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25 de diciembre de 2022

El cepo del PSOE

Es posible que el PSOE vuelva a sentarse a la mesa de negociación con un cepo en la mano

Parece que los socialistas, a diferencia de sus socios de UP, tienen un concepto bastante restringido de la igualdad, cuando se trata de aplicarla a otro tipo de seres, especialmente vulnerables, no solo que forman parte de la sociedad (concepto que creo tiene algo que ver con el socialismo), sino que contribuyen a su desarrollo económico y haciéndolo desde un entorno más duro y desprotegido.

Hablamos de la Ley de Bienestar Animal, una ley que UP, apuesta por llevar a término tal y como salió del Consejo de Ministros y que protege los derechos de los perros de caza. Una ley que está siendo enmendada por los socialistas para excluirlos de la ley, como reclama el sector de la caza.

Como lo oyen: socialistas negociando la exclusión y desprotección de los derechos de bienestar animal a ejemplares especialmente vulnerables que merecen una mayor protección que los demás miembros de su especie, como son las mascotas.

Hasta ahora pensaba que la discriminación no se negociaba. Y que la igualdad seguía siendo un valor de referencia en el socialismo. Pues bien, la doble discriminación ya se ha producido cuando han apartado a sus socios de gobierno para pactar con VOX, PP, PNV y Coalición Canaria, excluir a los perros de caza. Ahora solo falta ver si estos tics reaccionarios y conservadores, rancios, carcas y naftaloides, terminan por comerse la “d” de la igualdad, dando como resultado la consabida igual –dá.

Así que en vista de estos antecedentes, no es de extrañar que el gobierno excluya de igual forma en sus conversaciones  a una representación de protectoras que acogen a animales abandonados y maltratados por el sector de la caza como SOS Galgos, para informarse siquiera mínimamente de las condiciones en las cuales viven estos animales, que patologías sufren, o que medidas buenas proponen llevar a cabo para proteger sus condiciones de vida.

Ni que en su lugar se proteja con una ley especial a estos animales, haciendo especial incapié en la responsabilidad del cazador y jefe de trabajo sobre cualquier tipo de perjuicio físico o psicológico de sus animales. Bien como consecuencia de su arma, falta de alimentación, cuidado sanitario o higiene personal, llevando a cabo inspecciones que certifiquen su perfecto estado de salud y de bienestar animal.

Hay que entender al PSOE: los trabajadores pueden tener su convenio colectivo y sus derechos como personas, pero los perros trabajadores (mal llamados perros de caza, porque además de cazar obedecen y se someten a las órdenes de su jefe cazador, al igual que otros perros como la ONCE, Fuerzas de Seguridad, etc), no pueden tener derechos como mascotas y como animales trabajadores (incluimos a los caballos, burros, etc).

Queridos perros y animales obreros: de momento quedáis excluidos fuera de las siglas obreras del psocialismo español. Así que no os ofendáis si veis en vuestra casa a una mascota que tenga más derechos que vosotros. Eso no significa que seáis menos animales que los demás, es que que la ley humana (más pensada en los cazadores que en vosotros), que pensamos aprobar con los que os explotan, es un poquito más bestia de lo que realmente os merecéis.

De momento no sabemos si el partido socialista volverá a sentarse a la mesa. Si se decide, es posible que lo haga con un cepo en sus manos: el que le ha tendido la Ilustrísima y Real Federación Española de Caza.

Ellos verán, pero me temo que el CIS de abril, a juzgar por los últimos sondeos socialistas, que en la última encuesta han perdido más de dos puntos, sea el inicio de un CISMA municipal y autonómico en mayo, con visos a ser una hecatombe irremediable en diciembre.

Acudir de nuevo en ese estado lamentable a la mesa de negociación ya de por sí es un acto bastante vergonzoso. Pero además supondría debilitar la coalición, mejorar las expectativas electorales de UP y ofrecerle a la derecha un regalo de navidades retrasado tan indigno e innegociable como repugnante y reprochable que atenta contra uno de los pilares fundamentales del progresismo como es la igualdad.

La Ley de Bienestar Animal vuelve a ofrecer la oportunidad al PSOE de acabar con otra ley mucho más antigua: la ley de esclavitud y de malestar animal. De no hacerlo es muy posible que surja otra mucho más peligrosa: una ley de malestar general que termine siendo respaldada por un colectivo mucho mayor que el de los cazadores (perdón, excursionistas cinegéticos sin ánimo de lucro, guardas forestales de nuestra señora de la caridad y guías medioambientales de la fauna autóctona), como es el de una sociedad cada día más concienciada y defensora de los derechos de los animales, no solo de las mascotas. Se entiende, ¿no?

Es de esperar, por tanto que las conversaciones que el gobierno de la caza, de la tauromaquia y defensor del Toro de la Vega por medio de su entonces alcalde psocialista de Tordesillas, reflexione sobre sus antecedentes y considere la herida a la que puede verse sometido cuando dentro de unos meses se abra la veda y salga a la caza del voto humano.

Espero y deseo que para entonces el PSOE no se acuerde de la sentencia del filósofo Peter Sloterdijk que decía: “Si somos humanos es que hemos fracasado”. Nos falta saber si la opinión de Turca, a la sazón, mascota de Pedro Sánchez, es lo suficientemente importante para el señor Presidente. Porque como decía el anuncio: “Ella no lo haría”.

José Luis Meléndez. Madrid, 25 de diciembre del 2022. Fuente de la imagen: EFE noticias

20 de diciembre de 2022

Carta a un ángel

Te jugaste la vida tantas veces por mí, como yo salvé la tuya

Mi querida niña:

Me ha sido imposible en estos seis meses largos, coger entre mis manos la misma pluma que tú solías tomar para escribir y corregir los artículos y los versos que me inspiraste. Pero eso, como sabes, no implica que no lo haya hecho a otro nivel, como es a través de los recuerdos más sentidos que guardo de ti.

Tu misma has podido y podrás seguir comprobando que llevo tu nombre inscrito en oro. Tu imagen me acompaña cada día. Tu recuerdo es tan grande que temo que me impida entrar en el cielo y volver a estar contigo.

Fuiste la mejor estudiante de idiomas que jamás he conocido. Yo, sin embargo, nunca llegué a comprender el significado exacto de tu ladrido, pero sí el lenguaje corporal, del cual eres una gran experta.

El tiempo ha sido el principal enemigo de nuestra relación y cree habernos separado. ¡Qué ignorante y maldito hijo de puta! Siempre fusilando a los vivos con el implacable sonido de su casquillo: tic-tac, tic-tac... Aun así hemos podido disfrutar juntos veinte años uno junto al otro. Un tiempo suficiente que nos ha permitido que nuestro amor sea eterno.

No te preocupes, mi pequeña. Ese tiempo solo nos pertenece a ti y a mí. Nadie nos lo puede quitar. Nadie nos lo podrá arrebatar. ¿Sabes? Guardo cada uno de nuestros momentos en la zona más inaccesible de mi alma; en el espacio más restringido de mi corazón.

No desfallezcas. Vamos a ganarle la batalla. El día que mi corazón deje de latir dejará de martillearnos a los dos. Ese será el momento en el cual volveremos a vernos y a ser felices.

Estoy tan en deuda contigo…Tengo tanto amor aún que darte…Me devolvías el cariño que te daba multiplicado, mientras algunos ejemplares de mi especie hacían todo lo posible para cortocircuitar cualquier atisbo emocional sin motivo aparente que lo justificase.

El desprecio de algunos de ellos llegó a hacerme caer en la depresión. Tu, sin embargo, me correspondiste cada día, cada hora y cada minuto, con esa bondad, paciencia y fidelidad de ángel que solo tú supiste demostrarme. Y me ayudaste a salir del pozo al que otros me arrojaban en grupo, actuando como yenas, mientras se ensañaban en su misma sangre, en su propio odio.

Me queda el consuelo de haberte acompañando en los buenos y en los malos momentos. Igual que tú hiciste. No me hace falta traerte a mí porque siempre te llevo dentro de mí. Tu recuerdo me anima a seguir viviendo y a afrontar el destino con la misma valentía y arrojo que tú, siendo tan niña demostraste, enfrentándote a gigantes siete veces mayores que tú. Llegaste a jugarte la vida tantas veces por mí, como yo salvé la tuya, gracias a la correa que nos unía.

He tardado meses en volver a dormir en mi cama, acostumbrado a hacerlo en el colchón que solía habilitar en el suelo del salón, al lado de tu cesto, desde el día que te negaste a dormir en mi cuarto, el último año de tu vida, ¿recuerdas?

Ahora eres libre. Nunca te mereciste llevar la correa con la cual  conseguí protegerte y con la cual nos salvamos la vida mutuamente y las que salvamos juntos a otras especies, gracias a la elección que tu misma hacías de nuestros paseos.

Aprovecha ahora la libertad y el cariño de los tuyos: de Toby, de Sheila, de Copito, de Laika y de otros tantos amores y amistades humanas y caninas que partieron antes que tú y que ahora supongo, estarán contigo.

Cada día queda menos para vernos y olernos como me enseñaste. Me muero de ganas por saber qué es lo que me tienes preparado y que has hecho durante todo este tiempo. Y por volverte a recitar los ocho poemas que me inspiraste como musa.

Solo espero que ese día estés ahí para recibirme. Igual que yo lo estuve al despedirme de ti.

¡Hasta pronto, mi vida!

José Luis Meléndez. Madrid, 18 de diciembre del 2022. Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

12 de diciembre de 2022

La carnicería

En cuestiones de amor, la carnicería ha pasado a sustituir a la frutería

"Sé que mientes al besar y mientes al decir te quiero", dice Tamara en uno de sus temas titulado "Miénteme".

Hasta ahora pensaba que el amor era de por sí una mentira. O mejor dicho una verdad a medias que suele durar poco. Pero bueno, no hay que desanimarse, porque el sexo es cada día más importante (sobre todo después de separarte). Aunque tampoco hay que descartar a los fingimientos del alma, los de cuerpo propiamente dichos.

Los cuernos estoy seguro que dentro de poco estarán mucho mejor vistos. De hecho ya hay un eufemismo a la medida con el cual llevarlos de una forma oficial, pactada y según parece un tanto honrosa. Me refiero al poliamor. Bienvenidos por tanto, al súper o mejor dicho a la carnicería, si aplicamos el término en el doble sentido de la palabra.

Así que para adaptarme a los nuevos tiempos, he decidido a partir de hoy, pasear mis carnes por la sección de embutidos, cada vez que acuda a una gran superficie. Estoy seguro que con el rastro de mi olor y la cercanía de las reses (de las cuales aspiro a formar parte), seré capaz de despertar el instinto de caza femenino que evite mi asistencia a First Dates y mi irremediable encuentro con Carlos Sobera.

Las discotecas y los bares hace tiempo que perdieron para mí su encanto. En primer lugar por su ambiente prefabricado y en segundo lugar porque prescinden del factor sorpresa, ingrediente esencial en cualquier tipo de caza que se tercie, motivos más que suficientes, que terminaron por provocar mi absoluto rechazo. La naturalidad y la autenticidad por encima de todo. Tiempo después consideré como opción el senderismo, pero decidí descartarlo por su duración y sus elevados riesgos de enamoramiento (ahora lo que se lleva es sexamorarse en lugar de enamorarse).

Como cualquier hombre, pienso tanto en el sexo, que cuando el frutero va a ponerme peras, yo le ofrezco mis “peros” para sexualizar un poco la compra y hacerla a la vez más igualitaria, si cabe. Y si me pone papayas, le digo que me ponga los mismos kilos de plátanos para evitar una compra sexista. Así que al no disponer de tiempo y mucho menos de neuronas para pensar en otra cosa, ni siquiera en mi mismo, tengo gracias a Dios, la coartada perfecta para hacer caso omiso a cualquier tipo de solicitud ajena.

Basta visitar una casa en estas fechas para ver si es sexista o poco igualitaria. La prueba fehaciente es fijarse en los belenes y comprobar cómo el número de pastores no es igual que el de pastorcitas. El de ovejitas que el de machos cabríos, el de árboles que el de plantas, el de bueyes que el de vacas, el de montañas que el de ríos, el de truchas que el de besugos, el de musgo que el de hierba o el de ángeles que el de Ángelas, nombre este último que me asombra especialmente por tener entendido que los ángeles no tenían sexo.

En fin, como vemos el sexo es muchísimo más importante de lo que pensamos y trasciende la faz de la tierra y del mismísimo planeta. Se puede vivir sin principios, pero sin sexo, es algo imposible de concebir. Hasta los planetas según su nombre, tienen género: Venus por ejemplo es de género femenino mientras que Marte es de género masculino. Las mismas palabras practican sexo y copulan unas de género masculino con otras de género femenino dando lugar a nuevas entidades linguisticas. Todo tiene su género y no sabemos si su propio sexo, porque la materia está formada por electrones en movimiento que giran alrededor del núcleo. Sí, todo parece que tiene su sexo. El calzón, la braga, el papel higiénico, la compresa, la muñeca hinchable, el satisfyer…

Es importantísimo saberse tocar los genitales. Y tocárselos bien a los demás mucho más, ya que según dicen, al hacerlo, se equilibra la presión arterial. Así que copular es la mejor actividad que puede realizar el ser humano durante toda su vida. Con ello, dicen, se consigue reforzar las defensas del sistema inmunitario. Defensas, cuyo efecto suele durar más bien poco, como consecuencia de los malos rollos que van acumulándose en la emocionante vida de la pareja. Así que hay que volver a tocarse para eliminar las tensiones acumuladas. Porque si dejas de tocar a tu pareja es que no la deseas y esto puede ser motivo para que él o ella deje de quererte. ¡Oh, libertad!, divino tesoro.

El sexo, es, vayamos aún más allá, lo más importante en la vida. Mucho más que la libertad, la salud (de la cual forma parte), que la felicidad, la amistad, la familia y por supuestísimo que del mismísimo amor. Así que permítanme actualizar la canción de los setenta, titulada "Tres cosas", interpretada por Cristina y los Stop, que decía: “Tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor” y pongamos en su lugar: sexo, dinero y poliamor. Lo que no termino de entender es como siendo tan importante todavía no existen los emoticonos de los genitales humanos para hacer el amor no ya en el metaverso, sino en cualquier parte del mundo.

El acto sexual por ejemplo, algunos lo definen como "el mayor acto de entrega". "El lenguaje más universal del mundo". Me encantan los que reniegan del amor romántico y romantizan la sexualidad con frases ñoñas y falsas para satisfacer y justificar sus instintos posesivos a la vez que reprimen sus más nobles sentimientos.

Cuando la cantidad y la calidad de las relaciones sexuales disminuyen, prevalece el amor, si es verdadero, como así demostraron las generaciones anteriores. Sin embargo, cuando la sexualidad e incluso la procreación se anteponen al amor, éste termina por convertirse en una víctima del sexo. En otras palabras, hablar del sexo, es hablar del amor a corto plazo.

Por eso debe ser tan importante enseñar educación sexual anatómica, genitalizada y profiláctica a los niños en lugar de complementarla con una sexualidad psicoafectiva que enriquezca su sexualidad, sus relaciones y el concepto personal y ajeno del otro sexo. Una sexualidad independiente y no sexista que fomente el respeto y la convivencia. Que contribuya a disminuir no solo la violencia de género, vicaria, etc, sino cualquier tipo de violencia. ¿O es que la violencia familiar y/o a los animales no es una violencia social? ¿Por qué no se las trata desde las altas instancias con igualdad a todas las violencias?

En definitiva, si el amor es lo más importante y por tanto uno de los factores por los cuales se casa y se divorcian las parejas (monotonía, infidelidad, etc), no es difícil llegar a la conclusión, que lo mejor, a la vez que lo más inteligente, es no casarse. Entre otras cosas porque para ese tipo de relaciones ya existen otro tipo de targets, como son los singles, separados y divorciados. Por no citar aplicaciones y clubs de diversa índole.

Hasta ahora creíamos que solo existían dos modalidades de matrimonio: el matrimonio civil y el religioso. Al parecer no conviene tener en cuenta los matrimonios que se casan (y se separan) por lo sexual, por lo económico, por lo patrimonial o por la fama. El matrimonio por lo sexual por ejemplo, podría fijarse en una duración de tres años (que es la media que dura una relación sexual), y los novios podrían ir a la ceremonia en lencería. Y así con todas las demás ceremonias. Todo ello contribuiría a incentivar el número de bodas, a reducir el número de fracasos nupciales y los indices de natalidad del país, por cierto, el más bajo del mundo. Así que si hay alguna interesada (amiga no porque la perdería) que quiera casarse conmigo por lo sexual, ya que al parecer es la ceremonia más importante, solo tiene que ponerse en contacto conmigo a través del correo electrónico de este blog.

En cuestiones de amor, la carnicería ha pasado a sustituir a la frutería. Una pieza de carne, además de comerse cruda, puede compartirse con más gente. Tal vez sea debido a que la cantidad y/o la variedad en cuestiones del sexo e incluso del amor sigue siendo más erótica que la calidad. Una naranja, sin embargo, solía compartirse con una sola persona. Y eso según parece, requiere un excesivo sacrificio hoy en día. Las medio naranjas, como suele decirme el frutero, hace tiempo que pasaron de moda…

José Luis Meléndez. Madrid, 12 de diciembre del 2022. Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

11 de diciembre de 2022

Cita

Parece que Enrique Ponce es el más intelectual de todos los matadores. Ha sacrificado hasta la fecha más de 5000 toros.

José Luis Meléndez. Madrid, 11 de diciembre del 2022

5 de diciembre de 2022

Nostalgia

La nostalgia para mi es la alegría de volver a revivir el pasado

Dentro de poco, es estas fechas, podremos constatar lo mediatizadas que están nuestras emociones. Será una forma añadida de comprobar cómo el clima influye no solo en nuestro carácter, sino en el comportamiento de las demás especies que forman el reino animal y vegetal. Las aves, por poner un ejemplo, con la marcha del verano y del otoño, se ven obligadas a modificar su alimentación, como consecuencia de la creciente desaparición de insectos y por tanto, de proteínas.

Un árbol en estas fechas, demuestra su generosidad desprendiéndose de todas sus hojas. No necesita recurrir a algo externo o superficial. La Navidad para la especie humana, sin embargo, consiste en lugar de enriquecer el alma con más espíritu, en hacer acopio material en forma de regalos para reconfortar el espíritu ajeno. Esta es la diferencia entre la Navidad humana y la espiritualidad de un árbol.

Comprobaremos, como decía, el estado de ánimo propio del resto del año, se ve alterado estas fechas como consecuencia de la prematura disminución de las horas de luz. Disminución que provoca la creación de ciertas reacciones químicas en nuestro cerebro, capaces de modificar nuestro comportamiento, y por tanto, nuestro estado psicológico. Y como el cambio meteorológico y a la vez climático, con la llegada del agua y del frío,  reducen por añadidura sustancialmente, la frecuencia de nuestras relaciones.

En resumidas cuentas nuestras defensas naturales de vitamina D, así como nuestras defensas psicológicas, disminuyen. Las primeras ante la falta de sol y las segundas por la ausencia de luz natural. Todo ello nos hace en estas fechas, seres más vulnerables. Basta comprobar como la mayor parte de defunciones se producen en esta época del año, derivadas en muy alto grado por estos factores.

Como consecuencia de todo lo anterior, seremos testigos de cómo aparece con ello la melancolía, ese estado de ánimo tan denostado por la sociedad el resto del año, el cual intentamos combatir por medio de expresiones del tipo: “¿te pasa algo?” o “¿te puedo ayudar?”.

¡Es curioso! La melancolía o la nostalgia está mal vista el resto del año y sin embargo es generalizada desde principios de otoño hasta prácticamente el final del invierno. Pero nadie nos pregunta: ¿os pasa algo?, ¿os podemos ayudar?, lo cual nos lleva a constatar la falta de tolerancia que derrochamos hacia el estado de ánimo ajeno. Cómo en lugar de aceptar las estaciones propias del alma, preferimos que todos tengan el mismo estado de ánimo que el nuestro.

La melancolía propia de estas fechas suele ser de dos tipos: personal o navideña. La primera de ellas es motivada como hemos visto, por un proceso natural, mientras que la segunda está originada por los efectos que estas fiestas materiales envueltas en papel reciclado de espiritualidad, provocan en nosotros. Ejemplo: un animal puede tener melancolía natural, pero nunca tendrá melancolía navideña. Este desprecio hacia las emociones consideradas injustamente negativas, constituyen una ofensa no solo hacia los seres queridos sino también hacia los momentos hermosos que un día compartimos con ellos.

Si las distintas emociones forman parte de nuestra psicología y de nuestra forma de ser, es porque tienen su función. Por tanto no reconocer, aceptar y asumir estas emociones, constituye un grave síntoma de inmadurez y a la vez una negación de sí mismo. Odio (valga la ironía), esas frases tan manidas del tipo: “hay que quedarse con lo bueno”. Como si detrás de lo malo no existiera ninguna lección; ninguna víctima, ningún ser querido o amado que un día nos dejó…

Me gusta que haya vuelto a mí la melancolía, porque hace mucho que no la sentía. Estos días me va  a dar tiempo a abrazarla, a tomar con ella una taza caliente de caldo o de café, mientras miro a través del cristal como llueve. Nadie podrá impedirme volver a volar aquellos cielos nostálgicos. Nadie está en el derecho de arrebatármelos mientras enarbola en contraposición, la bandera de la alegría. Porque la nostalgia para mí es la alegría de volver a revivir el pasado.

José Luis Meléndez. Madrid, 05 de noviembre del 2022. Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org