Thor es un perro alsaciano del barrio. Está un poquito gordo, pero no es por culpa de él, sino de su dueño que no le da pienso. Cuando ve a alguien que conoce se emociona, y la forma que tiene de manifestarlo es a través de un aullido muy emotivo, mientras mueve la cola de alegría.
A Thor le gusta que se lo agradezcan y le correspondan; lo único que pide a cambio son unos mimitos. Pero nuestro amigo, que es muy listo, se ha inventado un truco que le da muy buenos resultados. Y es volver a aullar, cuando se le deja de hacer mimos.
José Luis Meléndez. Madrid, 16 de febrero del 2017
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