Ahora es el momento de ponerse al servicio de la nación y de fomentar el espíritu de unidad
El sentido de Estado no está para hacer postureo, sino para ejercerlo cuando las circunstancias lo requieren. Los ciudadanos no entienden como la oposición formada por el Partido Popular y Ciudadanos, centrada durante meses de manera exclusiva en el tema catalán, ahora no sea capaz de actuar con la coherencia y la altura de miras que los españoles desean, a la hora de posibilitar un gobierno por medio de una abstención en la sesión de investidura. De esta forma el gobierno de Sánchez no se vería en la tesitura de recurrir al apoyo de otras fuerzas. Después de tantas promesas, de tanto dinero y tanto tiempo y energía, los españoles ven como algunas fuerzas priman sus posiciones de partido sobre los intereses generales que afectan a todos los ciudadanos.
Ahora es el momento de sacar la bandera de España y de ponerse al servicio de la nación y de fomentar el espíritu de unidad que la derecha ha reivindicado de una manera insistente, obsesiva, y casi enfermiza durante estos años. Ha llegado la hora de la verdad. Medios internacionales como The economist, fundadores de partidos de Ciudadanos como Francesc Carreras, Garicano o Artadi; Presidentes europeos y liberales como Macron, o incluso algún expresidente español como Mariano Rajoy, ven en este bloqueo institucional una gran irresponsabilidad y una gran falta de sentido de Estado.
Todo hombre de Estado es por naturaleza un constitucionalista al que no le hace falta autoproclamarse de una forma repetitiva como tal. Porque la coherencia de sus palabras y de sus actos le definen por sí mismo. Sin embargo un constitucionalista que necesita autodefinir públicamente su condición, levanta cuanto menos ciertas sospechas, cuando llega la hora de la verdad, y para defender supuestamente la constitución y el interés general, bloquea la salvaguarda de ambos.
La insistencia ministerial de Podemos con objeto de entrar en el Consejo de Ministros en medio de una crisis interna que aún no ha cerrado, supondría un riesgo de contagio para el Psoe. Máxime cuando la fórmula anterior de colaboración ha sido tan satisfactoria. Con ello el ejecutivo de Sánchez quedaría atado de pies y de manos, a la hora de tender la mano a otras fuerzas, y de llegar a otro tipo de acuerdos. La elección de personas independientes sería por tanto una solución que simplificaría dicho escollo, y posibilitaría la continuidad de las negociaciones a otros niveles.
El hipotético y probable escenario de unas nuevas elecciones sería muy mal visto por los ciudadanos, favorecería al bipartidismo, con una clara tendencia alcista, y penalizaría a las fuerzas que han vuelto a optar por el bloqueo institucional a la hora de formar un gobierno. ¿Qué oposición firme piensa realizar un partido que no va a permitir la formación de un gobierno? Si el Psoe que demostró su sentido de Estado al señor Rajoy absteniéndose fue capaz en su momento de facilitar un gobierno a los españoles, el señor Casado tiene la oportunidad de demostrar ante los españoles ese mismo sentido.
Si los socialistas le ofrecen un pacto de Estado al señor Rivera para que se abstenga y permita un gobierno, habiendo pactado con Vox, éste último no debiera negarle el apoyo a su investidura por el mero hecho de haberse votado a sí mismos en Navarra, para permitir el gobierno del Ayuntamiento conservador a través de Navarra Suma, entre los que se encuentra Ciudadanos.
Es un error de gran magnitud comparar o extrapolar la situación de una Comunidad Autónoma al de una “emergencia nacional”, como es la formación de un gobierno que empiece a trabajar por los problemas de los españoles. Porque desde un gobierno nacional y constitucionalista se pueden garantizar como ya se ha demostrado, las políticas que las autonomías ejercen, dentro de un marco constitucional. Una labor a la que se niegaa tanto el Partido Popular como Ciudadanos.
Los mismos que en la oposición reclamaban unidad y sentido de Estado, son los que ahora esconden su mano, anteponiendo los intereses de su electorado a los de todos los españoles. Quedan pocos días para que los españoles comprueben si la nueva política tiene el mismo sentido de Estado que la vieja y sabia política ya tuvo y practicó a su debido tiempo, en aras de España y de los españoles.
José Luis Meléndez. Madrid, 21 de junio del 2019
Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org
El sentido de Estado no está para hacer postureo, sino para ejercerlo cuando las circunstancias lo requieren. Los ciudadanos no entienden como la oposición formada por el Partido Popular y Ciudadanos, centrada durante meses de manera exclusiva en el tema catalán, ahora no sea capaz de actuar con la coherencia y la altura de miras que los españoles desean, a la hora de posibilitar un gobierno por medio de una abstención en la sesión de investidura. De esta forma el gobierno de Sánchez no se vería en la tesitura de recurrir al apoyo de otras fuerzas. Después de tantas promesas, de tanto dinero y tanto tiempo y energía, los españoles ven como algunas fuerzas priman sus posiciones de partido sobre los intereses generales que afectan a todos los ciudadanos.
Ahora es el momento de sacar la bandera de España y de ponerse al servicio de la nación y de fomentar el espíritu de unidad que la derecha ha reivindicado de una manera insistente, obsesiva, y casi enfermiza durante estos años. Ha llegado la hora de la verdad. Medios internacionales como The economist, fundadores de partidos de Ciudadanos como Francesc Carreras, Garicano o Artadi; Presidentes europeos y liberales como Macron, o incluso algún expresidente español como Mariano Rajoy, ven en este bloqueo institucional una gran irresponsabilidad y una gran falta de sentido de Estado.
Todo hombre de Estado es por naturaleza un constitucionalista al que no le hace falta autoproclamarse de una forma repetitiva como tal. Porque la coherencia de sus palabras y de sus actos le definen por sí mismo. Sin embargo un constitucionalista que necesita autodefinir públicamente su condición, levanta cuanto menos ciertas sospechas, cuando llega la hora de la verdad, y para defender supuestamente la constitución y el interés general, bloquea la salvaguarda de ambos.
La insistencia ministerial de Podemos con objeto de entrar en el Consejo de Ministros en medio de una crisis interna que aún no ha cerrado, supondría un riesgo de contagio para el Psoe. Máxime cuando la fórmula anterior de colaboración ha sido tan satisfactoria. Con ello el ejecutivo de Sánchez quedaría atado de pies y de manos, a la hora de tender la mano a otras fuerzas, y de llegar a otro tipo de acuerdos. La elección de personas independientes sería por tanto una solución que simplificaría dicho escollo, y posibilitaría la continuidad de las negociaciones a otros niveles.
El hipotético y probable escenario de unas nuevas elecciones sería muy mal visto por los ciudadanos, favorecería al bipartidismo, con una clara tendencia alcista, y penalizaría a las fuerzas que han vuelto a optar por el bloqueo institucional a la hora de formar un gobierno. ¿Qué oposición firme piensa realizar un partido que no va a permitir la formación de un gobierno? Si el Psoe que demostró su sentido de Estado al señor Rajoy absteniéndose fue capaz en su momento de facilitar un gobierno a los españoles, el señor Casado tiene la oportunidad de demostrar ante los españoles ese mismo sentido.
Si los socialistas le ofrecen un pacto de Estado al señor Rivera para que se abstenga y permita un gobierno, habiendo pactado con Vox, éste último no debiera negarle el apoyo a su investidura por el mero hecho de haberse votado a sí mismos en Navarra, para permitir el gobierno del Ayuntamiento conservador a través de Navarra Suma, entre los que se encuentra Ciudadanos.
Es un error de gran magnitud comparar o extrapolar la situación de una Comunidad Autónoma al de una “emergencia nacional”, como es la formación de un gobierno que empiece a trabajar por los problemas de los españoles. Porque desde un gobierno nacional y constitucionalista se pueden garantizar como ya se ha demostrado, las políticas que las autonomías ejercen, dentro de un marco constitucional. Una labor a la que se niegaa tanto el Partido Popular como Ciudadanos.
Los mismos que en la oposición reclamaban unidad y sentido de Estado, son los que ahora esconden su mano, anteponiendo los intereses de su electorado a los de todos los españoles. Quedan pocos días para que los españoles comprueben si la nueva política tiene el mismo sentido de Estado que la vieja y sabia política ya tuvo y practicó a su debido tiempo, en aras de España y de los españoles.
José Luis Meléndez. Madrid, 21 de junio del 2019
Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org
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