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5 de diciembre de 2022

Nostalgia

La nostalgia para mi es la alegría de volver a revivir el pasado

Dentro de poco, es estas fechas, podremos constatar lo mediatizadas que están nuestras emociones. Será una forma añadida de comprobar cómo el clima influye no solo en nuestro carácter, sino en el comportamiento de las demás especies que forman el reino animal y vegetal. Las aves, por poner un ejemplo, con la marcha del verano y del otoño, se ven obligadas a modificar su alimentación, como consecuencia de la creciente desaparición de insectos y por tanto, de proteínas.

Un árbol en estas fechas, demuestra su generosidad desprendiéndose de todas sus hojas. No necesita recurrir a algo externo o superficial. La Navidad para la especie humana, sin embargo, consiste en lugar de enriquecer el alma con más espíritu, en hacer acopio material en forma de regalos para reconfortar el espíritu ajeno. Esta es la diferencia entre la Navidad humana y la espiritualidad de un árbol.

Comprobaremos, como decía, el estado de ánimo propio del resto del año, se ve alterado estas fechas como consecuencia de la prematura disminución de las horas de luz. Disminución que provoca la creación de ciertas reacciones químicas en nuestro cerebro, capaces de modificar nuestro comportamiento, y por tanto, nuestro estado psicológico. Y como el cambio meteorológico y a la vez climático, con la llegada del agua y del frío,  reducen por añadidura sustancialmente, la frecuencia de nuestras relaciones.

En resumidas cuentas nuestras defensas naturales de vitamina D, así como nuestras defensas psicológicas, disminuyen. Las primeras ante la falta de sol y las segundas por la ausencia de luz natural. Todo ello nos hace en estas fechas, seres más vulnerables. Basta comprobar como la mayor parte de defunciones se producen en esta época del año, derivadas en muy alto grado por estos factores.

Como consecuencia de todo lo anterior, seremos testigos de cómo aparece con ello la melancolía, ese estado de ánimo tan denostado por la sociedad el resto del año, el cual intentamos combatir por medio de expresiones del tipo: “¿te pasa algo?” o “¿te puedo ayudar?”.

¡Es curioso! La melancolía o la nostalgia está mal vista el resto del año y sin embargo es generalizada desde principios de otoño hasta prácticamente el final del invierno. Pero nadie nos pregunta: ¿os pasa algo?, ¿os podemos ayudar?, lo cual nos lleva a constatar la falta de tolerancia que derrochamos hacia el estado de ánimo ajeno. Cómo en lugar de aceptar las estaciones propias del alma, preferimos que todos tengan el mismo estado de ánimo que el nuestro.

La melancolía propia de estas fechas suele ser de dos tipos: personal o navideña. La primera de ellas es motivada como hemos visto, por un proceso natural, mientras que la segunda está originada por los efectos que estas fiestas materiales envueltas en papel reciclado de espiritualidad, provocan en nosotros. Ejemplo: un animal puede tener melancolía natural, pero nunca tendrá melancolía navideña. Este desprecio hacia las emociones consideradas injustamente negativas, constituyen una ofensa no solo hacia los seres queridos sino también hacia los momentos hermosos que un día compartimos con ellos.

Si las distintas emociones forman parte de nuestra psicología y de nuestra forma de ser, es porque tienen su función. Por tanto no reconocer, aceptar y asumir estas emociones, constituye un grave síntoma de inmadurez y a la vez una negación de sí mismo. Odio (valga la ironía), esas frases tan manidas del tipo: “hay que quedarse con lo bueno”. Como si detrás de lo malo no existiera ninguna lección; ninguna víctima, ningún ser querido o amado que un día nos dejó…

Me gusta que haya vuelto a mí la melancolía, porque hace mucho que no la sentía. Estos días me va  a dar tiempo a abrazarla, a tomar con ella una taza caliente de caldo o de café, mientras miro a través del cristal como llueve. Nadie podrá impedirme volver a volar aquellos cielos nostálgicos. Nadie está en el derecho de arrebatármelos mientras enarbola en contraposición, la bandera de la alegría. Porque la nostalgia para mí es la alegría de volver a revivir el pasado.

José Luis Meléndez. Madrid, 05 de noviembre del 2022. Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

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