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28 de septiembre de 2022

Una buena noticia

Tengo una buena noticia: he dejado de ver los telediarios

Tengo una buena noticia: he dejado de ver los telediarios, lo cual me va a ahorrar muchos titulares que dejarán de influir y mermar mi estado anímico.

Un sufrido y ejemplar ciudadano como el que suscribe no merece recibir semejante bombardeo psicológico. Menos aún en horas en las que es posible e incluso probable que se me atragante o corte la digestión, lo cual considero que constituye una falta de sensibilidad, de respeto y de consideración no solo hacia mí, sino hacia todos los espectadores.

Algunos eslóganes excusatorios y periodísticos afirman que es la realidad la que manda. Discrepo. La realidad es la que habla y la que marca la actualidad, pero la que decide en última instancia el formato, la duración y los contenidos de la misma, es la cadena de televisión.

El menú de un telediario consta igual que un menú tradicional de dos platos y postre, como son las noticias, los deportes y la meteorología. Los editores de espacios informativos, deberían adquirir el compromiso de equilibrar los desastres del mundo con noticias de naturalezas, sino más agradables, al menos más fáciles de digerir, con objeto de que el sufrido espectador, ante los ataques de trágica realidad a los que es sometido, logre salvarse y llegar ileso a la sección de meteorología.

Cada día admiro más a los presentadores (masculinos y femeninos), del tiempo y de deportes, que con menos tiempo y recursos que sus compañeros de noticias, intentan levantar y reanimar a la ultrajada audiencia. Da lo mismo que haga mal tiempo o haya perdido su equipo. Los primeros nos anuncian la llegada de un nuevo día, después de los titulares y de las imágenes infernales con las que sus compañeros aderezan nuestra comida. Y los segundos nos ayudan a encajar con espíritu deportivo y de superación el resto de la jornada.

Después de la verdad, el mayor premio informativo que se le puede dar a los ciudadanos, tras los trágicos años que llevamos, de volcanes, pandemias, guerras y demás fatalidades, es el de proporcionar un cierto sosiego post informativo que le permita al televidente sobrevivir y llegar sano si no al segundo plato, al menos a la siguiente edición. Un estado que lamentablemente no es posible conseguir con cinco minutos de deportes y otros tantos de meteorología.

Ni los ciudadanos nos merecemos recibir tantas y tan malas noticias, ni la salud mental de esta sociedad, cada vez más depresiva, como consecuencia de lo que llevamos vivido, es digna de ser destinataria de tanta calamidad.

En vista de lo que antecede conviene preguntarse: ¿es necesario que sean los telediarios tan trágicos? Nadie enciende la televisión y sintoniza un espacio informativo para reírse, pero tampoco para quedarse tocado, no tanto por la realidad, como por la duración y la proporción de tanta tragedia. Una tragedia no puede transformarse o edulcorarse en una noticia neutra, pero muchas noticias neutras que suceden en el mundo si que pueden equilibrar y hacer más amenos dichos espacios.

Resulta curioso, en este sentido, que ante una dura escena de escasos minutos el presentador advierta de lo duro de las imágenes, pero que no se advierta al principio de la emisión que los numerosos titulares de este espacio, pueden dañar su sensibilidad. ¿O es que demasiados titulares negativos no hacen más daño que una imagen?

Existen cadenas que son conscientes de este fenómeno y han establecido en sus parrillas espacios para presentar la actualidad de una forma más desenfadada, con gran éxito, por cierto, como así lo demuestran los numerosos años que llevan emitiéndose.

Como pueden ver, la tendencia en el mundo y especialmente en Europa es ir a peor. Yo no sé ustedes, pero a estas alturas, siento comunicarles que no estoy preparado para recibir buenas noticias. Después de estos años, mi salud creo que no podría resistir titulares neutros o moderadamente optimistas.

De momento, para ahorrarme imágenes, tiempo y disgustos he considerado la posibilidad de volver a sintonizar el dial de alguna emisora que me permita hacer algo de provecho mientras la escucho. Hecho que compatibilizaré con informativos especiales y ediciones llevadas a cabo por profesionales que se han ganado durante años toda mi admiración y respeto.

José Luis Meléndez. Madrid, 28 de septiembre del 2022. Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

23 de septiembre de 2022

La paz como victoria

No hay mayor victoria que una firma de la paz a tiempo

Vivimos permanentemente amenazados por la mentira. Los orientales dicen que vivimos en un mundo de apariencia (maya) y de ilusiones. Somos por tanto, como especie, capaces de engañarnos nosotros mismos y de arrastrar en “nuestra verdad” a los demás. Lo duro es cuando uno despierta de la mentira y se da cuenta que sigue sin saber dónde está la verdad. Y lo que es más triste, que tampoco están los que se fueron con la suya.

Si hay algo que sabe Putin, en su ambigüedad, es moverse entre la verdad y la mentira. Esta es la  verdadera defensa que en principio utilizó para intimidar al mundo, a sus enemigos imaginarios y para convencer a su pueblo de su decisión tomada de forma unipersonal. El Putin político que mudó hace meses en un Putin militar, más propagandista y ambiguo.

La situación siete meses después ha cambiado. El contraataque ucraniano que ha permitido recuperar miles de kilómetros a los rusos ha supuesto un punto de inflexión y ha despertado los recelos de algunos sectores de la sociedad rusa, que han llegado a cuestionar la estrategia rusa, los fines, el balance de la “operación especial”, los miles de pérdidas humanas, así como los millones de rublos invertidos durante estos meses.

La “operación especial”, se ha convertido para el líder ruso en una operación fatal y fallida. Una operación unipersonal tomada en febrero en aras de una breve, hipotética y contundente solución, en forma de victoria, ha terminado por convertirse en un problema que en la actualidad implica a la sociedad civil por medio de reclutamientos forzosos. De aquella aparente solución rusa, Putin ha conseguido crear un problema global que hoy afecta a millones de personas de todo el mundo, incluidos los ciudadanos de su país.

Los efectos de la propaganda (curioso eufemismo de mentira) putiniana, que no rusa, ha ido perdiendo su efecto como así lo demuestran las primeras y recientes movilizaciones de ciudadanos que ven como la exitosa propaganda llevada a cabo por el magnate, no es consecuente con los resultados en el campo de batalla. Un motivo de desconfianza que ha llevado a cientos de miles de ciudadanos rusos a salir del país.

El problema que tiene ahora Putin es cómo explicar a los rusos, semejante fracaso, después de más de medio año de contienda. Hecho que le llevaría  a perder su cargo y a ver confiscada su ingente fortuna. Puede afirmarse por tanto que Putin es y será víctima de su propia propaganda.

Hasta ahora hemos aprendido del mandamás ruso una cosa. Y es que suele cumplir lo que no dice y lo que dice hay que saber interpretarlo. Porque cuando Putin habla en tercera persona de su país o de su patria, lo que en realidad está haciendo, es hacerlo en primera persona del singular, es decir, de él mismo.

Conviene por tanto prestar atención, tomar las precauciones oportunas y ofrecer una salida digna que salvaguarde su integridad personal y su prestigio profesional tan deteriorado, si lo que se pretende es que a ningún país o al mismísimo planeta le ocurra algún accidente fatal y extraño como a alguno de los magnates más próximos a su persona. Las presiones exteriores con la ampliación de la OTAN y las internas de sus compatriotas, cada vez más frecuentes, son lo suficientemente serias, a la hora de considerar sus preocupantes y catastróficas advertencias.

La templanza  y la actitud defensiva de la OTAN, por el contrario son y han sido hasta la fecha encomiables, pero no es descartable un cambio de actitud en Putin, no solo a  través de una provocación como son los referendos convocados en las zonas conquistadas, sino a través de ataques selectivos a través de los cuales intente comprometer a la Alianza con objeto de tener un motivo que justifique sus acciones posteriores.

El mensaje apocalíptico y nuclear de Putin ha sido contestado por el Presidente Biden: “Las guerras nucleares no las gana nadie, por lo que nunca debieran librarse”. Putin ha perdido la primera parte de la batalla y está a punto de perder su propaganda mediática. Pero la guerra continúa. Y cabe preguntarse si una destrucción mutua o empate, sería para Putin una victoria en el caso de verse acorralado y sin ninguna salida...

El final de una guerra pasa antes por una rendición o una negociación. Putin no está dispuesto a rendirse, pero si a negociar si se le ofrecen propuestas y se abre un proceso de negociación.  Y no hay mayor victoria que una firma de la paz a tiempo. Estados Unidos y China tienen no solo la oportunidad, sino el deber moral, como potencias mundiales que son, implicadas indirectamente en el conflicto, de rebajar la tensión mundial, no solo en Europa, sino en el Pacífico. Un encuentro que disuadiría a Putin de seguir con sus diabólicos planes.

José Luis Meléndez. Madrid, 22 de septiembre del 2022. Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

13 de septiembre de 2022

¡Va por vosotros!

Todo éxito personal tiene algo de colectivo!

Pues sí, la verdad es que se está muriendo mucha gente reconocida socialmente. Todo el mundo se lamenta de las aportaciones que han hecho a la vida pública, cultural y social (sic).

Yo a estas alturas, disculpen mi ignorancia, no sé quien aporta más a la sociedad, si una persona que escribe muchos y buenos libros o las personas que se dedican a salvar vidas, como son los Sanitarios, los Bomberos, o las Fuerzas de Seguridad, por poner un ejemplo de entre otros muchos ciudadanos anónimos que en su día a día realizan proezas que jamás serán conocidas.

Uno de mis héroes anónimos fue el doctor Agra Cadarso, cirujano de la Cruz Roja. Nada más nacer y ante la escasez de facultativos de su especialidad, en una operación a vida o muerte, tuvo la pericia de intervenirme de una doble hernia inguinal con gran éxito para él, pero no mucho menos para mí. Sin aquella intervención hoy no estaría escribiendo estas líneas ni mis reducidos y selectos lectores hubieran llegado a tener constancia de mi azarosa y apasionada existencia.

Sin lugar a dudas, hoy me atrevo a afirmar y reconocer públicamente que gracias a aquel acto, el doctor logró eclipsar y superar todos mis futuros e hipotéticos éxitos vitales. Todo ello si tenemos en cuenta que detrás de cada uno de ellos, existen terceras personas o circunstancias que propiciaron acontecimientos a los que hoy determinadas personas consideran éxitos. Lo cual me lleva a considerar que todo éxito personal tiene algo de colectivo y a la vez a cuestionar ciertos encumbramientos personales. "Nunca perseguí la gloria", decía muy sabia y acertadamente Machado.

En otras palabras, un académico, no hubiera podido llegar a ser tal sin el apoyo de sus lectores, ni una reina se hubiera mantenido en el trono sin la aprobación y el respeto de la mayoría de sus ciudadanos. "Éxitos" que debieran pertenecer a todas las partes que intervienen en dicho proceso y no solo una de ellas.

Uno de mis héroes anónimos fue el doctor Agra Cadarso, cirujano de la Cruz Roja. Nada más nacer y ante la escasez de facultativos de su especialidad, en una operación a vida o muerte, tuvo la pericia de intervenirme de una doble hernia inguinal con gran éxito para él, pero no mucho menos para mi. Sin aquella intervención hoy no estaría escribiendo estas líneas ni mis reducidos y selectos lectores hubieran llegado a tener constancia de mi azarosa y apasionada existencia.

Se da la triste circunstancia pero no menos indignante paradoja que este verano ha muerto personal adscrito al servicio contra incendios, como son un brigadista y el piloto de una avioneta, intentando salvar no solo vidas humanas sino sus casas y sus medios de vida como son sus campos y sus animales. Incluso un pastor intentando salvar la vida de sus ovejas, fracasó en su intento y murió en su impotencia devorado por las llamas.

Nadie los recuerda en sus perfiles después de haber perdido sus vidas. Ni un solo tuit en homenaje a estos héroes anónimos. Y ninguna condolencia pública por parte de las autoridades a todas sus familias.

Miles de ciudadanos europeos en Ucrania han muerto intentando defender su país, las democracias y libertades ucranianas y europeas, pero ¿qué son los seis meses de guerra y la cantidad de personas que han entregado sus vidas en comparación con un académico, una reina, o un escritor conocido y reconocido por no toda, sino determinada parte de la sociedad...?

¿Qué son los libros y los títulos nobiliarios comparados con todas esas vidas, humanas, animales y vegetales? ¿Cuántos libros hay que leer, ojear o tener en una librería para que nos acordemos (más bien nos olvidemos) de las personas de a pié que quizás con menos recursos son capaces de editar con un solo acto una nueva vida? ¿Es la resonancia social de un ciudadano motivo suficiente para despreciar la muerte y con ello la vida de otro paisano? ¿Cuántos días de exequias, homenajes, artículos y reseñas serían necesarios dedicar a estas personas?, me pregunto.

No eran personas públicas, claro. Y sus muertes y sus aportaciones a la sociedad no han merecido por parte de esta, ningún reconocimiento público. Aquí tenéis el mío: ¡va por vosotros!

José Luis Meléndez. Madrid, 13 de septiembre del 2022. Fuente de la imagen: javiramos43 wikimedia.commons.org

3 de septiembre de 2022

El Míster y la Miss

Lo que más me aflige, es que la gente salga el domingo, sin conocer los respectivos nombres de Míster pene y Miss vagina

Define la RAE el  nudismo, como la práctica de mostrarse completamente desnudo en público, especialmente por considerar que la desnudez completa es conveniente para un perfecto equilibrio físico y moral. Existe sin embargo una definición más ajustada que define el nudismo como una concepción filosófica e higiénica de la desnudez, que considera que el cuerpo humano es noble en su totalidad y que el desnudo integral y colectivo, practicado con una ética, esto es, en lugares y circunstancias apropiados, no es nunca obsceno, vergonzante, excitante, penoso o ridículo, sino siempre natural.

Este domingo 4 de septiembre, tendrá lugar como todos los años, en la ciudad de Madrid, concretamente en la piscina de verano del distrito madrileño de Hortaleza, el tercer Día Sin Bañador en lo que va de año, que organiza La Asociación para el Desarrollo del Naturismo (ADN), durante su sesión matinal.

La primera pregunta que le asalta a uno es por qué se presenta el acto como un evento “nudista” y no desnudista. Y la segunda curiosidad es cómo es posible que una asociación naturista, promueva un evento nudista, hecho que ha preferido omitir su Presidente, Ismael Rodrigo. ¿Es la mejor forma de promover el nudismo ocupando piscinas, en lugar de hacerlo por medio de charlas y de encuentros en entornos naturales…?

Expliquemos por tanto las diferencias entre nudismo y naturismo.  Entendemos el nudismo  como  la aceptación del desnudo en colectividad, mientras que el naturismo es una forma de vida en armonía con la naturaleza caracterizada por la práctica de la desnudez en común, ¿Debería por tanto haberse organizado el acto en un lugar natural para de esta forma haber sido fiel a sus orígenes y esencia de ambos movimientos?

Escuchemos las razones que el señor Rodrigo alega para celebrar el acto en una piscina urbana, municipal y pública: “En las piscinas la gente está obligada a ducharse antes de meterse al agua, pero se duchan (más que ducharse se mojan) con el bañador puesto. El bañador impide que el agua llegue a las partes que tapa el bañador”.  

No sé a ustedes pero a mi si me preguntaran ¿se considera usted contestado?, muy amablemente respondería: contestado, si, pero no respondido. Pero sigamos escuchando las recientes declaraciones públicas del señor Rodrigo: “el bañador no sirve para nada, no sirve para lo que su nombre indica (no te baña), el bañador es una prenda absolutamente inútil. No es ropa y no tiene función. Tiene una función de censura e ideológica”.

Después de escuchar semejantes palabras me asalta una curiosidad más: ¿utilizará ropa interior el señor Rodrigo? Y en tal caso: ¿de qué ideología textil estará formada dicha prenda? Yo sin embargo pensaba que el bañador, además de “no bañarme”, ni tener ideología, tenía una función bastante importante, como es la de respetar no solo la libertad, sino la intimidad personal de cada uno.

En sus intentos de justificar sus ocupaciones públicas y desnudistas en recintos o instalaciones deportivas no naturales, don Ismael responde: “para que vean que no hay ningún problema porque se mezcle gente desnuda y vestida” y añade que “vestirse obligatoriamente en todo momento es dañino para el ser humano: la ropa es un buen invento, pero hay veces que es un estorbo”.

Si consideramos que por cada desnudista asisten tres mirones, la resultante es que con ello se contribuye a crear un espectáculo morboso y a prostituir la esencia del nudismo, que en sus orígenes fomentaba la igualdad pero sin mezclas con otros colectivos como son los topless, los mirones, el personal vestido de las instalaciones y los bañistas provistos de sus prendas civilizadas, entre otros.

Cabe recordar que las condiciones para entrar en un campo nudista eran bastante estrictas para evitar así todo visita comercial y pornográfica que se pudiera infiltrar, además de atentar contra la intimidad. Pero como se ve, el señor Rodrigo no es un desnudista integral cuando considera que la ropa es un buen invento, pero a la vez tiene connotaciones ideológicas (sic).

Por no mencionar al personal municipal que trabaja en dichas instalaciones al cual dudo se les haya ofrecido la posibilidad de desempeñar ese día sus funciones de manera voluntaria como nudistas, lo cual constituiría, por añadidura una hipocresía, una discriminación y una falta de consideración y de igualdad según los principios nudistas.

En vista de lo que antecede, me imagino a los nudistas íntegros y consecuentes con sus principios, nada exhibicionistas, que se abstendrán de pagar una entrada, teniendo a su disposición piscinas nudistas tanto públicas como privadas, totalmente exclusivas, en donde pueden ejercer dicha práctica durante todo el año, sin verse posiblemente sometidos a la realización de fotos o vídeos por parte de los mirones, problema que tampoco contempla el Presidente de dicha asociación a la hora de mezclar nudistas, bañistas de topless, trabajadores vestidos, mirones y usuarios con bañador.

Yo particularmente me siento, si no ofendido, si en cierta forma discriminado. Porque antes de ofrecerme el nudismo, no se me ha ofrecido antes la posibilidad de hacer topless masculino, o lo que es lo mismo, la de enseñar solo mis testículos, en lugar de todos mis genitales de golpe, lo cual resta bastante seducción a dicho evento. Aunque me hubiese conformado en su lugar con un concurso para todos los públicos como podría haber sido del bañador más sexy o la toalla más veraniega con algún obsequio o material que fomentase el deporte de la natación más que el postureo de glúteos, pechos y vergas andantes.

Aún así he de reconocer que he llegado a realizar naturismo en la montaña, como ha de ser ser, y que todos los días, antes de la ducha, realizo mi sesión desnudista, todo ello sin necesidad de mezclarme con naturistas que alteran “la naturaleza” del nudismo, algo que parece un tanto contradictorio.

Es posible que el señor Rodrigo “nude” (que no desnude) su cuerpo sin ningún tipo de reparos, pero a la hora de desnudar su alma o lo que es lo mismo, de consumar su desnudo integral, ha incurrido en ciertas contradicciones.

Pero ahora, en estos expectantes momentos, lo único que siento y lo que más me aflige, es que la gente, después de todo el espectáculo, salga el domingo de dichas instalaciones, sin conocer los respectivos nombres de Míster pene y Miss vagina...

José Luis Meléndez. Madrid, 3 de deptiembre del 2022. Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org