Traductor

15 de agosto de 2020

Inclinaciones

Las inclinaciones arboricidas del actual equipo consistorial madrileño son directamente proporcionales al número de fosas y tumbas arbóreas que pueblan la ciudad

Las inclinaciones arboricidas del actual equipo consistorial madrileño son directamente proporcionales al número de fosas y tumbas arbóreas que pueblan la ciudad, e inversamente proporcionales al número de especies que tala y no repuebla. Unas inclinaciones que no solo los vecinos del distrito de Hortaleza, sino del resto de la capital y de la provincia, intentan corregir, bien a través de cartas enviadas al consistorio, o de denuncias públicas efectuadas en los medios de comunicación, sin ningún éxito por su parte. Inclinaciones mucho más perversas y peligrosas de las que presenta un árbol en la misma postura como consecuencia de su mala tala y escasa atención, que de forma injusta termina siendo ejecutado por las mismas manos que un día los plantaron, y no han sabido cuidar de ellos. Efectos graves e irresponsables que terminan recayendo sobre la salud y el bienestar de los ciudadanos.

Hace seis meses, el 10 de febrero, unos operarios procedieron a la tala indiscriminada de una arboleda formada por más de 90 ejemplares. Dichos árboles jalonaban el recinto cerrado que la congregación de los Paúles posee anexo a sus dependencias, situadas en el casco histórico de Hortaleza. A través de dicha actuación se pretendió despojar la zona ante el inminente levantamiento de lo que iba a ser un gimnasio de considerables dimensiones por parte de la empresa Ingesport, propietaria de la cadena de centros deportivos Go Fit. Entre las más de nueve decenas de árboles y vecinos ejecutados, figuraban cipreses, almendros, higueras, pinos, olivos, nísperos, albaricoqueros, o granados medio centenarios, que además de ofrecer sus frutos,  acogieron en sus brazos a las distintas especies de aves que residían en ellos y alegraban con sus cantos el distrito. No solo eso, en su día también dichos árboles nos ofrecieron a los vecinos un aire más sano y por consiguiente una mejor calidad de vida gracias al Co2 que metabolizaban. Como contrapartida a esta espeluznante actuación la promotora del gimnasio debía entregar 332 plantas a los viveros municipales, antes de verano.

Hace unos días los vecinos hemos tenido constancia que la empresa en cuestión, después del perjuicio que ha causado al distrito y al vecindario, con la complicidad añadida del ayuntamiento, se ha visto en la necesidad de renunciar al proyecto como consecuencia del rechazo de la Comisión Local de Patrimonio de Madrid, y de la ardua y ejemplar oposición que han llevado a cabo los hortalinos. La pregunta que le asalta a cualquier hijo de vecino ahora es: ¿está dispuesto el actual equipo del ayuntamiento a presentar las oportunas disculpas a los vecinos de Hortaleza, y a devolverles los 90 árboles medio centenarios que le debe el actual consistorio al distrito?

Se desconoce a fecha de hoy si han sido entregadas, plantadas, y en qué zona las 332 plantas que debían ser entregadas en los viveros antes de verano. Lo que si sabemos todos los vecinos, es que a pesar de haber salido victoriosos en términos urbanísticos e históricos, hemos perdido una gran cantidad de aire sano que antes respirábamos. Basta comparar y restar la masa vegetal de esas 332 plantas de los más de 90 árboles para hacerse una idea aproximada de ello.

En la imagen, hilera de tumbas pertenecientes a nueve árboles, situadas dentro de la Colonia El Bosque.

Hace unos días, los vecinos de Manoteras, barrio perteneciente al distrito de Hortaleza, hemos podido presenciar absortos y ojiplaticos, las distintas operaciones de tala que ha venido realizando el consistorio durante la época primaveral y veraniega, actuaciones que aún sigue realizando, como veremos más adelante. Unos diez ejemplares han sido talados entre los que había plantados en la calle Cuevas de Almanzora, y el parque de Doña Guiomar. Unas labores que suelen realizarse entre el otoño y el invierno por dos motivos. El primero como es sabido por ser época de nidificación de crías de aves, y el segundo, porque es mucho menor el sangrado de savia de los árboles, y por consiguiente sufren menos, tanto ellos, como los vecinos que contemplan y presencian la escena.

Hoy según he tenido constancia son los vecinos hortalinos de la Colonia El Bosque, los que andan igual de preocupados que hace unos días estábamos el resto de barrios pertenecientes al distrito, asunto que no es de extrañar, si uno atiende al nombre que identifica dicho complejo residencial. Al parecer al consistorio no le basta con desatender algunas áreas que son de su competencia. Ahora, según noticias a las que ha tenido acceso dicha colonia, ha aprovechando estas fechas vacacionales la ausencia de vecindario, para iniciar con el señuelo de remodelación de la calle Añastro, la tala de unos 37 ejemplares, sin explicar, ni informar, ni contar con la aprobación de la mayoría de vecinos, provocando entre los vecinos el natural sobresalto e indignación a los residentes que paseamos por dicha zona. Ante estos graves hechos la Asociación de Vecinos El Bosque ha convocado un acto el próximo martes día 18, a las 19: 30 horas, a la altura del número 53 de la calle Añastro, con el propósito de recoger firmas de los vecinos del distrito, con la intención de presentarlas de forma posterior ante el ayuntamiento, y el Defensor del Pueblo.

Según datos oficiales del portal de transparencia del Área de Medio Ambiente y Movilidad del ayuntamiento, publicadas recientemente por el diario El País entre los años 2017  y 2019 se ha reducido en 18.660 el número de árboles en la vía pública. Tampoco se ha convocado la Mesa del Árbol, una iniciativa que puso en marcha el equipo de Manuela Carmena, en la cual se reunían representantes políticos, expertos, vecinos, sindicatos y asociaciones ecologistas, con objeto de atajar la caída, y mejorar la salud del arbolado. No es de extrañar por tanto, a juzgar por la forma de actuar del actual consistorio, que una vez acabada su campaña arboricida, su equipo de Medio-bajo Ambiente, se siente en dicha mesa, con el fin de conseguir la ansiada foto, y celebrar el fin de la campaña estival.

La relación de los árboles con el resto de seres siempre ha sido y será altruista y generosa. Muy al contrario de la actitud de este ayuntamiento con respecto a dichas especies y sus vecinos. Por todo ello, como vecino, ante semejantes hechos y agresiones, propongo a mis vecinos y conciudadanos la creación de cementerios arbóreos en los distintos distritos de la capital. Unos espacios formados por salas en cuyas paredes o vitrinas aparezcan las fotos de dichos ejemplares, su edad aproximada, la fecha y motivo de su ejecución, así como el equipo consistorial que ha llevado a cabo dicho acto. Un homenaje y a la vez de consideración y de agradecimiento hacia la calidad de vida, la salud, y la alegría que nos han proporcionado durante su existencia estos adorables seres. Estoy convencido que un censo ciudadano de estas características, concienciaría a la sociedad actual y a la del futuro, y frenaría muchas actuaciones injustas de la Administración.

Es una pena que Vitoria-Gasteiz sea la única ciudad española que ostenta el sello Green Capital. Un galardón que entrega la Comisión Europea a las ciudades que mejor se ocupan del medio ambiente, y entre las cuales deberían figurar y dar ejemplo las capitales de los distintos países, entre las que se encuentra la capital española. Un modelo del cual se aleja y huye el Madrid actual, con este tipo de actuaciones, después de haberse arrogado el intento ilegítimo de la apropiación de dicho sello. Una falta de respeto hacia los Vitorianos, y un imperdonable engaño hacia todos los madrileños.

José Luis Meléndez. Madrid, 15 de agosto del 2020

No hay comentarios:

Publicar un comentario