el señor Martínez tiene de la política y del ciudadano madrileño. Calificativos nos sobran y los ponemos cada uno.

A don José Luis le da lo mismo si el rescatador posee alguna limitación o dolencia física que le impida llevar al animal al centro de acogida correspondiente, como en este caso, en el cual presento un espolón situado en el talón derecho que me impide andar normalmente, el cual padezco desde hace meses y puedo demostrar según mi historial médico. Y le da lo mismo el estado de los animales ya que su protocolo no incluye ningún tipo de preguntas sobre el estado del animal. De ahí que antes de reducir el servicio, no se haya interesado en reforzar con alguno de los 5700 agentes que hay en Madrid, los servicios en época de cría como en el que actualmente nos encontramos.

En sus planes tampoco entra el proyecto de externalizar el servicio a través de un servicio de transporte especial que atienda el  nivel de exigencia que la sociedad le reclama. Una falta de iniciativa y de coordinación evidente e inexistente con la Comunidad de Madrid, que dispone de su propio centro de acogida y que podría canalizar dichas solicitudes ciudadanas, lo cual pone de relieve el nivel de sensibilización en materia medioambiental del actual equipo consistorial.

Hace escasos días el alcalde de Madrid, que no de todos los madrileños, tuvo la ocasión de pronunciar unas palabras con motivo de la incorporación de 299 nuevos agentes: “se han aprobado esas jornadas ampliadas a las cuales pueden adherirse los policías, y de esa manera conseguir que, ya que el Gobierno de España no nos permite tener más número de plantilla, que es lo que desearíamos, al menos contar con esas jornadas ampliadas”. Vamos, que según intenta hacernos ver el señor Martínez, se trata de una falta de reposición de personal por motivos ajenos y presupuestarios en lugar de causas de distribución organizativa municipal. Ya…

Hoy día 20 de marzo, he aceptado “la invitación" del señor Martínez y he realizado la labor que se ha negado a llevar a cabo. Así que haciendo honor al nombre de este blog, me he presentado hoy a las diez de la mañana en el hospital de GREFA (Grupo de Recuperación de Fauna Autóctona), ubicado en el Monte de El Pilar, en la localidad de Majadohonda, con objeto que el animal, una tórtola turca, fuera atendido por el personal veterinario. Asistencia a la cual se ha negado el ayuntamiento y que no sería grave si no fuera porque se trata de una especie protegida por la Ley, pero al parecer no por el Consistorio. ¡Curioso!, ¿verdad...?

En vista de todo lo que antecede, aprovecho “la invitación” forzosa que me ha ofrecido el indigno alcalde de esta ciudad, para agradecerle la especial sensibilidad que tiene con los árboles, como ha demostrado con sus talas injustificadas e injustas, con los seres más indefensos y desprotegidos de la sociedad como son los animales que nos acompañan en la vida, y con las personas que tratan de construir una ciudad y una sociedad más sostenible y justa.

José Luis Meléndez. Madrid, 20 de marzo del 2022

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