Traductor

28 de junio de 2023

¿Verano azul...?

No se sabe si va a ser uno, pero lo que si se sabe es que de llegar, no va a ser azul precisamente

La campaña de Verano Azul nada tiene que ver con aquella serie dirigida por Antonio Mercero. A algún miembro de su familia no le ha gustado nada que el nombre de la serie haya sido utilizada con fines electorales y partidistas. Así ve el PP su llegada al poder. Como una época alegre, de buen tiempo en el que todo el mundo vamos a estar de vacaciones y pasándolo bien. Todo el mundo, no solo sus votantes, ¿eh?

Por lo que se ve la legislatura del PP va a ser tan buena que solo va a durar un verano. Y no va a ser de un color turquesa, mezcla del verde de Vox y del azul del PP, va a ser de un color exclusivamente azul. Lo que no cuadra es que de ser azul no llegue siquiera a los cien días de estreno. Muy mal lo tienen que ver desde Génova para anunciarnos la duración de la próxima legislatura: un verano. Un buen principio, pero con un mal final, el que nos pinta Borja Sémper.

Y si hablamos de principios o de líneas rojas, bastará fijarse que en el PP solo son válidas para aplicárselas a los demás y no tanto a sí mismos. Así se lo ha hecho saber Isabel Díaz Ayuso (IDA), a la sazón, Directora espiritual de Feijóo, a sus correligionarios. Ha llegado, por tanto, queridos y queridas lectores y lectoras, el momento de ponernos en situación de interpretar, no ya las contradicciones Fakejolianas, Guardiolescas (“La palabra nunca caduca”) o Ayusistas, por poner solo tres ejemplos recientes, sino la doble moral democristiana del PP.

A ver: Sánchez, según el PP, hizo muy mal en pactar con Bildu, para ofrecer a un amplio espectro de la sociedad políticas sociales que ayudasen a los españoles en los momentos más difíciles por los que ha atravesado nuestro país, como fue la pandemia, el volcán de La Palma o la Guerra de Ucrania. Todo, mientras el PP miraba hacia otro lado. Cuando estaba de cuerpo presente se limitaba a decir no, a bloquear o a criticar al ejecutivo que trabajaba. Menos arrimar el hombro en aras del bienestar de los españoles, todo valía. Las noticias buenas para los españoles, ya se sabe, son algo anómalo en el PP.

Ahora sabemos que sus intenciones cuando llegue al gobierno van a ser derogar medidas a través de la ley Orgánica del mínimo esfuerzo. Como consecuencia de ello, ahora sabemos que el partido conservador hace tiempo optó por convertirse en un partido destructor, obstruccionista y negacionista. Porque lo que se dice conservar, apoyar y proponer no es precisamente lo suyo.

Sánchez pactó con Bildu y este a su vez, votó a favor de ayudar a los españoles, cosa que sin embargo el PP no hizo. Tampoco Sánchez introdujo a dicha Formación en las instituciones. Sin embargo el PP gracias a la palabra de Fakejóo: “Vamos a poner en el centro la gestión y el respeto a las instituciones, diciendo la verdad y uniendo a la mayoría”, no solo ha pactado con los independentistas europeos, sino que los ha introducido en las Instituciones antes de llegar a la Moncloa, sin necesitarlo, como en el caso de Ciudad Real. Como puede verse los principios son para los que pueden cumplirlos. ¿Se imaginan si Sánchez hubiera hecho lo mismo que Fakejóo y hubiera metido en las instituciones a Bildu, lo loquitos que se hubieran vuelto en el PP…?

Fakejóo, el moderado, a través de sus pactos, ha blanqueado antes de llegar al poder a la ultraderecha, al independentismo europeo, a la homofobia, al antiautonomismo, al antifeminismo, a la antiinmigración y al antiecologismo. Porque su ambición es superior a sus principios. El perfil moderado y europeísta de Feijóo ha quedado en evidencia ante los españoles y ante sus homólogos europeos. Todo ello en un contexto muy sensible y peligroso como es ante una guerra a las puertas de Europa. Por cierto: ¿Qué piensa Santiago Abascal de la OTAN? ¿Solo está con los militares españoles o con los del resto de la Alianza también? ¿Cuál es la política atlantista y europeísta de Vox? Busquen...

El PP se ha quedado solo en España. Ninguna formación a excepción de Vox quiere pactar con dicha formación. El partido está pagando los errores que ha cometido en el pasado. No es para menos. Con los desconciertos y cambios de postura ante la llegada del nuevo ejecutivo a Génova. Demasiado desconcierto y demasiadas voxes internas. Feijóo no acaba de hacerse con las riendas de su partido y ha optado por delegar su escaso poder a las respectivas autonomías. Los votantes ya empiezan a ser conscientes de ello.

Las controversias y numeritos en autonomías como Castilla y León es muy posible que más pronto que tarde, se extiendan a otras regiones. Está por ver si Feijóo, en el supuesto que gane, sea capaz de controlar la situación y soportar la feroz oposición a la que va a verse sometido, habiendo ya comprometido su imagen ante sus colegas europeos. Pero la presión no solo viene de fuera. Dentro tendrá a Vox y a Abascal como Vicepresidente y a Ayuso que le impedirán, como se ha visto, mantener en el tiempo sus pretendidas y fracasadas políticas moderadas.

Los nuevos acontecimientos acaecidos en algunos consistorios ostentados por el PP en coalición con VOX, como el caso de Torrelodones, en los cuales la primera medida que han tomado dichos Ejecutivos nada más entrar ha sido duplicar el gasto en sueldos y nombrar cargos de confianza, ha sido un aviso a sus electores de lo que puede venir a partir del día 23 de julio.

El poder económico ya ha anticipado su temor ante el efecto el efecto desestabilizador de Vox. El titular no lo ha publicado un medio cualquiera, sino La Razón, un periódico que si se caracteriza por algo, es por no ser precisamente de izquierdas. Feijóo no guarda los mismos principios que Guardiola, por eso no es previsible que haga ningún tipo de declaración como ella hizo, si se ve en la necesidad de pactar con VOX. Ya lo ha manifestado con multitud de imágenes turquesas.

José Luis Meléndez. Madrid, 28 de junio del 2023. Fuente de la imagen: EFE: Daniel González

17 de junio de 2023

Contradicciones

A Feijóo le causan horror los pactos con los independentistas de España, pero no con los independentistas europeos

Las encuestas confirman que si gana el PP necesitará los pactos con Vox. Feijóo ha llamado a Mazón para felicitarle por su pacto con Abascal, pacto que va en dirección contraria a la definida por Génova. Atrás quedaron las palabras pronunciadas por Borja Sémper y supervisadas por Feijóo unas horas antes: “Creemos que una persona acusada y condenada por maltrato no se debería dedicar a la política”. Palabras referidas a Carlos Flores, candidato de Vox a la Presidencia de la Generalitat Valenciana.

Para Feijóo la palabra es un término mutable y adaptable a las circunstancias. “Ya solo nos faltaba como portavoz parlamentario una folklórica”, ha sentenciado alguna voz interna no confirmada por el diario El País, después de que Vox, nombrara a un torero como Consejero de Cultura en la Comunidad Valenciana.

El candidato a La Moncloa, a diferencia de Sánchez, ya ha realizado su triple salto mortal, antes de entrar al palacio presidencial. En el primer salto ha pactado con Vox entregando con ello en bandeja, el centro al Psoe. En el segundo se ha desmarcado de las líneas de su partido. Y en el tercero se ha rendido a la influencia de Ayuso, su opositora interna, por medio de fichajes como Marta Rivera, ex de Ciudadanos y amiga de la Presidenta madrileña y de Cayetana Álvarez de Toledo. Por no incluir a Rafael Hernando. Todas, personas moderadas y de centro, como puede observarse…

Pero las contradicciones, sobre todo en tiempo electoral constituyen una señal más que evidente de lo que puede venir. Por ejemplo, El PP es posible que no pacte con Vox en Murcia pero lo apoya en Valencia. Fejóoo se ha rendido no solo a Ayuso, ha obviado con ello a una buena parte de su electorado. Pero no solo eso, sino que para más inri, se ha lanzado a los brazos abiertos de Vox, en provincias donde no era necesario su apoyo, como es el caso de Ciudad Real. Una actitud que contrasta con el tono moderado de sus discursos. Las líneas rojas del PP se han transformado en apenas unas horas en líneas tan verdes que están dejando con el transcurso del tiempo de ser azules.

Hace apenas unos meses, en enero de este año, decía Feijóo: “Vamos a poner en el centro la gestión y el respeto a las instituciones, diciendo la verdad y uniendo a la mayoría” . El supuesto centro, representado por Ciudadanos, después de absorberlo y metabolizarlo no ha sabido conservarlo. Su verdad le cuesta exponerla a los suyos y a los demás españoles en los debates que le ha expuesto el Presidente. El respeto a las instituciones queda en entredicho y por ver, a juzgar por los nombramientos y espectáculos ya vistos con sus actuales socios regionales y sus hipotéticos socios nacionales. La verdad de Feijóo parece que tiene fecha de caducidad. Y en cuanto a la mayoría que necesita Feijóo y su partido tan solo va a utilizarla para gobernar para una minoría.

Merece la pena recordar las veces que el candidato popular se ha manifestado por que gobierne la lista más votada (si es la suya). Basta comprobar lo que ha pasado en Extremadura. Da la impresión por la cantidad de promesas incumplidas que Fakejóo se mueve entre el postureo y la impostura como pez en el agua. Por ejemplo, al jefe de la oposición, le causan horror los pactos con los independentistas de España, pero no los que hace con los independentistas europeos, para bochorno de sus socios en dichas instituciones.

Los socios de Feijóo solo están en contra de un tipo de inmigración: la de las personas que se ven en la necesidad de huir de sus países. Pero no en contra de la inmigración de las grandes fortunas. Y como afirman en su manifiesto fundacional: “Nuestro Estado autonómico es políticamente inmanejable y financieramente insostenible”, es decir, ni Europa, ni autonomías.

En cuanto a su afección a Europa se refiere, la formación proponía en su programa electoral del 2019, denominado: “10 medidas para la España viva”, en su punto 97: “Reducción del gasto político europeo, eliminar duplicidades y agencias que se inmiscuyan en la soberanía nacional. Exclusividad del Estado, en lo que se refiere a relaciones internacionales (art. 149 de la Constitución). Supresión de toda representación política exterior de regiones o municipios”.

Y si hablamos de sanidad en el punto 56 de dicho programa expone: “Suprimir en la sanidad pública las intervenciones quirúrgicas ajenas a la salud (cambio de género, aborto…) Las vacunas infantiles serán obligatorias y gratuitas”.

Pero si hay algo que llama poderosamente la atención es otra de sus exposiciones en dicho manifiesto fundacional. Cito textualmente: ”VOX se estructurará democráticamente de modo que todos sus candidatos y cargos orgánicos sean elegidos por los afiliados en elecciones primarias (si, primarias) y rindan periódicamente cuentas ante ellos, en cuyo nombre actúan” (Sic).

El PP en materia laboral exponía de una forma escueta en dicho programa flexibilizar el mercado de trabajo según la reforma laboral del año 2012, en su punto 42, y la incorporación de la mochila austriaca en su apartado 43.

Estos son los socios con los cuales se presenta el Feijóo de antes, es decir, el moderado, a la presidencia del gobierno. Un Feijóo que a falta de haber hecho una oposición con sentido de Estado ha optado por oponerse a sí mismo y a los principios “centristas” de su partido. Como decía Richard Bach: “Las peores mentiras son las que nos decimos a nosotros mismos. Vivimos negando lo que hacemos, incluso lo que pensamos. Hacemos esto porque tenemos miedo”. “¿Le viene grande o le queda lejos?”, le espetó Sánchez a Feijóo hace unos meses en la Cámara Alta. Pronto tendremos la respuesta.

José Luis Meléndez. Madrid, 17 de junio del 2023. Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org

10 de junio de 2023

Nacer y morir

Nunca sé el día que nació, pero si el que tuve que acompañarla para despedirla

Hoy día 10, a las 12:15 horas, se cumple un año de un doloroso y triste adiós. No sé el día que nació, pero si el que tuve que acompañarla para despedirla. Me quedé hasta el final. No hubiese sido capaz de salir de la veterinaria sin saber cómo había sido su final.

La veterinaria de mi barrio, Laura, estuvo a la altura de las circunstancias y demostró con creces su sensibilidad paliativa y personal en una gestión tan difícil y complicada, como es la despedida de un ser más amado que querido. Una gestión en la que intervienen de manera muy directa la evitación del dolor físico a la respectiva mascota y el tratamiento de las emociones de su respectivo tutor.

Desde el primer momento, ya por teléfono le manifesté a Laura, que primero la durmiese en mis brazos. Luego, siguiendo sus instrucciones, procedí a tumbarla en la camilla dormidita. Entretanto hablábamos mientras la acariciaba. Diez minutos después la puso la vía en una de sus patitas. Casi no se la notaban las venas. Tardó muy poco en irse. Luego con el pulsómetro, confirmó la parada de su corazón. Digo mal que se fue, porque hace poco, una noche, la he vuelto a notar en mi almohada, como siempre hacía, llegando a despertarme.

Ahora si que puedo decir que Kutxi, sin duda, se llevó algo de mí sin apenas darme cuenta. Y yo, que duda cabe, guardo en mi corazón innumerables emociones y momentos que en forma de recuerdos, unos gratos y otros tristes, suelen venirme a mi mente, después de los veinte años que hemos vivido juntos, es decir, una tercera parte de mi vida (se dice pronto).

Lo de mi padre fue algo parecido. Un mes justo después de irse, noté mientras dormía, tres toques en la muñeca de mi brazo izquierdo, cubierto en ese momento por mi manta. Era el 24 de enero del 2007. Cuando fui consciente de la fecha que era, se me erizó el bello de mis brazos y lógicamente tardé en recuperar el sueño, embargado por la emoción.

Mi querida Kutxi, tuvo también en su vida una experiencia extrasensorial. Una noche nos encontrábamos solos en el salón. De repente fui testigo de cómo se dirigía a la puerta de dicha habitación; luego retrocedía. Pero al cabo de los pocos segundos volvía a ir emitiendo un gruñido suave. Era como si alguien (una energía) la llamase. La escena duró aproximadamente un cuarto de hora. Se pueden imaginar. Yo estaba estupefacto.

Las experiencias no me han hecho un ser más religioso, sino tal vez más espiritual. Sigo sin profesar ningún credo, pero me cuesta más negar que existe otra dimensión que presiento que no es como nos la han contado.

No he incluido las tres ocasiones en las cuales he estado a punto de perder la vida y de las cuales he salido ileso. Algo que no sé si tengo que agradecer pues mi conciencia está relativamente tranquila al ser consciente que mi karma positivo es con creces superior al negativo.

Hoy cuando me levante voy a recordarla. Y una forma de hacerlo es hacer la comida que más le gustaba, realizar una de las rutas que solíamos hacer y escuchar de nuevo el tema que puse en aquel duelo. Un día duro que inexorablemente hay que pasar de la mejor forma posible. Procurando no contagiarla mi tristeza.

José Luis Meléndez. Madrid, 10 de junio del 2022.

4 de junio de 2023

Malas compañías

Al PP, no le hacen falta las malas compañías; él mismo es una mala compañía para la sociedad

No ha sido una legislatura fácil. Aún así Sánchez, en contra de todas las previsiones, ha estado a punto de finalizar el primer gobierno de coalición desde que se instauró la democracia en España. Da miedo pensar que hubiera pasado si en lugar de un gobierno progresista los españoles hubieran vuelto a los temidos recortes de hace tan solo unos años.

Gracias a los pactos que tan mal han sentado a los populares y tan bien a la mayoría de españoles, los ciudadanos hemos podido capear estos cuatro años de pandemias, guerra, inflación, volcanes y/o catástrofes naturales, con las políticas sociales del malísimo Sánchez y del buenísimo del señor Núñez (Fakejóo) que ha intentado como ha podido paralizar la mejora del sistema de pensiones, según ha manifestado el Presidente, desde Europa, yendo a hablar con el mismísimo Comisario europeo (para el PP, lo que es bueno para los españoles, siempre es malo para España, -¡qué mala suerte!-).

El PP, como se ha visto, no ha hecho gala de una oposición constructiva al situarse en el obstruccionismo y en la falta de propuestas, en una legislatura tan complicada, ante los graves problemas que han asolado a España. Una forma de negacionismo, es decir, de negarse a arrimar el hombro en estos malos años por los que ha pasado su querida patria. Cuatro años de vacaciones y todavía se quejan por la fecha de las elecciones.

Fakejóo ha sido muy amable consigo mismo y su partido pero muy poco caballero con Sánchez y el Psoe, al ofrecer al Psoe los votos del PP para frenar a Bildu en el País Vasco y Navarra. Algo que su partido no consideró antes de que Sánchez obtuviera el poder y se viera obligado a pactar con las demás fuerzas a la hora de formar gobierno. Pero no para impedir los recortes (reformas) que piensa llevar a cabo bajo su hipotética legislatura. Algo que los socialistas en la oposición si hicieron cuando permitieron gobernar una legislatura y cuando dieron su apoyo con el artículo 155. Lo curioso es que encima han utilizado el mantra que ellos mismos han provocado y que los demás se han creído.

El Psoe, si ha pactado con sus socios, ha sido para llevar adelante reformas sociales de gran calado. El PP cuando pacta es para salvarse a sí mismo y a los suyos, es decir a una minoría privilegiada. Al PP no le ha hecho falta pactar con ninguna fuerza para superar en víctimas humanas a alguno de los socios del Psoe. A lo largo de los 42 años de crueles atentados, la banda terrorista asesinó a más de 853 personas en 3.500 atentados, provocando más de 7.000 víctimas. En la Comunidad de Madrid, en tan solo unos meses, más de 8.000 personas murieron en las residencias de mayores. Es más, fue el Psoe el que gracias a la brillante trayectoria de Alfredo Pérez Rubalcaba, durante el gobierno de Zapatero dio fin a la banda terrorista.

A Feijóo, al PP y a los españoles, les espera, si llegan a gobernar, una legislatura “reVOXante” de tensiones sociales, nacionales e internacionales. Tanto, que es muy probable que todos nos veamos en la necesidad no solo de leer, sino de estudiar el Manual de resistencia de Pedro Sánchez, político que ha conseguido vivir más vidas que cualquier diputado y senador.

Hace unos días, la mismísima Macarena Olona manifestó ante los micrófonos de La Sexta, que Vox es un partido tóxico para la democracia. No creo que una alianza con Vox le ayude a Feijóo y mucho menos a España a tener una imagen seria y respetable tanto a nivel europeo como internacional. Sus propios socios liberales y conservadores no lo entenderían.

Las diferencias entre Sánchez y Feijóo son más que evidentes. Sánchez ha pactado con sus socios para proteger con medidas sociales a sus ciudadanos, dentro de la legalidad. Feijóo, sin embargo tiene el respaldo de los poderes económicos para acometer las “reformas” (recortes), con las cuales desproteger a los mismos, como lo han hecho otros gobiernos del PP. Sánchez ha gobernado y gobernará para todos, mientras que Feijóo lo hará para una minoría por mucha mayoría que saque.

Y existen diferencias entre el PP y el Psoe. Mientras que el primero aboga por defender la unidad de España, el Psoe siempre ha demostrado estar más cerca de los problemas de los españoles. Al PP, no le hacen falta las malas compañías; él mismo es una mala compañía para la sociedad.

¿Qué medidas piensa tomar Feijóo con la guerra de Ucrania? ¿Va a aumentar su presupuesto en defensa? ¿Va a enviar soldados españoles a la guerra? ¿Va a subir la edad de jubilación, como le recomiendan a los 70 años, como ya ha hecho su colega Macron hasta los 64? ¿Va a desindexar el IPC de las pensiones? ¿Va a fomentar las pensiones públicas o las privadas? ¿Va a seguir fomentando la privatización de la sanidad pública? ¿Qué medidas y leyes piensa derogar, si tiene a Vox y a Abascal como vicepresidente? ¿Cuál es el nuevo modelo oculto del PP? ¿Es tal vez más duro que el de Rajoy?

Los ciudadanos nos jugamos mucho en estas elecciones. Luego no valdrá de nada salir con pancartas a las manifestaciones. El día 23 de julio los españoles tenemos una nueva oportunidad: la de frenar con nuestro voto cuatro años de recortes y de retroceso social.

En las turbulencias, es donde se conocen a los buenos pilotos. Sánchez ha adoptado medidas para proteger a los pasajeros, mientras que Feijóo pilotará su nave pensando más en su tripulación. La historia suele repetirse. Y eso al PP, como partido conservador que es, le encanta.

José Luis Meléndez. Madrid, 4 de junio del 2023.