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26 de junio de 2021

Conciencia animal

No se puede analizar la conciencia animal desde un concepto tan subjetivo como es el humano

Escribo las siguientes líneas después de visualizar y compartir algunos vídeos en las redes sociales, extraídos de YouTube que muestran a distintas especies de animales salvando del peligro a otras especies, a sus semejantes, e incluso a humanos. El primero de ellos lleva por título: “Los casos más increíbles de animales mostrando bondad y ayuda”. En él se pueden ver imágenes que reflejan no solo las emociones que animan a los animales a proteger a otros y a salvarlos la vida, sino también las muestras de inteligencia que demuestran en sus operaciones de salvamento.

Igual de ilustrativo es el vídeo titulado: “Animals that no forget their owner after years”, que podría traducirse como “animales que no olvidan a sus dueños después de años”. Una muestra de ejemplos reales muy apropiado para aquellas personas que piensan que los animales no tienen sentimientos. O de aquellos que  creen sin poder demostrar que no tienen alma. Poco han hecho en sus vidas para acercarse a ellos y comprobarlo. Que no los expresen como nosotros, no quiere decir que no los tengan. La negación como se sabe no necesita pruebas. La afirmación sin embargo sí. Curioso, ¿verdad? Pues he ahí unas cuantas.

El tercer vídeo que he visto se trata de un documental realizado por la BBC y que lleva por título: “La mente animal. ¿Son conscientes los animales?”. En él se exponen algunas opiniones que cuestionan la existencia de conciencia en algunas especies y la constatación de la misma en otras. El problema es que los autores del documental analizan la existencia de la conciencia animal desde un concepto humano, lo cual constituye un grave error, ya que no se puede analizar la conciencia animal desde un concepto tan subjetivo como es el humano.

Basta acudir a la definición de la RAE para tener una idea de lo que el ser humano entiende por conciencia: “conocimiento del bien y del mal que permite a la persona enjuiciar moralmente la realidad y los actos, especialmente los propios”. Como podemos ver, la RAE despoja de conciencia a las distintas especies al carecer de valores morales. Pero en realidad, ¿es necesaria la moralidad para tener conciencia? ¿No sería más apropiado definir la conciencia como el conocimiento que un ser tiene de su propia existencia, de sus estados y de sus actos?

Ahora al ser humano, por lo que se ve, ya no le basta que los animales posean consciencia, es decir, la capacidad de reconocer su realidad circundante a la hora de dar fe de su incuestionable, aunque limitada, capacidad intelectual. Ahora el ser humano se preocupa y mucho por saber qué especies son mas concientes, antes de conocer que cantidad de homo sapiens son más conscientes que concientes durante su vida diaria, por no hacerlo extensivo al resto del año, lo cual podría fastidiar bastante el sesudo estudio. Y lo que es más fácil, cuántos actos inconscientes a pesar de ser sancionados, no dejan de ser reiterados por el mismo que exige a los seres con menores capacidades, lo que es incapaz de aplicarse a sí mismo. He aquí la grandeza y la superioridad moral de la criatura más dotada de la tierra y posiblemente del universo.

He de reconocer que este último documental ha sido el que más me ha inspirado a la hora de sacar algunas conclusiones. Por ejemplo: suponiendo que algunos animales no tengan conciencia, ¿cómo es posible, que aún así, muestren un comportamiento más civilizado que el ser humano? ¿No es esta la verdadera pregunta que deberíamos hacernos? ¡Qué fácil es analizar y a la vez poner en duda la conciencia animal y qué difícil hacer lo mismo con la conciencia intermitente y muchas veces nula de la especie humana, en un documental!

¿Tiene conciencia el ser humano de su propia naturaleza cognitiva? Pues parece que la pierde bastante a menudo. Y que cuando la recupera prefiere seguir haciéndose preguntas de otras especies en lugar de rendirse a la evidencia, que es mucho menos racional e inteligente, claro. Basta ver como tiene su propio planeta y como cuidan los animales su propio ecosistema.

¿Es éste último un signo evidente de inteligencia? ¿Demuestran por tanto, teniéndola o no, las demás especies más racionalidad, o al menos más moralidad que la especie humana? ¿Es más una cuestión de "tener conciencia", según el concepto que tiene de ella el ser humano (ojo), o de "demostrar su existencia" de una forma más objetiva y menos antropocéntrica sobre los "hechos consumados", teniendo en cuenta la diferencia abismal que existen entre las respectivas conciencias de las diferentes especies? y sobre todo, ¿es coherente plantear la existencia de la conciencia de otras especies desde una consciencia exclusivamente humana...?

José Luis Meléndez. Madrid, 26 de junio del 2021. Foto del autor a los 15 años.

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