Hoy muchos patriotas se sienten "invadidos" por el bochorno y la perplejidad ante las palabras y la falta de propuestas serias de algunos
El nuevo y reciente desencuentro con nuestro vecino alauíta, ha puesto en evidencia varios aspectos que merecen la pena destacar, como es el estilo de monarquía marroquí. Una realeza piramidal con una indudable influencia política, económica, así como un modelo de Estado muy alejado de lo que en occidente se considera un Estado de derecho. En definitiva, un Estado alejado de lo que se puede considerar como un respeto íntegro a los derechos humanos y fundamentales del individuo.
Cabe preguntarse si de este conflicto no han sido víctimas ambos países como consecuencia de la falta de criterio y de unanimidad entre la diplomacia europea y estadounidense, respectivamente. Por no decir de la ambigüedad de este último país, a la hora de primar ciertas relaciones sobre socios estratégicos como Marruecos en lugar de hacerlo sobre sus socios naturales y occidentales de la Unión Europea y la OTAN, como es el caso de España.
Como es sabido Trump reconoció a Marruecos su soberanía sobre el Sáhara occidental, situándose de esta forma al margen de la ONU, de la Unión Europea, primando de esta forma sus relaciones comerciales y de defensa con un socio estratégico, descuidando así los derechos territoriales de su socio natural. Es más, al hacerlo, lo ha realizado con cierto agravio al no reconocer o al menos considerar, la soberanía española sobre el peñón de Gibraltar.
El espectáculo que ha dado el país vecino no ha ayudado a fomentar ni siquiera a mantener su imagen internacional. Por el contrario España ha salido fortalecida y ha sabido dar muestras de ser un país con una gran sensibilidad humanitaria, gracias una vez más a las Fuerzas de Seguridad del Estado, a nuestras Fuerzas Armadas y a los voluntarios de la sociedad pertenecientes a las distintas Organizaciones no gubernamentales, como es el caso de Cruz Roja.
Hoy muchos patriotas se sienten orgullosos de la reacción que ha tenido España en este desafío. Otros por el contrario, intuyo que una gran mayoría, tienen razones de sobra para sentirse defraudados por las declaraciones de algunos líderes, al referirse a semejante hecho como una invasión, en lugar de una crisis diplomática.
La primera acepción que la RAE atribuye al término de invasión es breve y conciso: “Irrumpir, entrar por la fuerza”. Partiendo de esta definición se puede uno hacer a la idea con qué fuerza han irrumpido los menores que llegaban a la costa española exhaustos y exangües; engañados y utilizados, cuya vida ha sido puesta en riesgo por su propio país. Pero lo que más escarnece es escuchar las declaraciones realizadas por un mayor acompañado por su escolta a escasos metros del lugar, en una posición de superioridad, que en lugar de manifestar pena y compasión por las víctimas, manifiesta sentirse intimidado e invadido por semejantes criaturas.
Una formación que pone en cuestión Europa, la configuración constitucional de las comunidades autónomas, el cambio climático, la inmigración, el origen del virus, el machismo, y que ahora reniega de sus funciones políticas, de su capacidad diplomática y de interlocución ante una patria que dice amar. ¿Cómo puede uno defenderse de unos seres tan indefensos y desvalidos, si no es por medio de la armas y delegando sus funciones al ejército...? Normal...
Decir públicamente que España ha sido invadida por unos menores desarmados en lugar de declarar que el país vecino está permitiendo que se cuelen, es poner a tu propio país a los pies de los caballos. Si el monarca alauíta no ha dudado en utilizar a los ciudadanos más desprotegidos como son los menores, el líder de la formación verde no ha dudado en utilizar a estos menores como arma política ante sus socios en la Junta de Andalucía. Si acogen a un solo menor procedente de Marruecos dejarán de apoyar a sus socios en dicha Comunidad autónoma. Pero como la coherencia de la formación es la que es, en Comunidades que van a acoger menores como la madrileña, no se plantean considerar retirar el apoyo que acaban de negar al gobierno andaluz.
No hay diplomacia ni diálogo que valga con la Unión Europea. La devolución de estos menores, “en caliente, frío o templado” (se refieren a ellos como si fuesen mercancía), es la única medida que España debe aplicar y el corredor militar son las soluciones ideales para recuperar las relaciones con nuestro vecino. Da lo mismo que tengan hipotermia o necesiten algún auxilio o que se vulneren los tratados internacionales suscritos e incluso los principios religiosos y humanitarios de los que algunos de sus miembros hacen gala.
Dichas acciones tomadas en caliente de una forma unilateral, suponen además un desprecio con respecto a nuestros socios europeos, esas potencias extranjeras a las cuales suelen criticar cuando no es para recibir las ayudas o “paguitas” que muy gustosos firman cuando se ven en la necesidad. Esta es la doble o triple moral que conviene tener según sean unas u otras circunstancias. Afortunadamente España pertenece a un club de socios europeos que han sabido reaccionar y defender la nación española. Pero, ¿que hubiera sucedido si en lugar de pertenecer a la Unión nos hubiéramos vistos solos y con esta formación en el gobierno? Mejor no dar cabida a la imaginación…
Negar la crisis diplomática y la realidad de los hechos y delegar las funciones políticas y de intermediación y resolución de conflictos a las Fuerzas Armadas constituye una palmaria dejación de funciones y constituye una grave irresponsabilidad. La visita de urgencia realizada con un día de posterioridad no ha servido para hablar con las organizaciones humanitarias ni para interesarse por el estado de salud o las condiciones en las que han llegado engañadas las victimas menores de edad. Tampoco para hablar con el guardia civil que rescató de las espaldas de su padre a un bebé, ni a interesarse por su estado. O por el estado de Luna, la voluntaria de la Cruz Roja que se fundió en un brazo con un Abdoud, un joven migrante de 27 años que acababa de perder a su hermano intentó quitarse la vida, y que se vio obligada a abandonar las redes sociales ante las críticas y ataques recibidos por determinados sectores afines. Este es el nivel.
No aluden los miembros de esta formación a cómo les gustaría que tratasen a los españoles que un día se vieran en similares o parecidas circunstancias. ¿Deberían atendernos o devolvernos en “caliente, frío o templado” a nuestro lugar de origen sin atender nuestras necesidades básicas? El PP conmina al Psoe a abandonar toda relación con Podemos, pero el partido de la oposición no se aplica la misma receta a la hora de considerar su relación con un partido xenófobo, machista y eurófobo, contrario al avance de las sociedades avanzadas que abogan por el respeto de los derechos humanos.
Hoy muchos patriotas se sienten "invadidos" por el bochorno y la perplejidad ante las palabras y la falta de propuestas serias de algunos, más que por las acciones execrables llevadas a cabo por el rey Mohamed VI. Es injusto y deplorable que algunos intenten asociar inmigración con delincuencia. España siempre ha sido un país de acogida y ha demostrado a lo largo de los siglos ser una tierra que ha sabido convivir con otras culturas. No son los inmigrantes; ¿está el enemigo en casa...?
José Luis Meléndez. Madrid, 20 de mayo del 2021. Fuente de la imagen: Redes sociales.
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