Al PP, no le hacen falta las malas compañías; él mismo es una mala compañía para la sociedad
No ha sido una legislatura fácil. Aún así Sánchez, en contra de todas las previsiones, ha estado a punto de finalizar el primer gobierno de coalición desde que se instauró la democracia en España. Da miedo pensar que hubiera pasado si en lugar de un gobierno progresista los españoles hubieran vuelto a los temidos recortes de hace tan solo unos años.
Gracias a los pactos que tan mal han sentado a los populares y tan bien a la mayoría de españoles, los ciudadanos hemos podido capear estos cuatro años de pandemias, guerra, inflación, volcanes y/o catástrofes naturales, con las políticas sociales del malísimo Sánchez y del buenísimo del señor Núñez (Fakejóo) que ha intentado como ha podido paralizar la mejora del sistema de pensiones, según ha manifestado el Presidente, desde Europa, yendo a hablar con el mismísimo Comisario europeo (para el PP, lo que es bueno para los españoles, siempre es malo para España, -¡qué mala suerte!-).
El PP, como se ha visto, no ha hecho gala de una oposición constructiva al situarse en el obstruccionismo y en la falta de propuestas, en una legislatura tan complicada, ante los graves problemas que han asolado a España. Una forma de negacionismo, es decir, de negarse a arrimar el hombro en estos malos años por los que ha pasado su querida patria. Cuatro años de vacaciones y todavía se quejan por la fecha de las elecciones.
Fakejóo ha sido muy amable consigo mismo y su partido pero muy poco caballero con Sánchez y el Psoe, al ofrecer al Psoe los votos del PP para frenar a Bildu en el País Vasco y Navarra. Algo que su partido no consideró antes de que Sánchez obtuviera el poder y se viera obligado a pactar con las demás fuerzas a la hora de formar gobierno. Pero no para impedir los recortes (reformas) que piensa llevar a cabo bajo su hipotética legislatura. Algo que los socialistas en la oposición si hicieron cuando permitieron gobernar una legislatura y cuando dieron su apoyo con el artículo 155. Lo curioso es que encima han utilizado el mantra que ellos mismos han provocado y que los demás se han creído.
El Psoe, si ha pactado con sus socios, ha sido para llevar adelante reformas sociales de gran calado. El PP cuando pacta es para salvarse a sí mismo y a los suyos, es decir a una minoría privilegiada. Al PP no le ha hecho falta pactar con ninguna fuerza para superar en víctimas humanas a alguno de los socios del Psoe. A lo largo de los 42 años de crueles atentados, la banda terrorista asesinó a más de 853 personas en 3.500 atentados, provocando más de 7.000 víctimas. En la Comunidad de Madrid, en tan solo unos meses, más de 8.000 personas murieron en las residencias de mayores. Es más, fue el Psoe el que gracias a la brillante trayectoria de Alfredo Pérez Rubalcaba, durante el gobierno de Zapatero dio fin a la banda terrorista.
A Feijóo, al PP y a los españoles, les espera, si llegan a gobernar, una legislatura “reVOXante” de tensiones sociales, nacionales e internacionales. Tanto, que es muy probable que todos nos veamos en la necesidad no solo de leer, sino de estudiar el Manual de resistencia de Pedro Sánchez, político que ha conseguido vivir más vidas que cualquier diputado y senador.
Hace unos días, la mismísima Macarena Olona manifestó ante los micrófonos de La Sexta, que Vox es un partido tóxico para la democracia. No creo que una alianza con Vox le ayude a Feijóo y mucho menos a España a tener una imagen seria y respetable tanto a nivel europeo como internacional. Sus propios socios liberales y conservadores no lo entenderían.
Las diferencias entre Sánchez y Feijóo son más que evidentes. Sánchez ha pactado con sus socios para proteger con medidas sociales a sus ciudadanos, dentro de la legalidad. Feijóo, sin embargo tiene el respaldo de los poderes económicos para acometer las “reformas” (recortes), con las cuales desproteger a los mismos, como lo han hecho otros gobiernos del PP. Sánchez ha gobernado y gobernará para todos, mientras que Feijóo lo hará para una minoría por mucha mayoría que saque.
Y existen diferencias entre el PP y el Psoe. Mientras que el primero aboga por defender la unidad de España, el Psoe siempre ha demostrado estar más cerca de los problemas de los españoles. Al PP, no le hacen falta las malas compañías; él mismo es una mala compañía para la sociedad.
¿Qué medidas piensa tomar Feijóo con la guerra de Ucrania? ¿Va a aumentar su presupuesto en defensa? ¿Va a enviar soldados españoles a la guerra? ¿Va a subir la edad de jubilación, como le recomiendan a los 70 años, como ya ha hecho su colega Macron hasta los 64? ¿Va a desindexar el IPC de las pensiones? ¿Va a fomentar las pensiones públicas o las privadas? ¿Va a seguir fomentando la privatización de la sanidad pública? ¿Qué medidas y leyes piensa derogar, si tiene a Vox y a Abascal como vicepresidente? ¿Cuál es el nuevo modelo oculto del PP? ¿Es tal vez más duro que el de Rajoy?
Los ciudadanos nos jugamos mucho en estas elecciones. Luego no valdrá de nada salir con pancartas a las manifestaciones. El día 23 de julio los españoles tenemos una nueva oportunidad: la de frenar con nuestro voto cuatro años de recortes y de retroceso social.
En las turbulencias, es donde se conocen a los buenos pilotos. Sánchez ha adoptado medidas para proteger a los pasajeros, mientras que Feijóo pilotará su nave pensando más en su tripulación. La historia suele repetirse. Y eso al PP, como partido conservador que es, le encanta.
José Luis Meléndez. Madrid, 4 de junio del 2023.
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