Viajar tiene sus ventajas: ayuda a nuestro corazón, rejuvenece nuestro cerebro, impulsa las hormonas de la felicidad, nos causa bienestar y nos libera del estrés y mucho más. Además, hay evidencia científica suficiente que demuestra que viajar con regularidad mejora nuestra salud física y mental y aumenta nuestra esperanza de vida. Hasta ahí todo fenomenal.
Lo curioso es que nunca se detallan sus desventajas: pierdes la facultad de hacer multitud de cosas más interesantes en esos días, nadie te librará del jeet lag, es decir, pierdes varios días más de los que disfrutas. Todo eso suponiendo que todo transcurra con normalidad y no sufras un accidente de fatales e irreparables consecuencias. En otras palabras, nunca puedes estar seguro de que volverás.
Hasta el día de hoy creía que el hombre de mundo era una persona como su nombre indica que había recorrido mundo. La sorpresa ha venido cuando he consultado su definición y he encontrado apenas un par de ellas. El líneas generales, se entiende por hombre de mundo, al hombre que tiene experiencia en el trato social y está acostumbrado a tratar con personas de elevada posición. Así que por lo que se ve, estamos más ante un hombre social que de mundo.
Ante el escaso número de definiciones, he recogido los conceptos personales que algunas personas han aportado en sus comentarios. Por ejemplo un hombre opina que " hombre de Mundo " es aquél que ha viajado mucho por la orbe y ha adquirido amplia experiencia de sus viajes, de sus relaciones y de todo cuánto de la cultura universal le ha sido posible conocer. Otra participante comenta: “Que tiene conocimiento de lo que es batir el chocolate en la calle. Que ha batallado fuera del hogar. Tiene sus conocimientos sobre la vida”.
Si me preguntaran a mí diría que una persona de mundo (seamos inclusivos), es una persona que además de viajar está acostumbrada a relacionarse a cualquier nivel social. No concibo una persona de mundo que no haya pasado gran parte de su vida viajando por ese concepto que le define. De ahí que siempre que escuchaba esta expresión deducía que se trataba de un hombre o mujer de mentalidad abierta con una amplia experiencia vital.
Sabemos, a excepción de los negacionistas y terraplanistas, que nuestro mundo o planeta, está formado por tres cuartas partes de agua. Sin embargo todos (mayoritariamente las personas mundanas, que no de mundo), desconocemos el lenguaje, los sonidos y las músicas de estos protagonistas acuáticos. Con oírnos a nosotros mismos ya tenemos suficiente. Lo de escucharnos lo dejamos mejor para otro momento, ¿no les parece...?
Basta escuchar las conversaciones de los delfines de este vídeo y compararlas en todos sus aspectos (tono, volumen, tiempo, modulación) con muchas de las conversaciones que mantenemos en el día a día las personas que no somos de mundo, para ver que especie demuestra más grado de evolución. Así que si tomamos las definiciones anteriores no es difícil llegar a la conclusión, en función de la superficie y los kilómetros que recorren algunas especies, que existen muchos más animales, que personas de mundo. Entre otras cosas, porque hay personas de mundo que no creen ni respetan el medio ambiente del mundo (valga la redundancia) en el cual viven.
Como puede verse, ni la relación social, ni los viajes, pueden considerarse factores que definen por si solos a una persona de mundo. Por ejemplo, he sido testigo de cómo gente de mundo al volver a su país, ha traído las malas costumbres que en su país de destino eran bien vistas…
Aún así a la gente que viaja mucho se la considera (y lo que es peor, se consideran a sí mismos) gente de mundo, porque les da la impresión de que ya están muy viajados y experimentados en ese insignificante cuarto de vida terrestre que complementa a esos tres cuartos de vida acuática. A algunos de ellos es relativamente sencillo reconocerles por la cara de Willy Fog que traen después de haber dado la vuelta al mundo en ochenta días.
Así que es mejor para no desanimarles ni disminuir su elevada autoestima, no insinuarles bajo ningún concepto, la parte de mundo que aún les queda primero por descubrir y después por conocer. Entre otras cosas porque la mayor parte de ellos cuentan con una edad avanzada que les impediría culminar sus aspiraciones.
José Luis Meléndez. Madrid, 27 de septiembre. Fuente de la imagen: associatiocetacea.org