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20 de septiembre de 2017

Propiedad animal

Desde que los animales pueblan la tierra, el hombre se ha apropiado de las imágenes, de los sonidos, y de las conversaciones privadas de todas las criaturas

En el año 2011, el fotógrafo de The Guardian, David Slater, visitó la reserva de macacos crestados de Tangkoko, situada en Sulawesi, una isla de Indonesia. Durante tres días Slater intentó retratar a algunos de estos ejemplares. No le fue posible. Los animales, según sus propias palabras se sentían incómodos. Decide entonces cambiar de estrategia, activa el autofoco de su cámara, la deja en un lugar visible, y se aparta, en espera de que los macacos se acerquen e inmortalicen su propia imagen. Cuando Slater regresa a su trípode, y comprueba su cámara, se lleva una grata sorpresa: una hembra de nombre Naruto, había conseguido disparar el dispositivo, y se había hecho un selfie (ver imagen), muy posiblemente después de observar a Slater durante días.

El caso generó entonces un debate internacional, sobre la propiedad intelectual de la instantánea. La imagen fue publicada en el libro Wordlife personalities en el año 2014, y más tarde en distintos blogs y webs como Wikipedia. El fotógrafo solicitó su retirada, pero los presuntos infractores se negaron, alegando que al ser el mono el que había realizado la foto, esta pertenecía al dominio público.

Lo que no se esperaba Slater era que PETA (asociación internacional animalista), se personara para reivindicar la autoría del mono sobre la imagen. La oficina de Copyright de EEUU, sentenció en 2016, que los animales carecían de derechos de autor, pero PETA, recurrió la sentencia. Gracias a este recurso, y antes del juicio, el 11 de septiembre, el fotógrafo y PETA, han llegado a un acuerdo: el 25% de los futuros ingresos que genere la foto, serán donados a Naruto y a sus compañeros. Un precedente que supone un importante avance en los derechos de los animales, al reconocerse un derecho compartido entre especies.

La legislación humana no reconoce el derecho de propiedad intelectual animal, lo cual no implica que las distintas especies carezcan de sus respectivas propiedades intelectuales. Los animales, al igual que los humanos, son seres creadores: construyen sus casas, cantan sus repertorios amorosos, y son capaces de resolver gracias a su inteligencia natural y/o genética sus necesidades diarias.

Desde que los animales pueblan la tierra, el hombre se ha apropiado de las imágenes, de los sonidos, y de las conversaciones privadas de todas las criaturas. Lo ha hecho, y aun hoy lo sigue haciendo sin su consentimiento, de una forma injusta e inmoral.
Naruto, no solo logró apretar el botón de una cámara y autoretratarse. Ha despertado del sueño a muchas conciencias. Lo ha hecho como una persona no humana que es. ¿Qué humano con un mínimo de sensibilidad, se resiste a este tierno y sabio gesto…?

José Luis Meléndez. Madrid, 19 de septiembre del 2017
Fuente de la imagen: wikipedia.org

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