Algunas fuerzas, en lugar de centrarse, exigen a las fuerzas del centro radicalizarse
Hace un mes escaso, el 15M ha cumplido su quinto aniversario. La Pluma en Ristre, hoy recuerda "El picotazo", la columna que escribió, inspirada en aquellos ciudadanos que estaban reunidos el 12 de Mayo del 2012, celebrando el primer aniversario, en La Puerta del Sol. Algunas fuerzas políticas, enseguida se aproximaron a escuchar las nuevas propuestas. Las mismas que durante años han utilizado dicho movimiento, intentado sacar un rédito electoral en su intención de voto.
Lo sorprendente, es que estas fuerzas han ido politizando y radicalizando su discurso, y en lugar de reunirse de forma pacífica en las plazas de los pueblos, todavía hablan hoy en día, de una manera poco democrática, cuando expresan sus deseos de asaltar los cielos. El saludo o grito mudo del 15M, que consistía en enseñar las palmas de las manos y agitarlas, lo han sustituido por el puño amenazante, y su lenguaje se ha tornado de un blanco de cal viva.
Detrás de este grupo de ciudadanos, provenientes de todos los partidos (recordemos que es un movimiento ciudadano), no había guardias civiles, preparados, esperando la orden de detención de algunos ciudadanos, por parte de ninguna boina morada, ni del chaleco militar de ningún comandante intelectual, uniformado de ideólogo. La palabra por medio de la propuesta, y no la fuerza, era y es su herramienta más eficaz. El lenguaje pacifico, y no el militarista, revolucionó no solo a los españoles, sino que la onda expansiva, saltó a otros países como Estados Unidos y China. Recordemos la revolución de los paraguas.
El 15M, no fue un movimiento político, sino social. A juzgar por su comportamiento pacífico y civilizado, no eran personas indignadas, sino desencantadas con la política tradicional, la cual no ofrecía soluciones a los ciudadanos, a la vez que atentaba contra sus derechos elementales. Es decir, era un movimiento pacífico, tranquilo, que no actuaba desde el radicalismo.
Hasta entonces, es posible que a muchos ciudadanos, les falten motivos para sonreír. Por mucho que algunos les ofrezcan sus emoticonos.
Resulta hoy por tanto paradójico, que algunas fuerzas radicales, se reconozcan a sí mismas "herederas del movimiento", cuando su discurso, su lenguaje pacifico, y su diversidad ideológica, está más representado en sus formas, y en parte de su trasfondo, en el centro progresista y social. El centro, es el punto medio, entre la izquierda y la derecha. Entre arriba y abajo. Es el verdadero punto de confluencia. Es el ascensor o la escalera en la que nos encontramos los vecinos de la comunidad. En el centro está el pacto, y el acuerdo hacia izquierda y derecha.
Los datos del CIS, publicados ayer día 19, muestran un nuevo bipartidismo muy polarizado, algo que no es bueno a la hora de formar consenso, debido a lo antagónico que son los programas electorales. No hemos adelantado nada. Seguimos en la España del bipartito, desde Unamuno y Machado. Es posible que a algunos medios de comunicación polarizados, los mismos que realizan encuestas, les interese este escenario fragmentado y enfrentado.
El 15M enseñó a los ciudadanos, que al radicalismo no se le puede combatir con más radicalismo. Algunas fuerzas no han entendido su mensaje, y siguen utilizando la genealogía social del 15M, para justificar su identidad política. Es imposible unir a los ciudadanos, como estas fuerzas preconizan en su eslogan (Unidos Podemos), desde los extremos, y menos desde uno de ellos. Solo desde una posición centrada, es desde donde se podrán materializar los pactos, y tender puentes a izquierda y a derecha, como se demostró en la Transición Española. Pero parece que algunos no les interesa ese escenario de consenso, y en lugar de centrarse, exigen al centro social del Psoe radicalizarse, sin importarles volver a vernos enfrentados.
Podemos, demostró las pasadas elecciones, no estar dispuesto a centrarse ni a escorarse hacia el centro social y progresista, representado por Ciudadanos y los socialistas. Resulta contradictorio proponer referéndums, y a la vez presentarse a la sociedad con el eslogan "Unidos Podemos" (separar a los españoles), y pretender con su discurso, radicalizar el centro, y a la vez intentar apropiarse de los ideales de la socialdemocracia.
Es hora de formar con las líneas rojas, el corazón como el que dibujaron juntos, en su día, los ciudadanos del 15M. De recordar a nuestros representantes, que nosotros los ciudadanos, sabemos estar juntos y a la altura de las circunstancias cuando las circunstancias así lo exigen. De aunar fuerzas y colores, desde la centralidad progresista y social, representada en las últimas elecciones por el Pueblo español. Ha llegado el momento de unirnos todos; de remar juntos en la misma dirección. De abrir los puños, y volver a darnos la mano. Hasta entonces, es posible que a muchos ciudadanos, les falten motivos para sonreír. Por mucho que algunos les ofrezcan sus emoticonos.
José Luis Meléndez. Madrid, 20 de junio del 2016
Fuente de las imagenes: flickrhivemind.net
Hace un mes escaso, el 15M ha cumplido su quinto aniversario. La Pluma en Ristre, hoy recuerda "El picotazo", la columna que escribió, inspirada en aquellos ciudadanos que estaban reunidos el 12 de Mayo del 2012, celebrando el primer aniversario, en La Puerta del Sol. Algunas fuerzas políticas, enseguida se aproximaron a escuchar las nuevas propuestas. Las mismas que durante años han utilizado dicho movimiento, intentado sacar un rédito electoral en su intención de voto.
Lo sorprendente, es que estas fuerzas han ido politizando y radicalizando su discurso, y en lugar de reunirse de forma pacífica en las plazas de los pueblos, todavía hablan hoy en día, de una manera poco democrática, cuando expresan sus deseos de asaltar los cielos. El saludo o grito mudo del 15M, que consistía en enseñar las palmas de las manos y agitarlas, lo han sustituido por el puño amenazante, y su lenguaje se ha tornado de un blanco de cal viva.
Detrás de este grupo de ciudadanos, provenientes de todos los partidos (recordemos que es un movimiento ciudadano), no había guardias civiles, preparados, esperando la orden de detención de algunos ciudadanos, por parte de ninguna boina morada, ni del chaleco militar de ningún comandante intelectual, uniformado de ideólogo. La palabra por medio de la propuesta, y no la fuerza, era y es su herramienta más eficaz. El lenguaje pacifico, y no el militarista, revolucionó no solo a los españoles, sino que la onda expansiva, saltó a otros países como Estados Unidos y China. Recordemos la revolución de los paraguas.
El 15M, no fue un movimiento político, sino social. A juzgar por su comportamiento pacífico y civilizado, no eran personas indignadas, sino desencantadas con la política tradicional, la cual no ofrecía soluciones a los ciudadanos, a la vez que atentaba contra sus derechos elementales. Es decir, era un movimiento pacífico, tranquilo, que no actuaba desde el radicalismo.
Hasta entonces, es posible que a muchos ciudadanos, les falten motivos para sonreír. Por mucho que algunos les ofrezcan sus emoticonos.
Resulta hoy por tanto paradójico, que algunas fuerzas radicales, se reconozcan a sí mismas "herederas del movimiento", cuando su discurso, su lenguaje pacifico, y su diversidad ideológica, está más representado en sus formas, y en parte de su trasfondo, en el centro progresista y social. El centro, es el punto medio, entre la izquierda y la derecha. Entre arriba y abajo. Es el verdadero punto de confluencia. Es el ascensor o la escalera en la que nos encontramos los vecinos de la comunidad. En el centro está el pacto, y el acuerdo hacia izquierda y derecha.
Los datos del CIS, publicados ayer día 19, muestran un nuevo bipartidismo muy polarizado, algo que no es bueno a la hora de formar consenso, debido a lo antagónico que son los programas electorales. No hemos adelantado nada. Seguimos en la España del bipartito, desde Unamuno y Machado. Es posible que a algunos medios de comunicación polarizados, los mismos que realizan encuestas, les interese este escenario fragmentado y enfrentado.
El 15M enseñó a los ciudadanos, que al radicalismo no se le puede combatir con más radicalismo. Algunas fuerzas no han entendido su mensaje, y siguen utilizando la genealogía social del 15M, para justificar su identidad política. Es imposible unir a los ciudadanos, como estas fuerzas preconizan en su eslogan (Unidos Podemos), desde los extremos, y menos desde uno de ellos. Solo desde una posición centrada, es desde donde se podrán materializar los pactos, y tender puentes a izquierda y a derecha, como se demostró en la Transición Española. Pero parece que algunos no les interesa ese escenario de consenso, y en lugar de centrarse, exigen al centro social del Psoe radicalizarse, sin importarles volver a vernos enfrentados.
Podemos, demostró las pasadas elecciones, no estar dispuesto a centrarse ni a escorarse hacia el centro social y progresista, representado por Ciudadanos y los socialistas. Resulta contradictorio proponer referéndums, y a la vez presentarse a la sociedad con el eslogan "Unidos Podemos" (separar a los españoles), y pretender con su discurso, radicalizar el centro, y a la vez intentar apropiarse de los ideales de la socialdemocracia.
Es hora de formar con las líneas rojas, el corazón como el que dibujaron juntos, en su día, los ciudadanos del 15M. De recordar a nuestros representantes, que nosotros los ciudadanos, sabemos estar juntos y a la altura de las circunstancias cuando las circunstancias así lo exigen. De aunar fuerzas y colores, desde la centralidad progresista y social, representada en las últimas elecciones por el Pueblo español. Ha llegado el momento de unirnos todos; de remar juntos en la misma dirección. De abrir los puños, y volver a darnos la mano. Hasta entonces, es posible que a muchos ciudadanos, les falten motivos para sonreír. Por mucho que algunos les ofrezcan sus emoticonos.
José Luis Meléndez. Madrid, 20 de junio del 2016
Fuente de las imagenes: flickrhivemind.net
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