Hace tiempo que no publico en el blog. Eso no quiere decir que no escriba. En la actualidad estoy dedicándome a archivar artículos destinados a varios proyectos. Se ampliará información a su debido tiempo.
En las últimas semanas se han incorporado servicios extra como links y vídeos, que ya están cargados, y que poco a poco irán viendo la luz. Y además de escribir, he descubierto recientemente un material fotográfico, que va a alterar los orígenes de La Pluma.
Este fin de semana, me he enterado que al año y medio de nacer, ya escribí mi primer libro. Aquí tienen la prueba. Julio del año 1964. Pero esta foto es solo el inicio de otras que se volcarán el el blog, en una sección denominada "Archivo fotográfico". 💔 :)
José Luis Meléndez. Madrid, 27 de febrero del 2017
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27 de febrero de 2017
20 de febrero de 2017
La cascada
Desde que nos levantamos, hasta que nos acostamos, vivimos en una continua sucesión de sonidos artificiales. El despertador se encarga de avisarnos que es hora de levantarse. El timbre del microondas que el desayuno está preparado. El motor del coche o del transporte público que es hora de ir al trabajo. Entre un lugar y otro, los politonos del móvil, la música de algún vídeo, o el aviso de algún wattsapp, nos permiten desconectar de la rutina diaria. Vivimos en un continuo sobresalto.
De vuelta a casa la televisión a través del telediario nos subtitula la jornada informativa del día. Solo a la hora de acostarnos, cuando todo está en calma, logramos conectar, con el amigo más importante que tenemos: nuestro yo interior. Esa misma sensación enriquecedora y saludable, es posible experimentarla durante el transcurso del día, si somos conscientes de ello, y nos concedemos, cuando lo necesitemos, uno de estos bellos encuentros.
Por este motivo, conviene a menudo, desprenderse de lo superfluo. Nos pasamos gran parte del día desconectados de lo importante, más que conectados a nosotros mismos. No hace falta salir al campo, ser un yogui, ni un gurú para buscar y poder sentir esa conexión del cuerpo con el espíritu. Tan solo es necesario desprenderse del reloj, y parar el tiempo, para convertir unos pocos minutos, en unos instantes eternos, que nos hagan sentirnos más libres, nos inunden de paz, y nos proporcionen la energía necesaria para proseguir con fuerzas renovadas el camino.
A través de ese estado de quietud, a los pocos minutos, uno consigue integrarse, y sentirse parte de la naturaleza, mientras siente la fuerza de los cuatro elementos: la música del agua, el calor del fuego (sol), la brisa en la cara (aire), y los pies en el suelo (tierra). Las aves que acuden al agua, se hacen también testigos y partícipes de esta ceremonia natural.
La vida es movimiento. El agua nos canta su himno universal; el mismo que un día dejamos de cantar, cuando abandonamos nuestro verdadero hábitat natural. Nos recibe pura, limpia, sin resentimientos, y nos invita con su melodía a permanecer a su lado. Basta con observarla unos instantes, para entender su mensaje y su enseñanza: el mismo agua que cae a la poza, es la misma que instantes después vuelve a salir con un movimiento más vivaz. La noche se convierte en día, y la idea se transforma en pensamiento. La muerte se reencarna en la vida, cumpliendo de esta forma, la ley natural de los ciclos.
José Luis Meléndez. Madrid, 19 de febrero del 2017
16 de febrero de 2017
Thor, el mimoso
Thor es un perro alsaciano del barrio. Está un poquito gordo, pero no es por culpa de él, sino de su dueño que no le da pienso. Cuando ve a alguien que conoce se emociona, y la forma que tiene de manifestarlo es a través de un aullido muy emotivo, mientras mueve la cola de alegría.
A Thor le gusta que se lo agradezcan y le correspondan; lo único que pide a cambio son unos mimitos. Pero nuestro amigo, que es muy listo, se ha inventado un truco que le da muy buenos resultados. Y es volver a aullar, cuando se le deja de hacer mimos.
José Luis Meléndez. Madrid, 16 de febrero del 2017
Kutxi en la cocina
- "¿Por qué si tu comes dos platos más postre, y algunas veces hasta repites, no voy a poder yo repetir mi primer plato? Plato que por cierto, siempre es el mismo. ¿Acaso sigues tu la dieta que te recomienda tu médico? ¿Por qué razón me impones este castigo de comer siempre lo mismo?".
- Pues... la verdad, es que razón no te falta.
José Luis Meléndez. Madrid, 16 de febrero del 2017
15 de febrero de 2017
Las visitas de Nacha
Los gatos son animales nocturnos. Las visitas de Nacha suelen darse durante la primavera y el verano. Es la mascota de una vecina. La encanta venir por el tejado, porque se entretiene con lás tórtolas y los gorriones, y de paso intenta cazar alguno. Pero los buenos modales nunca los pierde, y como pueden ver, aprovecha para acercarse, saludar, y darme las gracias.
José Luis Meléndez. Madrid, 15 de febrero del 2017
Urri, el polluelo de urraca
Es una preciosidad. Fue complicado capturar estas instantáneas, ya que uno solo dispone de dos manos, y mientras con una de ellas grababa con el móvil, con la otra le daba de comer.
José Luis Meléndez. Madrid, 15 de febrero del 2017
14 de febrero de 2017
Amanda a su amado
Ya estoy aquí, mi amado,
he venido esta noche a decirte,
que sin ti mi vida es muy triste,
si no te siento a mi lado.
Toma mi hoja de acero,
siente el cristal de mi roca,
toda mi tinta es tan poca,
para decirte te quiero.
Olvídate de mujeres,
ninguna te va a dar más hijos,
conmigo serás más prolijo,
si no pruebas sus placeres.
Yo te llevaré a la cima,
de la emoción y del pensamiento,
y mientras noto como te siento,
de cada verso, te haré una rima.
Vuela conmigo, mi amor,
surca conmigo estos cielos,
perdóname mis desvelos,
mientras me abrazas mejor.
Yo te daré libertad,
príncipe azul de mis sueños,
y un día serás mi dueño,
a cambio de tu lealtad.
Gracias por tu bondad, mi niño,
bebe de mis senos preciados valores,
pronto viviremos tiempos mejores,
mientras te acuno con todo cariño.
José Luis Meléndez. Madrid, 6 de septiembre del 2016
Fuente de la imagen: Flickr.com
he venido esta noche a decirte,
que sin ti mi vida es muy triste,
si no te siento a mi lado.
Toma mi hoja de acero,
siente el cristal de mi roca,
toda mi tinta es tan poca,
para decirte te quiero.
Olvídate de mujeres,
ninguna te va a dar más hijos,
conmigo serás más prolijo,
si no pruebas sus placeres.
Yo te llevaré a la cima,
de la emoción y del pensamiento,
y mientras noto como te siento,
de cada verso, te haré una rima.
Vuela conmigo, mi amor,
surca conmigo estos cielos,
perdóname mis desvelos,
mientras me abrazas mejor.
Yo te daré libertad,
príncipe azul de mis sueños,
y un día serás mi dueño,
a cambio de tu lealtad.
Gracias por tu bondad, mi niño,
bebe de mis senos preciados valores,
pronto viviremos tiempos mejores,
mientras te acuno con todo cariño.
José Luis Meléndez. Madrid, 6 de septiembre del 2016
Fuente de la imagen: Flickr.com
13 de febrero de 2017
Lobos solitarios
El hombre lobo, y el lobo solitario, aún tienen mucho que aprender de los peluches y de los animales
Estimado señor Amón, dos puntos. Acabo de leer la caquita de artículo que ha escrito usted en el diario El País, el 8 de febrero, y cuyo título es: "El lobo es un hombre para el hombre". Espero que no se ofenda usted, don Rubén, y que emplee al menos, los mismos recursos intelectuales (los emocionales va a ser imposible), que yo como perra he empleado al olfatear sus nauseabundas líneas. Si le soy sincera, ha sido un placer, porque la caca es un bien cultural muy preciado en el mundo canino, al cual como puede ver pertenezco. Estoy convencida que como reconocido humanista, tendrá usted una entereza superior a la que una servidora ha tenido, al leer su ponencia antianimalista, y que debido al tono y al tema que nos ocupa, me imagino que ha escrito a "cara perro".
Le voy a contar un secreto que usted seguramente no sepa, don Rubén: los perros leemos los olores. No sólo eso: escribimos y contestamos los emails o correos que otros miembros de nuestra especie dejan en el suelo, y no son recogidos por sus tutores. También (tome nota), les deificamos, y les "hablamos", bien sea ladrándoles, dándoles con la pata, reclamando su juego y sus caricias, o lamiendo su cuerpo.
Habla usted (más bien se queja), de la deificación del hombre con respecto a los animales. Una aclaración señor Amón: la deificación consiste en la adoración de un ser inferior a otro superior, y no la de un hombre a su mascota, como usted pretende hacernos creer. Así que somos nosotros, las mascotas, las que adoramos y deificamos a nuestros tutores, y no al revés, ¿o duda usted a estas alturas del mejor trato que las mascotas dispensamos a nuestros tutores? Si al menos se hubiera tomado la molestia de haber consultado las cifras de maltrato animal, se hubiera evitado usted la confusión.
No entiendo, pero respeto, el templo del fundamentalismo humanista desde el cual usted habla, según el cual, una niña puede vestir a una muñeca, por su forma humana aunque tenga el electrocardiograma plano, pero no a un ser vivo como es un animal que responde con cariño a toda su manada, con una intensidad y un desinterés superior al que se le dispensa. Comprendo como consecuencia de su forma de pensar y de sentir, que no esté todavía preparado para documentarse sobre el maltrato físico y psicológico que padecemos los animales en los circos, en los zoológicos, y en los hogares de su país. Lo que no entiendo, es como usted ha preferido frivolizar sobre las "relaciones" íntimas entre nosotros los animales y nuestros tutores. Nosotros como ve, tenemos un mayor autoconcepto y respeto por los humanistas carentes de humanidad, que critican nuestras relaciones familiares y de manada. Lamento por lo tanto su mentalidad radical y humanista, tan poco solidaria y universal que se desprende de su texto.
Entiendo la sorpresa que usted se ha llevado a su edad, al descubrir que los animales formamos parte del prójimo. Tiene usted razón: es un problema del mundo occidental, pero por lo que veo también de usted mismo. Los orientales se dieron cuenta, ocho siglos antes de Cristo, y siguen considerando como prójimo cualquier ser vivo independientemente de su morfología, gracias a la cual usted discrimina como buen humanista unas especies de otras.
Incurre usted en varias contradicciones, cuando atribuye al mundo moderno una relación "arbitraria y artificial" (¿se refiere usted a los animalistas?), y critica a la vez la sensibilidad social y la pujanza del "fundamentalismo animalista", han conducido a una desmesurada deshumanización de la fauna doméstica y salvaje. Entiendo lo solo y lo mal que debe sentirse usted como consecuencia de su insensibilidad social con los animales. No se preocupe, es lógico que no entienda nuestro mundo emocional.
Y, hombre, don Rubén, que nuestra corriente animalista llegue ahora a occidente (y que tanto le preocupa), no quiere decir que no haya existido antes. Ha citado usted a Perrault y a Esopo, que dio voz a los animales antes que Walt Disney. Se le ha olvidado citar a Rómulo y Remo, fundadores del mundo occidental y de la ciudad de Roma, los cuales fueron amamantados por la Loba Luperca. Y puede retroceder unos cuantos de miles años más para ver como los egipcios adoraban al dios Anubis, el cual tenía cuerpo de hombre y cabeza de perro. Le recomiendo por lo tanto que amplíe sus miras y su bibliografía, y que además de Esopo y Perrault, grandes amantes de los animales, se lea "Siddharta", libro de Herman Hesse que narra la historia del Buda universalista y que usted como buen humanista seguramente no entienda.
Lo normal señor Amón, es que los perros ladremos y hablemos, lo realmente inaudito es que algunos hombres no sepan "morderse la lengua", contener su rabia, y que se inmiscuyan en las relaciones íntimas y afectivas que se dan entre miembros de distintas especies. Lo siento. LLega usted tarde con su fundamentalismo humanista a pretender ponerle puertas al campo a nuestras relaciones de manada y de familia. Eso sí que es fundamentalismo sin fundamento. Entiendo que para usted el perro no sea el mejor amigo del hombre, y que se decline por el lobo feroz. Permítame que dude sin cuestionar los feroces principios progresistas de la "Caperucita roja" de su boligrafo, cuando pretende limitar el derecho de libre expresión emocional entre las distintas especies, bajo el formato que fuere. Ninguna autocrítica previa sobre la sobre humanización del hombre, cuando traicionó y abandonó la naturaleza. Los animales a diferencia de usted, sentimos la pérdida de cualquiera de nuestros tutores, por eso lo último que hacemos es recordar , como usted ha hecho, hechos tan vergonzantes y execrables para los humanistas con un mínimo de humanidad, como son las ejecuciones de Excálibur y Cecil, entre otros, ironizando sobre ellas.
Califica usted de "histerismo", el comportamiento que la sociedad sensible manifestó a la hora de impedir el sacrificio de Excálibur, el perro de Teresa Romero, injustamente ejecutado en base al principio de precaución, y no al de prevención, como hubiera sido haberle aislado, tomando ejemplo de varios casos similares ocurridos en la mismas fechas en países como Estados Unidos. También le molesta. Ironiza con respecto a la excesiva repercusión, y la sentida acogida que tuvo en el mundo el asesinato de Cecil, el león acribillado cobardemente y sin ningún motivo a balazos, en un safari, por el dentista (y humanista) Robert Mugabe en Zimbabwe, y que dejó viuda a su hembra y huérfanos a sus hijos: "Otra cosa es que le hubiera picado una serpiente venenosa". Lo dice usted desde su altivez humanista y fundamentalista, que puede decir todo lo que quiera, porque sabe que nunca será fusilado. Otra cosa es que usted tuviera el valor de pronunciar estas palabras, delante de la manada huérfana y viuda. Ahora se entiende mejor el título de su libro: "El tigre mordió a Cristo", en la cual vemos como de la mordedura de los animales (disculpe, de "las fieras"), no se libran ni los dioses más humanos. ¡Qué horrible!
Lamento que no haya tenido usted la oportunidad de haber entablado una relación de profunda amistad con algún animal que pudiera haberle hecho cambiar de opinión. ¿No cree usted señor Amón, que ya tenemos bastantes muestras de odio y de maltrato, para que venga usted a criticar los excesos desmedidos de cariño que nos profesamos entre especies? Habla usted de los deberes que los tutores tienen de tratar a sus mascotas, como usted desea. ¿Con qué derecho se inmiscuye usted en nuestras vidas, pretendiendo decirnos como tenemos que relacionarnos con nuestras mascotas? ¿Con qué conocimiento de causa? Me imagino si piensa esto de los cuadrúpedos como una servidora, que opinará sobre los bípedos como los homínidos, antecesores de los humanistas, y que tienen costumbres tan similares a las humanas: ¡qué horror!, ¿verdad?
Existen muchas diferencias entre su especie y la mía señor Amón. La primera es que tenemos unas mínimas nociones de su idioma, que nos permite entender a su especie. Usted es incapaz de interpretar un solo ladrido. Y por supuesto no me le imagino ladrando: no le daría a usted tiempo, entre tanta mordedura. Siento por lo tanto, darle varios disgustos, por su animadversión a la voz animal, y por las apariencias humanas de mi especie. Disculpe usted en primer lugar, por el rechazo que puede provocarle mi chaleco verde, el cual llevo por prescripción veterinaria, durante estos duros meses de invierno. Me disculpo públicamente, cosa bastante improbable en usted. Y disculpe por caminar por encima de la tierra, y del césped, con más respeto y cuidado del que usted escribe. Usted pisa la tierra, y nosotros los animales andamos descalzos sobre ella.
Acusa usted a la actual "deificación" (sic), de los animales, no a Esopo ni a Perrault, sino a Walt Disney por poner voz a los animales, y hacer más inteligibles sus películas a los niños. Verá usted, don Rubén: los animales siempre hemos tenido voz propia, otra cosa es que usted haya hecho oídos sordos a todas las especies. Permítame una recomendación: salga un instante al parque y escuche la voz de las "fieras", como usted dice. Escuche el piar de los pájaros, el ladrido de los perros, y compárelos luego con el griterío humanista que usted deifica. Es posible que usted deje de tener esas idealizaciones y esas deificaciones, que de una manera distorsionada ve en las relaciones con nuestros tutores. Todavía está a tiempo de reconciliarse con el mundo animal y natural que le rodea, ¡créame!
¿Ha olvidado usted señor Amón, su condición de animal racional de dos piernas? Me resulta curioso, cuando no llamativo, que no hable usted de sus relaciones con los animales, ni que tampoco especifique dónde están para usted los límites de lo que usted considera relación normal con el mundo animal. Y mucho menos habla de nuestros derechos. Es lo mínimo que una persona (perdón un humano) integra, puede hacer cuando habla de seres indefensos, desprotegidos y maltratados. Pero usted ha preferido arremeter y entrometerse, como un lobo solitario en las relaciones íntimas y emocionales entre nosotros los animales y nuestros tutores. La mordedura de un lobo solitario don Rubén, es mucho más cruel, dañina y feroz, que la del lobo de mayor pedigrí. En primer lugar por su carga consciente de premeditación, y en segundo lugar por su falta de compasión cuando no le importa herir de forma gratuita el alma y los sentimientos de nuestras manadas y nuestras familias. Espero (no así confío), que con el transcurso del tiempo, y en la medida en que le sea posible, logre adiestrar el fiero humanista que lleva usted dentro.
Da la impresión, después de leer el texto ,que según usted es mejor la indiferencia que un cariño desmedido y exacerbado con respecto a nosotros, y al final termina convirtiéndose cuando actúa como verdugo, en su propia víctima, por su forma de relacionarse y de dirigirse hacia ciertos colectivos y personas. Piensa usted, ilustrado don Rubén, que "la humanización de los animales corresponde a la deshumanización de los hombres". Ignora que al hombre no le hace falta ningún animal para deshumanizarse. Basta con leer su artículo. El hombre señor Amón se deshumaniza cada día a sí mismo. La verdadera grandeza de lo humano, es el amor y la defensa por los más débiles.
Califica de hipócritas y de cínicas las actitudes de los veganos y de los vegetarianos, y para ello justifica y argumenta la existencia de un gran stock de animales sacrificados en los mataderos. Su exacerbado y desmedido humanismo, le impide entender que reduciendo la demanda animal como consumidores, se puede evitar una oferta y una sobreoferta de sacrificio animal. Dice usted que "el urbanita tiene una percepción idealizada de la naturaleza, y que ha convertido la fiera (sic), en un semejante", y confunde y tergiversa el término "semejante" con el de "amigo". Califica de "caspa y de facherío", la actitud de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, por liberar a "las fieras" (sic) del circo, y por pelear la sentencia del Supremo que habilita las corridas (torturas) de Toros en La Monumental. Y a continuación equipara la cultura con una corrida de toros, cuando afirma que ahora los catalanes tienen que emigrar a Francia para ver una corrida, como en su día hicieron los españoles con las películas de Buñuel.
Pero cuál es mi sorpresa, cuando una descubre al final de su ponencia anti animalista, que no solo los animales dotados de voz y que hablan tienen la culpa. Parte de la culpa recae también sobre ¡¡los peluches!!: "La sociedad ha deificado el peluche, a expensas de los deberes con el humano hombre". Porque el hombre nunca se comporta como una fiera, ¿verdad señor Amón? Entiendo que el peor regalo que podrían hacerle no sería un peluche, sino un animal de la especie que fuera. Demasiada ternura para tanto desprecio, y demasiados riesgos, ante tanta incertidumbre. Así que ya no solo es Esopo, Perrault, Walt Disney, es la sociedad la culpable del mal uso que ha hecho de los peluches (no del maltrato). Esos muñecos con forma animal que no tienen voz, pero que han facilitado el enriquecimiento personal de las relaciones humanas, y el desarrollo cultural desde la infancia, reconciliándonos con el medio natural que un día abandonamos y que aún muchos aborrecen. Siento también su posible y desafortunada experiencia con los muñecos, don Rubén. Lo ha tenido usted que pasar mucho peor que muchos miembros de nuestra especie que siguen muriendo abandonados, torturados y asesinados por su especie. Yo por el contrario, tengo el inmenso privilegio de trabajar a diario con estos compañeros a los que usted llama peluches. Un peluche señor Amón, es mucho más inocente e inofensivo que usted cuando escribe. El hombre lobo, y el lobo solitario, aún tienen mucho que aprender de los peluches y de los animales.
Firmado:
Kutxi Meléndez
🐾
Jefa Redactora de La Pluma Verde
José Luis Meléndez. Madrid, 11 de febrero del 2017
10 de febrero de 2017
La firma de Donald Trump
El electroencefalocardiograma cerebral y emocional del Presidente de los Estados Unidos
El presente informe ha sido confirmado con posterioridad, por un grupo de psiquiatras. Ver artículo(pulsar aquí)
Esta es la firma de Trump; el electroencefalocardiograma cerebral y emocional del Presidente de los Estados Unidos. No hace falta ser grafólogo como el que suscribe, para interpretar este trazado. Si pasásemos nuestra mano por encima de esta grafía, descubriríamos que es una escritura "que pincha".
Rasgos a considerar:
Como se puede ver se trata de una firma ilegible (oculta su nombre), con una presión muy intensa. Llama la atención la ausencia de curvas. El cuerpo o la caja central de la escritura es el de una escritura muy ligada. El trazado es monótono con presión uniforme, y la firma la realiza en dos fases. Llama poderosamente la atención, los impulsos irrefrenables de los tres picos.
Finaliza su ejecución con una presión y una inclinación más intensa que la inicial.
Breve análisis:
He aquí un resumen de las intensas subidas y bajadas que nos depara su legislatura:
La escritura refleja cierta inestabilidad emocional, impetuosidad en el carácter, y firmeza en las formas. Los rasgos de ocultación de la personalidad, nos hablan de una persona que no suele mostrarse como es. El trazado monótono en la presión nos habla de falta de emotividad. Existen importantes gestos de autoafirmación, que se mantienen durante todo el trazado. La excesiva angulosidad en su unión con las demás letras, nos habla de cierta dureza en el trato, y la escritura excesivamente ligada de una persona sociable y astuta. La caja de escritura o cuerpo central, llega a "dispararse" en varias ocasiones hacia arriba, lo cual indica importantes pérdidas de control, que intenta refrenar sin conseguirlo, ya que como vemos se mantienen hasta el final. Termina la firma con una mayor intensidad de la inicial, lo cual nos habla de una persona que tiende a imponerse y a reafirmarse en sus convicciones.
Nota:
Los rasgos psicológicos descritos anteriormente, son rasgos aislados, obtenidos exclusivamente a través de la firma. Para tener un análisis completo, es necesario cotejar dicha firma, con un documento escrito, del cual no se dispone a fecha de hoy.
José Luis Meléndez. Madrid, 10 de enero del 2017
Fuente de la imagen: elperiodico.com
El presente informe ha sido confirmado con posterioridad, por un grupo de psiquiatras. Ver artículo(pulsar aquí)
Esta es la firma de Trump; el electroencefalocardiograma cerebral y emocional del Presidente de los Estados Unidos. No hace falta ser grafólogo como el que suscribe, para interpretar este trazado. Si pasásemos nuestra mano por encima de esta grafía, descubriríamos que es una escritura "que pincha".
Rasgos a considerar:
Como se puede ver se trata de una firma ilegible (oculta su nombre), con una presión muy intensa. Llama la atención la ausencia de curvas. El cuerpo o la caja central de la escritura es el de una escritura muy ligada. El trazado es monótono con presión uniforme, y la firma la realiza en dos fases. Llama poderosamente la atención, los impulsos irrefrenables de los tres picos.
Finaliza su ejecución con una presión y una inclinación más intensa que la inicial.
Breve análisis:
He aquí un resumen de las intensas subidas y bajadas que nos depara su legislatura:
La escritura refleja cierta inestabilidad emocional, impetuosidad en el carácter, y firmeza en las formas. Los rasgos de ocultación de la personalidad, nos hablan de una persona que no suele mostrarse como es. El trazado monótono en la presión nos habla de falta de emotividad. Existen importantes gestos de autoafirmación, que se mantienen durante todo el trazado. La excesiva angulosidad en su unión con las demás letras, nos habla de cierta dureza en el trato, y la escritura excesivamente ligada de una persona sociable y astuta. La caja de escritura o cuerpo central, llega a "dispararse" en varias ocasiones hacia arriba, lo cual indica importantes pérdidas de control, que intenta refrenar sin conseguirlo, ya que como vemos se mantienen hasta el final. Termina la firma con una mayor intensidad de la inicial, lo cual nos habla de una persona que tiende a imponerse y a reafirmarse en sus convicciones.
Nota:
Los rasgos psicológicos descritos anteriormente, son rasgos aislados, obtenidos exclusivamente a través de la firma. Para tener un análisis completo, es necesario cotejar dicha firma, con un documento escrito, del cual no se dispone a fecha de hoy.
José Luis Meléndez. Madrid, 10 de enero del 2017
Fuente de la imagen: elperiodico.com
6 de febrero de 2017
Al fondo a la izquierda
Muy pocos saben llegar, estar, e irse
Disculpen ustedes el inciso, pero José Antonio Alonso no se ha muerto; se ha ido. Se ha muerto tal vez para los ateos. El agnóstico es la media entre un creyente y un ateo. El medio creyente, y el medio ateo, tiene sus dudas, y vive sus respectivas etapas de incredulidad y de esperanza. Por eso para los creyentes, y para los agnósticos, Toño (como así le llamaban los más cercanos), simplemente se ha ido. Porque la vida de la que hoy disfrutamos todos, incluso los incrédulos, está hoy más viva, gracias a las conquistas de las libertades y de los corazones que este juez conquistador, ha preferido dejarnos.
José Antonio fue progresista antes que socialista, y defensor de las libertades, antes que juez. Lo llevaba escrito en su rostro. Tenía (tiene), una mirada noble, y a la vez penetrante, y una sonrisa de seductor que le hizo ganar amigos en otras bancadas, donde otros solo veían adversarios personales e ideológicos. Sus compañeros, según ha trascendido a los medios, le definen como una persona muy cordial, y un excelente creador de ambientes.
Jose Antonio Alonso, sabía diferenciar lo personal de lo ideológico. Ganaba en las distancias cortas. Por eso su nombre era más reconocido que su apellido. Su relación con la entonces portavoz, y hoy Vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, fue cordial, y en algunos momentos hasta cómplice. La Vicepresidenta ha tenido palabras emotivas, cuando se le ha preguntado por él: "decía que aprovecháramos el tiempo, y que nos fijáramos en lo importante de la vida. Que no nos dejásemos llevar por la superficialidad". Unas palabras que definen la profundidad de pensamiento, y la humanidad de su personalidad.
Muy sentidas, han sido, las palabras de su íntimo amigo, José Luis Rodríguez Zapatero, también leonés, y con el cual ha compartido sus vivencias desde la infancia. El expresidente ha enfatizado la coherencia de Alonso, en lo personal y en lo público:"Nunca he tenido un amigo más íntegro que José Antonio Alonso", ha declarado.
José Antonio, tenía más aires de compañero que de amigo. Un compañero a diferencia de un amigo, sabe estar presente cuando se le necesita. Y el ministro, el juez, el socialista, el progresista, y el político, supieron estar al lado de la sociedad que le necesitaba.
Durante su intensa y corta estancia, ha dejado una estela luminosa de logros y "progresos". En el año 1988 ascendió a magistrado. Un año más tarde fue nombrado juez penal en Madrid, y poco después, magistrado de la Audiencia Provincial de Madrid, cargo que ocupó hasta su muerte. Entre 1994 y 1998, fue el portavoz de Jueces para la Democracia. En 2001 fue elegido vocal en el Consejo General del Poder Judicial, cargo que abandonó en 2004, año en el que fue nombrado Ministro del Interior. Dos años después se encargó de la cartera de Defensa. En el año 2008, se presenta como cabeza de lista por León, y derrota al candidato popular, Juan Morano Masa. Posteriormente fue nombrado Portavoz del grupo socialista en el Congreso en el año 2008. Tres años después En el año 2012, renunció a su escaño, y se reincorporó a la carrera judicial como magistrado de lo penal de la Audiencia Provincial de Madrid.
José Antonio Alonso supo manejar los tiempos y dejar la política, como lo hacen los grandes. No tenía apego por los cargos. Lo importante para él era la vida, su vida, y la de los suyos. Alegó en la última etapa de su carrera, motivos personales. Fue un político que supo llegar, estar e irse; un gesto muy poco común en nuestros días.
El único antecedente médico grave que ha trascendido sobre su persona, fue el ocurrido el 10 de junio del 2011, fecha en la cual sintió un fuerte dolor de cabeza, mientras almorzaba con unos amigos, y fue hospitalizado. Tiempo después se le detectó un cáncer de pulmón. El juez, ha llevado su enfermedad de una manera discreta, con una enorme entereza. Hoy nos ha sorprendido a todos su partida. Un maldito cáncer, se ha llevado a este chaval de 56 años.
Su temprana marcha, le hace a uno reflexionar sobre lo efímero de la vida. Hay que aprovechar la vida al minuto. Tenía razón este compañero social, maestro de la vida, y aprendiz de la nada, cuando dirigió aquellas palabras a la Vicepresidenta: "hay que aprovechar la vida". Se ha ido joven, tranquilo, y satisfecho por su entregada y fructífera herencia social.
Hoy, como el que pudiera presentir su partida, ha decidido adquirir su billete de viaje. Por eso tal vez ha elegido al igual que aquella ocasión en la que se sintió mal, la estación del Hospital Ramón y Cajal. Una estación de salida desde la cual ha preferido realizar este último trayecto en transporte público, como buen socialista de raza y de primera línea que demostró ser.
El señor Alonso ha encontrado la libertad tan merecida por la que tanto luchó. Lo ha hecho después de hacer con su toga una sociedad más equitativa con los más débiles. No sabemos cuál será su próxima parada. Eso es lo de menos. Lo más significativo es que ha preferido esperar, y atender a los demás, antes de tomar el discreto asiento que posiblemente existe más allá; al fondo a la izquierda.
José Luis Meléndez. Madrid, 2 de febrero del 2017
Fuente de la imagen: Flick.com
Disculpen ustedes el inciso, pero José Antonio Alonso no se ha muerto; se ha ido. Se ha muerto tal vez para los ateos. El agnóstico es la media entre un creyente y un ateo. El medio creyente, y el medio ateo, tiene sus dudas, y vive sus respectivas etapas de incredulidad y de esperanza. Por eso para los creyentes, y para los agnósticos, Toño (como así le llamaban los más cercanos), simplemente se ha ido. Porque la vida de la que hoy disfrutamos todos, incluso los incrédulos, está hoy más viva, gracias a las conquistas de las libertades y de los corazones que este juez conquistador, ha preferido dejarnos.
José Antonio fue progresista antes que socialista, y defensor de las libertades, antes que juez. Lo llevaba escrito en su rostro. Tenía (tiene), una mirada noble, y a la vez penetrante, y una sonrisa de seductor que le hizo ganar amigos en otras bancadas, donde otros solo veían adversarios personales e ideológicos. Sus compañeros, según ha trascendido a los medios, le definen como una persona muy cordial, y un excelente creador de ambientes.
Jose Antonio Alonso, sabía diferenciar lo personal de lo ideológico. Ganaba en las distancias cortas. Por eso su nombre era más reconocido que su apellido. Su relación con la entonces portavoz, y hoy Vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, fue cordial, y en algunos momentos hasta cómplice. La Vicepresidenta ha tenido palabras emotivas, cuando se le ha preguntado por él: "decía que aprovecháramos el tiempo, y que nos fijáramos en lo importante de la vida. Que no nos dejásemos llevar por la superficialidad". Unas palabras que definen la profundidad de pensamiento, y la humanidad de su personalidad.
Muy sentidas, han sido, las palabras de su íntimo amigo, José Luis Rodríguez Zapatero, también leonés, y con el cual ha compartido sus vivencias desde la infancia. El expresidente ha enfatizado la coherencia de Alonso, en lo personal y en lo público:"Nunca he tenido un amigo más íntegro que José Antonio Alonso", ha declarado.
José Antonio, tenía más aires de compañero que de amigo. Un compañero a diferencia de un amigo, sabe estar presente cuando se le necesita. Y el ministro, el juez, el socialista, el progresista, y el político, supieron estar al lado de la sociedad que le necesitaba.
Durante su intensa y corta estancia, ha dejado una estela luminosa de logros y "progresos". En el año 1988 ascendió a magistrado. Un año más tarde fue nombrado juez penal en Madrid, y poco después, magistrado de la Audiencia Provincial de Madrid, cargo que ocupó hasta su muerte. Entre 1994 y 1998, fue el portavoz de Jueces para la Democracia. En 2001 fue elegido vocal en el Consejo General del Poder Judicial, cargo que abandonó en 2004, año en el que fue nombrado Ministro del Interior. Dos años después se encargó de la cartera de Defensa. En el año 2008, se presenta como cabeza de lista por León, y derrota al candidato popular, Juan Morano Masa. Posteriormente fue nombrado Portavoz del grupo socialista en el Congreso en el año 2008. Tres años después En el año 2012, renunció a su escaño, y se reincorporó a la carrera judicial como magistrado de lo penal de la Audiencia Provincial de Madrid.
José Antonio Alonso supo manejar los tiempos y dejar la política, como lo hacen los grandes. No tenía apego por los cargos. Lo importante para él era la vida, su vida, y la de los suyos. Alegó en la última etapa de su carrera, motivos personales. Fue un político que supo llegar, estar e irse; un gesto muy poco común en nuestros días.
El único antecedente médico grave que ha trascendido sobre su persona, fue el ocurrido el 10 de junio del 2011, fecha en la cual sintió un fuerte dolor de cabeza, mientras almorzaba con unos amigos, y fue hospitalizado. Tiempo después se le detectó un cáncer de pulmón. El juez, ha llevado su enfermedad de una manera discreta, con una enorme entereza. Hoy nos ha sorprendido a todos su partida. Un maldito cáncer, se ha llevado a este chaval de 56 años.
Su temprana marcha, le hace a uno reflexionar sobre lo efímero de la vida. Hay que aprovechar la vida al minuto. Tenía razón este compañero social, maestro de la vida, y aprendiz de la nada, cuando dirigió aquellas palabras a la Vicepresidenta: "hay que aprovechar la vida". Se ha ido joven, tranquilo, y satisfecho por su entregada y fructífera herencia social.
Hoy, como el que pudiera presentir su partida, ha decidido adquirir su billete de viaje. Por eso tal vez ha elegido al igual que aquella ocasión en la que se sintió mal, la estación del Hospital Ramón y Cajal. Una estación de salida desde la cual ha preferido realizar este último trayecto en transporte público, como buen socialista de raza y de primera línea que demostró ser.
El señor Alonso ha encontrado la libertad tan merecida por la que tanto luchó. Lo ha hecho después de hacer con su toga una sociedad más equitativa con los más débiles. No sabemos cuál será su próxima parada. Eso es lo de menos. Lo más significativo es que ha preferido esperar, y atender a los demás, antes de tomar el discreto asiento que posiblemente existe más allá; al fondo a la izquierda.
José Luis Meléndez. Madrid, 2 de febrero del 2017
Fuente de la imagen: Flick.com
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