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8 de julio de 2019

Compañías

Los incidentes de Madrid Central y del Día del Orgullo suponen un aviso a los partidos

Resulta curioso, instructivo, pero sobre todo significativo, constatar como determinados gestos y actitudes terminan por ocupar la antesala de futuras actuaciones. El programa oculto que el tripartito conservador municipal ha firmado en Madrid, unido a la reciente recuperación de las Unidades Centrales de Seguridad (acrónimo eufemístico de los denominados antidisturbios por parte del nuevo equipo consistorial), ya evidenciaba, hace días, la impopularidad de alguna de las medidas contenidas en dichos acuerdos, así como la determinación de llevarlas a cabo y defenderlas, si fuera preciso, por medio de un brazo represor.

Los deseos de Vox de trasladar el Día del Orgullo a la Casa de Campo, lugar donde hasta hace poco las meretrices ofrecían sus servicios, la censura por parte del Ayuntamiento de los mensajes reivindicativos y conmemorativos en honor a la lucha que dicho colectivo ha mantenido durante décadas hasta poder hacerse visibles, la colocación de una segunda bandera nacional sin escudo constitucional en la fachada del Consistorio, coincidiendo con dicha celebración, y el desplazamiento y ubicación lateral de la bandera LGTBI, han sido motivos suficientes para que este colectivo estableciese, al igual que algunos partidos, un cordón sanitario, y desautorizara públicamente la presencia durante los actos festivos de los socios de gobierno representados por el Partido Popular y Ciudadanos. Partido este último que no se digna a respetar los vetos que la misma organización establece a otras fuerzas.

A dichas injerencias y menosprecios, y a menos de un mes de que el tripartito tomara posesión de su cargo, el alcalde de la capital, ha decidido para asombro esta vez de todos los ciudadanos, paralizar el dispositivo antipolución de Madrid Central. Una medida demandada por Vox ante el excepticismo manifiesto de las más que evidentes consecuencias de lo que la organización denomina “el camelo climático”. Dicha aprobación ha sido llevada a cabo sin la mayoría absoluta que precisa el pleno, mientras los países más avanzados del G20 (entre los que se encuentra España), abordaban en Osaka (Japón), medidas para fomentar el respeto al medio ambiente.

La ciudadanía madrileña, europea y mundial observan atónitas la paralización de un dispositivo de semejante importancia y envergadura, mientras estudia durante los tres meses de moratoria impuesta la mejora de dichas medidas, a costa de un Madrid más letal que perjudica la salud de todos los madrileños. Razón de más si se tiene en cuenta que España supera los mínimos legales establecidos por la UE, y que a su vez son más altos que los recomendados por la OMS, según afirma Cristina Linares, Científica de la Escuela Nacional de Sanidad. Un escenario que de producirse relajaría las sanas costumbres adquiridas durante estos años por los ciudadanos en materia de reciclaje y de medioambiente, y unos datos que avala un estudio publicado por la revista Environment International, según el cual, la contaminación ha provocado en la última década, 93.000 muertes prematuras en España.

La respuesta ciudadana no se hizo esperar y el sábado 29 de junio, decenas de miles de personas salieron a la calle para protestar por la paralización de dicho dispositivo, y llevar a cabo la primera manifestación multitudinaria al nuevo equipo de Cibeles, y de paso hacer visibles sus pancartas: “¿Dos razones? Tus pulmones”, “Menos ruido, más libertad”, o “El coche mata, y Almeida remata”.

Las medidas cautelares adoptadas el día 5 por el Juzgado número 24 de Madrid han conseguido paralizar de forma cautelar la moratoria de las multas en Madrid Central como habían pedido en un recurso contencioso administrativo Ecologistas en Acción y Greenpeace. Una medida que el Consistorio piensa recurrir, y una decisión que la mayoría de ciudadanos celebran, que ha mejorado la movilidad en la ciudad, la calidad del aire (incluida la que respiran los comerciantes), y la cifra de ventas de los comercios.

Los incidentes de Madrid Central y del Día del Orgullo ponen de manifiesto las divergencias programáticas existentes entre las distintas fuerzas, y suponen un aviso a navegantes, sobre la complicada legislatura que les espera a los ciudadanos y a los partidos, si a la hora de formar gobierno estos se inclinan por determinadas compañías, dispuestas a gobernar en contra de los derechos básicos de las personas.

José Luis Meléndez. Madrid, 7 de julio del 2019
Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

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