La honestidad, es uno de los valores fundamentales del individuo
“To be or not to be, that is the question”. La honestidad, es uno de los valores fundamentales del individuo. La autenticidad de la persona, debiera ser proporcional, a la responsabilidad del cargo, que esta ocupa en la sociedad. El incumplimiento de esta sabia máxima, atribuida a Shakespeare, es y ha sido, uno de las graves carencias de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial.
La fidelidad a los principios, empieza por uno mismo. Los valores, de hace una generación, han pasado a un segundo plano. El ciudadano se ha cansado de ser, y elude ser etiquetado. El compromiso y esfuerzo que adquiere uno al definirse, y el miedo al rechazo, a la hora de declarar públicamente sus principios, nos han conducido a la hora de relacionarnos, a una expresividad enmascarada.
Esta moral de casino con su “doble o mitad”, parece haberse quedado para instalarse, al menos como moda pasajera. Ser dos a la vez, no al mismo tiempo, pero si en cada ocasión, debe tener algunas ventajas para algunos: no pierdes amigos, y siempre quedas bien, menos contigo mismo…
Dos días después del discurso de proclamación del rey Felipe VI, la sociedad ha sido testigo presencial de algunos "fenómenos paranormales" o Poltergeist: Losantos monárquicos, Peñafieles pro Leticia, y "republicanos" adulando al nuevo rey. ¿Personas que al escuchar palabras ajenas, han perdido su voz propia...? Un misterio lo suficientemente enigmático, para no perderse el programa "Cuarto Milenio".
José Luis Meléndez. Madrid, 23 de Junio del 2014.
Fuente de la imagen: Flickr.com
“To be or not to be, that is the question”. La honestidad, es uno de los valores fundamentales del individuo. La autenticidad de la persona, debiera ser proporcional, a la responsabilidad del cargo, que esta ocupa en la sociedad. El incumplimiento de esta sabia máxima, atribuida a Shakespeare, es y ha sido, uno de las graves carencias de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial.
La fidelidad a los principios, empieza por uno mismo. Los valores, de hace una generación, han pasado a un segundo plano. El ciudadano se ha cansado de ser, y elude ser etiquetado. El compromiso y esfuerzo que adquiere uno al definirse, y el miedo al rechazo, a la hora de declarar públicamente sus principios, nos han conducido a la hora de relacionarnos, a una expresividad enmascarada.
Esta moral de casino con su “doble o mitad”, parece haberse quedado para instalarse, al menos como moda pasajera. Ser dos a la vez, no al mismo tiempo, pero si en cada ocasión, debe tener algunas ventajas para algunos: no pierdes amigos, y siempre quedas bien, menos contigo mismo…
Dos días después del discurso de proclamación del rey Felipe VI, la sociedad ha sido testigo presencial de algunos "fenómenos paranormales" o Poltergeist: Losantos monárquicos, Peñafieles pro Leticia, y "republicanos" adulando al nuevo rey. ¿Personas que al escuchar palabras ajenas, han perdido su voz propia...? Un misterio lo suficientemente enigmático, para no perderse el programa "Cuarto Milenio".
José Luis Meléndez. Madrid, 23 de Junio del 2014.
Fuente de la imagen: Flickr.com
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