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6 de junio de 2016

Las fichas verdes

Los animalistas han conseguido con escasos recursos, más progresos que los partidos tradicionales

Dentro de unas horas, se inicia oficialmente la campaña electoral de las elecciones generales, que tendrán lugar el veintiséis de junio, y en la cual llevamos inmersos desde noviembre del 2015. La política, que hace años dejó de ser lo que era, ahora es una nueva religión, en dónde todas las promesas son dogmas de fe. Un concurso de adivinanzas, en donde los electores tienen que adivinar cuál de las cientos de medidas que prometen las distintas fuerzas cumplirán.

El partido A promete una, dos y tres medidas. El partido B, cuatro, cinco y seis. El partido C, siete, ocho y nueve, y el partido D, diez, once y doce. ¿Está usted seguro si vota al partido C, que va a cumplir las medidas siete, ocho y nueve, y que en última instancia no le vayan a hacer un uno, cinco, siete, teniendo en cuenta que tiene que someterlas a consenso con otra, u otras fuerzas representativas?

Los expertos en trilerismo electoral recomiendan no decir la verdad a los electores, ni manifestar de antemano con que grupo político se piensa llegar a un acuerdo, ni presentar el patrimonio de cada organización, haciendo un gesto de transparencia. Algo así como hacen los ciudadanos y las empresas honorables todos los años ante El Estado, para evitar de esta manera nuevos casos de corrupción. Los partidos siguen jugando con la palabra de los electores, y empleando la misma técnica que en anteriores comicios, es decir, prefieren cerrar sus acuerdos a última hora de espaldas a estos.

Otros políticos aprovechan para viajar a Venezuela, y olvidarse unos días de los temas nacionales, para lucir un moreno electoral que atraiga la intención de voto de sus electores. Una vez llegados a España, en lugar de proponer medidas, para evitar que se den las circunstancias de allí, como son la desatención de las necesidades básicas de sus ciudadanos, y el incumplimiento del programa electoral, aterrizan una vez llegados a España, con su impotencia y su alma en pena, en lugar de proponer la inclusión de un revocatorio nacional, en todos los programas electorales.

En resumidas cuentas, algunas fuerzas han irrumpido en el tablero del parchís, y han intentado con la incorporación de nuevos colores atraer la atención de los jugadores, pero las normas del juego siguen siendo las mismas. El color azul del pepé y el rojo del PSOE, se mantienen. El amarillo ha sido sustituido por el naranja de C's, y algunos "ecologistas", y "animalistas", parece que han dejado desteñir su color verde, y lo han subordinado a otros fines más espurios, humanistas y burocráticos, aliándose con otros grupos del arco parlamentario. Menos mal que aún existen organizaciones ecologistas y animalistas que velan de una forma más comprometida, independiente y desinteresada por el medio ambiente.

Muchos amantes de los animales hemos podido ver este sábado en "La familia pregunta", un especial del programa La Sexta Noche, en compañía de nuestras mascotas, y la intervención del señor Iglesias, en compañía de su inseparable boli BIC anti estrés. Y si se han fijado la cara que han puesto nuestras pobres criaturas, al ver la expresividad facial del líder podemita, ha sido mucho más significativa, que su intento de coger el mando a distancia con sus pezuñas como diciéndonos: "este tío, nos la está pegando".

Uno se puede arrepentir de votar a un partido tradicional, pero nunca se arrepentirá de haber entregado su confianza a un partido que se juega el tipo por defender su programa en la calle.

Imagino que los dos perros podemitas del señor Iglesias habrán hecho lo propio, y habrán cambiado su intención de voto, al verdadero partido de los animalistas, es decir al PACMA (Partido Animalista Contra el Maltrato Animal). Porque si hubieran tenido acceso a la traducción simultánea de su intervención en lenguaje canino, es posible que hubiesen huido despavoridos a solicitar ayuda psicológica a El Refugio.

Y es que los políticos, esos caballeros honorables que siempre cumplen sus promesas, ya han empezado a enseñar las patitas de sus programas electorales. El señor Iglesias, ha demostrado ser mucho más progresista que su programa (qué pena). Imagino una llamada a la centralita de Podemos para dilucidar el voto: Gracias por llamar. Acaba de ponerse en contacto con Unidos Podemos (separados es imposible). Para hablar con socialdemocracia, pulse 1. Con comunismo, pulse 2. Con independentismo, pulse 3. Con confluencias, pulse 4. Con mareas, pulse 5. Con ecologismo, pulse 6. Con animalistas, pulse 7. Si quiere saber cuál de los programas aplicaremos, permanezca a la espera. Su llamada ha sido transferida.

A preguntas en dicho programa por parte de Ruth Sarasa, filóloga en paro de 36 años, la cual cuestiona la escasa implicación de Podemos con los animales, el señor Iglesias propone para acabar en España con el maltrato hacer referéndums en los ayuntamientos del territorio nacional. Dejar que sea la sociedad la que cambie, en lugar de hacer algo para contribuir a su cambio. Y termina su argumentación con tres palabras: por sentido común. Tan pancho. Como la mascota del anuncio se ha quedado. ¿Pensará de igual forma, dejar que sea su propio partido, el que llegue al gobierno por sí mismo, sin la ayuda de ninguna campaña electoral dirigida a los electores? En otras palabras, lo que viene a decir el señor Iglesias a los animales es: sabemos que estáis sufriendo mucho e injustamente, pero no tengáis prisa. Ya saben: estamos trabajando, disculpen las molestias, enseguida vamos. Eso sí, esta medida no excluye, que los tutores de dichas mascotas, si puedan votar al señor Iglesias el día veintiséis, a nivel nacional. Porque Pablo Iglesias, quiere ser presidente de gobierno, y no se conformaría con ser Alcalde de Madrid.

En resumidas cuentas, si España según el INE cuenta con 8.125 municipios, ¿podría hacernos don Pablo un cálculo aproximado para saber en cuál de los próximos siglos venideros quedaría abolido el maltrato animal en España, hasta que votasen cada uno de estos municipios? Y otra pregunta: ¿De qué le sirve esta medida a un pueblo como Tordesillas si hace un referéndum y sale no al maltrato animal? ¿Acaso piensa don Pablo que los torturadores son tontos, y no se les ocurría celebrar dicho torneo en Torrecilla de la Abadesa, pueblo situado a escasos kilómetros de dicha localidad?

La política tradicional ha hecho un flaco favor a la sociedad, pero los partidos animalistas han demostrado ser los mejores defensores de los intereses de sus electores.

La medida del señor Iglesias como se puede ver, es menos inteligente de lo listo que es él. Qué pena que por culpa de este derroche de neuronas en su programa electoral, los animales tengan que seguir sufriendo el maltrato. Lo que viene a decir el programa de Podemos es que la formación no está a favor de una Ley Nacional contra el Maltrato Animal. Y esta, es otra de las diferencias adicionales entre los animalistas de la casta, y los que pertenecen a organizaciones y partidos independientes, que centran su total atención en el bienestar de los animales, y no los utilizan en sus programas electorales como reclamo, ya que la mayoría no concurren a las urnas.

El mérito de las organizaciones y partidos animalistas independientes, es que teniendo menos recursos, cuentan con un voluntariado mucho más vocacional y comprometido. Muchos de ellos se pagan sus viajes, e incluso de ven agredidos e insultados en sus actos. Los animalistas han conseguido con escasos recursos, más progresos que los partidos tradicionales. La mayor parte del tiempo lo pasan en la calle y no encerrados en el Congreso durante cuatro años.

Ahora sabemos que ni el PSOE ni Unidos Podemos (con círculos animalistas), estaban muy interesados en acabar con la muerte del Toro de La Vega. El PSOE porque tiene un alcalde socialista en Tordesillas, que según ha declarado piensa recurrir el indulto que en fechas recientes ha concedido la Junta de Castilla y León del Partido Popular al Toro de La Vega. Y Unidos Podemos no contempla en su programa la aprobación de una Ley a nivel nacional para abolir el maltrato animal en España, como sí lo hace el PSOE y Ciudadanos, ni un referéndum a nivel nacional, en el mismo sentido. Ya lo ven. Al final va a resultar, que el Partido Popular, defensor de la tauromaquia (maltrato animal en términos coloquiales), es el más progresista de todos los que concurren a las urnas.

Algunos ciudadanos, no entienden a las personas que votan a un partido animalista cómo PACMA, y piensan que sus medidas están centradas en los animales. Si uno entra en pacma.es, en el apartado conócenos, programa electoral, podrá ver cómo además del capítulo de animales, existen otros cómo un nuevo marco político, economía, empleo y vivienda, sanidad y educación, cultura y nuevas tecnologías o políticas de igualdad.

Uno se puede arrepentir de votar a un partido tradicional, pero nunca se arrepentirá de haber entregado su confianza a un partido que se juega el tipo por defender su programa en la calle. Ante la duda o la abstención, es sin duda la mejor opción. En los últimos años la política tradicional ha hecho un flaco favor a la sociedad, pero los partidos animalistas han demostrado ser los mejores defensores de los intereses de sus electores, y están contribuyendo a dignificar la marca España de su país. Ya que los políticos no hacen nada por nosotros, al menos que alguien lo haga algo por los animales. En vista de lo que antecede una cosa ha quedado clara: las fichas verdes, nunca serán iguales que las moradas. Por mucho que algunos se empeñen.

José Luis Meléndez. Madrid, 5 de junio del 2016

Fuente de la imagenes: Flickr.com (1 y 3), Pacma.es(2).

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