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22 de abril de 2019

Emergencia nacional

La verdadera emergencia nacional es atender las necesidades básicas de los ciudadanos

El próximo 28 de abril estamos llamados a las urnas. Ese día  los ciudadanos elegiremos un modelo de sociedad para los próximos cuatro años. Los políticos solo serán los gestores encargados de materializar y de implementar las medidas que los españoles consideremos más justas, solidarias y oportunas para el trascendente momento por el que actualmente atraviesa España.

Se tratan por tanto de unas elecciones nacionales que condicionarán nuestra forma de vida a medio y largo plazo. No solo la nuestra, sino la de futuras generaciones. En función de la opción elegida nuestro país puede avanzar o retroceder en derechos y libertades conquistadas y adquiridas a lo largo de duros años de recortes y sacrificios (algunas fuerzas ya han puesto en cuestión durante la actual precampaña, la revalorización de las pensiones y del Salario Mínimo Interprofesional), o bien puede conservar y seguir mejorando la vida de muchos españoles que en su día contribuyeron con su capital a donar parte de su plasma al sistema financiero.

Poco importan los zascas que se propinen nuestros representantes. Lo verdaderamente importante es que de la decisión que tome la ciudadanía, salga un proyecto adaptado a la sociedad actual, y un líder con gran capacidad de dialogo, que posea experiencia, un perfil moderado de Estado, con firmes convicciones ideológicas, dotado de la honestidad suficiente para generar confianza y de cumplir sobretodo aquello que dice, ya que de lo contrario, los programas electorales no servirán de nada.

No es momento de juzgar a un candidato por lo que dice o va a hacer. La mejor forma de conocer a un partido y a un líder no es en una hora y media que dura un debate televisivo, sino a través de las propuestas y medidas que ha llevado a cabo en los meses precedentes a la celebración de los presentes comicios, y de su actitud con los ciudadanos y las demás fuerzas políticas.

Los debates solo son un espectáculo con una importancia relativa. En ellos algunos de los temas cruciales y lacerantes no llegan a tratarse para evitar el sonrojo generalizado de los respectivos líderes. Conviene por tanto, antes de escuchar las propuestas mágicas y surrealistas de algunas fuerzas, tener una idea lo más aproximada posible al escenario actual del país, y de la situación personal y social en la que se encuentran muchos españoles.

Según un informe realizado por la Fundación Foessa vinculada a Cáritas Española, 8,8 millones de personas se encuentran en situación de exclusión social, es decir, tienen graves dificultades a la hora de acceder a alguno de los derechos básicos, cifra un 40% más alta que hace diez años, cuando empezó la crisis económica. El informe además señala que el nivel de exclusión social del grupo de españoles comprendidos entre los 45 y los 64 años ha pasado del 13,1 en 2007 al 18,4 actual, como consecuencia de las políticas liberales llevadas a cabo por el Partido Popular.

La FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación, alerta que en España 600.000 personas se encuentran en situación de inseguridad alimentaria severa, y la OCDE, Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, ha lanzado el aviso de que las clases medias se encuentran al límite como consecuencia de las políticas económicas llevadas a cabo durante los años posteriores a la crisis económica. Mientras la riqueza de las rentas altas han continuado y siguen creciendo, siendo España uno de los países en la que esta diferencia se acentúa de forma más acusada. Es decir, el resultado de las políticas llevadas a cabo durante los años precedentes, han contribuido a que la clase media y trabajadora se haya ido empobreciendo, mientras que la clase alta ha ido aumentando su riqueza.

El FMI, Fondo Monetario Internacional hace unos días ha anticipado una ralentización de la economía global como consecuencia de las tensiones entre Estados Unidos y China, la volatilidad de los mercados financieros, y los elevados niveles de deuda existentes en algunos sectores y países. Una desaceleración que de agravarse en los próximos años, puede condicionar según el modelo político elegido por los españoles, unas políticas económicas moderadas o drásticas, que pueden volver a afectar a las clases más débiles de la sociedad. Asimismo la judicialización de la política a través de un 155 largo y duradero como propone el liberalismo representado por las tres derechas, puede contribuir a un aumento de la conflictividad social, así como a una ralentización de la economía y de la inversión extranjera.

Ante este alarmante escenario de desigualdad producido y padecido durante esta década, los españoles disponen de dos modelos políticos capaces de agravar o de corregir esta desigualdad entre españoles: el del liberalismo del sálvese quien pueda, que propugna el tripartito liberal, o el de un modelo equitativo, justo y proteccionista que gobierne para todos y vele por los derechos y necesidades básicas de los más desfavorecidos, como es la socialdemocracia. La verdadera urgencia nacional por tanto no es la de echar al señor Sánchez, como preconiza el tripartito liberal, más preocupado por "hacer patria" territorial, que por "hacer país" atendiendo los problemas básicos de todos los ciudadanos, sino  la de que el modelo que los españoles elijan el próximo día 28 sea un  proyecto equitativo, justo y moderado para todos y todas, que permita atender las necesidades básicas de todos los ciudadanos.

Por todo ello, es de vital importancia que los españoles actuemos con la responsabilidad y urgencia que exige un momento como el actual,  y vayamos a votar el día 28. Porque solo de esta manera podremos defender nuestros derechos y libertades.

José Luis Meléndez. Madrid, 13 de abril del 2019
Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org.

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