Si hay algo que han aprendido los ciudadanos en esta (aún) larga etapa de recortes, ha sido a restar
Si hay algo que han aprendido los ciudadanos en esta (aún) larga etapa de recortes, ha sido a restar. Y es que el cálculo matemático ha pasado a convertirse en una operación de subsistencia para un gran número de familias españolas.
Un asunto del que el gobierno parece no haber caído en la “cuenta” (valga la redundancia). Porque decirles a los asalariados y a los jubilados que sus sueldos y pensiones no han perdido valor adquisitivo, con una inflación del 2,5%, y una insignificante subida del 0,25%, supone cuanto menos faltar a la inteligencia de millones de personas trabajadoras y honradas que contribuyen y han contribuido durante toda su vida al desarrollo del país. Máxime cuando la clase política se ha aplicado subidas casi siete veces superiores para este año (un 1,5%), teniendo en cuenta los sueldos que cobran.
Personas sin las cuales el sistema social hubiera quebrado, ya que de muchas de esas pensiones se cubren partidas sociales que el gobierno ha dejado de aportar a la sociedad, a pesar de que el ejecutivo no se cansa de sacar pecho de los buenos datos económicos. Unos ingresos que recauda el Estado, y que al parecer los ciudadanos aún no se merecen, después de un decenio (se dice pronto), de crisis y recortes.
Se ruega por lo tanto a sus señorías que incluyan entre sus grandes preocupaciones las medio verdades (por ser más numerosas), a la hora de tratar las Fake news (noticias falsas), anglicismo que algún académico español de la RAE, prefiere utilizar, al de falsas noticias (sic), con objeto de no caer en un populismo y popularismo más hiriente y anunciador de falsos hechos (false facts).
Conviene recordar que ya en el año 2016, los pensionistas perdieron (eufemismo de “arrebataron”), poder adquisitivo. Entonces se les subió un 0,25% cuando el IPC lo hizo ese año un 0,96%. Los pensionistas han salido a la calle porque los políticos aún no están acostumbrados a pisarla con la misma frecuencia con la que pisan el suelo de sus despachos enmoquetados. Y mucho menos a hablar con los ciudadanos, con la misma frecuencia con la que lo hacen entre ellos. Es de entender por tanto que algunos parlamentarios de la bancada azul, hayan calificado de electoralistas en lugar de realistas, justas, democráticas y constitucionales dichas manifestaciones.
Los manifestantes han conseguido que el tema se aborde en un pleno monográfico. Y Rajoy como era de esperar no ha sorprendido a propios ni a extraños, cuando ha ligado la subida de las pensiones mínimas y de viudedad, a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. La misma fórmula que utilizó en 2.017 al vincular la subida del 20% del salario mínimo a que la economía crezca hasta el año 2020 a un ritmo del 2,5%. Medidas aprobadas por el ejecutivo, las patronales, y los sindicatos…
“Los recursos son limitados y no podemos gastar lo que no tenemos, porque eso fue lo que hundió el país”, ha puntualizado una vez más el Presidente a los ciudadanos. Cita que curiosamente se le debió olvidar recordar y dejar meridianamente clara en su día a los corruptos del país, a los amnistiados fiscales, a los de su partido, y actualmente a algunos ministerios generosos a la hora de rescatar autopistas por valor de 1.000 millones, la de aumentar la partida en defensa hasta los 18.000 millones de euros (compromiso adquirido por el Gobierno con la OTAN hasta el año 2024), o la adquisición de nuevos submarinos por importe de 2.000 millones de euros.
Los recursos no serían tan limitados, si el gobierno solicitase un préstamo para rescatar a las personas, igual que en su día lo hizo para rescatar bancos. O si pusiese el mismo interés y los mismos ánimos que hace poco empleó amparado en la Constitución para rescatar un territorio a través del artículo 155.
El sistema seguirá obsoleto y fallido mientras no se lleven a cabo las reformas estructurales que ya se deberían haber emprendido por parte de todos los gobiernos, sentándose en la mesa de los Pactos de Toledo. Para ello será necesario adoptar medidas como la derogación de la reforma laboral, la cual impide con sus contratos precarios la financiación de un sistema público de pensiones. Del modo será necesario un mayor control del fraude fiscal, y un mayor reparto de la riqueza a través de una reforma fiscal en la que las rentas del capital y las del trabajo sean más equitativas, como la de nuestros vecinos franceses y alemanes. Más si se tiene en cuenta que el número de millonarios en España creció un 15% más en 2017 (428.000 personas tienen un valor superior al millón de euros, 58.000 más que en 2016). Asimismo será necesario y urgente establecer incentivos a la natalidad y recuperar masa productiva. Para ello se debería ofrecer a través de una operación retorno unas condiciones atractivas para que los españoles que en su día dejaron España.
El pasado viernes 16 de marzo el mundo celebró el Día Mundial del Sueño, un tema relativo a la salud de los ciudadanos, que no suele estar entre los temas preferidos de sus señorías. El estudio elaborado por la OCU, revela que los españoles dormimos poco y mal. Entre las principales causas de dichas alteraciones se encuentran los problemas en el trabajo (21%), los problemas psicológicos (20%), y los problemas económicos (14%), entre otros motivos relacionados con hábitos cotidianos poco o nada recomendables.
La ONU por su parte ha presentado el día 14 de marzo en el Vaticano, su tradicional Informe Mundial de la Felicidad 2018, el cual muestra como España ha caído dos puestos en el ranking de países, lo cual constata que los españoles son menos felices que antes.
El año 2019 será un año electoral. Entonces los españoles que lo estimen oportuno, podrán obrar en consecuencia y condicionar y vincular su voto a otras formaciones, hasta que no se recupere la tasa de bienestar perdida por los ciudadanos, como consecuencia de las políticas nefastas llevadas a cabo por el gobierno de Rajoy.
José Luis Meléndez. Madrid, 17 de marzo del 2018
Fuente de la imagen: commons.wikimedia.org
Si hay algo que han aprendido los ciudadanos en esta (aún) larga etapa de recortes, ha sido a restar. Y es que el cálculo matemático ha pasado a convertirse en una operación de subsistencia para un gran número de familias españolas.
Un asunto del que el gobierno parece no haber caído en la “cuenta” (valga la redundancia). Porque decirles a los asalariados y a los jubilados que sus sueldos y pensiones no han perdido valor adquisitivo, con una inflación del 2,5%, y una insignificante subida del 0,25%, supone cuanto menos faltar a la inteligencia de millones de personas trabajadoras y honradas que contribuyen y han contribuido durante toda su vida al desarrollo del país. Máxime cuando la clase política se ha aplicado subidas casi siete veces superiores para este año (un 1,5%), teniendo en cuenta los sueldos que cobran.
Personas sin las cuales el sistema social hubiera quebrado, ya que de muchas de esas pensiones se cubren partidas sociales que el gobierno ha dejado de aportar a la sociedad, a pesar de que el ejecutivo no se cansa de sacar pecho de los buenos datos económicos. Unos ingresos que recauda el Estado, y que al parecer los ciudadanos aún no se merecen, después de un decenio (se dice pronto), de crisis y recortes.
Se ruega por lo tanto a sus señorías que incluyan entre sus grandes preocupaciones las medio verdades (por ser más numerosas), a la hora de tratar las Fake news (noticias falsas), anglicismo que algún académico español de la RAE, prefiere utilizar, al de falsas noticias (sic), con objeto de no caer en un populismo y popularismo más hiriente y anunciador de falsos hechos (false facts).
Conviene recordar que ya en el año 2016, los pensionistas perdieron (eufemismo de “arrebataron”), poder adquisitivo. Entonces se les subió un 0,25% cuando el IPC lo hizo ese año un 0,96%. Los pensionistas han salido a la calle porque los políticos aún no están acostumbrados a pisarla con la misma frecuencia con la que pisan el suelo de sus despachos enmoquetados. Y mucho menos a hablar con los ciudadanos, con la misma frecuencia con la que lo hacen entre ellos. Es de entender por tanto que algunos parlamentarios de la bancada azul, hayan calificado de electoralistas en lugar de realistas, justas, democráticas y constitucionales dichas manifestaciones.
Los manifestantes han conseguido que el tema se aborde en un pleno monográfico. Y Rajoy como era de esperar no ha sorprendido a propios ni a extraños, cuando ha ligado la subida de las pensiones mínimas y de viudedad, a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. La misma fórmula que utilizó en 2.017 al vincular la subida del 20% del salario mínimo a que la economía crezca hasta el año 2020 a un ritmo del 2,5%. Medidas aprobadas por el ejecutivo, las patronales, y los sindicatos…
“Los recursos son limitados y no podemos gastar lo que no tenemos, porque eso fue lo que hundió el país”, ha puntualizado una vez más el Presidente a los ciudadanos. Cita que curiosamente se le debió olvidar recordar y dejar meridianamente clara en su día a los corruptos del país, a los amnistiados fiscales, a los de su partido, y actualmente a algunos ministerios generosos a la hora de rescatar autopistas por valor de 1.000 millones, la de aumentar la partida en defensa hasta los 18.000 millones de euros (compromiso adquirido por el Gobierno con la OTAN hasta el año 2024), o la adquisición de nuevos submarinos por importe de 2.000 millones de euros.
Los recursos no serían tan limitados, si el gobierno solicitase un préstamo para rescatar a las personas, igual que en su día lo hizo para rescatar bancos. O si pusiese el mismo interés y los mismos ánimos que hace poco empleó amparado en la Constitución para rescatar un territorio a través del artículo 155.
El sistema seguirá obsoleto y fallido mientras no se lleven a cabo las reformas estructurales que ya se deberían haber emprendido por parte de todos los gobiernos, sentándose en la mesa de los Pactos de Toledo. Para ello será necesario adoptar medidas como la derogación de la reforma laboral, la cual impide con sus contratos precarios la financiación de un sistema público de pensiones. Del modo será necesario un mayor control del fraude fiscal, y un mayor reparto de la riqueza a través de una reforma fiscal en la que las rentas del capital y las del trabajo sean más equitativas, como la de nuestros vecinos franceses y alemanes. Más si se tiene en cuenta que el número de millonarios en España creció un 15% más en 2017 (428.000 personas tienen un valor superior al millón de euros, 58.000 más que en 2016). Asimismo será necesario y urgente establecer incentivos a la natalidad y recuperar masa productiva. Para ello se debería ofrecer a través de una operación retorno unas condiciones atractivas para que los españoles que en su día dejaron España.
El pasado viernes 16 de marzo el mundo celebró el Día Mundial del Sueño, un tema relativo a la salud de los ciudadanos, que no suele estar entre los temas preferidos de sus señorías. El estudio elaborado por la OCU, revela que los españoles dormimos poco y mal. Entre las principales causas de dichas alteraciones se encuentran los problemas en el trabajo (21%), los problemas psicológicos (20%), y los problemas económicos (14%), entre otros motivos relacionados con hábitos cotidianos poco o nada recomendables.
La ONU por su parte ha presentado el día 14 de marzo en el Vaticano, su tradicional Informe Mundial de la Felicidad 2018, el cual muestra como España ha caído dos puestos en el ranking de países, lo cual constata que los españoles son menos felices que antes.
El año 2019 será un año electoral. Entonces los españoles que lo estimen oportuno, podrán obrar en consecuencia y condicionar y vincular su voto a otras formaciones, hasta que no se recupere la tasa de bienestar perdida por los ciudadanos, como consecuencia de las políticas nefastas llevadas a cabo por el gobierno de Rajoy.
José Luis Meléndez. Madrid, 17 de marzo del 2018
Fuente de la imagen: commons.wikimedia.org
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