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20 de junio de 2021

Una de espías

Es indignante y vergonzoso que algunos medios mercadeen y hagan públicas las intimidades de cualquier ciudadano

(Gafas de espía). Hace unos años repartiendo publicidad para un proyecto personal (cuando entonces tenía coche), entre Pozuelo y  Boadilla del Monte, me perdí, y al seguir una calle, fui a dar con un edificio blanco y alargado. Cuál es mi sorpresa, cuando al llegar al final de la misma, veo una puerta metálica de color marrón, a un metro escaso de donde me encontraba, que a su izquierda tenía un escudo circular de un metro y medio de metal, colgado sobre unas piedras de pizarra del mismo color en el cual se podía leer las iniciales "CESID", antiguo acrónimo del actual CNI (Centro Nacional de Inteligencia).

Nunca me he sentido tan intimidado. Entonces pensé: me deben de estar haciendo en estos momentos, una radiografía de todo el aparato digestivo. Así que antes de que saliese algún miembro del equipo de seguridad a preguntarme qué hacía allí, procedí a maniobrar y a dar la media vuelta, mientras imaginaba todo tipo de dispositivos apuntando hacia mi persona. Aunque durante el viaje de vuelta tampoco descarté que se olvidaran de escanear la matrícula, hacer una resonancia al coche, y una radiografía de cara y perfil a su dueño.

Ignoro la velocidad a la que logré salir de aquel callejón sin salida. El caso es que logré maniobrar, en medio de todo el subidón, dar la vuelta, y darme a la fuga, lo más rápido que pude. Fueron unos minutos angustiosos y eternos, en los cuales mi corazón parecía pretender salir por unos instantes de su caja torácica, mientras palpitaba a más revoluciones que mi pobre “Peluche”, un Peugeot 205 de color blanco. Todavía no me han llegado los resultados de las pruebas, hecho que desde entonces me permitió volver a conciliar el sueño, a pesar de no poseer en mi haber ningún tipo de denuncia, ni de antecedente penal.

Algunos periodistas, han manifestado su indignación, porque el CESID, grabó al rey emérito. Creo que el organismo ha cumplido con su labor, porque el rey es un ciudadano más y estoy seguro y me consta, según pude constatar en el apasionante y didáctico libro de Daniel Estulin, “El Club Bildelberg”, que cualquier presidente perteneciente a una democracia avanzada, es sometido a la misma monitorización con objeto de salvaguardar los intereses nacionales. Los servicios de inteligencia están para velar por la seguridad nacional, y ahí estamos todos los ciudadanos incluidos.

Lo que resulta verdaderamente indignante y vergonzoso, es que algunos medios  mercadeen y hagan públicas las intimidades del Jefe del Estado, o de cualquier ciudadano. El monarca también tiene derecho a su intimidad personal. Y su intimidad personal, creo que muy poco le interesa a la mayoría de los españoles, mientras esta no les afecte ellos.

José Luis Meléndez. Madrid, 21 de marzo del 2017. Fuente de la imagen: diario Que.es.

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