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12 de diciembre de 2022

La carnicería

En cuestiones de amor, la carnicería ha pasado a sustituir a la frutería

"Sé que mientes al besar y mientes al decir te quiero", dice Tamara en uno de sus temas titulado "Miénteme".

Hasta ahora pensaba que el amor era de por sí una mentira. O mejor dicho una verdad a medias que suele durar poco. Pero bueno, no hay que desanimarse, porque el sexo es cada día más importante (sobre todo después de separarte). Aunque tampoco hay que descartar a los fingimientos del alma, los de cuerpo propiamente dichos.

Los cuernos estoy seguro que dentro de poco estarán mucho mejor vistos. De hecho ya hay un eufemismo a la medida con el cual llevarlos de una forma oficial, pactada y según parece un tanto honrosa. Me refiero al poliamor. Bienvenidos por tanto, al súper o mejor dicho a la carnicería, si aplicamos el término en el doble sentido de la palabra.

Así que para adaptarme a los nuevos tiempos, he decidido a partir de hoy, pasear mis carnes por la sección de embutidos, cada vez que acuda a una gran superficie. Estoy seguro que con el rastro de mi olor y la cercanía de las reses (de las cuales aspiro a formar parte), seré capaz de despertar el instinto de caza femenino que evite mi asistencia a First Dates y mi irremediable encuentro con Carlos Sobera.

Las discotecas y los bares hace tiempo que perdieron para mí su encanto. En primer lugar por su ambiente prefabricado y en segundo lugar porque prescinden del factor sorpresa, ingrediente esencial en cualquier tipo de caza que se tercie, motivos más que suficientes, que terminaron por provocar mi absoluto rechazo. La naturalidad y la autenticidad por encima de todo. Tiempo después consideré como opción el senderismo, pero decidí descartarlo por su duración y sus elevados riesgos de enamoramiento (ahora lo que se lleva es sexamorarse en lugar de enamorarse).

Como cualquier hombre, pienso tanto en el sexo, que cuando el frutero va a ponerme peras, yo le ofrezco mis “peros” para sexualizar un poco la compra y hacerla a la vez más igualitaria, si cabe. Y si me pone papayas, le digo que me ponga los mismos kilos de plátanos para evitar una compra sexista. Así que al no disponer de tiempo y mucho menos de neuronas para pensar en otra cosa, ni siquiera en mi mismo, tengo gracias a Dios, la coartada perfecta para hacer caso omiso a cualquier tipo de solicitud ajena.

Basta visitar una casa en estas fechas para ver si es sexista o poco igualitaria. La prueba fehaciente es fijarse en los belenes y comprobar cómo el número de pastores no es igual que el de pastorcitas. El de ovejitas que el de machos cabríos, el de árboles que el de plantas, el de bueyes que el de vacas, el de montañas que el de ríos, el de truchas que el de besugos, el de musgo que el de hierba o el de ángeles que el de Ángelas, nombre este último que me asombra especialmente por tener entendido que los ángeles no tenían sexo.

En fin, como vemos el sexo es muchísimo más importante de lo que pensamos y trasciende la faz de la tierra y del mismísimo planeta. Se puede vivir sin principios, pero sin sexo, es algo imposible de concebir. Hasta los planetas según su nombre, tienen género: Venus por ejemplo es de género femenino mientras que Marte es de género masculino. Las mismas palabras practican sexo y copulan unas de género masculino con otras de género femenino dando lugar a nuevas entidades linguisticas. Todo tiene su género y no sabemos si su propio sexo, porque la materia está formada por electrones en movimiento que giran alrededor del núcleo. Sí, todo parece que tiene su sexo. El calzón, la braga, el papel higiénico, la compresa, la muñeca hinchable, el satisfyer…

Es importantísimo saberse tocar los genitales. Y tocárselos bien a los demás mucho más, ya que según dicen, al hacerlo, se equilibra la presión arterial. Así que copular es la mejor actividad que puede realizar el ser humano durante toda su vida. Con ello, dicen, se consigue reforzar las defensas del sistema inmunitario. Defensas, cuyo efecto suele durar más bien poco, como consecuencia de los malos rollos que van acumulándose en la emocionante vida de la pareja. Así que hay que volver a tocarse para eliminar las tensiones acumuladas. Porque si dejas de tocar a tu pareja es que no la deseas y esto puede ser motivo para que él o ella deje de quererte. ¡Oh, libertad!, divino tesoro.

El sexo, es, vayamos aún más allá, lo más importante en la vida. Mucho más que la libertad, la salud (de la cual forma parte), que la felicidad, la amistad, la familia y por supuestísimo que del mismísimo amor. Así que permítanme actualizar la canción de los setenta, titulada "Tres cosas", interpretada por Cristina y los Stop, que decía: “Tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor” y pongamos en su lugar: sexo, dinero y poliamor. Lo que no termino de entender es como siendo tan importante todavía no existen los emoticonos de los genitales humanos para hacer el amor no ya en el metaverso, sino en cualquier parte del mundo.

El acto sexual por ejemplo, algunos lo definen como "el mayor acto de entrega". "El lenguaje más universal del mundo". Me encantan los que reniegan del amor romántico y romantizan la sexualidad con frases ñoñas y falsas para satisfacer y justificar sus instintos posesivos a la vez que reprimen sus más nobles sentimientos.

Cuando la cantidad y la calidad de las relaciones sexuales disminuyen, prevalece el amor, si es verdadero, como así demostraron las generaciones anteriores. Sin embargo, cuando la sexualidad e incluso la procreación se anteponen al amor, éste termina por convertirse en una víctima del sexo. En otras palabras, hablar del sexo, es hablar del amor a corto plazo.

Por eso debe ser tan importante enseñar educación sexual anatómica, genitalizada y profiláctica a los niños en lugar de complementarla con una sexualidad psicoafectiva que enriquezca su sexualidad, sus relaciones y el concepto personal y ajeno del otro sexo. Una sexualidad independiente y no sexista que fomente el respeto y la convivencia. Que contribuya a disminuir no solo la violencia de género, vicaria, etc, sino cualquier tipo de violencia. ¿O es que la violencia familiar y/o a los animales no es una violencia social? ¿Por qué no se las trata desde las altas instancias con igualdad a todas las violencias?

En definitiva, si el amor es lo más importante y por tanto uno de los factores por los cuales se casa y se divorcian las parejas (monotonía, infidelidad, etc), no es difícil llegar a la conclusión, que lo mejor, a la vez que lo más inteligente, es no casarse. Entre otras cosas porque para ese tipo de relaciones ya existen otro tipo de targets, como son los singles, separados y divorciados. Por no citar aplicaciones y clubs de diversa índole.

Hasta ahora creíamos que solo existían dos modalidades de matrimonio: el matrimonio civil y el religioso. Al parecer no conviene tener en cuenta los matrimonios que se casan (y se separan) por lo sexual, por lo económico, por lo patrimonial o por la fama. El matrimonio por lo sexual por ejemplo, podría fijarse en una duración de tres años (que es la media que dura una relación sexual), y los novios podrían ir a la ceremonia en lencería. Y así con todas las demás ceremonias. Todo ello contribuiría a incentivar el número de bodas, a reducir el número de fracasos nupciales y los indices de natalidad del país, por cierto, el más bajo del mundo. Así que si hay alguna interesada (amiga no porque la perdería) que quiera casarse conmigo por lo sexual, ya que al parecer es la ceremonia más importante, solo tiene que ponerse en contacto conmigo a través del correo electrónico de este blog.

En cuestiones de amor, la carnicería ha pasado a sustituir a la frutería. Una pieza de carne, además de comerse cruda, puede compartirse con más gente. Tal vez sea debido a que la cantidad y/o la variedad en cuestiones del sexo e incluso del amor sigue siendo más erótica que la calidad. Una naranja, sin embargo, solía compartirse con una sola persona. Y eso según parece, requiere un excesivo sacrificio hoy en día. Las medio naranjas, como suele decirme el frutero, hace tiempo que pasaron de moda…

José Luis Meléndez. Madrid, 12 de diciembre del 2022. Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

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