Una legislatura fallida
Dice un aforismo que lo que mal empieza, mal acaba. La anterior campaña, se ha caracterizado por la falta de sintonía entre sus líderes, y por las descalificaciones personales. Durante estos tres meses los ciudadanos han asistido perplejos a ver con sus propios ojos, determinados acontecimientos y anécdotas de sus “líderes”, que quedarán impresos en sus retinas como la dimisión en bloque de algunas direcciones provinciales, como las de Podemos-Salamanca. La parálisis de la política española, ha llegado a la portada del “The New York Times”. Han faltado ganas y ha sobrado testosterona. La legislatura ha tocado a su fin. Los deseos mayoritarios de los españoles de que las fuerzas parlamentarias llegasen a un acuerdo, no han sido satisfechos. Ha sido, digámoselo claro a los españoles, una legislatura fallida. La primera de la democracia.
Los líderes
Los distintos dirigentes, y sus respectivas cúpulas, no han sabido crear el ambiente propicio, para llegar a un buen entendimiento que permitiese la constitución de un gobierno. Los políticos estaban tan ansiosos de poder, que no han tenido tiempo de quitarse el traje de campaña, ponerse un chándal, y compartir en privado una barbacoa, para limar antes de la negociación, las asperezas personales que dificultan toda negociación.
Sus señorías han vuelto de vacaciones como los malos estudiantes, a examinarse de las asignaturas suspendidas. En materia de negociación no han sido capaces de llegar a un acuerdo. En la asignatura de dibujo no han pintado nada, y han dado una pésima imagen. En materia de gimnasia han abandonado la carrera antes de llegar a la meta. En materia de religión no han tenido mucha fe ni confianza, en que el otro cambiara de opinión. En materia de matemáticas solo han dividido y restado y no han sumado ni multiplicado fuerzas. Tampoco han sabido crear la física y la química necesarias para empezar las negociaciones. En materia de lengua no han hablado lo suficiente. En materia de Historia han hecho de esta legislatura la legislatura de la vergüenza. Por suspender han suspendido hasta la asignatura de recreo, ya que les ha faltado el humor para divertirse, las ganas para cambiarse los cromos, y se han ocupado de jugar con los tronos y nombrarse a sí mismos vice delegados de curso.
Los ciudadanos se lamentan que no hayan seguido senda y la estela de la Presidenta Cifuentes y de la Alcaldesa Carmena. La política del siglo XXI, sigue siendo a juzgar por el número de “miembras” de sus cúpulas, una cosa de hombres. Los españoles han entendido la diferencia entre un líder y un macho alfa. Un líder no asombra con sus intervenciones a sus propios colaboradores. No necesita ser corregido por ellos. Tiene una actitud respetuosa, conciliadora y educada con los demás líderes. No se ensaña en público con un humilde periodista. Sabe aceptar las críticas, está preparado para ello, y defiende la pluralidad y la libertad de expresión a ultranza de todos los medios bien sean públicos o privados.
Lleva bolígrafos azules que no dibujan líneas rojas. Sabe adaptarse a las normas de convivencia y posee un fondo de armario adecuado a sus actos de representación. Es puntual en sus recepciones. No utiliza el templo de la democracia de todos los españoles como una agencia matrimonial entre los diputados. No habla de sillas y cargos antes que de programas. No emplea de forma reiterada la tercera persona del plural (nosotros), en lugar de la tercera persona (ellos), fiel representante de la suma de todos los españoles. No suele marcar territorio con sus continuas apariciones. Suele delegar y confiar en sus colaboradores equipos de negociación. No lanza puñetazos al cielo, como si el hemiciclo fuese un ring de boxeo. Acostumbra en sus declaraciones a utilizar un tono similar al de los demás diputados, lejos de utilizar un tono mitinero, vociferante, y faltón. Suele utilizar la retórica y la dialéctica propia de la vida parlamentaria, como muestra de respeto a todos los españoles. Suele centrarse en los temas y aportar soluciones, en lugar de buscar titulares. Procura no llamar la atención, ni provocar reacciones en sus adversarios ideológicos.
Los representantes de la nueva política se han caracterizado por los vetos recíprocos, una actitud poco dialogante, y han fracasado en sus intentos, al no tener en cuenta el espíritu de la Transición Española, que instauró con gran éxito Adolfo Suárez. Una política con mayúscula, sin vetos, en la cual cupimos todos los españoles, como así demostró tan insigne caballero, con la legalización de TODOS los partidos, incluido el PCE (Partido Comunista de España), con el cual no tuvo problemas para sentarse y hablar.
Los partidos
Los partidos han preferido utilizar los medios para lanzarse sus globos sonda, en lugar de crear equipos de trabajo desde el principio, e informar a los ciudadanos una vez conseguido algún acuerdo. Los medios han entrado de igual forma en ese juego, y han buscado más la audiencia, llegando muchas veces a saturar al votante y al telespectador. Tienen por lo tanto estos últimos una responsabilidad de vital importancia, como es la de no desmotivar más de lo que ya está la ciudadanía.
Los españoles han visto como algunos partidos de la nueva política ni siquiera se han sentado a hablar como es el caso del Ciudadanos y Podemos. El Partido Popular, ha dedicado la mayor parte de su tiempo a esperar, a ver pasar el tiempo, y a no comparecer. El PSOE ha renunciado a pactar con los partidos extremistas, y ha sometido a primarias su acuerdo con Ciudadanos. No ha hecho lo mismo este partido. La nueva política, en definitiva, ha pecado de tener unas cúpulas demasiado autocráticas para los nuevos tiempos que corren.
Los ciudadanos
En vista de lo que antecede, muchos ciudadanos aún perplejos, no dejan de preguntarse cómo es posible que hayamos tenido un gobierno en disfunciones que no solo no ha comparecido, sino que se ha ausentado de sus asientos, a la hora de ofrecer soluciones y explicaciones a los ciudadanos. O cómo es posible que aun existiendo tiempo para negociar, al final de la legislatura, los distintos partidos ya estaban preparando la campaña electoral. Si es realmente aceptable volver a votar a los mismos "líderes" que han fracasado en su intento de formar gobierno, sabiendo que los resultados van a ser similares a los anteriores, sin depurar antes las respectivas cúpulas de forma democrática.
Por qué está permitido el despido de un ciudadano normal de la calle, que no llega a su objetivo en su empresa, y por qué la ley no es igual para todos y cada uno de los españoles. Si habría que descontar en su defecto, parte del sueldo cobrado que ha salido de nuestras arcas públicas, por no haber llegado a su objetivo. Porqué no renuncian al sueldo que van a cobrar durante esta campaña, y lo ingresan como muestra de su solidaridad e incompetencia, en lugar de desviar la atención con los envíos de correspondencia, para contribuir a los 150 millones de euros que nos va a costar la campaña a los españoles. Y por qué si los candidatos son los mismos y nos van a decir lo mismo es necesaria la celebración de otra campaña electoral, y no se convocan ya los comicios.
El nuevo escenario
A diferencia de las elecciones pasadas, en éste nueva campaña electoral, concurren tres bloques definidos. Por un lado un bloque de centro izquierda constitucionalista, representado por Ciudadanos y PSOE. Por otro lado un bloque de izquierda anti constitucionalista IU Podemos, que antepone las soberanías e independencias regionales de las distintas autonomías del Estado español, con los votos de unos pocos, en contra de la mayoría social de todo el país. Es decir un nuevo Podemos más desmembrado, con corrientes internas y adyacentes como son los Errejonistas, los partidarios de Iglesias, las mareas, las confluencias, los ecologistas, los independentistas, y en esta campaña incluso pretenden incluir a ciudadanos del 15M, un movimiento espontáneo y anónimo sin siglas políticas. Un totum revolútum si se piensa que programa de todos se va a aplicar de llegar al gobierno.
Esta semana Izquierda unida, ha realizado una consulta que no se ha visto refrendada de igual forma por los votantes de Podemos, sin que las bases sepan el contenido de dicho acuerdo, lo cual supone un cheque en blanco al elector, como así ha declarado Cayo Lara. La decisión de concurrir en una lista única, confirma el descalabro que venía sufriendo podemos y el nuevo ascenso de Izquierda Unida, una organización que cuenta con un líder más valorado, motivo por el cual Pablo Iglesias, al contrario que en las elecciones anteriores, ha tendido la mano a Alberto Garzón.
Por último se presenta un bloque de derechas anticonstitucional, como el del Partido Popular, ya que muchas leyes y políticas que ha aprobado atentan contra algunos de los artículos contenidos en la Carta Magna. En esta ocasión el PP, intentará defender la felicidad económica por la que atraviesa España, en lugar la de todos los españoles.
Las encuestas vaticinan un nuevo escenario similar y equilibrado entre las fuerzas conservadoras y progresistas, en el que de nuevo el PSOE, jugará un papel decisivo a la hora de formar gobierno. Los socialistas tendrán que elegir entre una España social pactando a su izquierda con IU y Podemos, o por otra más constitucional representada por Ciudadanos y el Partido Popular.
El Partido Socialista tiene dos enemigos, uno externo como es el Partido Popular, y otro dentro de la casa de la socialdemocracia como es Podemos IU. Las recientes disculpas de Sánchez a Rajoy, reconociendo haber fallado en las formas, pero no en el fondo, al llamarle indecente, es posible que den paso a una futura abstención de los socialistas con objeto de salvar su casa, y evitar un suicidio en los dos sentidos.
Por su parte, las fuerzas del cambio representadas por Ciudadanos, Podemos, Psoe e Izquierda Unida, tendrán que intentar movilizar a su electorado, para frenar una abstención que favorecerá al Pepé.
Quedan reformas constitucionales ante este nuevo escenario de lagunas existentes, que tendrá que acometer el nuevo gobierno, como puede ser un papel más activo y neutral del Jefe del Estado a mitad del partido. Las elecciones y los políticos ya están de nuevo aquí. No podremos escaparnos del malabarismo electoral. Los analistas vaticinan una campaña más sofisticada en las formas, pero igual de engañosa en el fondo. Los ciudadanos como señalan las encuestas no se dejarán engañar, y muchos repetirán su voto. Saben que los políticos ya han hecho su mejor campaña electoral. Ahora tendrán en cuenta quién se ha movido e intentado llegar a un acuerdo, quien ha vetado más, y quién se ha sacado sus pies del tiesto. Saben que ahora todos son casta y se mueven por la pasta. Que a veces no se puede, y no nos representan. La pregunta del millón ahora es: ¿soportarán los españoles una nueva campaña sobre otra finalizada hace escasos meses, o tendremos que traer en un futuro próximo políticos de fuera?
José Luis Meléndez. Madrid, 4 de Mayo del 2016
Fuente de las imágenes: flickr.com
Dice un aforismo que lo que mal empieza, mal acaba. La anterior campaña, se ha caracterizado por la falta de sintonía entre sus líderes, y por las descalificaciones personales. Durante estos tres meses los ciudadanos han asistido perplejos a ver con sus propios ojos, determinados acontecimientos y anécdotas de sus “líderes”, que quedarán impresos en sus retinas como la dimisión en bloque de algunas direcciones provinciales, como las de Podemos-Salamanca. La parálisis de la política española, ha llegado a la portada del “The New York Times”. Han faltado ganas y ha sobrado testosterona. La legislatura ha tocado a su fin. Los deseos mayoritarios de los españoles de que las fuerzas parlamentarias llegasen a un acuerdo, no han sido satisfechos. Ha sido, digámoselo claro a los españoles, una legislatura fallida. La primera de la democracia.
Los líderes
Los distintos dirigentes, y sus respectivas cúpulas, no han sabido crear el ambiente propicio, para llegar a un buen entendimiento que permitiese la constitución de un gobierno. Los políticos estaban tan ansiosos de poder, que no han tenido tiempo de quitarse el traje de campaña, ponerse un chándal, y compartir en privado una barbacoa, para limar antes de la negociación, las asperezas personales que dificultan toda negociación.
Sus señorías han vuelto de vacaciones como los malos estudiantes, a examinarse de las asignaturas suspendidas. En materia de negociación no han sido capaces de llegar a un acuerdo. En la asignatura de dibujo no han pintado nada, y han dado una pésima imagen. En materia de gimnasia han abandonado la carrera antes de llegar a la meta. En materia de religión no han tenido mucha fe ni confianza, en que el otro cambiara de opinión. En materia de matemáticas solo han dividido y restado y no han sumado ni multiplicado fuerzas. Tampoco han sabido crear la física y la química necesarias para empezar las negociaciones. En materia de lengua no han hablado lo suficiente. En materia de Historia han hecho de esta legislatura la legislatura de la vergüenza. Por suspender han suspendido hasta la asignatura de recreo, ya que les ha faltado el humor para divertirse, las ganas para cambiarse los cromos, y se han ocupado de jugar con los tronos y nombrarse a sí mismos vice delegados de curso.
Los ciudadanos se lamentan que no hayan seguido senda y la estela de la Presidenta Cifuentes y de la Alcaldesa Carmena. La política del siglo XXI, sigue siendo a juzgar por el número de “miembras” de sus cúpulas, una cosa de hombres. Los españoles han entendido la diferencia entre un líder y un macho alfa. Un líder no asombra con sus intervenciones a sus propios colaboradores. No necesita ser corregido por ellos. Tiene una actitud respetuosa, conciliadora y educada con los demás líderes. No se ensaña en público con un humilde periodista. Sabe aceptar las críticas, está preparado para ello, y defiende la pluralidad y la libertad de expresión a ultranza de todos los medios bien sean públicos o privados.
Lleva bolígrafos azules que no dibujan líneas rojas. Sabe adaptarse a las normas de convivencia y posee un fondo de armario adecuado a sus actos de representación. Es puntual en sus recepciones. No utiliza el templo de la democracia de todos los españoles como una agencia matrimonial entre los diputados. No habla de sillas y cargos antes que de programas. No emplea de forma reiterada la tercera persona del plural (nosotros), en lugar de la tercera persona (ellos), fiel representante de la suma de todos los españoles. No suele marcar territorio con sus continuas apariciones. Suele delegar y confiar en sus colaboradores equipos de negociación. No lanza puñetazos al cielo, como si el hemiciclo fuese un ring de boxeo. Acostumbra en sus declaraciones a utilizar un tono similar al de los demás diputados, lejos de utilizar un tono mitinero, vociferante, y faltón. Suele utilizar la retórica y la dialéctica propia de la vida parlamentaria, como muestra de respeto a todos los españoles. Suele centrarse en los temas y aportar soluciones, en lugar de buscar titulares. Procura no llamar la atención, ni provocar reacciones en sus adversarios ideológicos.
Los representantes de la nueva política se han caracterizado por los vetos recíprocos, una actitud poco dialogante, y han fracasado en sus intentos, al no tener en cuenta el espíritu de la Transición Española, que instauró con gran éxito Adolfo Suárez. Una política con mayúscula, sin vetos, en la cual cupimos todos los españoles, como así demostró tan insigne caballero, con la legalización de TODOS los partidos, incluido el PCE (Partido Comunista de España), con el cual no tuvo problemas para sentarse y hablar.
Los partidos
Los partidos han preferido utilizar los medios para lanzarse sus globos sonda, en lugar de crear equipos de trabajo desde el principio, e informar a los ciudadanos una vez conseguido algún acuerdo. Los medios han entrado de igual forma en ese juego, y han buscado más la audiencia, llegando muchas veces a saturar al votante y al telespectador. Tienen por lo tanto estos últimos una responsabilidad de vital importancia, como es la de no desmotivar más de lo que ya está la ciudadanía.
Los españoles han visto como algunos partidos de la nueva política ni siquiera se han sentado a hablar como es el caso del Ciudadanos y Podemos. El Partido Popular, ha dedicado la mayor parte de su tiempo a esperar, a ver pasar el tiempo, y a no comparecer. El PSOE ha renunciado a pactar con los partidos extremistas, y ha sometido a primarias su acuerdo con Ciudadanos. No ha hecho lo mismo este partido. La nueva política, en definitiva, ha pecado de tener unas cúpulas demasiado autocráticas para los nuevos tiempos que corren.
Los ciudadanos
En vista de lo que antecede, muchos ciudadanos aún perplejos, no dejan de preguntarse cómo es posible que hayamos tenido un gobierno en disfunciones que no solo no ha comparecido, sino que se ha ausentado de sus asientos, a la hora de ofrecer soluciones y explicaciones a los ciudadanos. O cómo es posible que aun existiendo tiempo para negociar, al final de la legislatura, los distintos partidos ya estaban preparando la campaña electoral. Si es realmente aceptable volver a votar a los mismos "líderes" que han fracasado en su intento de formar gobierno, sabiendo que los resultados van a ser similares a los anteriores, sin depurar antes las respectivas cúpulas de forma democrática.
Por qué está permitido el despido de un ciudadano normal de la calle, que no llega a su objetivo en su empresa, y por qué la ley no es igual para todos y cada uno de los españoles. Si habría que descontar en su defecto, parte del sueldo cobrado que ha salido de nuestras arcas públicas, por no haber llegado a su objetivo. Porqué no renuncian al sueldo que van a cobrar durante esta campaña, y lo ingresan como muestra de su solidaridad e incompetencia, en lugar de desviar la atención con los envíos de correspondencia, para contribuir a los 150 millones de euros que nos va a costar la campaña a los españoles. Y por qué si los candidatos son los mismos y nos van a decir lo mismo es necesaria la celebración de otra campaña electoral, y no se convocan ya los comicios.
El nuevo escenario
A diferencia de las elecciones pasadas, en éste nueva campaña electoral, concurren tres bloques definidos. Por un lado un bloque de centro izquierda constitucionalista, representado por Ciudadanos y PSOE. Por otro lado un bloque de izquierda anti constitucionalista IU Podemos, que antepone las soberanías e independencias regionales de las distintas autonomías del Estado español, con los votos de unos pocos, en contra de la mayoría social de todo el país. Es decir un nuevo Podemos más desmembrado, con corrientes internas y adyacentes como son los Errejonistas, los partidarios de Iglesias, las mareas, las confluencias, los ecologistas, los independentistas, y en esta campaña incluso pretenden incluir a ciudadanos del 15M, un movimiento espontáneo y anónimo sin siglas políticas. Un totum revolútum si se piensa que programa de todos se va a aplicar de llegar al gobierno.
Esta semana Izquierda unida, ha realizado una consulta que no se ha visto refrendada de igual forma por los votantes de Podemos, sin que las bases sepan el contenido de dicho acuerdo, lo cual supone un cheque en blanco al elector, como así ha declarado Cayo Lara. La decisión de concurrir en una lista única, confirma el descalabro que venía sufriendo podemos y el nuevo ascenso de Izquierda Unida, una organización que cuenta con un líder más valorado, motivo por el cual Pablo Iglesias, al contrario que en las elecciones anteriores, ha tendido la mano a Alberto Garzón.
Por último se presenta un bloque de derechas anticonstitucional, como el del Partido Popular, ya que muchas leyes y políticas que ha aprobado atentan contra algunos de los artículos contenidos en la Carta Magna. En esta ocasión el PP, intentará defender la felicidad económica por la que atraviesa España, en lugar la de todos los españoles.
Las encuestas vaticinan un nuevo escenario similar y equilibrado entre las fuerzas conservadoras y progresistas, en el que de nuevo el PSOE, jugará un papel decisivo a la hora de formar gobierno. Los socialistas tendrán que elegir entre una España social pactando a su izquierda con IU y Podemos, o por otra más constitucional representada por Ciudadanos y el Partido Popular.
El Partido Socialista tiene dos enemigos, uno externo como es el Partido Popular, y otro dentro de la casa de la socialdemocracia como es Podemos IU. Las recientes disculpas de Sánchez a Rajoy, reconociendo haber fallado en las formas, pero no en el fondo, al llamarle indecente, es posible que den paso a una futura abstención de los socialistas con objeto de salvar su casa, y evitar un suicidio en los dos sentidos.
Por su parte, las fuerzas del cambio representadas por Ciudadanos, Podemos, Psoe e Izquierda Unida, tendrán que intentar movilizar a su electorado, para frenar una abstención que favorecerá al Pepé.
Quedan reformas constitucionales ante este nuevo escenario de lagunas existentes, que tendrá que acometer el nuevo gobierno, como puede ser un papel más activo y neutral del Jefe del Estado a mitad del partido. Las elecciones y los políticos ya están de nuevo aquí. No podremos escaparnos del malabarismo electoral. Los analistas vaticinan una campaña más sofisticada en las formas, pero igual de engañosa en el fondo. Los ciudadanos como señalan las encuestas no se dejarán engañar, y muchos repetirán su voto. Saben que los políticos ya han hecho su mejor campaña electoral. Ahora tendrán en cuenta quién se ha movido e intentado llegar a un acuerdo, quien ha vetado más, y quién se ha sacado sus pies del tiesto. Saben que ahora todos son casta y se mueven por la pasta. Que a veces no se puede, y no nos representan. La pregunta del millón ahora es: ¿soportarán los españoles una nueva campaña sobre otra finalizada hace escasos meses, o tendremos que traer en un futuro próximo políticos de fuera?
José Luis Meléndez. Madrid, 4 de Mayo del 2016
Fuente de las imágenes: flickr.com
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