Son los seres humanos, y no los animales, los que están provocando las pandemias
La relación del hombre con el medio ambiente, con los recursos de la naturaleza, y con los seres – animales y vegetales- que en ella habitan, sigue siendo de una inmoralidad y de una irresponsabilidad tal, que está provocando en su propia especie, un aumento de enfermedades y muertes directamente relacionadas con la actual pandemia.
El aumento de los huracanes, de las inundaciones, de los incendios, de la toxicidad del aire, del mar y de la tierra, así como el consumo excesivo de alimentos perjudiciales para la salud, como son las carnes rojas, la bollería, son factores que unidos a la vida sedentaria que nos ha traído el confinamiento, están afectando de una manera directa a nuestra salud física y mental, tales como la obesidad, o la aparición de nuevos trastornos psicológicos derivados de la covid.
Hace años fue el sida, el ébola y el SARS. La aparición de este último, recordemos, se produjo como consecuencia de una zoonosis, es decir por la transmisión de animales portadores. Hoy se sabe que el salto de este último a los humanos en 2004 se produjo como consecuencia de la comercialización de animales salvajes – vivos y muertos -, en los mercados chinos. Pero el país en lugar de cerrar dichos mercados decidió mirar para otro lado, y no lo hizo.
Dieciséis años después nos encontramos con una pandemia de dimensiones preocupantes y de efectos desoladores. La apabullantes cifras de contagiados y fallecidos por el virus en el planeta, y las acusaciones y miradas críticas, aún infundadas, pero mayoritariamente consensuadas por los científicos, han hecho reaccionar al gigante oriental.
Los efectos colaterales de la covid han sido lo suficientemente contundentes para que el Ministerio de Agricultura del gobierno chino, haya decidido considerar a los canes, animales de compañía. La medida aprobada justo antes del verano, supone que a partir de dicha fecha, queda prohibida la explotación y el sacrificio de estos animales en granjas, así como el consumo de carne en los restaurantes. Si bien seguirá siendo legal el comercio de animales vivos para su uso en la medicina tradicional.
Con la actitud receptiva y de concienciación del gigante asiático, Pekín intenta expiar las presuntas e injustas responsabilidades que a fecha de hoy se le achacan, tal vez de una forma tan precipitada, como injusta, a falta de pruebas fehacientes que lo demuestren de una forma categórica. De ahí que las autoridades chinas, ante las presiones ejercidas durante años por grupos animalistas y ecologistas, hayan decidido suprimir de igual forma el consumo humano de especies exóticas, y las pruebas químicas de cosméticos y artículos de higiene, aplicados en la piel y en los ojos de los cobayas, a partir del próximo año, cuyo fin es comprobar el grado de irritación que dichos productos, tales como champús o perfumes, producen en el ser humano. Pruebas que no obstante, seguirán siendo obligatorias para los “cosméticos especiales”, como son las cremas solares, champús infantiles, o anticaída de cabello.
En los noticieros se tiende a informar de una forma excesiva de las medidas de cómo prevenir el contagio de la covid, pero muy poco de por qué, o mejor dicho, de cuáles son las verdaderas causas de la pandemia. ¿Se trata tal vez de una forma de evitar las correspondientes responsabilidades por parte de las Administraciones locales, autonómicas, en cuanto a políticas medioambientales de algunos gobiernos nacionales?, ¿O quizás es un modo de desviar la atención, ante un hipotético aluvión de demandas por parte de los ciudadanos hacia las respectivas Administraciones, ante la pésima gestión de la pandemia, como la que ha presentado a mediados de septiembre Oxfam Intermón, Ecologistas en Acción y Greenpeace, contra el gobierno español, por inacción ante el cambio climático?
Lo cierto es que según afirma Delia Grace, veterinaria, epidemióloga, profesora de Instituto de Recursos Naturales de la Universidad de Greenwich, científica del Instituto Internacional de Investigaciones Pecuarias (ILRI), y experta de la ONU en zoonosis, es que son los seres humanos - y no los animales -, los que están provocando las pandemias. Para prevenir una futura zoonosis, Grace cree que es necesario disminuir el incremento de proteínas animales y de especies silvestres, apostar por la explotación sostenible de la agricultura y de los recursos naturales, modificar el tratamiento del suelo y de sus técnicas de extracción, reducir el tráfico de transporte y de desplazamientos para minimizar las emisiones de Co2, frenar la excesiva urbanización, rebajar las alteraciones de las alteraciones en la cadena alimentaria, y combatir el cambio climático.
Pero las consecuencias futuras de esta falta de sensibilidad, empatía y solidaridad del hombre con respecto a su planeta, a su propia especie, y sus mismísimos descendientes, no terminan ahí. Hace unos días Joe Biden – Candidato demócrata a la Presidencia de los Estados Unidos -, advirtió en uno de sus debates televisivos a su contrincante republicano: «El cambio climático está aquí. Vamos a pasar el punto de no retorno en los próximos ocho o diez años».
Quiere esto decir que la especie humana ha fracasado y no ha conseguido desde hace décadas sacar a su propio planeta, esto es, a su propia casa, de la UCI. No sería pues nada extraño que para entonces nos encontremos en un estado de coma avanzado, en las mismas circunstancias que ahora, es decir, sin una vacuna o un remedio capaz de revitalizar sus constantes vitales, sin ningún otro planeta al cual trasladarnos, y corramos la misma suerte que el de otras miles de especies que ya hemos extinguido. Tal cual. He aquí la verdadera "zoonosis" o desastre que ha propiciado el hombre con respecto a sí mismo y a las demás especies.
Es por tanto atrevido, injusto y muy poco objetivo, culpar a un solo país de la propagación de la actual pandemia, cuando todos y cada uno de los habitantes de esta nave espacial que es la tierra, son – somos – los responsables del actual estado del planeta, y de las consiguientes respuestas de este con respecto al ser humano. ¿O acaso los chinos son también los responsables de las muertes de los tornados y las inundaciones que asolan el país del señor Trump…?
José Luis Meléndez. Madrid, 24 de octubre del 2020. Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org