Traductor

17 de septiembre de 2015

A Rompe-suelas

A nadie le rompiste la suela, pero sí a muchos el corazón

Bienvenidos al siglo veintiuno. Tordesillas, provincia de Valladolid, Reino de España. Dos helicópteros, doscientos efectivos de las fuerzas de seguridad del Estado, medio centenar de Lancerus Pitecántropus, a la caza de "cultura", un pueblo enfrentado, y un país indignado, herido y avergonzado por las brutales imágenes de la prensa nacional e internacional. Un espectáculo en el que el resultado final ha sido anulado. Una bonita ofrenda para la Virgen de la Peña, patrona de las fiestas de dicha localidad ("cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo").

¿Están preparados para subir a este caballo, y recorrer La Vega? Una advertencia: antes que nada, átense bien los machos. Van a realizar el viaje más largo de su vida, es decir al Paleolítico. Qué digo yo al paleolítico. Nuestros antepasados de entonces, no hacían de esto un espectáculo, y mucho menos un “festejo”. Cazaban por necesidad.

Intentemos para empezar adentrarnos en la gruta craneal de algún nobel escritor, y de otros tantos intelectualoides de boina negra calada, y reluciente sesera. Algunas de estas deslumbrantes conciencias, han alcanzado tal grado de evolución, que pueden llegar a herir (de manera involuntaria), la sensibilidad cognitiva de muchos de sus lectores, cuando aseguran que el toro bravo es un animal muy querido (casi amado) en este país con forma de morlaco (qué casualidad), llamado España.

Menos mal que la naturaleza, madre intelectual por antonomasia, ha dotado a la mayoría sesuda restante, de facultades adicionales, y antes de sentarse a escribir, o de levantarse a la hora de hablar, no solo piensan, sino que sienten lo que dicen. ¿Justifica este razonamiento que los presos de Guantánamo, por muy bien que sean tratados, y estén alimentados no se les deba evitar la tortura y la pena de muerte?

“El animal no sufre”, ha afirmado el alcalde socialista de la localidad de Tordesillas, D. José Antonio González Poncela. Un motivo suficiente para seguir torturando animales, hiriendo a la vez la sensibilidad de una mayoría de españoles (no Tordesillanos), que se sienten avergonzados de vivir en un país con este tipo de espectáculos Torquemadescos (en la Santa Inquisición eran frecuentes las torturas por pensar diferente).

Por este motivo, un día antes de la “celebración” del evento, la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia (AVATMA), ha remitido un informe científico al alcalde de Tordesillas, titulado “El Toro de La Vega SI sufre”. El Presidente de dicha asociación, D. José Zaldívar, expone el “intenso padecimiento” que sufrirá Rompe- Suelas. Y añade: "el animal comenzará a soportar estrés, miedo y angustia desde el mismo momento que sea separado de su manada en la ganadería" y que "éstos se acentuarán con las terribles condiciones del transporte (a oscuras, sin posibilidad de moverse, tumbarse ni darse la vuelta, sin descansos, sin ser alimentado y sin acceso al agua de bebida), que le provocarán un enorme sufrimiento y pérdidas de peso que pueden alcanzar hasta los 50 kg".

Zaldívar prosigue con su explicación dirigida a el alcalde impasible al dolor: "una vez Rompe Suelas sea liberado de su encierro para recorrer el tramo hasta donde será alanceado, se le va a exigir un enorme ejercicio físico para el que un rumiante no está preparado, provocando lo que en medicina y veterinaria se conoce como acidosis metabólica, claro marcador de sufrimiento en los bóvidos".

Y por último explica el trágico y cruento final que tendrá Rompe-Suelas, el cual califican de “"especialmente cruento, ya que la acción de las lanzas le causará profusas hemorragias, traumatismos y empeoramiento de la deshidratación que ya padecerá al final del espectáculo". Y además ha señalado que "la puntilla, el método que se utiliza para rematarlo, no provoca la muerte instantánea, y está prohibida en todos los mataderos de la Unión Europea, hace muchos años por considerarse un método cruel de dar muerte a un animal".

Se preguntarán ustedes: ¿Pero de verdad le es tan difícil a un político, o lo que es lo mismo, a un representante público, distinguir desde el lugar de los hechos, lo que es sufrimiento de lo que no? ¿Será necesario un segundo tema titulado “La tortura”, para enseñarle a distinguir que es y no tortura? ¿Es el cerebro de algunos políticos, de la misma morfología que el de sus semejantes? Interesante pregunta. Según investigaciones de La Pluma en Ristre, quizás en un futuro no muy lejano, podría llegar a demostrarse la siguiente teoría: algunos políticos, a diferencia del resto de los mortales, podrían estar dotados de un área adicional en su masa encefálica: la zona de las promesas.

Hace un año, el Secretario General de los socialistas, Pedro Sánchez, realizó una llamada en directo al programa Sálvame, que conduce Jorge Javier Vázquez. El Señor Sánchez se comprometió públicamente a emprender una iniciativa legislativa, para poner fin al Toro de La Vega. La promesa duró veinticuatro horas. Tras conversación al día siguiente en la cadena COPE, el señor Sánchez donde dijo digo, quiso decir Diego. La culpa es de la vocal “e”. ¿Se dan cuenta de los desaguisados que puede causar una sola letra a nivel nacional?

Trescientos sesenta y cinco días después, a escasas horas antes de la ejecución pública de Rompe Suelas, el Secretario General del PSOE, incapaz de haber convencido a su compañero y alcalde, a pesar de mostrarse públicamente “avergonzado”, ha utilizado el evento de una manera partidaria y electoralista, al decir que cuando sea Presidente del gobierno, promulgará una Ley Nacional de Protección Animal (LNPA). Pero no ha sido el único. Horas después, el portavoz de su grupo parlamentario, Antonio Hernando, ha enfatizado, quizás con la intención de dotar de mayor credibilidad las palabras de su Secretario General lo siguiente: “Este es el último Toro de La Vega”.

“Herido está de muerte, el pueblo que con sangre se divierte”

¿Qué haremos no solo los animalistas, sino los millones de personas amantes de la vida (cualquiera que sea su especie), cuando recibamos entonces las distintas propuestas electorales? ¿Nos conformaremos con las palabras señuelo: “derecho de los animales”, en los programas electorales, o nos fijaremos en los partidos y asociaciones animalistas, que durante toda la legislatura han pateado la calle, y se han jugado el tipo, de forma desinteresada, en defensa de los más indefensos, y de una España más civilizada y Europea? ¿Votaremos y mantendremos a unos políticos que permanecerán encerrados y sentados en sus escaños, que dicen representarnos, y que después de presentar un programa nacional A (ropa limpia), aplicarán un programa internacional B (sintéticos)? Disculpen, tienen razón, el proceso es mucho más serio que el simple centrifugado de una lavadora. A diferencia de esta, el programa de “aclarado” de ideas conviene hacerlo antes que el lavado.

Lo he pensado mejor. Después de este alto en el camino, es conveniente que se bajen del caballo, estiren las piernas, y tomen un poco de agua. Entiéndanlo. Las siguientes preguntas que les voy a formular, tienen cierto riesgo de caída, y mi admiración hacia ustedes y su vida, va mucho más allá que la de fieles lectores. ¿Están preparados? Ahí van:

- ¿Por qué si el PSOE tiene la seguridad que va a salir su candidato de Presidente, tiene la intención de convocar a escasas horas después de dicho evento un referéndum sobre la tortura en Tordesillas?
- ¿Concuerdan sus palabras con los hechos? ¿Por qué convocan este referéndum antes, y no después del escarnio público?
- ¿Cómo se atreven a seguir cuestionando el maltrato animal en dicha localidad, ante un resultado desfavorable?
- ¿Son estas medidas realmente las de un partido que se considera progresista, cuando ampara un torneo conservador y tradicional que hiere la dignidad española de una inmensa mayoría de ciudadanos que se sienten avergonzados al mirar la bandera que hace meses enarbolaba su líder?

Vayamos ahora al descampado de los datos. Aquí es donde asesinó a Rompe-Suelas el pelotón de la muerte. Guardemos en su memoria cinco minutos de silencio. Está bien, ahora mientras regresemos a nuestras casas, vamos a hablar más que de cifras, de mayorías aplastantes. A principios del mes de septiembre, el Partido Animalista contra el Maltrato Animal (PACMA), entrego personalmente en la sede central socialista ciento veinte mil firmas, exigiendo al líder socialista la desautorización de eventos de este tipo en los municipios en donde el PSOE gobierna en la actualidad. El líder del PSOE, dejó claro que no impondría el ordeno y mando en el caso del Toro de la Vega, escudándose en sus "autonomías municipales". Y ¿Cuántos habitantes tiene Tordesillas?, se preguntarán ustedes. Respuesta: 8.973 habitantes, según datos de 2014. Mayoría absoluta española, en comparación con la de toda la población española.

El Partido Popular, va a cumplir la legislatura sin aprobar una Ley de Protección Animal. Y en asuntos como Cataluña, el gobierno saca a relucir los artículos de la Constitución, no así los derechos básicos que dicha carta propugna, como son el derecho al trabajo, a la vivienda, a la salud, y a la vida. ¿Por qué entonces tendrían que votar en Tordesillas solo los Tordesillanos y no el resto de españoles que se ven afectados por este espectáculo (Marca España)?

Conviene antes de terminar, recordar un par de datos: hasta el franquismo abolió el Toro de La Vega, para gloria del bipartidismo, y vergüenza de España. Y no fue un don nadie, sino el insigne escritor Juan Ramón Jiménez, autor de Platero y yo, el autor de la siguiente cita: “Herido está de muerte, el pueblo que con sangre se divierte”. A nadie le rompiste la suela, pero sí a muchos el corazón. Hasta siempre, amigo. Descansa en paz.

José Luis Meléndez. Madrid, 17 de septiembre del 2015
Fuente de la imagen: Pacma.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario