La primavera siempre ha estado sobrevalorada
He estado muchas veces tentado de compartir esta versión interpretada por KT Tunstall - "2000 Miles" - de The Pretenders en esta red social. Como saben no es la que más me gusta, pero he de reconocer que está muy lograda. Sé que es un tema invernal y que hace unas horas festejaba la llegada de la primavera con otro vídeo. No es nada raro. A la primavera como a cualquier otra estación, se entra poco a poco.
Este año no sé porqué me cuesta más que otros años dejar el invierno. La primavera empieza a gustarme menos que otras estaciones como por ejemplo el otoño. ¿Motivo? Es una estación en la cual la naturaleza nos condiciona más a todos los niveles y eso para cualquier hombre o mujer amante de la libertad debería ir en contra de sus principios. Digo debería, porque ante tanto exceso de estímulos no es fácil, aunque si posible, pasar desapercibido.
La primavera ha llegado como todos los años con la treta de su hipotética alegría y de su exagerada belleza. ¿Es acaso bello ver las distintas especies sometidas en rigurosa exclusividad a sus funciones reproductoras? ¿Causa alegría ver a las madres estresadas por sus crías? ¿Y a los padres jugándose la vida para conseguir algo de comida para sus crías? ¿Es hermoso ver como se caen y mueren las crías de sus nidos por golpes de calor, o cómo unas especies se comen las crías de otras? Que sea una estación más colorida, cálida y gratificante para la especie humana no quiere decir que lo sea en líneas generales para el resto de las especies de la naturaleza. Seamos al menos un poco objetivos y no desvirtuemos la realidad a nuestros propios ojos.
La primavera es una estación sobrevalorada. Que se lo pregunten sino a las personas que padecen algún tipo de alergia. Cada año las primaveras son menos primaveras y más veranos, por efecto del cambio climático. El lema de la estación podría resumirse en que hay que aparearse porque es una ley natural. También es una ley natural matar y no la cumplimos. ¿Es ética una ley natural que penetra tu cuerpo sin tu consentimiento?
Les dejo la primavera a todos los enamorados que cuando llegue el invierno tendrán la ocasión, aunque no sé si la paciencia, de mirarse con otra luz. Seguiremos, no obstante, echando la culpa a las vacaciones por obligarnos a convivir juntos más tiempo del que estamos acostumbrados. O a la mismísima pareja, en vez echársela a la naturaleza, que en su día, logro alterar las glándulas de sus respectivas víctimas, hasta conseguir hormonar su sistema circulatorio por completo. A todos menos a sí mismos, es decir, a aquellos que optaron por abandonarse a los rituales de apareamiento, tan propios de estas fechas.
Si las bicicletas, como dicen, son para el verano, las primaveras siempre han sido más propias de El Corte Inglés. No porque haya sabido adelantarse a ellas, sino porque ha sabido sacar el máximo provecho de las mismas.
José Luis Meléndez. Madrid, 21 de marzo del 2024. Fuente de la imagen: pixabay.com