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15 de febrero de 2016

Presidentas


¿Por qué existe tanta testosterona y tan poca progesterona en la política?

"Manda huevos" (y no al revés), exclamó en clara contradicción desde su "testicular y castrense" sillón, el entonces don Federico Trillo-Figueroa y Martínez Conde, a la sazón Presidente del Congreso, creyéndose su señoría, que el micrófono por el cual se dirigía a su auditorio, estaba cerrado. La expresión por aquel entonces (no había watshapp), fue motivo de los correspondientes comentarios jocosos en los medios. Años después, el Presidente Zapatero, tuvo otro lapsus linguae, en uno de sus discursos públicos, en una de sus intervenciones públicas ante la prensa. Don José Luis, en lugar de decir "para apoyar", se le escapó un "para follar". A simple vista parecen que los dos verbos no guardan ninguna relación, pero si uno examina el primer término, verá que está compuesto por el fonema "polla", motivo por el cual es normal que el inconsciente saltara a un nivel dos, y no pudiera refrenar el expresidente su frenesí sexual. El caso es que entre los huevos trillerianos y el posible órgano zaparetil, los españoles pudimos culminar la construcción semántica de lo que vendría a ser el dichoso falo masculino.

Muchos aun en nuestros días es posible que se pregunten si el vocabulario de esta oratoria forma parte de lo que se conoce como la erótica del poder. En realidad le bastaría a uno hacer números, para darse cuenta de forma efectiva que existen más huevos que butacas en el hemiciclo congresual. Y llama también la atención que en algunos partidos que se definen progresistas, exista un clan denominado "los barones", un término no demasiado plebeyo, para una organización que proclama defender la clase obrera. En la nobleza al menos, existen condesas, marquesas, y duquesas, pero sin embargo en la política no existe el correspondiente grupo de baronesas que compense la paridad organizativa y estructural de cualquier formación. Es decir, la mujer sigue siendo en muchos partidos esas convidadas de piedra que ocupan los puestos inferiores al hombre.

A la progesterona y a la progrestona como vemos, aún les queda un largo camino para llegarse a conciliar. Y no hablemos del sector conservador. Mejor dejarle para otra ocasión. En definitiva, demasiada testosterona para tan poca progesterona. O dicho en los términos ovíparos en los que hablamos: demasiados gallos, para tan poco corral. ¿A dónde vamos con estas reflexiones? Muy sencillo: ¿para cuándo una presidenta de gobierno en España?
Las palabras del barón (con "v", y con "b"), Felipe González "aconsejando" públicamente a la Presidenta andaluza, Susana Díaz, no presentarse a las primarias que tendrán lugar el día ocho de mayo en el Psoe, no han debido sentar nada bien en el amplio sector femenino de la sociedad. ¿Cuándo va a ceder y a convertirse la nobleza del Psoe en clase obrera, para dejar el exclusivo protagonismo a sus bases? ¿Para qué se hace el paripé de unas primarias, si luego hay voces que recomiendan públicamente y por anticipado que no se presenten algunos candidatos?

El panorama no es menos desolador si uno dirige su mirada a otras bancadas, y ve como algunos "líderes" con tintes mesiánicos lloran de emoción ante la muchedumbre, y una vez que entran en el templo de la democracia lanzan puñetazos al cielo, sin tener propuestas en el suelo. O que en la misma mañana permiten que los niños se acerquen a ellos. Que hablan de sillones en lugar de ponerse en las sillas y en lugar de los ciudadanos, y que se auto proclaman vicepresidentes de gobierno públicamente, sin siquiera hablar con los demás partidos. La nueva legislatura, sea cual sea, requerirá continuos acuerdos entre las distintas formaciones, pero en muchas de sus cúpulas, y en los equipos de negociación, se echa en falta una mayor presencia femenina (con mayores capacidades sociales y comunicativas), en aras de una futura paridad presidencial.

Esta semana, el día veinte de febrero, se van a cumplir sesenta días, desde que los españoles fuimos llamados a las urnas a depositar nuestro voto. Algunos políticos creen que los ciudadanos tienen prisa de que se constituya el nuevo gobierno, cuando lo que realmente demandan es que dejen de compadecer públicamente un día sí, y otro también, cada vez que tiene lugar una reunión, para comunicarles sus líneas rojas, sus diferencias, y que se sigue sin haber acuerdo. Que sigan utilizándoles una y otra vez para lanzarse sus globos sonda, en lugar de tomárselo con la seriedad que debieran, reuniéndose discretamente, y limitando sus comparecencias para los momentos en los cuales se produzca algún avance sustancial o alguna noticia de calado que así lo aconsejase. Algo así como hicieron los padres de la Constitución.

Estos ciudadanos demandan al nuevo equipo de gobierno, una vez se constituya, que se fije igual en la prima de riesgo que en el riesgo de exclusión que tienen los mismos primos de pagar siempre la crisis. Que haya menos poses y más pasos. La sobrecarga, desmotivación y cansancio que empieza a acusar la sociedad con estas apariciones estériles, puede hacer que ante una hipotética convocatoria de elecciones, los ciudadanos se abstengan de votar o que no lo hagan en conciencia. Un dicho dice que una imagen vale más que mil palabras. La foto que recoge este artículo no es solo una imagen. Simboliza el camino que debieron y deberán seguir nuestros representantes. En ella se puede apreciar a dos mujeres de distinta generación e ideología, como son Manuela Carmena, Alcaldesa de Madrid, y Cristina Cifuentes, Presidenta de la Comunidad de Madrid. Obsérvese que van cogidas del brazo, no de la mano masculina. Por su sonrisa, seguramente van hablando de cuestiones personales, y se da por hecho que hablarán de otros temas importantes de sus respectivas agendas políticas. Han dejado el hemiciclo, las cámaras, y las ruedas de prensa; sus trajes de lujo, sus etiquetas mentales y sus malos rollos. Parece incluso que han llegado a hacerse amigas. Se han saludado con un beso, en lugar de con un apretón de manos, y habitualmente se llaman y hablan por teléfono. Un buen ejemplo del camino que deberían seguir sus testogerónicas señorías.

Es muy posible que algunos españoles en funciones durante este largo espacio de tiempo, ante tanta sobre actuación, y viendo tantas líneas rojas, se hayan lanzado por su cuenta a hacer sus cábalas y se hayan dejado llevar durante unos instantes por su imaginación, intentando por su cuenta salir de este estado de locura. Que hayan soñado despiertos después de las más de veinte negativas concedidas por Pedro Sánchez a Rajoy (¡qué paciencia), y reconocidas por la señora De Cospedal. Que don Mariano, al fin se ha dado cuenta de las causas por las que nadie quiere hablar con él. Que ha llegado a entender que sobra, y que su puesto debe ser ocupado por otra persona con un marcado perfil centrista, y con una dilatada e intachable experiencia en la política. Que a la vez ha caído en la cuenta que dicho cambio es recomendable que tenga un efecto ilusionante en la sociedad, como podría ser la elección de una mujer, al igual que han hecho con anterioridad países como Alemania, Brasil, Argentina o Chile.

Que esa mujer que debería elegir, tiene que poseer además una buena relación con los demás partidos, y una reconocida capacidad para dialogar y llegar a acuerdos. Que además de buena comunicadora, es una mujer implacable contra la corrupción, trabajadora, discreta, y equilibrada en sus declaraciones. Y que, después de estrujarse durante meses la sesera, el señor Rajoy, ha decidido escuchar a sus afiliados, los cuales le han propuesto como candidata a una mujer de consenso. ¿Y qué mujer mejor que Cristina Cifuentes, reúne en el Partido Popular estos requisitos? El día avanza y el ciudadano está a punto de volver a la realidad. Antes de hacerlo, sin desmerecer la gestión y la persona de Pedro Sánchez, Susana Díaz, Presidenta de la Junta de Andalucía, resulta ganadora en las primarias de Mayo, y ambas, una como Presidenta, y la otra en la oposición, sacan a España de la crisis.

¡Ring!,¡ring!, ¡ring! Maldito despertador. ¿Será quizás un sueño o una premonición? Da lo mismo de lo que se trate. Lo sorprendente es lo admirada que se queda la gente cuando escucha esta secuencia onírica de imágenes al menos resolutivas y esperanzadoras. Si lo desean hagan la prueba, de manera especial con el sector progresista. Estoy seguro que se sorprenderán, lo cual indica que muchos ciudadanos presienten a Cifuentes como una excelente candidata a la presidencia de este país. Y esta circunstancia, en este endemoniado y complicado rompecabezas político que atraviesa España, es un motivo más que suficiente para que muchos españoles respiren de alivio, al menos ocasionalmente. Una hipotética situación que permitiría salvar al Psoe de ser engullido ideológicamente por el "liderazgo" de Iglesias al frente de Podemos.

El problema es que Rajoy, después de cuatro largos años, no está dispuesto a dejar el cargo (aunque empieza a tener cara de estárselo planteando), y ha dejado el partido a su sucesor/a infestado de corruptos, y sobrado de dedocracia interna. Casi nada.

José Luis Meléndez. Madrid, 13 de febrero del 2016
Fuente de la imagen: 20minutos.es

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