"Si, lleva días así, inquieto", me decía su tutor, con voz apesadumbrada
Son las diez de la mañana. Acabo de llegar a la biblioteca. Durante el trayecto que suelo realizar, he podido comprobar como todos los días, la demolición de casas que está llevando a cabo la Comunidad de Madrid, en el barrio de la UVA, sito en el distrito de Hortaleza. Algunos vecinos salen de las casas que la Comunidad de Madrid les ha dado nuevas, y se desplazan hasta el lugar en donde estaba o está aún su vivienda medio derruida. Uno se imagina la cantidad de recuerdos, emociones y experiencias que deben pasar por la cabeza y los corazones de mis vecinos.
Hoy he abordado a uno de ellos. Estaba contemplando los restos de la demolición de su propia casa. "Mira ahí vivía yo", me decía con el brillo de su mirada emocionada. Mientras charlaba con él, me he fijado en su mascota que estaba sentada a unos veinte metros escasos de él, subido en un pequeño muro sobresaliente, mirando impávido la demolición de lo que hasta hace unos días era su casa. Nuestro amigo se llama Bairon, y según su tutor, es un cruce de bretón y podenco.
Ante la emoción de la escena que estaba presenciando, y no encontrando palabras, me he visto en la necesidad de interrumpir la conversación de mi interlocutor, y he señalado como he podido con mi dedo a su perro: "si, lleva desde hace días así, inquieto", me decía con su voz apesadumbrada. Es normal le he dicho. Si aún nosotros sabiendo lo que está ocurriendo, no podemos contener nuestras emociones, imagínate ellos, le he dicho. Nunca olvidaré esta escena. Creo que es una historia digna de ser muy tenida en cuenta. Hoy me he acordado de todos aquellos que dicen que los animales no tienen sentimientos, y reconozco que es la primera vez que me han entrado unas ganas enormes de ladrar y de morder de rabia. Como si yo mismo fuera ese perro sentado.
Comentarios de las Fotos:
En la primera imagen se puede ver la foto de Bairon. En la segunda imagen se ven a los operarios quitando los escombros de la casa de Bairon, que acaba de ser demolida. Justo en la parte delantera de esta imagen se puede ver un muro de hormigón de color blanco, que es donde estaba situado el perro sentado contemplando su vivienda.
José Luis Meléndez. Madrid, 18 de febrero del 2016
Son las diez de la mañana. Acabo de llegar a la biblioteca. Durante el trayecto que suelo realizar, he podido comprobar como todos los días, la demolición de casas que está llevando a cabo la Comunidad de Madrid, en el barrio de la UVA, sito en el distrito de Hortaleza. Algunos vecinos salen de las casas que la Comunidad de Madrid les ha dado nuevas, y se desplazan hasta el lugar en donde estaba o está aún su vivienda medio derruida. Uno se imagina la cantidad de recuerdos, emociones y experiencias que deben pasar por la cabeza y los corazones de mis vecinos.
Hoy he abordado a uno de ellos. Estaba contemplando los restos de la demolición de su propia casa. "Mira ahí vivía yo", me decía con el brillo de su mirada emocionada. Mientras charlaba con él, me he fijado en su mascota que estaba sentada a unos veinte metros escasos de él, subido en un pequeño muro sobresaliente, mirando impávido la demolición de lo que hasta hace unos días era su casa. Nuestro amigo se llama Bairon, y según su tutor, es un cruce de bretón y podenco.
Ante la emoción de la escena que estaba presenciando, y no encontrando palabras, me he visto en la necesidad de interrumpir la conversación de mi interlocutor, y he señalado como he podido con mi dedo a su perro: "si, lleva desde hace días así, inquieto", me decía con su voz apesadumbrada. Es normal le he dicho. Si aún nosotros sabiendo lo que está ocurriendo, no podemos contener nuestras emociones, imagínate ellos, le he dicho. Nunca olvidaré esta escena. Creo que es una historia digna de ser muy tenida en cuenta. Hoy me he acordado de todos aquellos que dicen que los animales no tienen sentimientos, y reconozco que es la primera vez que me han entrado unas ganas enormes de ladrar y de morder de rabia. Como si yo mismo fuera ese perro sentado.
Comentarios de las Fotos:
En la primera imagen se puede ver la foto de Bairon. En la segunda imagen se ven a los operarios quitando los escombros de la casa de Bairon, que acaba de ser demolida. Justo en la parte delantera de esta imagen se puede ver un muro de hormigón de color blanco, que es donde estaba situado el perro sentado contemplando su vivienda.
José Luis Meléndez. Madrid, 18 de febrero del 2016
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