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29 de agosto de 2019

La verdadera plaga

No hace falta ir a un laboratorio después de ver la "cagadita” de uno de estos animales para darse cuenta quién es la verdadera plaga y el verdadero problema de este planeta y el de todos sus habitantes

El nuevo equipo del Ayuntamiento de Madrid, ha empezado con pocas ganas de trabajar su nueva andadura. El mes pasado este blog presentó una reclamación al servicio @lineamadrid, por ciertas negligencias, como son la cancelación de hasta cinco avisos cursados en un mismo día, y la desatención de avisos reiterados. Una falta de consideración hacia el ciudadano y hacia la ciudad de Madrid.

En la carta de respuesta que la Directora de Zonas Verdes remite a este blog hace referencia a algunos de los avisos correspondientes a las arquetas taponadas por la basura y los restos depositados en sus rejillas. En lugar de remitir al personal de limpieza para barrer dichas zonas, enviaron al canal de Isabel II, que con toda razón no encontraron ninguna incidencia de su competencia. La Directora además de remitir sus inaceptables disculpas, aconseja ponerse una vez más a este blog a notificar otra vez dichas incidencias, si estas no han sido subsanadas. Como consecuencia de la falta de compromiso, de seriedad y de estas faltas graves y reiteradas, este blog ha suspendido la colaboración que venía manteniendo durante estos años con los anteriores equipos del Consistorio.


Hoy a las 9 de la mañana me he encontrado en la vía pública, competencia del Consistorio, a un animal desvalido que no podía volar. Una paloma urbana. Este ciudadano comprometido con su barrio, con su ciudad, y con el medioambiente ha notificado dicho aviso al servicio municipal 092, según el nuevo protocolo del nuevo equipo. He dejado al animal en casa, he facilitado mi nº de teléfono, y el de la persona encargada de recogerlo, y he vuelto a salir a mi lugar de destino.

En pleno trayecto, la persona encargada de su recepción me ha llamado diciéndome que el servicio 092 perteneciente a la Policía Municipal de Madrid, le ha notificado que: “solo recoge especies protegidas” (sic). En otras palabras, dicho servicio, sin preguntar si se trababa de una paloma urbana o torcaz (esta última según los agentes si está protegida), se ha negado a atender la petición del presente ciudadano, y se ha desentendido del animal que estaba en una situación de invalidez lamentable. A continuación se le ha facilitado un teléfono correspondiente a una ONG ubicada en las afueras de la ciudad, a la cual había que llevar al animal. De esta forma el Consistorio ha intentado externalizar de una forma gratuita, a costa del tiempo y del coste del transporte del ciudadano, las competencias que tenía hasta la fecha. Este es el nuevo entusiasmo con el cual entra el nuevo equipo a atender, colaborar y solucionar los problemas que los vecinos más comprometidos le ofrecen y facilitan al Ayuntamiento de Madrid.

Como consecuencia de esta negativa, merced al nuevo organigrama del excelentísimo alcalde, y de su nuevo y pésimo procedimiento, he interrumpido mis quehaceres y he vuelto a casa. Una vez he llegado, me he puesto en contacto con la Unidad de Medioambiente del Ayuntamiento de Madrid, a la cual me une un gran afecto como se demuestra en el poema dedicado a dicha Unidad en mi primera obra "Versos Arrimados”, y con la cual se han atendido siempre a todas las especies, incluidas palomas urbanas y la cual no tiene nada que ver en este asunto, y he expuesto la negativa de este aviso.


El agente después de poner en conocimiento el caso con su superior, a los cuales he trasladado mi agradecimiento, ha tomado nota y se ha procedido al envío de un coche patrulla. Un coche patrulla de venida que se transforma en ambulancia cuando de ida lleva animales heridos a los distintos centros de aves. Entretanto, y como de costumbre he salido en busca de una caja de cartón y la he habilitado mientras los agentes llegaban. Al cabo de una media hora después de hablar con los agentes y de agradecerles su atención se han llevado al animal, asegurando que se trataba de una paloma torcaz (para mí que era una paloma urbana).

Las palomas urbanas según muchos ayuntamientos, son unos animalitos despreciables porque hacen unas "cagaditas" que son muy difíciles de limpiar, salen muy caras, y porque comen la mierda que la especie humana en lugar de tirar a los contenedores dejan en el exterior. Y porque las empresas de limpieza que contratan los ayuntamientos no pasan con la debida frecuencia. Esa es la Fake news que circula desde hace años por toda España, y muchos aún se creen. En resumidas cuentas, si los distintos ayuntamientos y sus respectivos ciudadanos fueran lo suficientemente limpios, no existirían animales que transmitieran enfermedades.

"Las cagaditas" que hace el ser humano, a diferencia de estos inocentes animales, se caracterizan por su conocimiento de causa y por su magnitud. He rescatado varios ejemplares de esta especie y a diferencia de mis relaciones humanas, nunca he sido contaminado. Un miembro de esta especie puede quemar en apenas unas horas la mitad del Amazonas, contaminar con plásticos la totalidad de sus mares, y de su aire, perjudicando a diferencia de las palomas a todas las especies del planeta, o saltarse los procedimientos sanitarios de una cadena alimenticia y jugar con la salud de todos los consumidores. Unas "cagaditas" como se ve que al contrario que las de las palomas urbanas tardan decenas de años en recuperar su anterior estado.

No hace falta ir a un laboratorio después de ver la "cagadita" de uno de estos animales. Basta compararla con la mierda ingente y creciente que el ser humano lanza contra sus semejantes de una forma indiscriminada, incluida a las palomas, para darse cuenta quién es la verdadera plaga y el verdadero problema de este planeta y el de todos sus habitantes.

¿Merecemos por ello y por la misma regla de tres, dejar de ser atendidos por los organismos públicos?

José Luis Meléndez. Madrid, 29 de agosto del 2019

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