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12 de noviembre de 2023

Estimada soltería

Estimada soltería:

Te escribo, lo sé, mal y tarde. Mal, porque en lugar de una forma imprevista, lo hago de un modo inducido, en un día como hoy, Día Internacional de los Solteros. Y tarde, porque ni siquiera he tenido el detalle de celebrar contigo durante estos años, nuestro 50º aniversario.

Cómo no iba por tanto a dirigirme a ti, después de más de seis décadas juntos, a través de este género epistolar e íntimo, muestra del afecto y la confianza que ambos nos profesamos.

Lo hago para darte las gracias por haber estado cada mañana, cada tarde y cada noche no solo a mi lado, sino dentro de mí. Por hacerlo de una forma tan incondicional, sea cual fuese mi estado personal. Por haberme permitido conocer nuevas personas y nuevos mundos. Por aportarme objetividad. Por haberme permitido y enseñado a ser fiel a mí mismo. Una persona que  deja de ser fiel a sí mismo, es imposible que pueda serle fiel a otra. Solo así puede entenderse el apabullante número de parejas que se separan.

Como bien sabes, he tenido a lo largo de mi vida compañías igual de fieles que la tuya, pero lamentablemente no han llegado a ser tan duraderas en el tiempo como lo está siendo esta relación contigo.

Creo que nadie me conoce mejor que tú. Tal vez por eso nunca has dudado de mi fidelidad y me has permitido intimar con la soledad, que conociera gracias a ella la inspiración de mi musa, que pudiese comunicarme con ella, gracias a una de sus plumas, o que pudiera encontrar la ansiada paz en mi alma.

Desde siempre supiste que no me iría de ti. Ni el mismísimo Cupido sucumbió ante tu embrujo. Por eso en algún momento llegué a preguntarme quién estaba detrás de ti. Hasta que la respuesta vino en forma de poemas.

Si a estas alturas seguimos juntos, es porque tú has sabido reconocer mis cualidades y yo he encontrado en ti la estabilidad y la fidelidad inquebrantable que hasta hoy nadie ha sabido darme con la inmensa generosidad con la que tu lo haces.

Hoy gracias a Dios, estás mucho mejor considerada que antes, como así lo demuestran las últimas estadísticas. Ya en 2021, tu tendencia se vio al alza. Según el INE, en España había 14.115.300 solteros, un máximo histórico. Más de la mitad (7.578.800), eran hombres y 6.536.500 mujeres. Cifras que según el concepto de soltero, como veremos más adelante, conviene coger entre pinzas.

Y digo coger entre pinzas, porque da pena darse cuenta de cómo la sociedad aun no ha interiorizado tu verdadero significado. Y es que un soltero no es aquella persona que no está casado, ni está suelto o libre, como viene a definir la RAE.

A un divorciado, por ejemplo, no se le puede considerar un soltero porque no esté casado. Por mucho que ande suelto o libre, como especifica la Institución. En otras palabras, la soltería es un estado civil que es imposible recuperar una vez que se pierde. ¿Acaso deja de ser virgen una persona que se ha separado? De la misma forma la libertad que uno ha perdido al convivir con alguien es imposible que nadie pueda recuperarla nada más separarse.

Algunos ignoran, y tu eres testigo de ello, que los solteros también tenemos nuestras separaciones y nuestros divorcios. Supongo que recordarás aquellos años en los cuales me distancié emocionalmente de ti, mientras tu intentabas retenerme físicamente cerca de ti. Afortunadamente, aquello no acabó en divorcio, es decir, en una boda.

Y los dos hemos aprendido durante estos largos años, que la soltería también requiere de un compromiso, de una actitud responsable ante la vida, como es la de no traer más sufrimiento a la vida o el hecho de no crear más infelicidad a los demás. Compromisos que son mucho más difíciles y duros de mantener que el de un casado. Porque un soltero tiene que ser fiel a más amantes, como son la soledad, la paz o la libertad. Y de esta forma se da la paradoja que el soltero termina convirtiéndose en un amante platónico-poliamoroso.

Tu compañía ha sido y es tan enriquecedora, que nunca he tenido la sensación de estar solo. Siempre he estado contigo y gracias a ti he podido acompañarme a mí mismo. Y la relación más profunda que una persona puede tener es la que puede llegar a tener consigo mismo.

Como soltero y compañero tuyo no me arrepiento de este estado de gracia que desde el primer latido de mi vida comparto segundo a latido contigo. Al fin y al cabo un casado, en la mayoría de los casos, termina por convertirse en un ex soltero incomprendido por su pareja y en un divorciado distanciado de sí mismo.

Hoy es el Día de los solteros sin compromiso, porque los que están comprometidos ya están medio casados. Y yo, lejos de hacer gala de mis prebendas pacifistas, solitarias o libertarias, prefiero, en un día como el nuestro, recordar el compromiso que desde aquel primer latido nos sigue manteniendo unidos.

José Luis Meléndez. Madrid, 11 de noviembre del 2023. Fuente de la imagen: wikipedia.com

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